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SENSEI (AKAME) cap 27 al 35

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SENSEI (AKAME) cap 27 al 35 - Página 7 Empty Re: SENSEI (AKAME) cap 27 al 35

Mensaje por Sunako Akanishi ♥ Mar Ene 10, 2012 12:56 pm

Mi mama y yo nos dorminos hasta las 4 am para terminarlos!!!! hehehehehe Gracias!!!! no sabes cuanto espere la conti de este fic ♥️ ♥️ ^^
qw def def def def dfdfg dfdfg dfdfg dfdfg dff dff dff SENSEI (AKAME) cap 27 al 35 - Página 7 735609 SENSEI (AKAME) cap 27 al 35 - Página 7 735609
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SENSEI (AKAME) cap 27 al 35 - Página 7 Empty Re: SENSEI (AKAME) cap 27 al 35

Mensaje por shion kamenashi Mar Ene 10, 2012 7:23 pm

>\\w\\< En serio amo este fic espero q pronto subas la contiii q la espero con ansias!!!!
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Mensaje por DANNYKAZU Mar Ene 10, 2012 7:24 pm

waaaaaaaaaaaaaaa!!1 mi feliz lo leeeeeeeeeer!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
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Mensaje por DANNYKAZU Jue Ene 12, 2012 5:17 pm

kyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!! ya lei los 4 caps!!! que deicr??????????????
jhee esperado taaaaaaanto x estas contis!!1 y poder leerlas todas ha sido increible!!
Demoo KAzuuu.. yaa aaaacepto a Jin!!! yuimy.. las escenas entre ellos me llenan a mi de felicidfad 0.o waaaaaaaaaaaa extraño el member ai akame!!!!
ohh Jin cocinara para kazu!!!!!!!!!!!!
ira al depa de jin jion!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
kyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
mi mure x la conti!! x favor!! onegai!!
lo ruego!
prometo portarm bien!!!!
no demores mucho con la contio!!!!
mi es tu fan!
amo este fic
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Mensaje por Ecatheriina Jue Ene 12, 2012 9:31 pm

Me he leido muchos AKames.... muchos... dejame decirte, q el AKame no me emociona mucho aparte de q yo soy 100% PiKame lover~ pero, aun asi....

EN DEFINITIVA, ESTE AKAME, ES EL AKAME! LO AME! LO AME MUCHO! ES EL PRIMER Y UNICO AKAME Q ME GUSTA ASI DE WOOOOAH! NINGUNO ME HA PUESTO LOS PELOS DE PUNTA O ME HA HECHO LLORAR COMO EL TUYO.... JUST, AWESOME <3 I REALLY ADMIRE YOU <3 THE WAY YOU WRITE IS... SO SO SO SO NICE & WONDERFUL !!

Ademas, hay tantas cosas en ingles *-* Yo amo leer en ingles >///< ! Tu AKame tiene muchas cosas q me gustan <3! La sensacion y sentimientos q has dejado en mi, no te los puedo describir TwT <3

Espero no te parezca cursi ¿? xD !

Amo completamente y enteramente a Jin en este fic! NADIE habia logrado eso antes (veras... mis sentimientos hacia Bakanishi, va de love/hate ~ es complicado u.u <//3)

Cuantas veces me puse a llorar llamando a mi ichiban BAKA por no darse la oportunidad con Jin.. yo nunca he llamado asi a Kame T.T <//3! Demo es q.. realmente fue un baka aqui Dx !!

El MaruDa no me emociona del todo, pero realmente amo este *-* <3

Tu AKame es divino, es perfecto! Gracias por continuarlo *///*!! Te contare q me lo lei todo de nuevo *-* <3 Y fue como la primera vez! Desde ya me puse a llorar TwT <3

Mi comentario se esta alargando ^^''''

Etto.. anyways, I'll wait for more *-* I need more TwT! Thanks again ^^ & take care dear ^^ Hope see you soon <3 !

Loved it <3
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Mensaje por meiii.pindy Vie Ene 13, 2012 1:46 pm

Ecatheriina escribió:Me he leido muchos AKames.... muchos... dejame decirte, q el AKame no me emociona mucho aparte de q yo soy 100% PiKame lover~ pero, aun asi....

EN DEFINITIVA, ESTE AKAME, ES EL AKAME! LO AME! LO AME MUCHO! ES EL PRIMER Y UNICO AKAME Q ME GUSTA ASI DE WOOOOAH! NINGUNO ME HA PUESTO LOS PELOS DE PUNTA O ME HA HECHO LLORAR COMO EL TUYO.... JUST, AWESOME <3 I REALLY ADMIRE YOU <3 THE WAY YOU WRITE IS... SO SO SO SO NICE & WONDERFUL !!

Ademas, hay tantas cosas en ingles *-* Yo amo leer en ingles >///< ! Tu AKame tiene muchas cosas q me gustan <3! La sensacion y sentimientos q has dejado en mi, no te los puedo describir TwT <3

Espero no te parezca cursi ¿? xD !

Amo completamente y enteramente a Jin en este fic! NADIE habia logrado eso antes (veras... mis sentimientos hacia Bakanishi, va de love/hate ~ es complicado u.u <//3)

Cuantas veces me puse a llorar llamando a mi ichiban BAKA por no darse la oportunidad con Jin.. yo nunca he llamado asi a Kame T.T <//3! Demo es q.. realmente fue un baka aqui Dx !!

El MaruDa no me emociona del todo, pero realmente amo este *-* <3

Tu AKame es divino, es perfecto! Gracias por continuarlo *///*!! Te contare q me lo lei todo de nuevo *-* <3 Y fue como la primera vez! Desde ya me puse a llorar TwT <3

Mi comentario se esta alargando ^^''''

Etto.. anyways, I'll wait for more *-* I need more TwT! Thanks again ^^ & take care dear ^^ Hope see you soon <3 !

Loved it <3






Mi emocionarse mucho con tus comentarios esns erio que si y me alegra mucho que te encante el fic , bueno te informo que no lo escribi yo pero creeme que la creadora ve todos sus comentarios y se pone muy feliz al resivirlos tanto por escribirlo, como yo por poder subirlos ^^ de vdd muchas gracias por tus comentarios me lenvantan mucho el animo
graciasss besitos cuidate
i see you!!! ^^

bye
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Mensaje por Sakura Kamenashi Vie Ene 13, 2012 11:18 pm

[center]Creeme, amo este fi, lo amo, no encuentro otras palabras para describir cuanto amo este fic, he leido infinidad de Akames, creeme, hace meses que perdi la cuenta de la cantidad de fics que he leido, yo misma he hecho algunos fics, y me gustaría llegar a escribir de esta forma, hacer que la gente no pueda dejar de leer, realmente me gusta mucho, empece por encontrarlo en livejournal, pero solo fue el primer cap, cuando llegue a este foro había 13 caps, y después lo checaba constantemente, hasta hace algunos días que vi maravillada que habias subido 4 caps, realmente me gusta mucho el fic.
Agradezco que lo subas y apreciaria algunos consejos para escribir los mios, se que es un poco molesto, lo siento por eso, pero tu forma de escribir me gusta mucho, es como si realmente estuviese viviendo la historia, y puedo llorar cuando llora Kame, puedo sentir la presión, la angustia de los personajes, lo mucho que sufrian durante algunos cas, cuando Keme se enfermo realmente queria cuidarlo y mis sentimiento estaban a flor de piel cuando leia, realmente me encanta tu fic, gracias por subirlo, podría decir que es el fic que más me ha gustado durante todo el tiempo que llevo leyendo fics Akame y a parte espero con emoción, y ansiedad XD el siguiente cap. qw [center]
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Mensaje por MoKaMe Sáb Ene 14, 2012 2:03 pm

me emocione!!!!! wuaa!!! tanto esperar y 4 caps seguidos...... amo este fiic mucho!!!!! incluso hasta estoy aprendiendo ingles jaja XDD..... naa!!!! XD..... jin me cae tan bien aki ^^ ..... se porta tan lindo con mi kame!!!..... tu fic me ha hecho llorar, reir, maldecir, me sonroso y emociono a mas no poder con cada capitulo...... muchas gracias por compartirlo.... espero actualizes pronto... ^^ ... estare al pendiente..... eres una gran escritora.... gracias de nuevo... ^^
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SENSEI (AKAME) cap 27 al 35 - Página 7 Empty Re: SENSEI (AKAME) cap 27 al 35

Mensaje por meiii.pindy Sáb Ene 14, 2012 7:48 pm

SENPAI WA YOKU HATARAITERU…
(El Superior trabaja mucho…) parte 1


Maru observaba detenidamente las hojas que llevaba entre sus brazos y fruncía la boca. Uno de sus grupos no iba nada bien y pensaba tener qué darles clases extras para evitar que se atrasaran. No entendía qué sucedía… Serían muestras de que era mal profesor en caso de que todos sus alumnos estuvieran en iguales condiciones… pero no era así.
Pensó que hablar con el grupo sería mejor idea que hacer especulaciones. Quizá había algo de la clase que no les gustaba o quedaba claro y por una u otra razón, no estaban preguntando.
De repente, escuchó un ruido, como si el escritorio de algún salón se moviera un poco, casi con discreción, como cuando los fantasmas lo hacían en las películas de terror. Inmediatamente después, hubo risas, y conocía aquella voz: Era Kame.
Cerró la carpeta del grupo y caminó hasta donde creyó provenían los sonidos. Se asomó primero al aula C-15 y no había ni un alma. Era muy temprano todavía para que hubiera estudiantes en los alrededores, y él estaba ahí porque tenía qué ir al tocador y recoger unas cosas que había olvidado la noche anterior en el escritorio.
Revisó otros dos salones y no encontró nada, hasta que dio con el D-1 (no había más números con la letra D y era donde se impartía el Teacher‟s training). Quiso abrir la puerta y se dio cuenta que estaba cerrada por dentro. Lo cuál era extraño, porque aunque el D-1 estuviera cerrado casi todo el tiempo, nunca tenía seguro.
Supo que el ruido debía provenir de ahí, así que pegó su oído a la puerta y esperó unos momentos… No se escuchaba nada del otro lado. ¿Entonces de dónde?
Se retiró y se encogió de hombros pensando que quizá había sido su imaginación. Emprendió su marcha hacia el salón donde había olvidado algo e ignoró el asunto de la puerta cerrada. Cuando bajara, le diría al Director para que subiera a abrirla.
Lo que no sabía Maru, era que no estaba del todo equivocado: Kame estaba dentro de ese salón, pero no estaba solo… Jin estaba con él, y no precisamente hablando.
El menor abrazaba a su superior por el cuello y lo besaba tranquilamente, tomándose todo el tiempo del mundo para saborear sus labios, acariciando las mejillas de Jin con su nariz sin proponérselo, debido al movimiento de su rostro por los besos.
Kame soltaba suspiros que Jin adoraba entre beso y beso, sin abrir los ojos y dejar en paz su nuca.
Jin, por su parte, se dedicaba a abrazarlo y estrecharlo contra su cuerpo mientras continuaba con los besos, masajeando gentilmente su cintura y recorriendo toda su espalda con sus manos, sintiendo unas ganas irremediables de nunca dejarlo ir, las cuáles expresaba con su boca devolviéndole los besos de manera tranquila y paciente, sonriendo de vez en vez cuando Kame reía por las cosquillas que sentía en su espalda.
El ruido que Maru escuchó, provenía de ellos también, pues en ese momento, Kame empujó a Jin contra el escritorio para echarse sobre sus labios y no soltarlo hasta que se les antojara. Y obviamente, Jin no rechazó ese gesto, pues también deseaba besarlo antes de comenzar con el día ajetreado de clases… y aunque podía comérselo en el ascensor de Asahi TV, era poco seguro hacerlo, por eso prefería aprovechar todo el tiempo que lo tenía disponible en la escuela, a tener qué verlo y no poder siquiera acariciarlo.
-… Geez… -susurró Jin al ver de reojo el reloj de pared que estaba en frente suyo- It‟s time, Kazu…
-I don‟t want~ -dijo el menor estrechándose más contra el cuerpo de Jin, sonriendo ante la emoción de escucharlo hablar inglés.
-Come on, Little Teacher… We need to work and… if we don‟t appear in the office in five minutes… They will suspect about us –difícilmente se separó de Kame, dándole repetidos y pequeños besos en sus labios, viendo con satisfacción que el menor continuaba con sus ojos cerrados, disfrutando del toqueteo.
-But~… -cuando Kame abrió los ojos, esbozó un puchero de profundo desacuerdo.
-It‟s ok… Today we have time. We can go home early so… this time surely we‟ll make the squid croquettes –sonrió mientras le daba un beso en la frente y Kame acentuaba más aquel puchero de “no quiero”-. Hey! You‟re gonna make me feel bad, you little pouty teacher…
-Ok… -por fin sonrió y se sonrojó por ser tan caprichoso, así que se retiró un poco de Jin para arreglarle el saco que había arrugado un poco por su aprensión- Pero ésta vez sí cenaremos juntos, ¿ne?
-Lamento lo de la última vez. No esperaba que el Director quisiera saber todos los pormenores de cómo nos fue en la clase –le picó la nariz y le arregló un poco el flequillo, haciéndolo ver aún más lindo.
-No fue tu culpa, senpai. Últimamente has estado muy ocupado –contestó Kame negando sutilmente con la cabeza.
-Gracias, Kazu-chan –le tomó la mano y fue directamente a al puerta para salir de ahí.
-Senpai –lo llamó queriendo colgarse de su brazo.
-¿Mmm? –preguntó el mayor cuando caminaban ya por el pasillo.
-Ya se acercan las vacaciones de invierno… -escondió sus labios y sonrió sin poder evitarlo, pensando que quizá… sus sospechas se volverían realidad- ¿qué tienes planeado?
-¿Contigo o sin ti?
-Mmm… De ambas formas –por un momento sintió feo eso de “sin ti”, pero Jin también tenía vida fuera del instituto y a parte de su relación con él. Quizá quisiera ir con Maru a algún sitio o… quién sabe.
-Veamos… -se llevó una mano al mentón para pensar. La verdad es que de tanto trabajo que tenía, le era imposible pensar en vacaciones, y siendo franco, había olvidado que el mes de noviembre había comenzado hacía pocos días- sin ti tengo planeado… -e imitó una mueca de perversión que a Kame le dio un poco de celos- tirarme en el piso de mi casa hasta que llegues por mí y me rescates.
-Eso no te lo creo… -sonrió divertido y se sonrojó debido a lo siguiente- De seguro llegarías a mi casa como anoche, lanzándote sobre mí para besarme y decirme que odias los días como ayer.
-Cierto. Odio los días donde ambos estamos tan ocupados que no puedo siquiera tocarte –asintió.
-¿Y… conmigo? ¿Qué tienes planeado? –preguntó Kame sintiendo mariposas en el estómago, deseando escuchar el plan.
-¿Quieres la verdad, Kazu-chan?
-Sí –estaba muy emocionado. Quizá irían a las montañas, o simplemente a pasear y a recorrer algunas ciudades de Japón… Incluso hacer un viaje al extranjero. Cualquier cosa sería buena si es que tenía pensado pasar con él todo el tiempo.
-No tengo la menor idea. Apenas me he dado cuenta que ya viene diciembre. Estamos a primera semana de noviembre. Las vacaciones no me habían pasado por la cabeza –esperaba que Kame no se sintiera decepcionado.
-Oh… -fue lo único que pudo decir el menor, pensando que quizá se había ilusionado demasiado rápido con que Jin estuviera tan entusiasmado de pasar tiempo a solas fuera de la escuela y no solo por unos minutos o una hora libre.
-¿Tú tenías pensado algo? ¿Qué quieres que hagamos en especial? –preguntó Jin escuchándose más animado. Ahora que lo pensaba...- Ya que lo has sacado a tema, sería lindo planear las vacaciones entre ambos, ¿ne?
-¡Sí! –contestó de inmediato el menor ahora sí colgándosele del brazo, sonriendo ampliamente y llegándole un montón de ideas a la cabeza.
-¿Qué quieres hacer, Kazu-chan? –Jin se sintió más tranquilo de haber acertado en algo que lo hiciera tan feliz y siendo sincero, tenía una sorpresa pero no podía dejarla salir todavía. Quería dársela de navidad.
-Mmm… -se llevó un dedo a la boca, quedando pensativo y de repente se le ocurrió una gran idea- ¡Ya sé! ¿Por qué no vamos al Monte Fuji? –propuso emocionado- No escalarlo, es decir, tengo un amigo que tiene una posada ahí. No es en la cima, sino en las faldas. Además, el lugar cuenta con aguas termales y…
-¿Aguas termales en pleno invierno? ¿Es eso posible? –preguntó Jin con una ceja alzada.
-Es Japón, Jin. Todo es posible aquí –contestó Kame guiñándole un ojo.
-Oye… ese gesto es mío… -no pudo evitarlo y le alcanzó los labios, depositando un suave beso en los mismos.
-Jin… ya no estamos en el salón de clases… -susurró apenado.
-No te vi negarte.
-Bue-bueno… Te decía… -retomó la plática o de lo contrario se la pasarían coqueteándose hasta llegar a las oficinas- Podríamos pasar unos días ahí, ¿ne? Hace mucho que tengo ganas de ir a ver a Junno-chan y Tat-chan me dijo que…
-¿Junno-chan? –preguntó Jin alzando la ceja. Creía conocer a todos los amigos de Kame, pero cada día descubría algo nuevo de su novio y eso le encantaba.
-Ah, sí. Se llama Taguchi Junnosuke –asintió Kame con una sonrisa-. Fuimos compañeros en le Instituto, pero él no estudió la universidad debido a que se hizo cargo del negocio familiar, que es esa posada. ¿Iremos, Jin? ¡Anda, di que sí! Yo quiero ir. Además, de ver a Junno-chan podremos andar por los alrededores y comer en el restaurante que está cerca de ahí. Tiene una hermosa vista y…
-Está bien, está bien. Iremos. No he dicho que no, Kazu-chan –le besó la frente para que dejara de moverse, pues de la emoción, Kame había comenzado a jalar un poco la ropa de Jin y a dar saltitos, como si fuera un niño que le pedía a su padre que lo llevara a la feria.
-Hontou! –le brillaron los ojitos y Jin asintió- ¡Síii! ¡¡Muchas gracias, Jinjin!! –se olvidó de su propia advertencia y abrazó a Jin por el cuello, casi saltándole encima.
-¿Jinjin? –susurró el mayor pestañeando tres veces, desconcertado por escucharlo decirle así. No era que no le gustara sino que… era tan lindo cuando Kame lo decía.
-Podemos ir los cuatro juntos, ¿ne? –comentó Kame jalando la mano de Jin para llegar de una vez por todas al ascensor y comenzar el día. Jamás había tenido tantas ganas de que el tiempo transcurriera rápido para que las vacaciones llegaran.
-¿Los cuatro? –preguntó Jin sabiendo de ante mano a quiénes se refería y, por un momento, su emoción bajó debido a que tendría qué pasar las vacaciones, no solo con Maru sino también con Ueda y… no estaba seguro de que fuera buena idea.
-Llamaré después a Junno-chan para decirle que haga nuestras reservaciones –se emocionó tanto que dejó escapar una risita-. ¿Dónde quieres tu habitación, Jin? ¿Con panorámica o prefieres sea de las que están en el centro del hotel? Esas no tienen ventanas y son muy tibias en invierno, pero son como el infierno en verano –Kame hablaba y hablaba, recordando la gran posada-. Aunque hace mucho tiempo que no voy… Me pregunto si la habrán remodelado. Junno-chan no me ha comentado nada al respecto.
-Kazu-chan… -lo llamó caminando al ritmo apresurado de Kame, sintiendo un poco de dolor en su mano por la aprensión del menor.
-Podemos mandar nuestro equipaje por paquetería. El servicio llega hasta allá y Junno-chan se encargará de todo, por lo que creo poco probable que se pierda algo.
-Me parece muy bien pero… -él quería decir algo al respecto pero no quería interrumpirlo.
-Nos podemos ir en tren bala… ¿O prefieres conducir? Creo que sería mejor idea que tomáramos el tren, ¿no crees? Si conduces llegarás cansado, Jin –volteó con su novio y le regaló una dulce sonrisa-. Te la pasas trabajando y lo que menos quiero es que en vacaciones también te canses.
-Amor –alzó un poco la voz para hacerlo callar, entonces Kame se detuvo y, aunque la palabra le sonó dulce porque era la primera vez que Jin lo llamaba de aquel modo, también le supo un poco amarga por el tono en que la empleó-, me estás lastimando –el sonrió con dulzura y se soltó de la mano de Kame para mover sus dedos un poco, los cuáles se sentían fríos por la poca circulación de su sangre.
-Ah… Perdóname… Me emocioné y… -dijo Kame bajando la cabeza y sonrojándose de vergüenza.
-Tranquilo –Jin le tomó el rostro por las mejillas le dio un corto beso en los labios-. Tus planes no me incomodan en lo absoluto- a excepción de Ueda, pensó-. Haz las reservaciones y todo lo que creas necesario. Incluso si quieres mandarme a mí también por paquetería no me opondré.
-Jin, no digas eso –sonrió divertido pero de inmediato guardó silencio cuando escuchó lo siguiente…
-Pero… quiero pedirte algo… -tomó sus manos y las acarició con gentileza.
-Dime.
-Sino quieres, no te obligaré pero… -se mordió el labio inferior y se sonrojó… Pedirle lo siguiente era difícil, y más porque esperaba que no lo malinterpretara- Cuando reserves los cuartos… no pidas tres.
-¿Eh? –ladeó la cabeza sin comprender. No creí que Maru y Ueda quisieran estar separados, pues ya eran una pareja en todo el sentido de la palabra y además, dudaba mucho que su mejor amigo quisiera estar lejos de su novio.
-Solo pide dos –levantó un poco la mirada para observarlo, quien continuaba sin comprender-. Amor, te estoy pidiendo compartir la misma habitación. Quiero dormir contigo –sonrió como si tal cosa fuera lo más lindo que pudiera decirle, pues sabía que eso podía escucharse demasiado comprometedor, pero no quería darle un sentido tan íntimo sino… pasar las noches con Kame. Dormir a su lado y abrazarlo si tenía frío… Eso era todo.
-Ah… Ji-ji-ji… -no podía decir claramente su nombre porque estaba demasiado sorprendido por la petición-. Tú-tú quie… res…
-No, no, escúchame, Kazu-chan. No me malentiendas –le acarició las mejillas hablándole tranquilamente-. Solo quiero dormir contigo pero sin llegar a tocarte del modo en que imaginas. Hay una gran diferencia entre eso y “hacer el amor”.
-Es… que… mucha gente las usa como… sinónimo una frase de otra… -contestó el menor sintiéndose como un pervertido al malentender a Jin.
-Lo sé, pero no es lo que imaginas que quiero. No voy a abusar por la noche tampoco. Estate tranquilo. Solo quiero compartir la misma habitación –Kame asintió con las mejillas encendidas y un puchero de pena-. Así sería más económico, ¿no?
-Solo lo quieres por… -no creía capaz a Jin de buscar algo económico y valerse de eso para estar con él. Así no era su novio.
-Claro que no –movió la cabeza en forma negativa, teniendo mucha paciencia para explicarle-. Comprendo que entre los dos hay una diferencia de cinco años. Yo tengo más experiencia que tú y no voy a aprovecharme de eso. Sé que has de pensar que tengo algunas necesidades qué satisfacer, pero créeme, por el momento lo único que quiero ahora es compartir el mayor tiempo posible contigo ¿me explico? –besó su frente y adoró la expresión embobada que tenía Kame- Claro que llegará el momento en que quiera hacerte mío –el menor escondió los labios y no pudo evitar sentirse tan nervioso que sus ojos brillaron de emoción y temor-, pero esperaré el momento preciso. Quiero que te sientas seguro y no presionado –lo vio asentir y pudo leer en su mirada que moría de ganas de darle un beso, así que le cumplió el deseo-. Por el momento, solo quiero dormir a tu lado.
-Sí, Jin… Entiendo… -asintió el menor con una sonrisa en el rostro.
-Me alegro –le soltó el rostro y… pensó que Kame apenado era lo más lindo que había visto en su vida.
-Cada beso que se dan me deja un año más viejo –interrumpió la voz de Maru detrás de ellos.
Ninguno de los dos se soltó al reconocerlo, y voltearon en la misma dirección, tomándose de la mano.
-¿De que hablas, Bakamaru? –preguntó Jin sabiendo perfectamente a qué se refería.
-Es muy arriesgado que anden besándose aquí, Jin –miró de reojo a Kame, quién se escondió detrás del otro para evitar ser reprendido-. Sé que aún es muy temprano para que haya gente en el tercer piso, pero tengan más cuidado. Ésta vez fui yo el que los vio, pero imaginen si fuera alguna otra persona. Sean más cuidadosos, por favor.
-Gomen ne, Maru –dijo Kame aún escondido.
-Está bien, Kame-chan. Sé que no es culpa tuya y quién debe de estarte echando a perder es él –sonrió para molestar a Jin.
-Oye… te sorprendería lo que es capaz de hacer y…
-¡Jin! –Kame jaló su saco de la espalda, completamente sonrojado. No quería que abriera la boca sobre sus… provocaciones.
-Vámonos ya, tórtolos –Maru sonrió ante la queja de Kame y comenzó a caminar hacia el pasillo que daba al ascensor.
-Jin… -lo llamó saliendo de detrás de suyo, y Jin le dirigió una mirada para ponerle atención- quizá debamos decirle a Maru de una vez lo del viaje, ¿ne?
-Tienes razón –volvió a tomarle la mano y ambos siguieron al profesor de francés-. ¡Hey, novio del año!
-¡Claro que conozco a Junno! –dijo Ueda saliendo de la cocina con el batido que estaba preparando. Maru le había dicho que tenía ganas de una malteada de fresa, que no entendía por qué tenía ganas si esas cosas se consumían por la mañana, pero Ueda, muy sonriente estaba consintiéndole el capricho.
-¿Entonces te gusta la idea? –preguntó Maru quitándose el saco y tirándolo a lo largo del sofá.
-¡Sí! –regresó a la cocina y se escuchó el andar de la licuadora.
-En ese caso debes darle vacaciones a tus estudiantes por quince días, Tat-chan, porque nos iremos tan pronto como el calendario marque la primera quincena de diciembre –Yuichi se acercó a la encimera por donde podía ver al interior de la cocina.
-¿Tantos días? –apagó el aparato y volteó con Maru muy sonriente- ¡Genial!
-Me da gusto que te agrade la idea –sonrió enternecido por la carita soñadora de su novio.
Ueda no dijo nada más y le sirvió la leche con fresas a Maru, deslizando el vaso por la encimera donde se recargaba.
-Quisiera pedirte algo –dijo Maru batiendo con la pajita que Ueda le extendió.
-¿Qué? –salió de la cocina y se sentó en uno de los banquillos que estaban en frente de del comedor de repisa, pegado a la cocina.
-Como iremos los cuatro, me gustaría que intentaras por lo menos llevarte bien con Jin –Maru dejó la malteada de lado y atrajo a su novio por la cintura para sonreírle como le gustaba, intentando convencerlo.
-… No lo sé, Yucci… él no me simpatiza –contestó Ueda esbozando un puchero de inconformidad.
-Lo sé pero… es el novio de tu mejor amigo y… Jin y yo nos conocemos desde hace mucho tiempo. Por favor… -le besó el hombro, hablándole con ternura- hazlo por mí, ¿sí?
-Mmm… -se cruzó de brazos y frunció la boca, no muy convencido de querer hacerlo pero no podía decirle que no porque Maru muy pocas veces le pedía algún favor.
-Yucci no es feliz si sus amigos no se llevan bien –hizo un puchero tipo Kame que se vio muy extraño en su rostro, por lo que Ueda le tapó la cara con ambas manos y le regaló un tierno beso en los labios sobre de ellas.
-Está bien, amor. Lo haré –contestó descubriéndole el rostro.
Maru sonrió complacido y se acercó para darle un tierno beso, el cual Ueda alargó cuanto quiso y como pudo.
-… Sabes a fresa… -Ueda le dio un corto beso- Qué rico~…
-Y… -Maru se corrigió la garganta después de aquellos comentarios que lo hacían sentir un poco apenado- también… creo que tendremos qué abstenernos ahí. Por lo que Kame me comentó, nuestras habitaciones están juntas y… bueno… ya sabes… sería un poco vergonzoso que nos escucharan, ¿no crees? –comentó el mayor sonrojándose hasta la nariz.
-¡¿Eh?!~ -se quejó Ueda haciendo un puchero de capricho- No quiero~… Yo quiero hacer el amor contigo en aquel hotel. Hace tiempo fui a quedarme unos días y es muy cómodo. Quiero que me hagas tuyo en esos futones, Yucci… -se bajó de su banquillo y, como pudo, se subió al de Maru para sentarse en sus piernas.
-Tat-chan… n-no hables así –claro que él también quería tenerlo en cualquier parte, pero no podían comportarse como siempre fuera de la casa, y más cuando Jin y Kame apenas estaban saliendo. Prácticamente tenían poco más de un mes de tratarse como pareja y su amigo le había confesado, que no quería ir muy rápido con Kame por temor a asustarlo.
-No puedo evitarlo… Me gusta cuando estamos juntos… Haces que lo disfrute mucho y… -le encantaba hablarle así aún si a veces le daba vergüenza ser tan directo, pero adoraba ver a Maru sonrojado y en un apuro por controlar sus impulsos.
-Shh… -le tapó la boca para evitar que continuara hablando o terminarían nuevamente fuera de la habitación, además ese día había llegado con los ánimos de solo mimarlo más no de terminar pasando a la cama y consumir ahí sus energías- Ya entendí… Buscaré la forma, pero… sino se puede, no haremos nada, ¿está bien?
-Me privas de mis vicios, Nakamaru –se bajó de su regazo y se fue con los brazos cruzados, directamente a la habitación, la cuál cerró sintiéndose derrotado porque Maru se había rehusado. Tenía qué inventar nuevas tácticas de seducción para hacerlo caer ante sus deseos.
Maru suspiró. Sabía que su novio no estaba enojado, solo que quería algo con demasiadas ganas y… siendo sincero… a él también le encantaba intimar con Ueda. Ambos tenían tanta química, que siempre era diferente. Ninguna ocasión la sentía igual y era muy lindo para él que su relación fuera tan creativa.
No solo se refería a cuando estaban en la cama, sino en cualquier parte, haciendo cualquier cosa. Incluso cuando veían la TV. Siempre era diferente…
Tomó el vaso de malteada y continuó bebiéndola. Cuando terminó, entró en la cocina para lavar la loza y se dio cuenta que… había dos tazas de té en el lavaplatos… Ladeó la cabeza y se preguntó si su novio había tenido visitas. Le extrañaba porque cuando sus padres iban a verlo, siempre le decía. Se encogió de hombros, pensando que quizá era de algún alumno, así que no había por qué preguntar. Sí lo haría, pero no era cosa que le quitara el sueño.
Estuvo un par de horas trabajando. Sacando promedios de algunos grupos y revisando tareas de otros, corrigiendo un poco su plan de trabajo y pensando sobre el salón que estaba sacando malas notas. Confiaba en que si iba más lento en las clases quizá los alumnos pudieran comprender mejor.
-Yucci-Yucci-Mi-Yucci~ -llamó Ueda melodiosamente desde la habitación, apenas asomando su rostro.
-Dime, Tat-chan –preguntó el mayor esbozando una sonrisa, pero sin verlo porque sino perdería el hilo de lo que estaba calificando.
-¿No vienes a dormir? –preguntó saliendo del cuarto oscuro y acercándose a su novio.
-No puedo todavía. Tengo trabajo pendiente –volteó con el menor cuando sintió que se sentó a un lado suyo y le besó la frente en una despedida nocturna y buenas noches-. Ve tú primero. Te alcanzo cuando termine.
-Pero la cama se siente tan fría cuando tú no estás~ -hizo un puchero de insistencia-. Anda, ven conmigo a dormir, ¿sí? Quiero que cuando cierre los ojos, sentir que estás ahí.
-Perdóname, mi amor –sintió mucha ternura por Ueda y le regaló un suave beso en su frente de nuevo para calmarlo-. De verdad debo terminar esto para mañana, pero te prometo que en cuanto lo haga, iré a la cama, ¿ne?
-Pero…
-Ve a dormir. Mañana quiero que vayamos a desayunar antes de irme al trabajo.
Se sonrojó debido a la caricia de Maru en su rostro y le tomó las mejillas para darle un dulce beso en los labios, dándole las buenas noches y retirándose a la habitación, con una carita de pena que a Maru le dio remordimientos pero… tenía qué terminar su trabajo o el Director iba a reprenderlo.
Después de unas horas, sintió sus ojos arder y miró el reloj. Ya pasaban de las dos de la mañana, pero afortunadamente había terminado lo más importante. Lo demás lo podía dejar pendiente y no habría tanto problema.
Como le prometió a Ueda, dejó todo en su lugar y apagó las luces del apartamento para dirigirse a la cama. Encendió la pequeña lámpara de noche que estaba al lado suyo y procuró no despertar a Ueda, quién ya estaba profundamente dormido, tocando el lugar de su novio como si estuviera buscándolo.
El mayor sintió tanta ternura que quiso besar su frente, pero se contuvo porque podría despertarlo, después de todo, Ueda tenía el sueño muy ligero (le sorprendió que no se despertara con el menor ruido y la luz de la lámpara). Buscó su pijama y se cambió, dejando su ropa en el perchero que tenía a un lado de la puerta del baño. Se metió a la cama lentamente, mirando a Ueda que continuaba dormido. Movió sus manos de lugar y entonces logró lo que tanto estaba cuidando no hacer…
-¿Yucci?~ -preguntó Ueda con la voz quebrada y abriendo ligeramente los ojos, buscando el rostro de su novio.
-Shh… -dijo el mayor acomodándose bien para recostarse- Vuelve a dormir.
-¿Terminaste?~ -buscó a tientas su pecho y se recostó en él, abrazándolo y sonriendo porque consiguió que Maru hiciera lo mismo. Le encantaba dormir así con él.
-Sí. No te preocupes, amor. Duérmete de nuevo… -besó su cabello y lo cubrió un poco más con las sábanas.
-Te amo, Yucci… Te amo tanto… -susurró volviendo a caer en un profundo sueño, lo que a Maru le pareció un poco extraño porque Ueda parecía muy cansado.
-Yo también –tomó una de sus manos y le besó el dorso, viendo su hermosa piel nívea tan suave y brillante… ¡¿Un… morete?!
Maru abrió mucho los ojos al encontrarse tan horrible daño en su novio. Cubría toda su delgada muñeca y tenía una forma muy extraña. ¡¿Cómo se lo había hecho?! No se había dado cuenta que lo tenía porque Ueda llevaba una camisa de manga larga… pero al momento de que le dio el beso de buenas noches… ¡Todo por su trabajo! No se había dado cuenta de eso y…
-Amor… Tat-chan… -lo llamó para despertarlo y preguntarle la razón de aquella herida, porque se veía tan fea que le daba miedo que algo tuviera infectado dentro- Amor, despierta… Tat-chan…
-Mmm~… -Ueda no abrió los ojos, solo se acomodó más en el pecho de Maru y susurró su nombre.
-Hey… -trató de nuevo acariciándole su mejilla disponible.
Dio resultado la caricia porque Ueda suspiró profundamente y abrió los ojos con pesadez, como si le costara trabajo. Volteó con su novio, y como si estuviera todavía soñando, se estiró para alcanzarle los labios y jugar con su nariz por todo su rostro.
-Tatsuya, ¿cómo te hiciste esto? –preguntó ignorando sus caricias, que aunque le gustaban en el fondo, no era por eso por el que lo había despertado.
-¿Eh? –preguntó todavía muy ido, mirando a su muñeca, la cual Maru tenía sostenida delicadamente para evitar hacerle daño en caso de que doliera.
Cuando Ueda recobró mejor la visión y estuvo más consciente de sus actos, su miedo fue tal que se sentó en la cama y se soltó de Maru, escondiendo la marca. ¡Tonto!, se dijo, había decidido dormir con una muñequera puesta en caso de que Maru descubriera lo ocurrido, pero cuando el mayor se negó a ir a la cama con él, se olvidó por completo de las precauciones gracias a la decepción de tener qué dormir solo.
-Tat-chan… -lo llamó al verlo asustado, volteándole el rostro y cubriéndose la muñeca con la manga larga de su pijama.
-Me… golpeé –contestó Ueda de pronto, no viniéndosele una mejor respuesta a eso.
-No me tomes por tonto. Eso no es un golpe… ¿Quién te lo hizo? –insistió sabiendo ya de ante mano qué tipo de marca era.
-Nadie –se encogió más debido a no saber cómo responderle.
-Tat-chan –lo hizo voltear con él, tomándolo por los hombros y girándolo delicadamente, a lo que Ueda no se negó-, ¿qué pasó?
Los ojos de su novio se llenaron de lágrimas y se acercó un poco más a Maru para rodearlo y apoyarse contra su pecho. Sentía mucha vergüenza por no haber podido hacer nada al respecto y también, de haber sido descubierto. Solo quería dormir y dejarlo pasar. De alguna manera sería más cuidadoso para que la situación no volviera a repetirse pero… sobre todo, no quería preocupar más a su novio.
-No llores… Dime qué pasó, amor… Quiero cuidarte. Ayúdame a hacerlo, por favor –pidió el mayor acariciándole la espalda para tranquilizarlo. Quería saber de una vez qué había sucedido, pero al parecer, Ueda no hablaría. Sin embargo, para él solo había una respuesta… solo había una persona que podía hacerle daño-. Fue Nishikido-san, ¿cierto?
Entonces el cuerpo de Ueda dejó de temblar y por un momento pareció ni siquiera respirar. Fue cuando Maru se dio cuenta que había dado en el clavo.
-¿Qué pasó? ¿Quiso llevarte a la fuerza a algún sitio? –intentó retirar a Ueda de su pecho, pero el menor no se dejaba, solo se aferraba cada vez más a Maru, como si lo que estuviera preguntando lo volviera a vivir.
-Yucci… tengo miedo… -susurró por fin, después de un largo silencio en el que Maru se debatía en insistir o calmarlo antes de continuar.
-Lo sé, por eso déjame ayudarte…
-No quiero que te haga daño… -sollozó- Si te hace algo yo me muero…
-Hey, no digas esas cosas… ¿De qué hablas? –logró retirarlo un poco de su regazo y observó su rostro, el cual estaba húmedo por las pocas lágrimas derramadas. Lo limpió con la manga de su pijama y agregó un cariñoso y largo beso en los labios- No vuelvas a decir esas cosas… Si tú te mueres, yo también…
-Yucci… -lo abrazó de nuevo por la espalda y descansó su rostro en su hombro, mirando su muñeca que estaba amoratada y recordaba lo animal que se había comportado Ryo.
-¿Por qué no fuiste de nuevo a la escuela? ¿Por qué no me buscaste si ese tipo te volvió a seguir? –preguntó Maru tomándole la mano herida y llevándosela a la boca para darle un beso delicado en la zona dañada.
-Porque de hacerlo, habrías salido a buscarlo… -susurró preocupado, mirando cómo Yuichi mimaba cada centímetro de su muñeca- Habrías visto mi muñeca y quizá habrías actuado como Akanishi-san…
-Quizá… -no era tan espontáneo como Jin, pero cuando Ueda y la palabra “daño” se juntaban en una misma oración, podía comprender un poco mejor las reacciones de su mejor amigo. No toleraba que lo hirieran… y menos un psicópata que no entendía que ya todo había terminado- Tat-chan, ¿te siguió hasta aquí? –continuó hablándole con suavidad.
-No –negó con la cabeza-. Pude despistarlo pero… estaba muy asustado… Creí que me alcanzaría…
-¿Cómo lo lograste? –quizá la muñeca de su novio estaba lastimada, pero habían más daño en su interior, porque estaba temblando de miedo, no de frío. Podía sentir su pánico porque lo emanaba. Su piel estaba fría y la voz le temblaba un poco.
-Salí a comprar té porque Tarou-kun está enfermo y le di un poco para que entrara en calor antes de comenzar la clase –se estrechó más contra Maru, quién lo rodeó sintiendo lo pequeño y delgado que era-. Me lo encontré cuando salí de la tienda y me dijo si podíamos hablar, solo como dos amigos. Le dije que no podía porque tenía clases y se enfadó –no quiso cerrar los ojos aún si estaba asustado, porque de hacerlo vería nítidamente la imagen-. Me tomó la muñeca y me dijo que DEBÍA darle mi tiempo en recompensa del que él ha perdido esperándome… Me asusté y quise huir, pero me tomaba con mucha presión y…
-Shh… Es suficiente… Comprendo la situación –frotó sus brazos intentando hacerlo entrar en calor, pues sus manos estaban heladas del temor que sentía.
-… Me dijo que cuánto cobraba, Yucci… ¡Fue horrible! –escondió su rostro en su pecho y volvió a sollozar, sintiéndose como un objeto debido a las palabras y acciones de Ryo.
-Tat-chan… Debiste buscarme… Debiste ir –le susurró con ternura besando su oreja, acariciando cada centímetro de su cuerpo para hacerlo sentir a salvo y lograr que sus espasmos se calmaran.
-Quise decirte cuando llegaste pero… te vi tan cansado… Y cuando salí de la habitación… te vi tan ocupado… No quise molestarte…
-Oye, mírame… -Ueda obedeció, separándose más de a fuerzas que de ganas- Nunca eres una molestia, ¿entiendes? No me ocultes éstas cosas. Así como fuiste la última vez a buscarme porque te siguió… hazlo cuantas veces sean necesarias…
-Pero…
-Tat-chan, ¿qué te dije cuando hicimos el amor por primera vez? ¿Qué es lo que hago todos los días y con gusto?
-¿Amarme? –contestó sonrojado.
-Sí, y lo quiero expresar también PROTEGIÉNDOTE. Comprendo que quieras resolver solo el problema con tu ex novio, pero déjame cuidarte cuando él esté amenazándote, ¿comprendes? No quiero sentir que no pude hacerlo –le acarició las mejillas con sumo cuidado, queriendo besarle los labios, pero podía dejarlo para después.
-Lo siento… -bajó la cabeza apenado, poniéndose en el lugar de su novio, comprendiendo que si algo le pasara a Maru y él pudo hacer algo para evitarlo, se sentiría como la persona más inútil del mundo.
-También perdóname a mí –volvió a abrazarlo con fuerza, sintiendo pena de no haberse dado cuenta que Ueda lo necesitaba cuando le pidió que durmieran juntos-, debí saber que algo andaba mal cuando fuiste por mí para dormir.
-Tenías trabajo qué hacer –Ueda se sentía ahora más tranquilo, más seguro de estar con la persona que quería, pero también sentía un miedo abrazador con respecto a que algún día, Ryo descubriera dónde vivía y con quién.
-Mi trabajo nunca será más importante que tú –le dio un beso en la frente-. Te amo, mi amor.
-Cualquier otra persona ya me habría dejado por el peligro que representa estar conmigo… -sonrió sintiéndose afortunado de que estuviera enamorado de él, tanto como para no dejarlo ir.
-Tienes suerte de que yo no sea cualquier persona –sonrió cuando escuchó a Ueda reír discretamente.
-Mamá tiene razón –cerró los ojos, sintiendo de repente que el cuerpo le pedía descanso.
-¿Uh? ¿De qué hablas? –preguntó el mayor sintiendo viéndolo más relajado.
-Ella me dijo, la primera vez que habló contigo, que vino a visitarnos, que eras un chico muy puro… Que estaba segura que… tú…
-¿Mmm? –volteó con él y lo vio con los ojos cerrados, respirando profundamente.
-… amabas a… la persona que… soy y… no mi… apa… ri… Yucci… -Maru sonrió al verlo casi dormirse en sus brazos, tan rápidamente que hasta le pareció extraño- te amo… tanto…
-Yo también… -le susurró depositándolo suavemente en la cama, cubriéndolo con las sábanas y acomodándose a su lado para abrazarlo.
-Yucci… -entre dormido y despierto, lo jaló como pudo para acercarse lo más posible y dormirse de nuevo sobre su pecho, logrando que Maru lo abrazara.
Viéndolo muy cómodo en aquella posición, Maru terminó de acomodarse en la cama y alargó el brazo para apagar la lámpara. El cuarto entero quedó en oscuridad, pero él podía ver perfectamente la nuca de Ueda. No podía permitir que la persona que tanto amaba fuera hostigada de aquel modo.
Había una forma de parar aquella situación, pero no podía actuar solo. Necesitaba la ayuda de Ueda, y en caso de que él se negara, entonces tendría qué recurrir a Jin, pero ya estaba cansado de verlo asustado porque veía a su ex novio, o lo seguía, lo llamaba, etc. Ueda había tenido qué cambiar el celular debido a las llamadas insistentes, que aunque comenzaron a disminuir, a Maru comenzó a darle mucho miedo por su seguridad.
Debía admitirlo, a veces, cuando salía del departamento, le daba miedo dejarlo solo. Muchas veces quería llamar desde la oficina para saber cómo estaba y sino había sucedido nada. Quería ser quien mantuviera la calma, debido a que era obvio que Ueda se moría de miedo.
Sí. Esa situación debía terminar…
Y decidido aquello, cerró los ojos para descansar.
-Senpai, aquí está el informe que me pidió –dijo Machiko entregándole una hoja a Jin, el cual la tomó con la mano en la cabeza y con una expresión de fatiga.
-Bien, Hiromiya-sensei –contestó el mayor esbozando una sonrisa.
Machiko no se fue enseguida, sino que se quedó a su lado, observando cómo su superior se tocaba la frente y se quejaba en silencio, haciendo muecas de incomodidad.
-Senpai… ¿se siente bien? –preguntó la chica preocupada.
-Sí, es solo que me duele un poquito la cabeza –mintió, pues la sentía explotar y estaba desesperándose porque desde la noche pasada el dolor no se iba.
Estaba enfadado por eso, pues de nueva cuenta, Kame y él no pudieron cocinar nada por ese maldito dolor de cabeza. El menor lo había hecho dormir un par de horas, lo que ayudó a disminuir la molestia pero no desapareció por completo. Sin embargo, le mintió a su novio diciendo que se sentía mejor y se fue a casa, donde el dolor continuó, aunque lo dejó dormir.
-¿Quiere que le traiga una analgésico?
Cuando Kame escuchó, volteó con ambos y se quedó observándolos como si aquella situación fuera problema suyo. Se preocupó debido a que anoche también había tenido dolores, y ahora, esa misma mañana le regresaban…
-Yo iré, Hiromiya-sensei –dijo el menor poniéndose de pie y dejando de lado todo su trabajo.
-Hai –la chica fue directamente al despachador de agua y llenó un vaso.
Jin se sintió tonto al dejar que Kame se enterara de su estado. Ahora seguramente estaría preocupado por él todo el día.
Minutos después, el mayor se había tomado la pastilla. Estaba más que nada enojado consigo mismo por tener un cuerpo tan débil. Odiaba no ser lo suficientemente fuerte como para que las presiones de todos los días no le afectaran. Quería ser como su jefe, el Director, que si se enfermaba nunca lo daba a notar.
Por su parte, el menor le dirigía miradas de soslayo, las cuáles reprobaba Koki. De verdad estaba preocupado porque sabía que los dolores de cabeza eran muy malos para el cerebro, y más si la persona que los tenía se los aguantaba.
Tomando de excusa que debía entregar el informe de sus clases de inglés, Kame se acercó a su superior con la intensión de saber si el dolor se había ido.
-Senpai –lo llamó sintiéndose nervioso porque Jin parecía molesto.
-Ah, ¿qué pasa? –Jin tuvo qué fingir una sonrisa para no alarmar a Kame, pues el dolor no se iba y al contrario de disminuir, se había incrementado.
-Mi informe –se lo extendió y su novio lo tomó para dejarlo junto con los demás- …¿Sigue doliendo? –apretó los labios esperando una respuesta negativa.
-No te preocupes. Ya pasará. Regresa al trabajo –contestó con la misma sonrisa.
-Ten –sacó de su bolsillo un dulce de leche, llamado “Miruku no kuni”-. Dicen que los dulces también son buenos para los dolores de cabeza.
-¿En serio? –lo tomó y quedó enternecido por las atenciones de Kame, además de que la envoltura del dulce era muy linda: una granja con sus vacas y árboles- Gracias. Lo comeré en caso de no haber mejoría.
Kame asintió con una sonrisa, sintiéndose más tranquilo de que aceptaba tomar cuantos remedios le dieran para que se sintiera mejor.
-Hoy deberías llegar a casa a descansar, senpai. Quizá estás así porque trabajas demasiado… -dijo preocupado.
-No te preocupes. Es normal que pasen éstas cosas –Jin quiso apretar la mano de Kame, pero tuvo qué contenerse-. Anda, regresa a trabajar.
-Hai…
-A diferencia de todos, a ti te duele más seguido la cabeza, Jin –interrumpió Maru que se había acercado para reprenderlo, pues ese tipo de malestares eran tan comunes en su amigo, que le molestaba que no se hiciera un chequeo.
-¿Eh? –preguntó Kame asustado.
-Maru… Vete a trabajar también, no digas cosas innecesarias –Jin se puso de pie para evitar ser interrogado por el menor y tomó sus cosas. Sería mejor ir a darle los informes al Director aún sino los había leído, pero no quería ver la cara de Kame con tal expresión.
-Jin –lo llamó Maru, pero el mayor no le respondió.
-Senpai…
Horas más tarde, Kame caminaba por los pasillos de la escuela, con una cara de preocupación en el rostro, que varios alumnos ya le habían preguntado qué le ocurría. Quería hablar con Jin sobre el asunto de sus dolores de cabeza, pero no sabía cómo abordar el tema sin que su novio se enfadara y además… tendría mucho tiempo para hacerlo cuando fueran a Asahi TV.
-You must go with a doctor, Jin –escuchó la voz de Melody doblando el recodo para dar con otro pasillo.
-I‟m fine. Don‟t bother –contestó Jin tajantemente.
-Don‟t be silly, Jin. The headaches are very dangerous. Maybe you have something in your brain and you don‟t know! My brother has migraine problems and he didn‟t know until the last year. Please, go with a doctor. If you don‟t want do it for you, then do it for your girl. Maybe she‟s pretty worried –reprendió Melody escuchándose muy molesta por la terquedad de Jin.
A Kame le sorprendió que la profesora (su rival) le dijera esas cosas, considerando que ella también lo quería a su lado. Quizá no era tan mala persona como creía… solo no se llevaban bien, pero eso no quería decir que no fuera una persona comprensiva.
-It‟s just a headache. It will pass.
-What are you eating? –Kame ladeó la cabeza y pensó que estaría comiendo el dulce que le dio.
-Milk candy –contestó sin rodeos.
-Well… candys are good for headache too.
El menor salió de su escondite para encontrarse con ambos maestros que continuaban hablando. Fue entonces cuando Melody hizo una mueca de molestia y desvió la mirada, pensando que el menor había llegado en el peor momento.
-Kamenashi-sensei… -dijo Jin esperando que no hubiera escuchado la conversación, ya que sabría que continuaba con el mismo malestar.....
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SENSEI (AKAME) cap 27 al 35 - Página 7 Empty Re: SENSEI (AKAME) cap 27 al 35

Mensaje por meiii.pindy Sáb Ene 14, 2012 7:54 pm

SENPAI WA YOKU HATARAITERU…
(El Superior trabaja mucho…) parte 2


-Ah… Iba a la oficina para arreglar mis cosas –habló con temor debido a que no quería que Jin se enfadara por escuchar la conversación. El mayor le había pedido que no se escondiera como si estuviera haciendo algo malo, y mucho menos que escuchara charlas que no debía.
-Sí. Después de mi clase lo alcanzo –contestó Jin pidiéndole con la mirada que se retirara del lugar.
-Hai… Shitsureishimasu… -fue lo último que dijo para abrirse paso entre los dos, volteando de vez en cuando, preocupado.
-Jin –llamó Melody de nuevo.
-Yes? –no le quitó la mirada de encima a Kame hasta que su compañera lo llamó. No quería que se preocupara por cosas innecesarias, y mucho menos que tomara en cuenta las palabras que había escuchado.
-Think about it. If those headaches are…
-Just leave me, Melody. You don‟t know nothing about me anyway –fue lo ultimo que salió de su boca antes de dirigirse a su última clase. Después debía ir corriendo a Asahi TV junto con Kame, quién de seguro iba a darle un sermón parecido al de Melody. No quería escuchar más esas cosas, sobre todo porque los dolores de cabeza lo ponían de malas y… la paciencia se volvía cero.
No hablaron durante todo el camino. Kame quería abordar el tema de su malestar, pero temía incomodarlo y además, quería pensar que el motivo para su malhumor era porque alguna persona lo hiciera enfadar en la escuela… pero muy adentro sabía que no era así.
Jin estacionó el coche sintiéndose mareado. El maldito dolor de cabeza estaba haciéndolo sentir nauseas y no disminuía en absoluto. ¿Qué más podía salir peor? Nada más faltaba que se equivocara seguido en la clase con los ejecutivos. No quería eso porque quizá tendría qué dejarle mucho trabajo a su novio, quién apenas estaba acostumbrándose a asistir en esas clases.
-¿Estás bien? –preguntó Kame tomándole delicadamente la mano cuando Jin apagó el coche y se llevó dos dedos a la frente para masajearla delicadamente.
-Sí… -contestó aguantándose- Sí, amor, estoy bien… -se retiró los dedos y volteó para sonreírle mientras apretaba delicadamente su mano- Vamos.
-¿Quieres otro dulce? –pensó que si insistían con los dulces y no con las pastillas, pronto podría pasar.
-Seguro. Estaba delicioso –y estaba diciendo la verdad-. Aunque más me gustaría un beso tuyo.
-No te lo puedo dar ahora –sonrió apesadumbrado y sacó la golosina de uno de los bolsillos de su saco.
Jin la tomó y la abrió rápidamente para echársela a la boca, sintiendo la textura maciza y cremosa del dulce. Sabía delicioso, la leche y el sabor poco empalagoso lo disfrutaba, pero no era como si aquella sensación estuviera haciéndolo olvidarse del malestar.
En poco tiempo estuvieron fuera del automóvil y caminaron hasta el edificio. Volvieron a presentarse en recepción y pasaron de inmediato al elevador, donde esperaron a que las puertas se abrieran.
Kame miraba de reojo a Jin de vez en vez. No parecía sentirse mal ahora estando dentro del edificio de Asahi TV, sino que mágicamente se había curado su dolor de cabeza… Claro que creería eso si no lo hubiera visto antes tocarse la frente delante del ascensor.
Y obviamente el mayor podía sentir la mirada preocupada de su novio. No quería voltear con él porque posiblemente le pediría que dejara de mirarlo así, pero no con su habitual tono dulce de siempre. Estaba perdiendo la paciencia consigo mismo por no ser capaz de ignorar tremendo malestar.
Entraron cuando las puertas se abrieron, y unos cuantos empleados también lo abordaron, con carpetas, maletines, etc. Ambos se quedaron en la parte trasera de la habitación móvil y esperaron.
Kame miró a Jin con más preocupación cuando este se llevó los dedos al tabique dela nariz, intentando hacer pasar la presión de su cabeza. Se sintió tan impotente de no poder hacer nada por quitarle ese dolor, por lo que tomó su mano para hacerle sentir que estaba ahí.
Jin volteó enseguida, observando su profunda angustia y quiso besarlo, pero el lugar no era seguro. A cambio, le regaló una dulce sonrisa para que no continuara con aquella carita de preocupación, pero Kame no la cambió.
Cuando por fin no había otra persona más que ellos en el ascensor, Kame se colgó del cuello de Jin, cuidando no ser muy brusco para evitarle cualquier molestia al besarlo. Le dio tranquilos, cortos y suaves besos sin moverse demasiado, porque sabía que en aquellos momentos en que la cabeza dolía tanto, moverla era tan incómodo que a veces uno sentía que se caería.
Al separarse, Jin se saboreó los labios al igual que Kame, quién quiso mejorar su humor. Sino servían las medicinas, ni tampoco los dulces, entonces distraerlo también era buena opción.
-Sabes a leche… -dijo Kame sonriendo y sonrojándose debido a lo impulsivo que había sido.
-Quién sabe por qué, ¿ne? –contestó Jin esbozando una sonrisa divertida, pero de nuevo todo le daba vueltas.
Kame se rió por lo bajo y le acarició el rostro a Jin, quién cerró los ojos para disfrutarlo.
-¿Te duele mucho? –preguntó preocupado para después darle un tierno abrazo por la espalda.
-Solo un poquito –mintió de nuevo. De verdad estaba sintiéndose muy mareado debido al dolor de cabeza, pero no quería asustarlo. Le devolvió el abrazo y besó su cabello sintiendo un dolor punzante en su sien cuando agachó un poco la cabeza.
-Ne, deberías ir a ver a un médico –antes de que Jin respondiera a eso, utilizó una táctica que Melody le aconsejó sin querer-. Si quieres te acompaño, senpai. Hazlo por mí, ¿ne?
-Es solo un dolor de cabeza, Kazu… No me estoy muriendo –le sonrió comprensivamente y Kame movió negativamente la cabeza.
-Un dolor que no se te ha quitado desde ayer… Anda, no seas necio –se estiró un poco para alcanzarle los labios y convencerlo con ese gesto.
-Pero…
-Sino vas me voy a enojar contigo… -hizo un puchero de molestia.
-Kazu-chan… -suspiró derrotado. No podía decirle que no cuando se ponía en ese plan tan poco accesible.
-Y también cancelaré todo el viaje –agregó soltándolo, resaltando aquella mueca.
-Eso es chantaje…
-Estoy preocupado por ti, Jin, y parece que de otro modo no vas a entender que aunque sea algo pequeño, quiero que estés bien –Jin se quedó sin palabras y desvió la mirada, comprendiendo perfectamente los sentimientos de Kame-. Vas a ir, ¿verdad? Dime que sí.
-Está bien, está bien… Cuando terminemos las clases de hoy iré –aceptó queriendo asentir, pero no iba a poder esconder la mueca de dolor, así que solo le sonrió acariciándole una mejilla.
-¿Me lo prometes?
-Sí, ya te dije que iré.
-Promételo –se aferró al saco de Jin por la cintura e inspeccionó su rostro en busca de alguna señal de que estuviera mintiendo.
-Te prometo que iré al médico –asintió alzando la palma de la mano y sin esconder la otra.
Entonces Kame sonrió un poco más tranquilo y besó con mucha ternura su mejilla, haciéndolo cerrar los ojos y olvidándose, solo por unos segundos, de su dolor de cabeza.
En la siguiente media hora que comenzaron las clases intensivas con los ejecutivos, Jin no dio señales de tener más aquella molestia, lo que tenía a Kame muy tranquilo. Pensaba que se le había olvidado con el sabor del dulce, o quizá sus besos, sus mimos o el abrazo… Aunque era más probable que se le hubiera pasado debido a que estaba distraído dando clase y olvidando que hacía poco tenía los dedos en el tabique.
-¿Mejor? –preguntó Kame a la ejecutiva que había levantado su mano hacía pocos minutos.
-Sí, gracias, sensei –contestó la mujer con una sonrisa.
-Akanishi-sensei, ¿pasa algo? –preguntó uno de los hombres que estaba hasta delante.
Kame levantó rápidamente la mirada y se dio cuenta que Jin estaba apoyado en su silla, tocándose las frente con su mano y los ojos cerrados. Supo entonces que su dolor de cabeza no
se había ido del todo. Quizá hasta lo sentía más fuerte, porque para permitir que los ejecutivos se dieran cuenta…
Jin ya estaba harto de tener qué sentir el día tan pesado y largo, todo porque su maldito cerebro no podía calmarse y ajustarse a su ritmo de vida. Estaba fastidiado de tener qué soportar aquellos dolores y aguantárselos. La Buscapina ya no funcionaba como antes y en los últimos meses, Takako le había hecho una serie de tés para relajarlo y controlar el estrés, solo que él había sido tan estúpido para no preguntarle cuáles eran las hierbas que le compraba.
El menor rápidamente se acercó a Jin y le tomó un brazo, poniendo su otra mano en la espalda para hacerlo sentir que estaba a su lado.
-Jin, ¿estás bien? –preguntó en un susurro, muy preocupado por la expresión de enfado, desesperación y dolor que tenía su novio en el rostro- ¿Quieres agua?
-Estoy bien, no te preocupes –contestó sintiendo una aguda punzada en su frente-. ¿En qué iba?
-Será mejor que descanses. Daré la clase yo –sugirió Kame intentando moverlo de su lugar, pero el mayor no lo hizo.
-Ni lo sueñes… Te comerán vivo… -negó con la cabeza y fue lo peor que pudo hacer, porque de inmediato se sintió aún más mareado y el dolor se hizo más fuerte.
-Tienes qué descansar –susurró para que su voz no fuera lo suficientemente dolorosa.
-Discúlpenme –lo ignoró soltándose de Kame y la silla para dar unos pasos al frente-. Me sentí un poco indispuesto pero ya estoy bien –sonrió pesadamente, lo que a varios ejecutivos no convenció en absoluto.
-¿Seguro que está bien, sensei? –preguntó uno alzando la ceja.
-Sí… Veamos… -tomó el libro de la silla y leyó detenidamente pero… de repente su mirada se hizo borrosa y sacudió su cabeza nuevamente, sintiendo más punzadas en la parte superior de su cabeza.
Se llevó la mano a la frente, pestañeando varias veces para hacer más nítida su visión, pero no pasaba nada. Veía igual de borroso. Se balanceó un poco, alcanzando a sostenerse en la silla y Kame le ayudó a permanecer en pie tomándolo del brazo. Lo único que pudo escuchar fue a su novio preguntándole si estaba bien, y lo último que vio, fue su rostro preocupado, diciendo algo que no escuchó.
-¡Akanishi-sensei! –gritaron algunos ejecutivos cuando lo vieron desvanecerse en los brazos de su compañero de trabajo, quién también gritó asustado.
-¡Umemura-san! ¡UMEMURA-SAN! ¡Venga aquí inmediatamente! –la mujer a la que Kame había estado explicando, corrió a la puerta para llamar a la secretaria, quién se asomó rápidamente- ¡Traiga agua, rápido! ¡También un paño húmedo y un abanico! ¡¡MUÉVASE!!
-¡Llama al doctor de la oficina! –agregó otro acercándose al temeroso Kame, que intentaba cargar a Jin solo, pero estaba demasiado nervioso y asustado por Jin, que apenas podía controlar sus propias lágrimas.
-¡Akanishi-sensei! –llamaron otros ejecutivos, todos amontonándose alrededor del inconsciente.
-¡Déjenlo respirar! ¡Llévenlo al sofá, rápido! –ordenó otro tomándolo por las axilas, mientras que Kame tomó sus piernas y ayudó a trasladarlo con cuidado al sofá negro de piel que estaba cerca de la puerta.
-¡¿Por qué diablos tarda tanto Umemura-san?! –preguntó otro yendo a la puerta y abriéndola, donde vio a la asustada secretaria llegar con todo lo que le pidieron, anunciando que el médico estaba en camino.
De inmediato, uno se puso a darle aire con el abanico, a un ritmo tranquilo para no sofocarlo.
-Nos ha asustado… ¿Por qué se ha desmayado? –preguntó uno llevándose las manos a la cintura para calmarse.
-Solo es un desmayo, no se preocupen –aseguró la única mujer del grupo, tomando la presión de Jin y verificando su temperatura.
Kame estaba tan asustado que solo quería saber si su novio estaba bien, y al escuchar aquellas palabras se sintió más tranquilo, pero no completamente porque quería que Jin abriera los ojos y le sonriera, diciéndole cualquier tontería… Sin embargo, no fue así.
-Kamenashi-sensei, aquí está el agua –le extendieron el vaso y el menor colocó su mano debajo del cuello de Jin para levantarlo un poco. Con ayuda de otro hombre, le abrieron los labios y lo hicieron beber un poco de agua, suficiente para no ahogarlo.
-El coñac es buen remedio para un desmayo –comentó otro hombre llevándose la mano al mentón.
-¡Es una empresa seria! ¡Aquí no se permite la entrada a bebidas alcohólicas! –protestó el gerente de la empresa.
-¿Akanishi-sensei está enfermo, Kamenashi-sensei? –preguntó la mujer mordiéndose la uña del pulgar.
-No… No que yo sepa… -y se sintió terrible al tener qué responder de ese modo, porque sintió que no conocía a Jin lo suficiente como para saber qué estaba sucediéndole y si iba a ponerse bien. De seguro Takako sí sabría qué hacer…
-¿Cómo puedes no saberlo? Es tu compañero de trabajo, ¿no? –cuestionó otro sorprendido.
-¡Oye, cállate! –respondió la mujer muy enfadada- Trabajan juntos, más no son un matrimonio.
-Cierto. No seas imprudente, Morita –agregó otro.
-Lo siento –se disculpó Morita inclinándose.
Kame movió la cabeza negativamente, aún mirando a Jin con sumo pesar. Quería pedirle perdón por saber tan poco de él y sobre todo, por pensar que ya estaba bien aunque no lo aparentara. Había sido muy ingenuo de su parte creer que un dolor de cabeza se curaba en unos minutos… Debió insistir en ir con el médico en ese momento, cancelar las clases con Asahi TV y que fuera atendido por un experto, así no tendría qué verlo tendido en el sofá, inconsciente y con una mueca de dolor en el rostro. TENÍA qué cuidar más de Jin, pues Takako se lo había encomendado y más que nada, porque era la persona que estaba su lado.
-¡Sensei! –dijo uno de los ejecutivos más tranquilo, pues el médico había llegado apresurado.
El hombre hizo a un lado a todos y revisó al profesor que continuaba sin abrir los ojos. Fueron minutos de profundo silencio en los que Kame quiso derramar lágrimas, en los que quería interrumpir casi gritándole al hombre, preguntándole qué tenía su novio. Pero debía ser paciente, profesional, o de lo contrario estaría levantando sospechas entre los ejecutivos y lo que menos quería era arruinar la carrera de Jin.
-Es evidente que es un desmayo, como todos ya deben imaginarlo –dijo el hombre levantándose y guardando sus cosas en el maletín-, y fue provocado porque Akanishi-sensei presenta un cuadro preocupante de estrés. Solo necesita unas buenas vacaciones y estará como nuevo. Aunque no puedo pasar desapercibido el dato de que quizá sufre una ligera anemia. No estoy seguro, tendríamos qué hacerle unos estudios.
-¿A-anemia? –preguntó Kame preocupado.
-Puede despertarse por muchas razones, pero lo atribuyo a su estrés y que, a lo mejor, no esté comiendo adecuadamente –contestó moviendo negativamente la cabeza-. Los jóvenes de hoy no se cuidan para nada.
-… Senpai… -murmuró Kame muy molesto, pero también preocupado y triste. ¿Cómo era posible que Jin fuera tan descuidado consigo mismo?
-Voy a recetarle descanso por una semana. Nada de trabajo, nada de preocupaciones y sobre todo, cero estrés –dijo anotando en una libreta sus órdenes.
-Si, sensei –contestó Kame inclinándose para dar las gracias.
-Mencionó que ha tenido dolores de cabeza últimamente, ¿cierto? –cuestionó el médico anotando algo más.
-Sí… -quiso tomar la mano de Jin, acariciarle la frente y besarla, pero tenía qué tragarse ese deseo y limitarse a contemplarlo.
-En ese caso voy a aconsejarle que vaya a ver a un experto, es decir, un neurólogo –arrancó la hoja de su libreta y se la dio a Kame, quién miró detenidamente el kanji de “estrés”, sintiéndose culpable de ello, pues él también era causante de que su salud se deteriorara tanto con los últimos meses donde lo hizo sufrir. Era inevitable pensar de ese modo…
-¿Cree que Ji…? Quiero decir… ¿Cree que Akanishi-sensei pueda tener alguna enfermedad neurológica? –se preocupó de inmediato. Sabía que ese tipo de enfermedades eran muy peligrosas, pues cualquier problema con el cerebro lo resentía todo el cuerpo.
-No lo sé. Los constantes dolores de cabeza pueden ser por estrés, pero también debemos estar seguros que no haya algún desorden en el cerebro –los ejecutivos se miraron unos a otros, temiendo que algo malo sucediera al hombre tirado en el sofá-. Hay que hacer los estudios
cuanto antes, pero primero es necesario que descanse para que después acuda al hospital. Sugiéraselo, por favor, sensei –dijo el doctor listo para irse.
-Comprendo… -aquellas palabras destrozaron su corazón. Sentía mucho miedo por su novio, ya que odiaría tener qué enterarse que estaba enfermo.
Después de unos minutos, todos despidieron al médico y se miraron entre sí para después observar a Jin, que continuaba dormido.
-Creo que la clase de hoy ha terminado, ¿cierto?
-Sí, es mejor que lo dejemos para mañana.
-¡Ah! –Kame se puso de pie y detuvo a todos los ejecutivos que estaban ya guardando sus cosas- N-no se vayan, por favor…
-¿Eh? Él no puede continuar dando clases por hoy, sensei. No tiene caso que…
-Yo soy su asistente… Me ha enseñado todo lo que sé, así que lo menos que puedo hacer es sustituirlo como corresponde –le costó mucho dejar a Jin ahí, en el sofá, aún con los ojos cerrados y dirigirse al frente del salón, observando los ejemplos puestos por su novio-. No quiero fallarle. Estoy seguro que mi superior haría lo mismo, así que… por favor, déjenme continuar con la clase.
Se miraron entre todos y después al aprendiz, que estaba de pie, tan tenso como si fuera a hablar con el mismísimo emperador. Sin embargo, el primero en sentarse fue el gerente, dándole una mueca de aceptación.
Kame sonrió y esperó a que los demás se sentaran y que la clase continuara.
Así fue durante la última hora. Kame intentó por todos los medios ir al paso de Jin, pero le era imposible porque no tenía experiencia en frente de un grupo de ejecutivos y además, con clases intensivas. Sabía cómo se impartían porque lo había visto durante muchos días hacerlo, pero era diferente pararse en frente.
De vez en vez le daba miradas de soslayo a su senpai, esperando que despertara, pero no lo hizo. De verdad lo tenía muy preocupado, quería solo estar a su lado, besándolo, acariciándolo, mimándolo hasta que despertara, pero le era imposible y tenía qué cubrirlo porque estaba seguro que eso era lo que Jin hubiera querido.
-Any questions? –preguntó Kame señalando el esquema empleado para explicar y los demás negaron sin decir palabra. Entonces comenzó a borrar- Ok. That‟s all for today.
Los ejecutivos comenzaron a guardar sus cosas y algunos miraron a Jin, esperando encontrarlo despierto.
-¡Ah! ¡Akanishi-sensei, está despierto! –dijo la mujer sorprendida.
-I‟m sorry. I wanted to tell you before but… I couldn‟t interrupt the effort of Kamenashi-sensei –contestó Jin con una mueca de vergüenza.
-¡¿Qué dice, sensei?! ¡Nos tenía muy preocupados! –dijo el gerente poniéndose de pie y dirigiéndose al joven para no tener qué alzar mucho su voz- ¿Cómo se siente?
-Muy bien, gracias –contestó Jin asintiendo aún con una pequeña jaqueca, pero tan soportable como comer dulces.
-Si va a estresarse tanto, siquiera debería comer apropiadamente, ¿sabe? –agregó otro sonriendo con ironía.
-Lo siento –dijo Jin poniéndose de pie y ofreciendo una disculpa apropiada a sus clientes.
-También debería disculparse con Kamenashi-sensei –interrumpió la mujer cruzándose de brazos-. ¿Sabe cuánto lo asustó? Se desvaneció en él, sensei.
-… ¿En serio?... –se preocupó porque de seguro había asustado a Kame y…
Cuando miró al menor, él estaba con los brazos cruzados y mirando hacia otro lado. Sabía que estaba enfadado, pero más que eso, preocupado por cómo estuviera… y en medio de no poder expresar abiertamente sus sentimientos, prefería ni siquiera acercarse. Podía comprender todos esos pensamientos, y sabía que había sido un tonto por haberle dado tremendo susto…
Kame no pudo aguantar mucho, por lo que se volteó y comenzó a guardar sus cosas para irse de inmediato, después de todo, tenía clases pero primero se cercioraría de llevar a Jin a su casa y si era necesario, encerrarlo.
Jin era un idiota… Lo había asustado de verdad y ahora no podía correr a abrazarlo y regañarlo porque no era apropiado. Aún si fuera una mujer, no lo sería. Tenía qué esperar a estar
a solas para poder decirle lo tonto que era… Lo asustado que estaba… Lo mucho que lo quería y que habría dado su lugar por no verlo tirado en el sofá, recuperándose de un desmayo…
-Yo también estaría enfadado, sensei –dijo el gerente comprendiendo la reacción de Kame, aunque sin descubrir los sentimientos escondidos entre ambos-. Debe ser más cuidadoso. Si fuera algo más grave, definitivamente nos hubiera quitado diez años de nuestras vidas a cada uno. Comprenda que su salud también afecta a quienes lo rodean.
-Lo lamento, Yamatori-san –Jin se inclinó para disculparse de nuevo y los demás ejecutivos continuaron reprendiéndolo mientras Kame tenía listas las cosas para regresar a la escuela, pero ya no podía aguantar más el llanto, así que tuvo qué liberar un par de lágrimas para sentirse mejor antes de voltear.
En minutos estuvieron listos para irse. Los demás tenían una junta importante después de la clase, por lo que se quedaron en la sala de juntas y no bajaron con Jin y Kame. La secretaria le preguntó a Jin cómo estaba, a lo que él respondió que perfectamente después de haber dormido un poco pensando que eso haría sentir más tranquilo a su novio, pero se equivocó porque Kame no cambiaba aquella mueca dura de su rostro.
Estando en el ascensor, inmediatamente después de que las puertas se cerraron para bajar hasta la planta baja, Jin intentó tomar la mano de Kame pero éste se negó y le volteó el rostro, aún muy enojado, asustado y preocupado por lo ocurrido.
-Kazu-chan… Lo siento de verdad… -le buscó el rostro, pero le menor evitaba mirarlo- Oye… -volvió a llamarlo, queriendo hacerlo voltear tomándole las mejillas, pero Kame se liberó de sus manos. Apretó los labios, pensando que quizá era mejor esperar a que se le bajara el enfado.
-Eres un idiota, Jin –dijo de inmediato, con un tono tan duro que el aludido bajó la cabeza, aceptando que lo había sido.
-Lo siento…
Kame dejó caer su maletín y se lanzó rápidamente a su regazo para abrazarlo con fuerza, comenzando a llorar muy desconsolado, preocupado, enfadado, pero también feliz de verlo salir caminando de aquella oficina y con una cara un poco más animada de cómo entró.
-¡Eres un tonto!… -se aferró a su espalda, frotando su rostro contra su pecho, recordando cómo Jin se había desvanecido en sus brazos.
-Kazu… -le respondió el abrazo intentando calmarlo, sintiéndose muy culpable de hacerlo llorar de aquel modo, además de sentir miedo de que entrara de nuevo en aquellas crisis que tanto le asustaban- Perdóname… No volverá a ocurrir, ¿sí? Deja de llorar…
-¡No tienes idea de lo preocupado que estuve! ¡¿Sabes lo que fue…?! ¡TE ODIO, JIN!
-Kazu-chan, no me digas eso… -le dio un beso en la cabeza, comprendiendo un poco los sentimientos de su novio. No podía darse una idea de lo horrible que había sido para Kame verlo desmayarse, pero… si él hubiera estado en su lugar… Definitivamente querría sacarlo de la empresa y llevarlo en brazos hasta el hospital más cercano.
-¡Pensé que no despertarías! ¡¿Sabes lo feo que sentí cuando me preguntaron si estabas enfermo?! ¡Yo no sabía nada! ¡A pesar de ser tu novio yo…!
-Shh… No estoy enfermo… Cálmate –le pidió peinando su cabello, acariciando su espalda y repartiendo besos por su oído y cualquier parte de su cuerpo que tuviera al alcance, incluso tomó su mano para besarla, pero Kame se negó a dejar de abrazar a Jin y rápidamente volvió a ponerla en su espalda para aferrarse a él, como si quisieran quitárselo.
-Me estuve diciendo… que seguramente Takako-san…
-No, no te compares –lo retiró de su regazo haciendo un gran esfuerzo, pues Kame se negaba a hacerlo, y cuando vio de nuevo esos ojos tan mojados y rojos, se sintió muy mal por haberlo preocupado de aquella forma-. Nunca me había desmayado antes, así que supongo que ella habría estado histérica.
-Irás al médico, ¿verdad, Jin? Dime que sí… -hipó varias veces por la preocupación y miedo que sentía.
-Claro que sí. Te lo prometí –le besó la frente y lo rodeó con sus brazos, sintiendo inmediatamente cómo Kame lo estrechaba y se acurrucaba en su pecho-. No tengas miedo, ya verás que no es nada grave…
-El doctor dijo que debías ir con un especialista, un neurólogo… ¿Irás también? –preguntó amortiguando su voz.
-¿Eh? Pero tengo qué…
-Tú no vas a trabajar en ésta semana, Jin –se separó un poco para mirarlo, queriendo besarlo por sentir que casi lo perdía.
-Pero…
-¡Jin! –protestó Kame volviendo a enfadarse- ¡Lo que tienes es estrés y el doctor dijo que debías descansar! ¡Además, ¿qué es eso de que no comes apropiadamente?! ¡Dijo que podías tener anemia! ¡¿Por qué no te cuidas?!
-Hey… cálmate… -maldito médico chismoso, pensó Jin al verlo tan alterado. No quería preocuparlo demasiado y ese hombre se había encargado de…
-Eres un tonto… -acercó rápidamente su rostro al de su superior y comenzó a besarlo tiernamente, intentando hacerle saber todos sus miedos, queriendo transmitirle la aflicción que sintió al momento de enterarse que podía estar enfermo- Eres un… tonto… Jin… Un… tonto… -repitió entre besos que Jin le respondía rodeándolo con fuerza por la cintura, molesto porque Kame estuviera tan preocupado por él.
-Perdóname… Lo siento… -desvió una mano al rostro de Kame, limpiándole las lágrimas mientras tenía los ojos cerrados y hablándole con tanta suavidad que creyó que después no le saldría nada de voz- Tranquilo… Ya verás… que no… tengo nada…
-Te quiero… Te quiero… Jinjin~… -se abrazó fuertemente a su cuello y liberó pequeños gemidos debido a que poco a poco se sentía más tranquilo.
-Yo también… Perdóname… Perdóname… mi amor… -quiso protegerlo de otro susto como ese, y fue cuando decidió que iría a hacerse todos los exámenes necesarios para demostrarle a Kame que estaba sano… O lo estaría después de cuidarse un poco más, pero ya no quería verlo de nuevo así- ¿Te quedas conmigo?
-No puedo… tengo… trabajo…
-Bótalo… Necesito… un en… fermero…
-Tonto… -sonrió divertido por el comentario, pero muy a su pesar no podía quedarse y más porque despertaría sospechas en la escuela si lo hacía- Pero… te prometo… ir por la… noche…
-Mmm~… Sexy~ -dijo Jin juguetonamente alzando las cejas aún con los ojos cerrados, imaginando cómo sería recibir a Kame en su apartamento,
Kame sonrió también y se separó difícilmente de Jin, recibiendo pequeños besos de éste mientras se alejaba.
Cuando ambos abrieron los ojos, acariciaron sus narices sonrojándose y quisieron volver a besarse sino fuera porque sabían que ya estaban por llegar a la planta baja, así que lo único que hizo Jin fue tomar las mejillas de su novio y acariciárselas para darle un corto y tierno beso. Un último para disculparse por el incidente
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SENSEI (AKAME) cap 27 al 35 - Página 7 Empty Re: SENSEI (AKAME) cap 27 al 35

Mensaje por meiii.pindy Sáb Ene 14, 2012 7:58 pm

BOKU WA SENPAI BAKARI IRU
(Solo necesito al superior)


-¡Senpai!~ -se anunció Kame abriendo la puerta del departamento de Jin.
Debido a que insistía en ir a visitarlo todas las noches, el mayor le dio una copia de la llave, pero para Jin era mera excusa para hacer la relación más íntima.
-¡Ya llegué!~ -cerró y se quitó los zapatos, cargando alegremente las bolsas de los ingredientes de la cena que había comprado esa noche- ¿Quieres comer shabu-shabu? Hoy está haciendo un poco de frío y sería delicioso, ¿no crees? –frunció la boca cuando se dio cuenta que nadie le contestaba- ¿Senpai?...
Caminó por el corredor hasta la sala y encontró a Jin ahí, dormido en el sofá con una manta sobre el cuerpo. La televisión estaba encendida, en el canal de música que tanto amaba su novio: MTV.
Dejó las bolsas de la comida en el piso, cuidando no despertarlo y se acercó para apagar la televisión y la luz de la sala, dejando la de la lámpara para comodidad del mayor y así, cuando despertara no tendría qué sentirse muy encandilado.
Se acercó a Jin y le colocó mejor la manta para que no pescara un resfriado. Imaginaba que no se había quedado dormido por cansancio, sino por aburrimiento. Además, las pastillas recetadas por el médico le provocaban un poco de sueño cuando surtían su efecto.
Miró los resultados de los exámenes del neurólogo y sintió que su corazón tocaba suelo: no tenía idea de que hubiera ido a recogerlos, y mucho menos que ya supiera el resultado porque el sobre estaba abierto. Creía que lo llamaría en cuanto los recibiera y quizá… enterarse juntos. Definitivamente, a veces se sentía un poco triste por no poder adivinar lo que haría.
-Parece que un angelito se cayó del cielo –dijo la voz adormilada de Jin, sintiendo que le acariciaba el cabello de la nuca.
Kame volteó aún con cara de preocupación y no respondió.
-¿Qué ocurre, Kazu-chan?
-Jin, ¿por qué no me dijiste que ya tenías los resultados de los exámenes? –preguntó tomando el sobre y mostrándoselo.
-No quería preocuparte –contestó levantándose perezosamente.
-Demo…
-Ábrelos y te enterarás de lo que tengo –tomó el vaso de agua que estaba en la mesita, al lado del sofá.
Kame se preocupó aún más por la expresión seria de su novio. Algo no andaba bien, podía sentirlo, así que metió rápidamente la mano para sacar la única hoja, la Desdobló e ignoró todos los apuntes, pero no pudo comprender nada porque todos eran términos médicos. El neurólogo debió explicarle a Jin el resultado.
-Jin… no comprendo… -dijo después de unos minutos de silencio, en los que quiso mágicamente saber de medicina.
-En palabras claras, cortas y sencillas, el doctor me dijo lo siguiente –volteó con Kame, que continuaba sentado en el piso. Le dio un tierno beso en la frente para calmarlo y sonrió-: “Sensei, usted es un hombre completamente sano de la cabeza. La única locura de la que usted padece es el querer tanto a un chico llamado Kamenashi Kazuya, quien tiene los ojos más hermosos que haya visto en su vida”… -contestó Jin acariciándole el mentón.
El menor estaba halagado por las palabras de Jin, y era la primera vez que él lo llamaba por su nombre completo, lo cuál de algún modo lo emocionaba mucho. Se sonrojó y se acercó sin poder evitar preocuparse por la respuesta.
-¿En serio te dijo eso? –preguntó más interesado por lo primero que por lo segundo.
-De acuerdo, quizá mentí con lo que me dijo sobre ti ya que no le conté de nuestra relación, obvio, pero… -se sentó en el suelo, atrayendo a Kame hacia él para abrazarlo y que el menor se recargara en su garganta, lo que hizo aún mirándolo para saber exactamente los detalles- dijo que no debo preocuparme, que no hay nada en mi cabeza y todo fue una reacción por el estrés… Aunque me advirtió que debía controlarme esos dolores de cabeza porque después podrían desencadenarse en migraña y eso ya sería serio…
-Es cierto –Kame asintió aún preocupado, pero dando gracias a que Jin era una persona completamente sana y que no tenía problemas neurológicos.
-Lamento haberte preocupado tanto, Kazu. Te prometo que llevaré una vida más relajada de ahora en adelante –le acarició el rostro con su nariz y Kame cerró los ojos, asintiendo encantado de escucharlo.
-Sí… -se abrazó a Jin por la cintura y sonrió tranquilo. Ya podía andar por la vida feliz, sin preocuparse más por su salud.
-¿Y qué tal el trabajo? –no pudo evitar preguntar porque estaba preocupado por todas las clases que debían impartir todos para cubrir a Jin, además, Kame se estaba haciendo cargo de los cursos intensivos.
-Jin –se separó de él, haciendo un puchero para reprenderlo y darle a entender que no iba a preocuparlo en ese momento por cómo estuviera yendo la situación en la escuela.
-¿Solo unos detallitos? –sonrió intentando convencerlo para que le contara.
-No.
Jin suspiró y se encogió de hombros.
-Está bien, pero no te enojes –le acarició el mentón y después los labios-. Cambia esa carita o voy a obligarte a hacerlo.
-¿No tienes hambre, senpai? –Kame sonrió sonrojándose.
-Mmm~… Claro que sí –contestó mordiéndose el labio inferior y lanzándose sobre el menor, comenzando a besarle los labios y acariciándole las mejillas para hacerlo sonrojar aún más (había descubierto ese punto débil).
Kame tuvo qué sostenerse contra el piso para no ser derribado por Jin, pero no opuso resistencia. No se refería a satisfacer su apetito carnal, sino a cenar… pero a veces Jin era… insaciable.
-Jin… espera… me refi… Jin~… -le encantaba cómo lo besaba solo en los labios, tomándose la paciencia de hacerlo sentir querido solo con eso, paseando sus manos por todo su rostro y cuello.
-Kazu…
-Espera… Quiero… hablarte… -pidió sintiendo que algo corría por todo su cuerpo, una sensación que golpeaba en su pecho… La necesidad de recostarse sobre el piso y dejar que Jin continuara devorándole los labios, no importaba si después le dolían.
-Dime… -Jin se separó de Kame con dificultad, notando que cada vez le era más difícil después que entraba en un coma mental.
-He estado pensando… desde hace días… -era increíble cómo Jin podía agitarlo con unos simples besos, haciéndolo sentir impaciente por continuar pero… al mismo tiempo tenía miedo de cómo pudieran darse las cosas. Quizá Jin todavía no lo deseaba como él- Bueno… el doctor dijo que debías relajarte en estos días, ¿verdad?
-Sí –contestó el mayor sin poder dejar de observar su rostro, queriendo hacerlo callar y continuar besándolo, tenerlo sin más palabras.
-Ahm… yo… -bajó el rostro completamente sonrojado, sintiendo un poco de vergüenza por lo que tenía quería decir- Ji-Jin…
Pero no lo dejó terminar porque volvió a sellar sus labios, sin poder aguantar las ganas de continuar con los besos, mimándolo y diciéndole cuánto lo quería… cuánto apreciaba que estuviera ahí todos los días, haciéndolo sentir querido y… a veces, solo quedarse viendo la televisión, abrazados y coqueteándose de vez en cuando.
Kame no pudo oponer resistencia y lo dejó que lo besara, volviendo a recargarse contra el piso, con sus palmas abiertas y, por primera vez, sintiendo la lengua de Jin dentro de su boca, explorando y acariciando también ese interior con paciencia, ternura y dedicación. Él no podía quedarse atrás… por lo que utilizó toda su experiencia, adquirida a lo largo de su vida para satisfacer las necesidades de su novio en aquella intimidad que se había atrevido a darle.
-Oh, Jin~… -susurró cuando tuvo la oportunidad. No por mucho tiempo quedó su boca libre, sino que Jin volvió a sellarla, queriendo sentir de nuevo el interior cálido y húmedo de su boca.
-Kazu… Eres tan… lindo… -susurró cuando besó la comisura de sus labios y sus mejillas, queriendo besar cada parte de su rostro, pero temía asustarlo.
-Jin… -volvió a retomar la plática para evitar perder el control y la cordura debido a la ternura con la que Jin besaba su rostro- solo quiero decirte… -le acarició el cabello y el mayor volvió a besar sus labios, encantado con su mirada- Jin… si quieres… libera tu estrés conmigo…
-¿Eh? –preguntó el mayor preocupado por aquella proposición, no comprendía bien cómo podía hacer eso.
-Sí… -escondió su labio inferior con el superior y continuó sintiéndose menos avergonzado- Cuando estemos a solas… libera ese estrés conmigo…
-Kazu-chan… -ahora comprendía mejor lo que quería decirle y… era una oferta que no estaba dispuesto a desperdiciar.
-Dijiste… que llegaría el momento que querrías que fuera tuyo, ¿cierto? –se sonrojó completamente cuando dijo aquellas palabras, pero no por eso desvió su mirada- Cuando… Si quieres hacer… Yo…
-Shhh… -Jin le selló los labios con sus dedos y se acercó lo más posible para hablarle en susurros tan bajos que apenas pudo escucharlo- No hay prisa y… hay otras formas de liberar ese estrés de la forma en que sugieres –podía notar que a Kame le daba todavía cierto miedo pensar en una cama y ambos juntos, desnudos y entregándose el uno al otro, pero le parecía sumamente tierno proponerlo para ayudarle a combatir el problema del estrés.
-¿Sí? –preguntó Kame aliviado.
-Sí, amor… -acarició su nariz con la propia y, tomándole las mejillas para darle un dulce y paciente beso en los labios, comenzó a recostarlo sobre el piso, notando que el rubor de Kame no disminuía- Eres tan lindo cuando te sonrojas… No tienes idea de cuánto… -y volvió a besarlo, haciendo el gesto más largo.
-Jin… -lo abrazó por el cuello para continuar besándose así, acostados y perdiendo la noción del tiempo.
-Quiero ir un paso más allá pero… no hasta el final… -nunca había sentido la necesidad de avisar sobre sus deseos, ni siquiera con Takako. Sin embargo con Kame la preocupación era muy grande.
-Está bien… -contestó el menor sintiéndose muy nervioso pero maravillado con las palabras de su novio, encantado de que Jin lo deseara de aquella forma.
-¿Estás seguro? –comenzó besando sus labios, su nariz, el mentón, las mejillas… todo su rostro, en espera de una respuesta.
-Muy seguro… -dobló las piernas y las abrió ligeramente, sintiendo mucha vergüenza de hacerlo, porque de repente le llegó a la cabeza aquella frase de “las prostitutas las abren muy rápido”, y obviamente, no queriendo parecer una, creyó que hacerlo lentamente sería más… normal.
-Tranquilo… Solo intento hacerte saber cuánto te quiero… -susurró cerca de su oído, besando el cabello de sus patillas y pasando a la oreja de Kame, lamiendo, besando y mordisqueando tan cariñosamente que el menor sintió una revolución de emociones en su estómago, por lo cual dejó escapar un gemido de placer- ¿Te gusta?
-Me fascina… -susurró queriendo voltear con Jin para besarlo, pero disfrutaba tanto de las caricias en su oído que le era imposible querer detenerlo.
Inmediatamente después de escuchar de Kame otro profundo suspiro de placer, comenzó a bajar, marcando un camino de besos hasta el cuello del menor, en donde comenzó a acariciar solo con su nariz, repartiendo gentiles y cortos besos en el mismo, mientras Kame subía sus manos sobre su cabeza para aguantarse las cosquillas y dejarle todo el camino libre.
Jin no pudo dejar sus manos quietas, por lo que tuvo qué bajarlas hasta la cintura del menor y comenzar a desabrochar el cinturón, por lo cual Kame sintió miedo y llevó sus manos a las de Jin para detenerlo, en una reacción inconsciente por protegerse.
-No voy a hacerte nada… -contestó Jin tranquilizándolo, volviendo a sus labios y besándolo mientras lo miraba con ternura- Confía en mí, amor…
-Me… me da… vergüenza… -confesó mientras disminuía la presión en las muñecas de Jin, accediendo a retirar el cinturón.
-No tienes por qué… -susurró Jin besando su mejilla y jalando el accesorio para despojarlo del mismo, dejando los pantalones a su disposición, menos protegidos contra los deseos del
profesor- Seguramente eres tan lindo en esa parte… -él no se refería a la intimidad de Kame, sino a su cintura.
-Jin… No digas esas cosas… Provocas que me ponga cada vez más nervioso… -se tapó la cara con sus manos, sintiéndose tonto de ponerse tan nervioso cuando ya había tenido muchas noches de sexo en su vida… pero… no con un hombre… y con Jin…
-Solo quiero ver tu cuerpo… ¿Tú no quieres ver el mío? –preguntó Jin comenzando a desabotonarle la camisa.
Kame no pudo responder y se sintió aún más descubierto. Adoraba la espalda de Jin. Nunca lo había visto sin camisa, pero cuando lo veía por detrás… cada que lo abrazaba… Anhelaba, DESEABA verlo sin esa prenda y poder admirar…
-Claro que quieres… -susurró después de llegar al último botón y sacarlo, abriendo delicadamente la tela y dejando ver, con cada caricia, un poco de la piel de Kame.
-Ah… Senpai~ -susurró el menor cuando sintió que Jin besaba el área de su ombligo, subiendo lentamente en línea recta, besando cada centímetro de piel que descubría conforme su nariz se iba abriendo camino.
-Eres hermoso… -susurró ahora dirigiéndose a uno de los pezones del menor, pensando que si lo veía o besaba, quizá pondría Kame más nervioso, por lo que prefirió parar ahí y continuar hasta el cuello, volviendo a sus labios para besarlos apasionadamente.
Las manos de Jin se movían mágicamente, Kame podía sentir cómo sus dedos acariciaban delicadamente sus mulsos, extendiéndose aquella sensación delicada hasta sus talones, recorriendo todas sus piernas y llegando hasta el punto donde toda la excitación se expresaba. No quería sentirse impaciente porque entonces Jin lo notaría seguramente y… le daría mucha vergüenza que se diera cuenta de que su parte baja estaba en ristre.
-¡JIIN!~ -gritó Kame cuando sintió su grande mano pasear delicadamente por aquella zona, acariciándolo con gentileza y no por mucho tiempo.
-Perdóname… Quería conocerte… -y no era para que se sintiera más apenado, incluso nervioso, sino porque era verdad. Quería saber cómo era en las partes donde nunca antes lo había visto, pero… si descubría su intimidad, quizá solamente provocaría más vergüenza y… aún si Kame se veía lindo todo sonrojado, quería hacerlo sentir a gusto.
-S-sí, pe-pero… -tomó aquella mano fugitiva con la que lo había tocado y la entrelazó, así asegurándose de no ser tomado desprevenido nuevamente- Lo siento, es que… soy muy sensible…
-Lo estoy notando… -le dio un beso en la frente, maravillado con aquella sonrisa pícara- Y lo estoy amando, Kazu-chan…
-Yo odio ser tan sensible… Todo me da cosquillas… -contestó haciendo un puchero, notando que las mejillas de Jin también se habían encendido.
-Cute~… -dijo Jin besándolo profundamente.
-No, no… Inglés no… -pidió sintiendo cómo algo chocaba contra su corazón de nuevo, haciéndolo sentir esa mezcla de emociones que no podía soportar.
-I like you… -sonrió divertido por cómo Kame gimió quejándose de eso- I want you…
-Me too –contestó Kame saboreándose los labios de Jin, incitándolo a dejarlo entrar y volver a intimar aquel beso.
-I… Kazu-chan… I want you… -no pudo evitar decir algo tan fuerte pero… no podía contenerse, de verdad deseaba a Kame y más escuchándolo suspirar, gemir, hablar de aquella manera tan apasionada. Sabía que anhelaba lo mismo.
-… Me too…
La respuesta de Kame fue tan satisfactoria y concisa, que Jin no pudo evitar besarlo con avidez y rodearle la cintura para levantarlo.
Mientras que Kame se aferraba a su cuello y, sin poder aguantarse más, dirigió su mano libre a la camisa de Jin, colándola para poder abrazarlo por la espalda y sentirla así, desnuda y sin ninguna prenda estorbando.
-Jin… -sonrió Kame al constar que, en efecto, la piel de Jin era tan suave como imaginó y que además, su espalda era tan deliciosa al contacto… Podía sentir los músculos bien marcados de la misma… Eso solo provocaba más y más sus deseos por ver ese lugar con sus propios ojos y, al mismo tiempo, entregarse a Jin sin más rodeos.
-Kazu… -por su parte, Jin podía sentir los dedos exploradores de su novio, y pensó que aunque fuera una sola mano, aquellas caricias parecían ser las que siempre había soñado en su espalda, masajeando, tocando y mimando como si fuera una pieza especial de porcelana. Él tampoco estaba poniendo de su parte para no perder la cordura… no podía contener todo su deseo en aquel solo acto de consentirse… de amarse sin siquiera culminar… Tenía qué…
-Mi amor… -lo llamó Kame cuando sintió que Jin le quitaba la camisa para dejar su torso desnudo.
-Dime… -desvió sus labios hasta su hombro, besándolo con cuidado de no expresar todo el deseo que sentía de solo sentirlo, acariciarlo. Debía calmarse antes de echarse sobre Kame y reclamarlo como suyo…
-Vamos a la cama… -susurró devolviendo los besos también en el hombro de Jin, el cuál todavía estaba vestido.
-¿Eh? –preguntó separándose, totalmente sonrojado debido al calor de sus cuerpos y a que ya no podía contenerse. Su respiración era agitada, y si Kame quería, bastaba con una frase mágica para que lo cargara y le diera la noche más especial para ambos.
-No me aguanto… -le brillaron los ojos y peinó el cabello de Jin para transmitirle todas sus ganas- Vamos al cuarto. Ahora. Jinjin, reclámame, hazme tuyo… Por favor…
-Amor… -dijo Jin extasiado por las palabras de Kame, pero no se movió, no porque no quisiera, sino porque no podía creerlo.
-Necesito sentirte dentro de mí… Quiero esa gentileza para mí…
-Kazu… -volvió a besarlo, llevando un brazo debajo de las rodillas del menor y el otro a sus hombros, para así llevarlo hasta la habitación y hacer lo que tanto estaban deseando ambos.
-Jin… -acarició su cuello con su nariz y besó cada centímetro de la piel de Jin a su alcance.
-Ahora mismo vas a saber cuánto te amo… Hoy no regresas a tu casa…
-No quiero regresar…
Sin embargo, un ruido peculiar se escuchó en todo el departamento: había llegado alguien y estaba tocando la puerta.
Jin se detuvo y Kame dejó de besarlo en cada parte que se le ocurría. Ambos se miraron y decidieron ignorar el llamado, pero aquella persona volvió a insistir.
-Será mejor que abras –dijo Kame volviendo a ser un poco más razonable. De repente una pena muy grande lo invadió, pero no estaba arrepentido de todo lo que habían hecho ni dicho…
-Pero…
-Tenemos toda la noche, ¿cierto? Anda… No me iré a ninguna parte –se bajó de Jin y volviendo sobre sus pasos para recuperar la ropa perdida.
Jin lo vio ponerse la camisa y cerrársela. No entendía para qué hacía eso si después tendría qué quitársela nuevamente, pero… sin duda sería un juego muy divertido. Ocurriéndosele un plan, se acercó a Kame y le rodeó la cintura desde atrás, depositando un suave beso en su cuello. Desabrochó los botones nuevamente y le abrió la prenda, así de espaldas como estaba. Besó el hombro izquierdo y Kame dejó escapar un dulce gemido de placer.
-Es inútil que te vistas… de todos modos te quitaré la ropa de nuevo… -susurró después de acariciar su vientre, a lo que Kame respondió con un melodioso gemido y echó su cabeza hacia atrás, lo que Jin aprovechó para besar su cuello.
Volvieron a llamar, ésta vez con más insistencia y Jin se dirigió al pasillo que daba al recibidor. Volteó con Kame y le guiñó un ojo.
-Espérame en la habitación, pero no quites nada más… ese es mi trabajo –le advirtió arreglándose el cabello para abrir la puerta-. Aunque si quieres ponerte algo más, creo que sería muy divertido, ¿no crees?
-Pervertido… -fue lo último que le dijo antes de darle la espalda y dirigirse al cuarto, sin oponerse a la idea de hacer el amor en cuanto Jin despachara su visita.
Para el mayor, la idea de hacer a Kame suyo por primera vez, no podía esperar. Sin embargo, había qué deshacerse de todas aquellas personas que llegaran a interrumpir. Todavía era temprano, por lo que no le parecía extraño que hubiera alguien que lo visitara.
Se sonrió cuando llegó a la puerta porque de inmediato pensó que sería una noche larga… Imaginaba que después de hacer el amor podrían comer algo, como una pareja madura a la que le daba hambre después de amarse… Aunque no estaba seguro de quedar con un poco de
energía después de reclamar el cuerpo de su novio, pues ya podía sentir la desesperación de echarse sobre Kame y no detenerse hasta sentir que ya no podía más…
-¿Sí? ¿Quién es? –preguntó Jin esperando la respuesta.
-¡Je!~ -anunció una voz alegre de una mujer.
-… ¿Mamá? –preguntó antes de abrir la puerta.
En cuanto la mujer pudo ver a su hijo, se le tiró a los brazos emocionada, mientras que Jin por poco cae de espaldas.
-¡Mamá, ¿qué haces aquí?! –dijo Jin sorprendido mientras la soltaba y la mujer entraba al departamento después de haberle dado dos besos en la mejilla a su hijo.
-Vine a visitarte, hijo mío~ -contestó la mujer observando con detenimiento que el lugar no había cambiado en nada… Solo en una cosa: Takako no estaba ahí-. No me acostumbro a no ver a Takako-chan contigo…
-Lo siento… Sé cuánto querías un nieto pero… -suspiró preocupado de haber decepcionado a su madre.
-Está bien, entiendo, hijo –contestó ella encogiéndose de hombros-. Después de todo, aún no tienes cuarenta años, ¿o sí?
-¿Has ido a ver a Takako? –Jin siguió a su madre hasta la sala, donde ya se había puesto cómoda en el sofá y comprobaba su suavidad sentándose una y otra vez, dejándose caer.
Su hijo solo movió la cabeza con una sonrisa, pensando que su mamá no dejaría de ser una niña.
-Sí. Hace unos días fui a verla –contestó distraídamente.
-¿Y cómo está? –preguntó un poco preocupado.
-Está bien –ahora se sentó en el piso y comenzó a ver un arreglo que estaba en el centro de mesa.
-… Ya veo… -quiso sentarse a un lado de su madre, pero algo le decía que estaba enfadada.
-Jin, ¿qué es eso de que la dejaste por un chico? –cuestionó jugueteando con el arreglo, para no enfocarse en su rostro, con el que estaba profundamente enfadada.
-¿Eh? –él no había querido decírselo a sus padres todavía. Como quiera que fuera, su madre lo aceptaría algún día porque era la mujer que apoyaba en todo a sus hijos, fuera lo que fuera. Mientras que su padre era más estricto… quizá se sentiría traicionado por el lado de la virilidad.
-Ella me lo contó –finalmente, dejó el objeto en su lugar y lo miró esperando una explicación.
-Ah… -se mordió el labio inferior, molestándose con Takako por ser una chismosa.
-No creas que me lo contó así como así, yo tuve qué sacárselo. Simplemente no podía creer que te olvidaras de ella tan rápidamente –su mirada era dura, pues consideraba a Takako ya como parte de la familia y ahora tenía qué hacerse a la idea de que quizá nunca tuviera nietos de parte de Jin debido a la relación nueva y diferente que tenía ahora.
-Bueno, madre… la historia es muy larga –suspiró sintiéndose ya bastante cansado y eso que no había comenzado siquiera a explicar.
-Tenemos mucho tiempo, ¿cierto? Así que comienza de una buena vez –se cruzó de brazos, lista para cuestionarle todo tipo de acciones irresponsables.
Jin suspiró. No podía tener ahí a su madre toda la noche y dejar a Kame en su habitación por siempre.
-¿Me das un segundo? –pidió esbozando una sonrisa para provocarle compasión.
-Tienes un minuto –contestó ella recargándose en la mesa.
No perdió el tiempo y se puso de pie, dirigiéndose rápidamente a la habitación, donde encontró a Kame sentado al pie de la cama, estrujándose nerviosamente las manos. Por aquella posición, supo que el menor tenía conocimiento de que su madre estaba en el apartamento.
Cuando lo sintió detrás suyo se puso de pie también y esperó a que Jin le hablara. Ya podía escucharlo pedirle que se fuera, porque necesitaba hablar a solas para explicar la situación. Por supuesto, él no se opondría porque comprendía que la mujer podía estar molesta por considerar mucho a Takako.
-Escúchame, Kazu-chan –le tomó las mejillas con suavidad y le habló lo más claro que pudo. El menor asintió, esperando-. Quédate aquí, ¿entiendes? No salgas a menos que yo te diga. Tengo qué hablar con mi mamá, pero te prometo que haré lo posible porque comprenda.
-¿Estás seguro? ¿No sería mejor que me vaya? –ladeó la cabeza.
-No, amor, quiero que estés aquí en caso de que las cosas salgan mal con ella –contestó con ternura para después darle un corto beso en los labios.
-No pasará, Jin. Estoy seguro que te comprenderá –su mayo miedo era que la mamá de Jin lo odiara de verdad, solía pasar cuando las suegras perdían a su nuera favorita y llegaba la nueva, les costaba aceptarla.
-Quédate aquí y tranquilo, ¿ne? –ahora besó su frente y le soltó el rostro.
Kame solo asintió y observó cómo su novio salía por aquella puerta, emparejándola un poco para evitar que escuchara aquella conversación… Y por supuesto que Kame quería saber de qué hablarían pero… cuando sus pies se movieron para quedarse a un lado de la puerta, supo que estaba haciendo mal. Quizá Jin no se enfadaría pero no era correcto que escuchara una conversación tan privada, aún si el tema a discusión era él y Takako.
Tragó saliva y regreso a donde Jin lo había dejado, aunque no quería quedarse sentado porque comenzaría a sentirse impaciente.
Comenzó a caminar por la habitación a medida que sentía que el tiempo transcurría. Miró por la ventana y las luces de la ciudad entraban por la misma, dándole un poco más de luz a la habitación oscura. No quiso encender la luz porque posiblemente podría distraer la plática de ambos adultos y… La verdad es que estaba tan nervioso, que pensaba que en cualquier momento, mamá Jin entraría por esa puerta y comenzaría a espetarle cosas horribles.
Sacudió la cabeza. Eso no sucedería porque primeramente, Jin no se lo permitiría… Sonrió irónicamente de ser tan engreído en cuanto al amor que su novio le tenía.
-¡¿Qué?! –escuchó la voz de la madre de Jin y se asustó. Posiblemente ya le habría contado parte de la historia o quizá, cuando se besaron… ¿y qué tal si estaba diciéndole que había llegado en el momento preciso, para interrumpirlos cuando estaban a punto de hacer el amor… mejor dicho, en pleno proceso de?...
No, no. Debía ser positivo. Ella comprendería la situación y… Y por lo que le había contado Maru hacía mucho tiempo, esperaba que su hijo mayor le diera nietos con Takako. Decía anhelarlos y ahora, saber que de alguna manera, por el momento era imposible eso… No la culparía si se sentía decepcionada. De cualquier modo, si llegaba a ser odiado por su… suegra, no iba a dejar a Jin. Ya se sentía demasiado atraído por él, ENAMORADO mejor dicho, como para dejarlo ir por los deseos de su madre.
Comenzó a mordisquearse la uña cuando no escuchó más que murmullos provenientes de la puerta, los cuáles lo llamaban cada vez más y más para escuchar la conversación. Se revolvió el cabello en acción desesperada por quitarse la idea de espiar, así que, enfocándose fuertemente en alguna canción, se acercó a la puerta para cerrarla discretamente y no llamar la atención de ninguno de los dos. Ya no quería tener la tentación de aquellos murmullos.
-Mamá, comprendo que no estés contenta pero… -escuchó la voz de Jin muy claramente y se sintió aún más temeroso. Como pensaba, su madre estaba enfadada y su novio tendría qué trabajar mucho para hacerla comprender.
Volvió a caminar por la habitación, pensando en algunas palabras de aliento por si tenía qué hablar con ella… o peor aún, si Jin quedaba destrozado por alguna frase cruel de parte de su madre. Esperaba que ninguna de las dos cosas ocurriera. No se sentía listo para encarar a su suegra… sobre todo porque sería la primera impresión.
Se detuvo en frente del tocador que estaba a un lado del cuarto de baño y miró una fotografía que estaba en el centro del mismo. La tomó al llamarle mucho la atención las cinco personas que sonreían: Los dos adultos que estaban de pie detrás de tres chicos debían ser los padres de Jin, sin duda su novio se parecía mucho a su padre… era como el vivo retrato pero con unos quince años encima.
Se llevó una mano a la boca para reírse de aquel pensamiento. También se preguntó si Jin llegaría a verse así cuando se hiciera aún más maduro.
Su madre parecía mucho más joven a diferencia de su marido. Kame pensó que debía ser por las cremas que aplazaban el envejecimiento. Al final, todas las mujeres eran vanidosas y no las culpaba… De verdad creía que era tierno de parte de las chicas el querer permanecer lindas para la persona que querían.
En seguida miró a Jin, que abrazaba a Takako por la espalda, quedando la toma en tres cuartos de sus cuerpos. Ella tenía una sonrisa tan radiante que prácticamente pasarían por un
matrimonio de recién casados sino fuera porque conocía la realidad. Sintió una pequeña punzada de culpabilidad al saber que aquella fotografía ya era parte de un pasado que Jin no quería recuperar, pero no podía evitar sentir un poco de celos de ver el rostro de ambos, sonriendo como si fueran la pareja más linda del año.
Por último, había otro chico. Debía ser el hermano de Jin por el parecido que tenían. No eran gemelos, eso era evidente, pues debían llevarse algunos años de ventaja, pero así como Jin parecía un chico muy alegre, su hermano menor tenía un aspecto más serio. Su sonrisa no era tan radiante como la de su hermano… pero quizá se debía a que Jin estaba con la persona que quería en ese entonces. Podía comprender ese sentimiento.
La foto familiar era muy linda, irradiaba felicidad… De inmediato supo que Jin no podría tener una foto igual, pero con él y su familia. Sencillamente lo creía poco probable porque estaba muy seguro de que, así como la madre de Jin estaba oponiéndose a su noviazgo… quizá su padre pegaría el grito en el cielo y se negaría a conocer a la nueva pareja de su hijo… Era triste si lo ajustaba a la realidad.
Dejó el marco en su lugar, preguntándose si algún día Jin retiraría la fotografía, pero si estuviera en su lugar, no lo haría. Marcaba una época de su vida y francamente, no tenía derecho a exigirle que la quitara solo porque estaba Takako ahí… pero de verdad le dolía ver que parecían una familia feliz y si él entraba en ese círculo…
Movió la cabeza negativamente de nuevo. Estaba dejando que sus sentimientos negativos se apoderaran de la situación, que su inseguridad reinara y afloraran los celos. No tenía qué ser todo tan negro, ¿cierto? Aún tenía fe en que la mamá de Jin comprendiera la situación.
Caminó ahora hacia el cuarto de baño. Tuvo curiosidad por ver cómo era.
Se llevó la grata sorpresa de que era blanco, por lo que cuando encendió la luz, se iluminó toda la estancia, como si estuviera en un palacio pulcro y espacioso. Se acercó al lavamanos y abrió la portezuela de espejo, ahí encontró las lociones que Jin usaba para después de afeitarse y las corporales.
-Lo sabía… -susurró tomando el botecillo de Bvlgary Black. Adoraba ese aroma en Jin. Lo hacía parecer tan varonil y…
Lo dejó en su lugar para tomar otra botella de perfume, de nombre XS, otro que reconocía por marca y olor. También había olido su peculiar fragancia en su novio y también le gustaba mucho. Lo acomodó y abrió uno rojo que estaba a la mitad de su capacidad, a diferencia del Bvulgary Black y el XS. Olió solo la tapa y pudo distinguir una esencia casi florar que nunca había tenido su novio. Parecía más perfume para niñas que para varones. Le dio la vuelta y se encontró con una anotación escrita con marcador permanente…
-Reio… ¿Qué es eso? –Kame ladeó la cabeza desconcertado y se encogió de hombros, dejándolo en su lugar. En su vida había escuchado de una flor o un perfume con ese nombre…- ¡Oh! –alargó la mano, descubriendo apenas que Jin tenía una colección de por lo menos diez perfumes. Sin duda debían gustarle mucho y… él estaba ansioso de percibirlos cuando fuera que quisiera usarlos- Creo que ya sé qué regalarle en Navidad –tomó otra cajita de color verde pastel y leyó el título, sabiendo ya de ante mano que era otro espécimen de la marca Bvlgary: té verde.
Tomó otro después de dejar el verde. Cerró la portezuela y agachó la cabeza, distrayéndose con el bote de basura. Si a Jin le gustaban mucho los perfumes, no comprendía por qué había arrojado al cesto un frasco casi vacío. Quiso sacarlo del bote pero le dio un poco de asco hacerlo.
Sin embargo, la curiosidad pudo más que la higiene y tomando un poco de papel del despachador, sacó el frasco que estaba estrellado de la parte frontal, donde estaba el título de la fragancia. Debido a eso, un poco de su contenido se había derramado en el interior del bote de basura, dejándolo perfumado cuando Kame lo sacó del mismo. Olía a… ¿dulce?
Hizo una mueca de desagrado cuando el tufo le llegó más fuerte a su nariz y soltó el frasco en el interior. ¿De verdad Jin había usado ese aroma? No recordaba que… ¡Claro! El día en que fue su fiesta de bienvenida, Jin olía un poco a dulce, pero no tan fuerte. Imaginaba que lo usaba en ocasiones especiales pero… ¿por qué entonces lo había tirado antes de terminarlo completamente?
Lo inspeccionó por todas partes y cuando vio la parte baja, se encontró con una letra pulcra y supo de inmediato de quién era…
-Takako… -la voz se le cortó cuando leyó la última sílaba y lo soltó como si fuera algo envenenado. No lo hizo porque se enojara o le diera asco, sino porque no creía que Jin todavía conservara algo de su ex novia.
Ese perfume no era para chicas, sino para chicos… lo que quería decir que era especial para cuando estaba con Takako, ¿cierto? entonces no tenía por qué ponerse mal si es que Jin se había deshecho de él ya pero… ¿Por qué hasta ese momento?
Sacudió la cabeza. No podía pedir que su novio botara todo tan rápido y hacer como si nada pasó con ella. Él tenía derecho a guardar las cosas que quisiera, ¿o no? Además, recordó que él también tenía una fragancia especial que usaba solo para cuando iba con Yoko, y la conservaba todavía. Le gustaba mucho el aroma, por eso no se deshizo de ella.
-¿Kazu? –el llamado de Jin lo sobresaltó y volteó con él de inmediato, sintiéndose como un ladrón que había sido descubierto.
-Me asustaste –contestó con una sonrisa apenada.
-¿Qué haces aquí? ¿Te sientes mal? –preguntó preocupado al verlo cerca del lavamanos.
-No, no. Estoy bien –se talló las manos en el pantalón, en la parte trasera, como si hubiera tocado muchas cosas que no debía-. Conocía el baño… Ah… Espero que no te moleste…
-Claro que no –Jin terminó entrando y acarició una de las mejillas de Kame, desviando su mirada a su mano, descubriendo el pedazo de papel en la misma y… prácticamente sobre el bote de basura donde estaba la pequeña botella de perfume rota-. ¿Lo viste?
-¿Qué cosa? –Kame ladeó la cabeza sin entender. Había visto muchas cosas.
-Eso –apuntó con la cabeza hacia el bote de basura.
El menor volteó y se encontró con la evidencia, que parecía estar culpándolo por andar de curioso. De inmediato volvió con Jin y movió negativamente la cabeza, sonriendo más apenado por tener qué decirle mentiras.
-Sí, claro… -susurró el mayor comprendiendo los sentimientos de Kame. Le desconcertó que no estuviera enfadado y que tampoco quisiera quitárselo de encima cuando se acercó lo suficiente para abrir la portezuela donde estaba la colección de perfumes- Le gustaba que usara ese.
-En serio, Jin. No hay problema –dijo Kame haciéndose a un lado, después de todo podía comprender también por qué apenas se había deshecho de él.
-¿Hay uno que te agrade? –preguntó volteando con él.
-Jin… No es necesario que…
-Lo es –tomó de la mano a Kame y lo haló para que mirara mejor la colección, que ya había visto antes-. Solo dime si hay uno que te guste que use.
-Mmm… -miró entre todos. La verdad es que le encantaba cómo le quedaba cualquier perfume que usara pero… no podía dejar de pensar en el más sexy de todos: el de la botella negra, pequeña y circular- Este… -tomó el Bvlgary Black.
-¿Ah, sí? –preguntó Jin emocionado, dejando escapar una sonrisa de inmediato.
-Sí –asintió Kame sonrojándose y jugueteando con la botellita-. Te queda muy bien.
-Tú sí que eres especial –Jin volvió hacia los perfumes y movió cuidadosamente algunos, buscando algo.
-¿Por qué lo dices?
-Porque a nadie le gusta cómo huelo con él. Me dicen que use el de té verde –sacó un marcador permanente, lo que a Kame no le gustó en absoluto porque él no quería ser como Takako, que le había puesto el nombre de su perfume especial.
-Espera –retiró la botella del alcance de Jin y el mayor se desconcertó.
-¿Qué pasa?
-Yo no quiero ser como ella… -murmuró esbozando un puchero de enfado.
-Ah… Tienes razón… Lo siento –había pasado tanto tiempo con Takako que olvidaba que era una nueva relación la que tenía con Kame. Sin duda algunas cosas se hacían costumbre.
-Déjame ponerle el nombre yo.
-¿Eh?
-Así será más personal –tomó el marcador sin que Jin opusiera resistencia-. Sé que tú le pusiste el nombre al perfume de Takako-san, porque conozco tu letra.
-Ya veo… -lo abrazó por la cintura, desde atrás y atrayéndolo a su cuerpo para apoyar su mentón en el hombro de Kame- Hazlo tú, entonces.
El menor comenzó a escribir el kanji de tortuga por toda la superficie inferior de la botella circular, añadiendo una carita sonriente… pero…
-Mmm… No se ve… -hizo un puchero de tristeza al intentar leerlo, y es que era evidente que no se vería debido a que el cristal era negro.
-Claro que sí, mira –la puso a contraluz y la movió un poco, dejando ver los trazos de Kame brillar debido a la tinta del plumón de aceite-, ¿ves?
-Sí –asintió Kame emocionado y tomó la pequeña botella, emocionado de poder marcar una de las cosas valiosas para Jin.
-¿Cuándo quieres que lo use? –le susurró al oído, besándolo con ternura.
-Todos los días –contestó de inmediato sonrojándose tanto por la caricia como por su petición.
-Sí que te gusta, ¿verdad? –preguntó Jin marcando un camino de besos desde su oído a su cuello, caricias que Kame no pudo evitar y le dejó el camino libre moviendo un poco su cabeza hacia un lado.
-Ji-Jin… Es-pera… -apretó la botellita para no detener a Jin, mientras que sentía que las manos del mayor se colaban debajo de su camisa para tocarle el vientre- La-la voy a… romper…
El mayor buscó a tientas el perfume y lo retiró, dejándolo en el lavamanos para voltear a Kame y besarlo en los labios, calmando sus ansias y haciéndolo con ternura y paciencia.
Su novio respondió pasando sus brazos a su cuello, correspondiendo mientras se decía una y otra vez que debían parar pues seguramente la madre de Jin estaba esperando en la sala o… quizá se había ido ya.
-Ya… Jin… -se separó difícilmente de él y le sonrió cuando el mayor hizo un puchero de reclamo- ¿Qué pasó con tu madre?
-¡Ah! ¡Mi mamá! –dijo de inmediato soltando a Kame y llevándose una mano a la frente, recordando que la había dejado en la sala, esperándolos.
-¿Sigue aquí? ¡Vete ya! ¡¿Qué haces aquí mientras…?! –lo giró y lo empujó para sacarlo del baño y que regresara a hablar con ella.
-No, no entiendes. Vengo por ti –contestó volteándose y encerrando a Kame entre sus brazos.
-¿Eh? –Kame no le respondió porque se quedó sorprendido.
-Quiere conocerte –juntó su frente con la del menor, para darle más seguridad de salir.
-¡¿E-ella sabe que estoy aquí?! –se sonrojó y se soltó de los brazos de Jin, sintiéndose avergonzado por la impresión que debía tener su suegra de él: un chico que ni siquiera se había presentado como debía y que, de seguro pensaba, que hacía el amor con su hijo desde hacía mucho tiempo cuando no era así.
-Claro que sabe. Es obvio cuando le pedí que me diera un minuto para hablar contigo antes –le tomó las manos para tranquilizarlo, por lo que Kame se abrazó a Jin sintiendo mucha pena.
-No tengo cara para verla… Va a pensar que soy un libertino~ -dijo Kame con voz amortiguada por la cercanía de su pecho.
-¿Qué dices? Mi mamá no es así. Te adorará con solo verte, te lo aseguro –contestó dándole un tierno beso en la cabeza.
-Debería de odiarme por hacerle eso a Takako, ¿no? Maru me dijo que la quiere mucho –se aferró más a Jin, imaginándose cómo podría ser una charla con mamá Jin.
-Es verdad, son grandes amigas pero… -lo retiró de su regazo y le sonrió con ternura al ver el puchero y el sonrojo de su novio- le he contado por lo que pasamos y parece que se ha ablandado un poco con el tema. Me ha dicho que quiere conocerte, es decir, yo no se lo propuse.
-¿Crees que le agrade? –lo miró de reojo, muy preocupado por la impresión que pudiera dar.
-Si haces esas muecas en frente suyo va a adorarte sin ninguna duda. Además, no eres una mala persona, Kazu… Eso es lo que le preocupa a ella –le arregló el cabello al darse cuenta que lo tenía despeinado… ¿qué había estado haciendo mientras no estaba con él?
-Entonces debería arreglarme un poco, ¿verdad? –se miró la camisa desfajada y de seguro su cabello era un desastre.
-Sería más interesante ver su cara cuando te vea así, ¿no? Al menos sabrá que estuvimos a punto de…
-¡¡Jin!!~ -se quejó el menor escondiendo su rostro en su pecho.
-Bromeaba… No te escondas… -le buscó el rostro intentando retirarlo, pero parecía que Kame estaba pegado a él- Anda. ¿No quieres darle una mala impresión?, entonces debes apresurarte. Ya esperó demasiado.
-Hai~
En cuestión de minutos, Kame estaba preparado para presentarse debidamente con la madre de su novio, por lo que sentía muchos nervios. Ahora comprendía cómo se sentían las chicas cuando llegaban a la casa de su novio a presentarse formalmente y… ¡él no era una chica!
Suspiró en frente del espejo y Jin se acercó por detrás a rodearle la cintura nuevamente, dándole un beso en la mejilla.
-¿Cómo me veo? –le preguntó Kame escondiendo sus labios debido a los nervios.
-Bonito –contestó el mayor apoyando su mentón en el hombro de Kame, arreglándole un mechón fugitivo que se empañaba en doblarse hacia afuera.
-Jin~ -Kame volteó esbozando un puchero de reproche.
-Hablo en serio –le robó un beso en los labios y lo soltó para tomarlo de la mano y encaminarlo hacia la sala donde su madre ya debería estar prácticamente dormida por la demora.
Antes de salir de la habitación, Kame jaló a Jin para hacerlo voltear.
-¿De verdad crees que le agrade? –insistió en estar seguro sobre ese aspecto.
-Amor, si me agradas a mí, a ella también. Es su regla materna –le dio un beso en los labios y abrió la puerta, con lo que el menor sintió lo que los enfermos de gastritis: unas agruras horribles que quemaban su estómago.
Kame no era el único nervioso, sino también Jin. No negaba que su madre estaría encantada con Kame con unos minutos de plática y horas de conocerse, pero estaba preocupado porque su novio se sintiera muy incómodo. Dudaba que fuera descortés, pero tampoco quería que comenzara a hablar incoherencias o que se echara la culpa de la situación con Takako, como era su costumbre.
Cuando el menor vio de lejos a la mujer, quién estaba jugando con algo que tenía en las manos, le pareció a primera vista bastante comprensiva y hasta amigable. Esperaba que así fuera la conversación y no todo lo contrario.
La mamá de Jin volteó cuando sintió que era observada y lo primero que le sorprendió fue ver que su hijo tomaba fuertemente de la mano al otro chico, que no podía ver bien debido a que se escondía un poco detrás de Jin. Suponía que estaba muy nervioso para tener esa actitud, así que se puso de pie para presentarse.
-¿Es él? –preguntó al tenerlos de frente.
-Sí, mamá –Jin volteó con Kame, que tenía la cabeza baja.
De inmediato se inclinó con la que ahora era su suegra.
-Kamenashi Kazuya… Mucho gusto…
La voz tierna y nerviosa de Kame le agradó a la madre de Jin. Su apariencia no era del todo mala y además, su hijo ya le había dicho que trabajaban donde mismo, como profesores y que Kame poseía un talento especial para la enseñanza. Como Jin le había contado, el chico era bastante lindo, pero no podía dejarse llevar solo por su apariencia… Si su hijo insistía en que su novio era una buena persona, entonces tenía que corroborarlo.
-Akanishi Sae. Soy la madre de Jin –contestó el saludo inclinándose también. Había tantas cosas que quería preguntar que no podía esperar, pero sobre todo, debía llevar las cosas con calma porque Jin le había pedido que no presionara al menor, ya que estaba muy nervioso y definitivamente, tenerla en frente sería aún peor para él.
-¿Nos sentamos? –dijo Jin para hacer más tranquila la presentación.
Los res lo hicieron sin decir nada más y Kame quiso hacerlo muy cerca de Jin, pero se contuvo y mantuvo una distancia apropiada para no mostrar lo dependiente que a veces era de su cercanía. Pensó que quizá incomodaría a Sae si mostraba mucho cariño.
-Kamenashi-kun –lo llamó Sae escuchándose lo más blanda que pudo-, ¿cuántos años tienes?
-Veintitrés –contestó Kame de inmediato sosteniéndole la mirada.
-¡Oh! ¡Eres muy joven! –Sae se tapó la boca y volteó con su hijo haciendo una mueca de desacuerdo que a Kame hirió- ¡¿No te da vergüenza pervertir a un niño como él?!
-¿Eh? –preguntó Kame desconcertado por la reacción de Sae.
-No lo pervierto, mamá –contestó Jin haciendo un puchero y frunciendo la boca-. Solo lo quiero.
-Seguramente esto de la relación debió ser idea tuya –lo miró con un poco de rencor y volvió con Kame, esbozándole una sonrisa tierna que descolocó más al menor-. Disculpa a mi hijo tan torpe, Kamenashi-kun… A veces sigue demasiado sus impulsos.
-No tiene por qué disculparse –se sonrojó y encogió de hombros, sintiendo que mano de Jin pasando por su espalda y atrayéndolo por su cintura para acabar con la lejanía impuesta por seguridad-. No fue el único que lo buscó…
-Me dijo que eres profesor de inglés y japonés. ¿En dónde estudiaste?
-En Toodai –quiso recargarse en el hombro de Jin pero mejor se quedaba quieto.
-Ahhh, Jin también estudió ahí, pero eso ya fue hace varios años, ¿verdad, asalta cunas?
-Tampoco es un bebé, mamá –se quejó el mayor cruzando las piernas. Comenzaba a pensar que madre continuaría burlándose de él cuanto pudiera.
-Como si lo fuera –dijo con una seriedad fingida que Kame se estaba creyendo-. Cuando lo vi pensé que era menor de edad.
El aludido quiso quejarse sobre ese comentario, pero mejor guardó silencio porque no estaba en la mejor posición. Además, ya mucha gente se lo había dicho y comenzaba a pensar, que más que una ventaja que lo hacía verse lindo, era una maldición.
-Kamenashi-kun, iré al grano del asunto –se sentó apropiadamente y corrigió su garganta, lo que puso a Kame muy tenso-. Ya sé la respuesta de Jin, pero quiero escuchar la tuya… ¿Qué intenciones tienes con mi hijo?
-¿Eh? –¿Intenciones? Intentaba preguntarle para qué lo quería o…
-Me interesa saber qué tan sinceros son tus sentimientos por él –Sae observó cómo Jin aferraba su mano a la cintura de Kame, como si intentara calmarlo de laguna forma-. Siendo sincera, debo decir que no me siento a gusto con ésta sorpresa, sobre todo porque Takako-chan fue una persona muy importante en la vida de Jin y es como de la familia.
-Comprendo… -Kame asintió temiendo lo peor. Sabía que algo así podría salir a tema, pero de verdad se sentía muy incómodo escuchando que su… Takako era considerada de ese modo.
-Mamá, no lo digas así. Hasta a mí me ha dolido –interrumpió Jin molesto por la forma de hablar de su madre.
-Lo siento –la mujer se disculpó de inmediato pero continuó mirando a Kame, que no le quitaba la mirada de encima-, pero quiero ser honesta desde el principio.
-Sí, pero…
-Déjala, tiene razón y además, prefiero que sea así a que me esconda lo que de verdad siente, Jin –Kame volteó con él esbozándole una sonrisa poco convencedora de que estuviera bien, pero no podía hacerlo más creíble-. Además, ella es tu madre y solo quiere lo mejor para ti. Creo que la mía haría lo mismo.
-Pero…
-La verdad es que… -el menor comenzó a explicarse, pensando en las palabras apropiadas, sintiendo miedo de las reacciones de Sae, sobre todo porque Takako y él habían tenido una especie de amistad. Sabía que ella todavía le guardaba cierto aprecio, pudo saberlo cuando le dije eso de “hermanito menor y consentido”, pero si quería saber solo los sentimientos hacia Jin, entonces se los haría saber, sin detalles sobre terceras personas- cuando llegué a ILIJ, solo fue con la intención de trabajar. Apenas tengo un año de haber terminado mi carrera y haber encontrado un lugar como ese fue la verdad muy difícil. De inmediato me dijeron que Jin sería mi jefe inmediato y me enseñaría todo lo que necesito saber para dar clases –sintió una mirada de ternura de su novio, sonrojándose por el mero pensamiento que ya lo conocía al grano de poder saber cómo estaba observándolo-. No fue fácil… En resumidas cuentas… yo no pude evitar enamorarme de él, Akanishi-san. Nos llevamos bien desde el principio, fuimos amigos antes de darnos cuenta que… Nunca busqué que las cosas se… -Sae le mostró la palma de la mano para hacerlo callar, lo que Kame hizo de inmediato.
-No vine a que me des una explicación de cómo fue que se enamoraron, ni como es que Jin terminó dejando a Takako, sino a que me digas si de verdad quieres a mi hijo, lo suficiente como para convencerme de que eres mejor que ella.
-Mamá, me vas a disculpar, pero no te permito que seas tan grosera –dijo Jin cuidando su tono de voz. No quería ser maleducado con su madre, pero tampoco podía permitir que le hablara tan cruelmente a su novio.
-Jin, no…
-No le hables así a tu mamá –pidió Kame de inmediato, dejando a Sae sin palabras.
-Pero… -el mayor apretó los labios, sintiéndose impotente por la petición. No quería dejarlo desprotegido contra tales argumentos- Mamá –la llamó calmándose un poco-, lo siento pero… creo que eso es algo que yo decido. Si es mejor que Takako o no, creo que está claro porque decidí estar con él, ¿no crees?
-Cariño, yo solo quiero lo mejor para ti y… no puedo quedarme callada cuando no conozco a este chico –Sae comprendió que se había excedido con sus comentarios y exigencias con respecto al menor, que se encontraba muy nervioso presenciando como madre e hijo discutían por él.
-Comprendo. Pero ya no tengo quince años, eso quisiera que lo entendieras.
Sae se sintió tan herida con esas palabras, porque además de ser ciertas, su hijo estaba quitándole autoridad sobre Kame sin darse cuenta. Con Takako había pasado algo similar, pero lo que más le dolió a ella, fue diferenciar que el menor miraba a Jin como si quisiera exigirle que le diera una disculpa y no continuara peleando… Y Takako era diferente… ella sin duda habría apoyado a Jin.
Se puso de pie tomando su bolso, con la intención de dejarlos solos en el departamento con su absurda historia de amor.
-¡Akanishi-san! –la detuvo Kame poniéndose de pie y siguiéndola.
Jin hizo lo mismo, sorprendido por parte de los dos.
-Entiendo que esté preocupada porque es una relación diferente. Estoy seguro que mis padres también se sentirían igual pero… -tomó fuerzas para decirle lo siguiente- le aseguro que no es un capricho. Tampoco soy un demonio que vino a acabar con una relación, eso ya lo entendí. Y créame, que si por mí fuera y las cosas fueran diferentes, no me importaría pasar por el dolor que pasó Takako-san para lograr una reconciliación entre ellos dos…
-Kazu-chan… -Jin se sorprendió de escucharlo hablar así.
-Eso deberías hacer –dijo Sae aún estando de espaldas a los dos.
-¡Mamá!
-Takako-san… ella misma me impulsó a estar con Jin, Akanishi-san –quizá eso ya lo sabía Sae, pero quería dejar en claro que no había esperanzas de reconciliación, y que la misma ex novia de Jin lo había dejado libre-, porque estando separados, nos hacíamos mucho daño. Estando juntos quizá, es normal herirnos pero… yo no soy nadie para hacer sufrir tanto a Jin y si él me quiere y yo igual, entonces…
-Mou iiyo!! –lo interrumpió Sae volteando con el menor, queriendo soltarle una bofetada, pero por Jin no lo hacía y además, aquellas palabras la cansaban de alguna manera, no porque supiera esa historia de memoria, sino porque era lo mismo que Takako le había dicho.
-Mamá, por favor, entiende lo que él quiere decirte –pidió Jin tomando a Kame por los hombros-. Solo te pide que comprendas. Ni siquiera te está pidiendo que lo aceptes… solo que me comprendas. No habla por él, está hablando por mí, ¿no lo entiendes?
-Tus sentimientos ya los sé, Jin –contestó Sae calmándose-, y aunque no me gusten me tengo qué aguantar porque sé que eres un adulto ya. Los que no me quedan claros son los de él…
-Pero…
-Mamá, él intenta…
-Lo hace muy mal –fue lo único que dijo antes de darles la espalda y salir por esa puerta, muy decepcionada de las palabras del menor.
Ninguno de los dos fue capaz de decir algo al respecto. Las palabras de Sae fueron demasiado precisas y además, a juzgar porque había comenzado a jugar con ambos desde un principio, no pensaban que terminara de esa manera la discusión.
Jin estaba decepcionado de la actitud de su madre, sobre todo porque había prometido no ser muy dura con Kame, y al final, había sido todo lo contrario. Podía comprender que estuviera preocupada porque la relación, más que ser nueva, era totalmente diferente… pero no tenía derecho a tratar a su actual pareja de aquel modo.
Por otro lado, Kame parecía consternado. Era la primera vez que alguien lo rechazaba tan rápidamente. Normalmente le daban la oportunidad de hablar y expresarse de principio a fin pero… al final, hacía sucedido lo que tanto temía, que la mamá de Jin lo botara sin decirle sus verdaderos sentimientos por su hijo…
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Mensaje por MoKaMe Sáb Ene 14, 2012 11:16 pm

wuaa!!! conti... y tres cap... lo leere!!! *-*
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Mensaje por shion kamenashi Sáb Ene 14, 2012 11:45 pm

Waaaaaa No sabes lo feliz q me ya hayas subido la continuación >v<
hay tan lindo y tiernos jin y Kazu me encantan cuando tienen sus ratos a solas y se demuestran cuanto se aman me enkanto como se emociono Kazu al planear sus vacaciones waa ya las Kiero ver >v< <3
Maru y tat-chan son otros q me encantan pero esto último si me preocupo ojala que ryo no encuentre donde viven no kelo q les pase nadaaa
A mi también me preocupo muxo los dolores de cabeza de jin por un momento pense q era algo maloo
Waaa >\\v\\< me enkanto q Kazu le dijera a jin ke podia desestresarse con el <3
hay q romanticooo waaa jin y Kazu al fin lo hiban a hacer te soy sincera hasta yo senti maripositas al leer esta parte de tan romantica q esta
demo tenia q llegar la mamá de jin e.é no me cae bien por q no acepta a mi kazu?? Si el también paso tanto ¬3¬
Onegai!!!! no tardes en poner la contii!!! Q enserio amooo este fic tan presioso >v< <3
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Mensaje por Ecatheriina Sáb Ene 14, 2012 11:53 pm

*Tercera en comentar *O* !

Kyaaaa >//< !! Definitivamente, este es y sera mi AKame favorito >//< !! Y el unico q me gusta asi asi asi MUCHOO >//< !! (de hecho, es el unico q me gusta por ahora xD)

El MaruDa esta divino >//< Demo, tengo miedo q Ryo me le vaya a hacer algo a Tatchu T.T !!

YA QUIERO Q SE VAYAN DE VACACIONES *O* !!

Cuando Kame le dijo a Jin q ya no aguantaba, y que queria q lo reclamara y lo hiciera suyo, mi kokoro esta como a mil por microsegundo >////////////////////< !!! Pero tuvo q venir la madre a joderles el plan DDx !! No me gusta para nada como actuo con mi bebe ¬¬ Yo comprendo lo q quiere q mi Kame le diga, PERO, ella, numero 1, no tuvo por q ser tan dura, total se lo habia prometido a Jin, y pues esfuerzo... esfuerzo por tratar de ser mas suave, no vi ¬¬ ! y DOS, ella debio comprender q tanto para Jin como para Kame, esto es nuevo, y q Kame esta super nervioso q es obvio q trataria de explicar las cosas de como se enamoraron y todo, por q en ese momento, si la madre lo mira con una cara de "Me quitaste a mi nuera adorada mierda!", entonces es obvio q Kame va a querer darle una explicacion de como se dieron las cosas desde q se conocieron hasta el final, PERO NOOO~ la mujer esa solo se porto mas cruel con mi nene Dx !!

Espero q ese problema se solucione pronto -.- !

SOUKAAA, entonces dile a la autora q AMO su AKame ^//^ ! Es el primer fic q hace aflorar en mi tantos sentimientos al leerlo >//< !! Siento cositas en mi estomago, y en varias ocasiones me he puesto a llorar tanto de tristeza como emocion >//< !! (asi como hace un momento, cuando crei q ya harian el amor -.-)

Se q acabas de poner las contis pero.... necesito mas TOT <3 !!!! Onegaiiiiiiiiii~ Necesito saber como seran sus vacaciones *-* !!!! *Brenda se emociona al pensar q tendran su primera vez ahi >//< (ya q dudo, q despues de como los dejo la madre, continuen en lo q estaban Dx Seguro mi nene se va a poner a llorar T________T !!)

Gracias :DDDD <3 *Hugs ^^


Última edición por Ecatheriina el Lun Ene 16, 2012 6:49 pm, editado 1 vez
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Mensaje por Saku-chan Dom Ene 15, 2012 8:31 pm

lo amo lo amo lo amo lo amo lo amo lo amo lo amo!!!

LO AMO!~ LOL

espero conti pronto >w<
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Mensaje por DANNYKAZU Dom Ene 15, 2012 10:48 pm

Wa!!! Primero mil gracias x las contis!! ?este fic yo lo adoro de hefho fue x este fic que yo m uni al grupo! Desde el año pasado que comence a leerlo lo ame. Amo imaginar a jin hablando en ingles... De hecho amo leer en ingles y este fic me da esa maravillosa oportunidad. Waaa que decir del desarrollo de la historia.. Tu manera de escribires tan detallada que es genial.desarrolar una imagen mental a partir de la lectura tan amena. Diosss ameesa escena de jin con jaqueca por que senti que hasta ami me dolia la cabeza y la angustia de kame... Logras trabsmitirme los sentimientis de cada personaje.
adenas la historia es muy madura y centrada.. Nada extraños lios y complicaciines.. Es uns historia que parce real... Ane la escena del departamento... Mi corqzon salto super emocionado por todo ese amor expresado.. Sin lugar a dudas el akame mas romabtico y real que h leido.
Demo... Hasta la reaccion de la madre de jin fue tan real que me kede con la ansiedad de saber que pasara ahora.
Onegai.... No demires con la conti.
Mil gracias por tu maravillosa.
Feliiddes tu exelente trabaji.
Mi es tu fan.
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Mensaje por meiii.pindy Miér Ene 18, 2012 1:21 pm

KOMARU
(En problemas)

-Eso te gusta, ¿ne? –preguntó Takako rascándole las orejas a un perro al que bañaba- ¡Sí, sí, estoy segura que eso te gusta! –le habló un dejo de melosidad al canino que respondió solo sacando la lengua, como si estuviera diciéndole que estaba encantado con sus caricias.
-Takako-san –la llamó una chica que pasaba por ahí, observando cómo se divertía con el perro.
-¿Ah? –volteó mientras seguía rascando el pelaje del perro para quitarle toda la suciedad posible.
-Te buscan en tu oficina –sonrió su compañera con picardía.
-¿Eh? ¿Quién? –preguntó ladeando la cabeza, cerrando el paso del agua y secándose las manos.
-Akanishi-san –contestó la otra emocionada y tomando el lugar de Takako, empujándola con la cadera para insinuarle que debía ir rápidamente a atender su reconciliación.
-¿Jin? –a Takako le desconcertó mucho el solo nombre de Jin en aquel sitio. Es cierto que extrañaba a su ex novio, y estaba logrando que aquellas noches donde recordaba muchas noches juntos cesaran. Ahora que habían pasado un par de meses se sentía mejor, pero no lo suficientemente fuerte como para encararlo.
-¡Anda ve y exponle que eres una mujer con la que tendrá qué trabajar mucho para reconciliarse!
Takako sonrió con timidez. Un diez porciento le decía que Jin iba con esas intenciones, y el otro noventa porciento apostaba a que quizá quería darle las gracias por hablar con Kame para que todo el asunto llegara al punto de poder estar con él. Pero… si a eso había ido, prefería que no la buscara entonces, porque de alguna manera, se sentiría un poco avergonzada.
Sin quitarse la bata de veterinario, salió del área de cuidado de animales y pasó por el pasillo de espera. Cruzó la recepción, aclarándole a la chica que no le pasara llamadas ya que iba a su oficina a atender una visita.
En cuestión de minutos llegó al lugar, deteniéndose en frente de la puerta y observando a Jin, por medio de la ventana, que se encontraba de espaldas, con las manos metidas en los bolsillos y paseando por el despacho como si fuera la primera vez que estaba ahí: una señal evidente de que estaba nervioso.
No pudo evitar sonreír de la emoción de volver a verlo. No era su culpa. Años de noviazgo no se borraban con solo unos meses y extrañaba tanto a Jin que era imposible para ella no pensarlo varias veces al día.
-Me sorprende que seas tú –dijo Takako al abrir la puerta. La cerró intentando borrar su felicidad de su rostro, dándole una mirada seria para no crear malos entendidos.
Sin embargo, Jin no respondió y continuaba observando una fotografía que estaba detrás de Takako, en un librero donde había un montón de ejemplares de medicina veterinaria y otros temas relacionados con los animales: la misma que tenía en su cuarto y que tiró a la basura cuando Kame se fue el día del incidente con su madre.
-¿Qué pasa? –Takako miró hacia atrás, dándose cuenta cuál era el objeto que estaba distrayendo a Jin- Ah… Supongo que tú debiste tirarla, ¿ne? Yo no –tomó la fotografía con mucho cariño y acarició el cristal-. Tiene mucho significado para mí aunque ya no estemos juntos…
-Fuiste de chismosa con mi mamá, ¿cierto? –Jin la interrumpió, sin poder soportar que hablara con tanta tranquilidad de lo que una vez tuvieron en común.
-¿Eh? –volteó de inmediato, aún con el marco en sus manos. Le sorprendía su tono tan serio y amenazante. Podía decir que estaba reclamándole.
-Fue a mi departamento a reclamarme por qué te había dejado por Kazu-chan. ¡¿Quieres decirme por qué tuviste qué contarle?! –se recargó en el extremo del escritorio, muy enfadado porque ahora su madre estaba molesta, Kame se sentía mal por no poder lograr una buena impresión en ella, y por último, controlar su decepción por su ex novia, a quién tenía en buenos términos.
-Jin, yo… -nunca lo vio tan enfadado.
-¡Eso no te correspondía porque no es tu madre! ¡Yo iba a decírselo cuando sintiera que era tiempo de hacerlo! ¡Ahora por tu culpa está enfadada y no ha sido capaz siquiera de escuchar a Kazu-chan!
-¿Por mi culpa? –preguntó muy asustada por el tono que empleaba.
-Lo hiciste a propósito, ¿verdad?
-¿Cómo dices?... –Takako perdió la paciencia y con eso, las ganas de verlo, pero principalmente, que creyera que había hecho todo a propósito para separarlos le rompía el corazón.
-¡¿Por qué tenías qué hacerlo, Takako?!
-Jin, cálmate y déjame explicarte…
-¡No me pidas que me calme! –se soltó del escritorio y caminó por la oficina, sin quitarle la mirada de encima- Yo sabía que mi mamá no lo iba a tomar a bien, por eso quería presentarle a Kazu primero como un amigo y acostumbrarla a su presencia, pero… ¡Tenías qué hablar!
-No estás siento justo conmigo –lo interrumpió esbozando un puchero de profundo dolor, intentando contener las lágrimas dentro de sus ojos.
-¿Quieres hablar de justicia? ¡Bien! Lo justo habría sido que… ¡te quedaras callada y dejaras mis asuntos en paz!
-Estás siendo muy cruel, Jin… No me lo merezco –le advirtió empuñando la fotografía tan fuerte que sus uñas se pusieron blancas.
-¡¿Cruel?!
-¡¡Sí, cruel!! ¡Entiéndeme un poco, ¿quieres?! –le alzó la voz desenado que se fuera y que nunca la hubieran interrumpido en medio de su divertido baño con Lola, el perro al que atendía- Yo estaba…
-La que tiene qué entender aquí eres tú, Takako –la interrumpió-. Yo ya no te amo, por lo tanto mi madre ya no es tu suegra ni el paño de lágrimas que estabas acostumbrada a tener, así que te pido que no estés llenándole la cabeza de tonterías, ¿quieres? ¡No quiero que estés diciéndole cosas como “Me dejó por alguien que encima es hombre”!
-¡¿Y no fue así?! –cuestionó Takako muy enfadada por su cinismo.
-¡Sí, así fue! ¡Y te pedí perdón muchas veces y sé que quizá nunca lo tendré! ¡Pero quería que no dijeras nada porque yo tenía qué decírselo a mis padres!
-Tu madre me preguntó, Jin. Yo no pude decirle mentiras.
-Hubiera sido mejor que lo hicieras… -suspiró derrotado. Era inútil hacerle entender que había cometido un error muy grave.
-Lo siento. No me fijé cuando lo dije y… después ella comenzó a interrogarme. No me dejó ir hasta saber la historia completa y…
-¡¿Y no pudiste decirle que fuera a verme para que la supiera?! –Takako se sobresaltó y se quedó callada. La verdad es que se le ocurrió, pero en ese momento necesitaba tanto de un consuelo porque no había sido capaz de desahogarse con nadie. Estaba apunto de explotar y la única que se ofreció a ayudarla fue Sae.
-Jin… ¿podrías ponerte un momento en mi lugar? Yo no… -estaba tan asustada y triste de que al final, de haber terminado tranquilamente y sin problemas, Jin estuviera acabando con toda la tranquilidad que habían forjado mutuamente.
-No te quiero escuchar –contestó de inmediato y sacó su billetera, abriéndola para tomar algo de la misma.
-Ji-Jin… No me la devuelvas… -pidió Takako muy asustada por saber qué era lo que iba a darle.
-Me decepcionas, Takako –tiró al escritorio una hoja de maple que habían cogido del Central Park, hacía algunos años, cuando fueron a Nueva York juntos.
Takako las había encontrado entre tantas hojas rojas, marchitas y feas. Le comentó a Jin que sería un lindo de recuerdo para ambos de la primera vez que habían salido juntos de Japón y pisado suelo extranjero. Si llegaban a separarse las conservarían porque no era un símbolo de amor, sino de alcanzar una de sus metas, que era unas vacaciones en una de las ciudades más locas del mundo. Enmicaron cada uno su hoja, y la cargaron siempre en sus billeteras, recordando que siempre podían alcanzar sus sueños si se lo proponían.
Que Jin la sacara y se la devolviera a Takako, significaba que quería olvidarse de aquella experiencia, junto con su persona y además, borrar el recuerdo de que había logrado su primera meta ambiciosa, sin ayuda de sus padres, al lado de ella: una mujer que le había dado años de su vida.
Cuando Jin cerró la puerta detrás suyo, Takako aún estaba sin poder creer que esa hoja de maple, café y conservada aún en aquel plástico sin aire, se encontraba en frente suyo, en el escritorio y no en la cartera de Jin. Era prácticamente, la única cosa con la que su ex novio había decidido quedarse, lo único que le aseguraba a Takako que él nunca se olvidaría de ella. Que la guardaría en su corazón para siempre y jamás, nunca sería una novia cualquiera…
No pudo evitar dejar salir los primeros sollozos, acompañados de lágrimas que le nublaron la vista. Quería que fuera un holograma, algo que le hiciera creer que lo ocurrido solo era una farsa, un malentendido… o una pesadilla.
Era verdad, se había equivocado contándole toda la verdad a Sae, pero en ese entonces se había sentido tan mal, que necesitaba el apoyo de alguien sino sentía que iba a morirse de pena. Ya había aguantado mucho sin poder contárselo a alguien, sin esconder absolutamente nada. No fue sino hasta que dijo lo de Kame, que supo que había cometido un error, y debido a lo persuasiva que era Sae (cosa que Jin heredó), terminó diciéndole todo.
Sí, se había equivocado, pero si ella fue una tonta, Jin quedaba como el idiota más grande el mundo por haberse portado tan cruel, creyéndola capaz de arruinar su relación con Kame diciéndole todo a sus padre. ¡Cómo si fueran chicos de secundaria! ¡¿Qué diablos le pasaba a Jin?! ¡¿Cómo podía pensar, que aparte de que impulsó a Kame a darle el sí, pudiera caberle en la cabeza que con decirle a sus padres bastaba para destruir una relación que gente adulta?! ¡Era ridículo!
Comprendía su enfado, pero cualquiera cometía errores, ¿cierto? No era perfecta y muchos la creían así. Estaba harta de dar esa imagen, pero sobre todo… ya estaba cansada de estar llorando por Jin. Habían sido meses difíciles donde tenía qué distraerse de alguna manera… ¿y al final llegaba él y terminaba arrollándola más?
Tuvo qué sentarse mientras se llevaba la mano a la boca para continuar llorando y sollozando, amortiguando sus gemidos para no despertar sospechas. Dejó la fotografía en el escritorio también, a un lado de la hoja de maple y se enfocó en descargar toda la ira que sentía.
Ya no era tan especial para Jin y eso lo tenía claro, porque era capaz de hacerle daño con tal de que Kame estuviera bien. ¿Qué tenía de especial ese chico, o qué había encontrado en tan poco tiempo en esa persona, para olvidarse que ella le había dado los mejores años de su vida a su lado? ¿Es que tan rápido Kame había borrado todos esos lindos recuerdos que compartían juntos?
No podía creerlo. No podía dar crédito a que así fuera, sobre todo porque conocía muy bien a Jin, y sabía que estaba actuando así porque estaba enfadado, que en el fondo debía dolerle el cómo la trató pero… vivir y experimentar una de las injusticias de su ex novio le dolía muchísimo…
Jin pasaba por los pasillos del salón de clases, observando a sus alumnos que estaban haciendo los ejercicios dejados por él, pero ponía poca atención a lo que estaba viendo, ya que no podía dejar de pensar en lo que le había dicho a Takako aquella mañana. Ahora que lo meditaba mejor, fue muy duro con ella… pero se merecía una reprimenda por abrir la boca sobre asuntos que no eran de su incumbencia.
-Teacher… -lo llamó una alumna que estaba cerca de la puerta.
Solo esperaba que no fuera de nuevo con su madre a contarle todas las cosas que le había dicho, porque sino, estaría en problemas nuevamente.
-Teacher!
-Ah, yes?! –preguntó Jin saliendo de sus cavilaciones cuando uno de los alumnos que estaba cerca de él le jaló la manga.
-Someone came to see you.
Miró hacia la puerta y se encontró con la grata sorpresa de que Kame estaba apoyado contra el marco, saludándolo mientras agitaba la mano para llamar su atención. No tardó mucho tiempo en salir del salón, dejando atrás unas risitas de sus alumnas, muy emocionadas porque habían notado que ambos se buscaban mucho últimamente.
-¿Qué pasa? –quiso agregar algo más cariñoso, pero estaba prácticamente recargado en la puerta.
-Quería decirte, que hoy no puedo quedarme a esperarte –contestó Kame con una expresión de pena, esperando que Jin no fuera a hacerle un berrinche.
-¿Eh? ¿Por qué? –ladeó la cabeza haciendo un puchero de inconformidad.
-Porque me acaba de llamar mi hermano –en seguida sonrió, sin poder evitar esconder su felicidad por esa noticia-. Dice que podrá pasar el fin de semana fuera del internado y…
-¿Internado? –su pregunta detuvo la explicación de su novio.
-Ah… Es cierto, nunca te he contado de mi hermano, ¿ne? –Kame se rascó la nuca.
-No, en realidad, nunca me has contado de tu familia, Kazu –ahora que lo pensaba, eso era verdad, y lo hacía sentir un poco desinteresado porque Kame sabía que tenía un hermano, además de sus padres.
-Bueno, nunca salió a conversación –asintió mientras le regalaba otra sonrisa-. Mi hermano menor estudia en un internado. Él mismo decidió entrar; dijo que era para no causarme muchos problemas porque yo tenía qué estudiar y trabajar y poco podía cuidarlo… A veces voy a verlo los fines de semana –a medida que Kame hablaba, a Jin se le ocurrían muchas cosas qué preguntar, pero no era el momento y tampoco tenían el tiempo-, aunque en estos dos últimos meses no pude verlo porque se fueron de excursión a Hokkaido… Dos meses es mucho tiempo, ¿ne?
-Sí, es cierto –había algo ahí que no le quedaba claro.
-Es por eso que no puedo quedarme, Jin. Estará conmigo por el fin de semana, así que…
-Comprendo –sonrió enternecido por lo cercano que era Kame a su hermano pequeño-. ¿Puedo ir a conocerlo?
-¡Seguro! –se alegró al saber que quería conocer a su familia, y él estaría encantado de presentársela- También quería pedirte otra cosa…
-Dime –se extrañó porque repentinamente, las facciones de Kame habían cambiado de alegres a melancólicas.
-Yuya tiene permiso para salir por una fecha en especial, y también mis hermanos mayores vendrán a Tokio por lo mismo –se armó de valor para decir lo siguiente, porque no era nada sencillo-. Jin… ¿podrías acompañarme a visitar a mis padres?
-Claro que sí –contestó el mayor sintiéndose nervioso por la invitación. De hecho quería presentarse con la familia de Kame de manera formal, pero estaba esperando a que el menor sacara el tema. Aunque juzgando el cómo lo decía, no parecía agradarle mucho la idea-. Solo espero que no me maten por andar con su pequeño –bromeó para ver si la cara de su novio cambiaba, y así fue, pero no por una que esperase ver, sino que Kame bajó la cabeza sonriendo apesadumbrado.
-No vendrán a pegarte, Jin, no te preocupes…
-Oye… -le levantó el rostro con suavidad y pudo notar un dejo de tristeza en sus hermosos ojos castaños- parece que no te llevas bien con tus padres, ¿verdad?
-No es eso. Yo los quiero mucho –contestó esbozando una sonrisa menos triste-. Jin, mis padres murieron hace ya cinco años…
-¡¿Eh?! –preguntó azorado, llamando la atención de sus alumnos que estaban muy concentrados estudiando.
-¡Shhh! –dijo Kame dándose cuenta que algunas cabezas se alzaron en el interior del salón.
-Lo siento… -volteó hacia atrás y tomó a Kame de los hombros para llevárselo un poco más lejos, asegurándose que los demás salones estuvieran vacíos- Kazu-chan, cuánto lo siento… Yo no sabía…
-Está bien, Jin. No se lo he dicho a nadie porque… nunca salió a tema y no es algo que se cuente como si fuera cualquier cosa, ¿ne? –le aseguró el menor sonriendo para tranquilizarlo- ¿Entonces sí irás conmigo?
-Claro que sí, Kazu –contestó con ternura, queriendo acariciarle el cabello y abrazarlo.
Podía ver en los ojos de Kame destellos de tristeza, después de todo, la muerte de un ser querido no podía olvidarse pasados pocos años y… Kame era muy joven todavía. Si hacía cuentas, había perdido a sus padres antes o después de entrar a la universidad. Debió haber sido muy duro manejarse solo y…
-Gracias, Jin –Kame interrumpió sus meditaciones-. Regresa a clase o tus alumnos comenzarán a salirse de control porque no estás ahí.
-Kazu… -quiso preguntarle si estaba bien, pero Kame ladeó tan tiernamente la cabeza, que no pudo decir nada por temor a borrar aquellos ánimos- Cuídate, ¿de acuerdo? También cuida a tu hermano y salúdalo de mi parte. Por la noche iré a visitarlos.
-Sí, Jinjin –asintió abrazando más sus libros, imaginando que era Jin-. Nos vemos más tarde para ir a Asahi TV, ¿ne?
-Sí –fue lo último que se dijeron y Kame se fue en rumbo hacia aula de Jin, pasando de largo y doblando en el primer pasillo.
El mayor se quedó de pie, observando el camino del otro. No podía creer de lo que se había enterado. Ahora también comprendía por qué había estado tan poco animado en los últimos días e… inusualmente tierno y mimoso. Suponía que sentía cada vez más cerca la fecha y se ponía más ansioso y triste por tener qué visitar la tumba de sus padres… Debía ser duro, entrar a la adultez sin la guía de ellos. Aún teniendo hermanos mayores, todo parecía indicar que el que tuvo qué educar al menor de todos había sido Kame.
Regresó al salón de clases preguntándose cómo habría sido la familia Kamenashi. Al final, solo conocía a Kame, más nunca le había preguntado por sus allegados y él nunca los había mencionado. Dudaba que fuera porque tuviera problemas con ellos, sino porque, como decía, nunca se había dado el caso de hablar sobre eso…
Cuando cerró la puerta del aula, muchos de sus alumnos ya habían terminado y esperaban las siguientes indicaciones, pero Jin no se movió por unos segundos, pues estaba tomando una decisión con respecto a la visita al cementerio.
Kame estaba ansioso en la estación del tren. Yuya había decidido ir solo a su casa, pero Kame insistió en recogerlo.
Se movía de un lado a otro, dando saltos para ver si lograba visualizar a su hermano saliendo del tren que apenas había llegado, pero en cuanto todas las personas caminaron, arrollándolo a él y a Ueda, supo que su pequeño hermano debía venir en otro.
-Cálmate. Yuya-chan ya no es un niño –dijo Ueda sonriendo al ver a Kame tan feliz de poder ver a su hermano menor de nuevo.
-Es que hace mucho que no lo veo… -contestó Kame haciendo un puchero- No entiendo por qué quiere seguir en ese internado si ahora ya puedo mantenerlo sin ningún problema.
-Quizá se ha acostumbrado a esa vida, Kame-chan.
-¡No quiero!~ -protestó dando un fuerte pisotón, sin poder tolerar imaginar que su hermano pequeño gozaba más la vida de instituto que estar con él.
-Te estás comportando como Yuichi-kun –Ueda se cruzó de brazos mirando a Kame con una ceja alzada.
-No puedo evitarlo –contestó el menor jugando con sus dedos-. Yuya-chan es la única persona que me queda en Tokio…
-Vamos, no te pongas así… -lo jaló del brazo para atraerlo y abrazarlo, tranquilizándolo por pensar que estaba quedándose solo en la ciudad- A parte de Yuya-chan me tienes a mí, ¿no? Además, que tus hermanos trabajen fuera no quiere decir que estás solo, Kame-chan.
-Pero extraño a mi familia, Tat-chan… -contestó Kame esbozando un puchero encaprichado.
-Lo sé, tranquilo… Estás así porque el aniversario es pasado mañana, ¿ne? No te pongas triste… Debes ser fuerte por Yuya-chan –lo alejó y le alborotó el cabello dándole una sonrisa para reconfortarlo.
-Sí, Tat-chan… Tienes razón… -asintió Kame borrando su mueca de melancolía.
-Muy bien. Las tortugas tranquilitas se ven más bonitas.
Kame esbozó un lindo puchero al sentirse mimado en aquellos momentos que se sentía un poco débil y más porque Jin no estaba ahí para abrazarlo.
-¡¡Nii-chan, Kazu-nii-chan!! –se escuchó una voz dulce acercándose a los dos adultos.
El aludido volteó emocionado por escucharla. Por unos momentos soltó a Ueda y corrió en dirección a su pequeño hermano, que aún llevaba puesto el uniforme del internado y jalaba una maleta de ruedas que le impedía ir a toda prisa hacia su hermano mayor.
-¡¡Yuya!! –Kame lo abrazó fuertemente cuando lo tuvo cerca y el menor le respondió mientras se reía por la felicidad que le embriagaba volver a verlo- Yokkata!! Daijoubu?!
-Hai, hai!! Daijoubu desu!! –contestó soltándose y sonriendo.
-Hola, Yuya-chan –lo saludó Ueda, levantando la maleta que había caído gracias a la aprensión de Kame.
-¡Tatsuya-kun! ¡Qué alegría volver a verte! –Yuya no pudo evitar lanzarse sobre Ueda. A diferencia de Kame, al cuál había visto hacía dos meses, a Ueda tenía casi seis que no lo veía.
-¿Qué tal el colegio? –le preguntó Ueda cuando se separó del chico de instituto.
-¡Muy bien! El próximo año me gradúo –contestó Yuya tomando su maleta y rodeando el brazo de su hermano mayor para comenzar a salir de la estación.
-Cierto. Lo había olvidado. Dime cuánto hay que pagar para la ceremonia y todo, ¿de acuerdo? –dijo Kame haciendo cuentas. Había estado ahorrando para ese momento y tenía bastante dinero hasta para mandarlo al extranjero a estudiar.
-Todavía falta un poco más, pero yo te avisaré, Kazu-nii.
-Hay que hacer una cena por tu regreso, Yuya-chan –Ueda le alborotó el cabello y el menor se quejó, quitándose la mano de encima-. ¿Qué quieres comer?
-Pide lo que quieras –agregó Kame enseguida, sabiendo que no estaba bien consentir mucho a Yuya, pero lo había extrañado demasiado.
-Mmm… -el menor se llevó un dedo al mentón y sonrió- Quiero comer shabu shabu.
-No tengo ingredientes para eso… -susurró Ueda mordiéndose el labio inferior.
-No te preocupes, Tat-chan, iré a comprarlos. Lleva a Yuya al departamento, ¿ne? –pidió Kame cuando salieron de la estación, recordando que había un supermercado cerca de ahí.
-¿Eh?~ Yo quiero ir contigo~ -se quejó el menor aferrándose más al brazo de su hermano.
-Yuya-chan, debes estar cansado por el viaje. Ve con Tat-chan, ¿de acuerdo?
-No quiero. Déjame ir contigo~ -esbozó un puchero, mirando a Kame para que se ablandara y le permitiera ir.
-Yuya… -Kame se preguntó si así se sentiría Jin cada que él le hacía las mismas caras lindas…
-Por eso te dije que no era buena idea malcriarlo –interrumpió Ueda con una sonrisa divertida.
-¡No estoy malcriado! –se quejó.
-No me voy a tardar. Solo voy y compro las cosas. Los alcanzaré en el departamento de Tat-chan.
-¿Eh? ¿Ya no viven juntos? –Yuya ladeó la cabeza, turnando la mirada de su hermano a Ueda.
-Mmm… Han pasado muchas cosas –contestó el mayor peinándose el cabello y sonriéndole sintiendo un poco de pena por no poder contarle con detalles a Yuya sobre su nueva relación.
-¿Has dejado a Nishikido-san? –preguntó de inmediato al detectar una evidente felicidad en su mirada.
-¿Eh? –preguntaron tanto Kame como Ueda.
-¿Cómo lo supiste? –Ueda se quedó sin habla.
-… Solo se me ocurrió pero… creo que hiciste bien –asintió Yuya esbozando un puchero de victoria.
-Yuya-chan, no creo que debas opinar sobre ese tema. Son cosas privadas de Tat-chan –dijo Kame muy serio.
-Déjalo, Kame –Ueda se acercó más a Yuya para quedar frente a frente y se inclinó un poco para quedar a su altura-. ¿Así que crees estar listo para una plática de hombres?
-¡Ya soy un hombre! Tengo diecisiete años –protestó llevándose las manos a la cintura.
-Los adultos no hacen berrinche porque mamá se va a hacer la compra sola –Ueda sonrió triunfante debido a que Yuya se sonrojaba comprendiendo la indirecta.
-Tat-chan, no lo molestes así –sintió ternura por el cuadro de dependencia que Yuya presentaba por él, pero así mismo pensó que no era lo más correcto, porque no siempre podía estar a su lado-. Anda, Yuya-chan. Espérame con Tat-chan. Yo llegaré más tarde, ¿de acuerdo?
-Pero… -no quería separarse de su hermano porque no tenían ni cinco minutos de haberse encontrado nuevamente.
-Te prometo que no tardaré.
-Mmm~… -hizo un gemidito de resignación y asintió, quedándose al lado de Ueda, viendo partir a su hermano después de que Kame le dijo que lo cuidara mientras se ausentaba.
-¡Vamos, vamos! No te pongas así –Ueda le rodeó los hombros a Yuya para hacerlo sentir mejor y pensó en cómo distraerlo-. Si te portas bien te contaré una linda historia que tiene qué ver con tu hermano.
-¡¿Me contarás sobre Akanishi-san?! –preguntó con rapidez mientras se le iluminaba la mirada. Era como un niño al que le habían prometido un dulce.
-Ah, veo que Kame ya te ha contado algo, ¿verdad? –Ueda sonrió maliciosamente, pues aunque tenía respeto por ese tema, podría hablarle de la nueva pareja de Kame, porque sabía de ante mano que Yuya odiaba a Yoko.
-Me dijo que es su amigo pero… a como habla de él, no le creo –Yuya también sonrió como Ueda y se sintió ansioso por saber la verdad.
-Bueno… no creo que Kame se enoje si te cuento las cosas sin detalles. Después podrás exprimir a tu hermano mayor cuanto quieras –se dio media vuelta para irse a su departamento y Yuya lo siguió casi saltando, como si fuera un conejito detrás de una zanahoria.
-Tadaima!~ -se anunció Maru al llegar al departamento con una bolsa de golosinas que había pasado a comprar en una tienda de chocolates. Sabía que Ueda amaba todo lo que tuviera sabor a chocolate, y debido a que últimamente le quedaba libre el dinero para darse algunos lujos, decidió mimarlo un poco.
Sin embargo, nadie llegó a recibirlo y escuchó algunas risitas divertidas: una era de su novio, y la otra de alguien más joven, podía notarlo porque el tono era muy dulce.
-¿Tat-chan? –lo llamó avanzando por el pasillo, llegando a la sala y encontrándose con un chico con un uniforme que en vida había visto antes… Además, tenía un parecido impresionante con…
-¡Oh, amor! ¡Ya llegaste! –Ueda se puso de pie y se acercó para recibirlo con un abrazo, privándose de besarlo porque no quería traumar al hermano menor de Kame, que en su vida había recibido un beso de alguien.
-¿Quién es? ¿Un amigo? –preguntó Maru mirando al chico que se había puesto de pie, haciendo una reverencia para recibirlo.
-Hai! Es el hermano menor de Kame-chan –tomó la mano de Maru y se acercó hasta Yuya para presentarlos.
-¿Conoces a mi hermano? –preguntó Yuya ladeando la cabeza.
-Claro que sí, es amigo mío –asintió Maru inclinándose para presentarse.
-¡Ah! ¡Debes ser Maru-san, ¿cierto?! –Yuya interrumpió la presentación del mayor, por lo que Maru se irguió y miró a Ueda con extrañeza, quién le dio unas palmadas en el brazo muy sonriente- ¡Encantado! ¡Kamenashi Yuya!
-Vino porque queremos hacerle una cena de bienvenida –explicó Ueda.
-Oh, comprendo. ¿Será aquí? –preguntó Maru.
-Ajá –Ueda tomó asiento y los demás también-. Kame-chan fue a comprar las cosas para prepararla, y Akanishi-san creo que llegará después.
-Ah, sí. Hoy tiene clases hasta las ocho. Supongo que estará aquí alrededor de las ocho y media o nueve –Maru se quitó el abrigo antes de sentarse, siendo ayudado por Ueda quién se quedó con él dejándolo en sus piernas.
-¿Usted también conoce a Akanishi-san, sensei? –preguntó Yuya muy respetuosamente.
-¿Sensei? –preguntó Maru ladeando la cabeza, comprendiendo que Kame quizá le habría contado que era profesor de francés, así que sintiéndose un poco incómodo, le dijo sonriendo- Puedes llamarme Maru.
-Hontou! –preguntó Yuya emocionado.
-Sí, claro. Si eres hermano de Kame-chan, también eres bien recibido aquí. Siéntete cómodo.
-¡GRACIAS! –Yuya se puso de pie y dio saltos sintiéndose muy afortunado de que los amigos de su hermano lo trataran tan bien.
-… ¿Qué le pasa? –preguntó Maru secreteándose con Ueda.
-Solo está emocionado, Yucci –contestó el menor sonriendo debido a la alegría de Yuya-. Él es así siempre.
-Ya veo…
-Cebollines, carne, lechuga, fideos… -Kame contaba los ingredientes mientras salía del supermercado, cerciorándose que nada le hiciera falta- Creo que es todo –miró dentro de la bolsa y contó de nuevo en el interior, esperando que nada le hiciera falta.
Pero todo estaba ahí, incluyendo la leche de soya que tanto le gustaba a Yuya. Como era menor de edad no podían darle sake, por lo que decidió que llevarle su bebida favorita sería lo más adecuado.
Miró su reloj. Apenas habían pasado cuarenta y cinco minutos desde que dejó a Yuya con Ueda, así que debía regresar pronto o su hermanito iba a ponerse muy berrinchudo.
Apretó el paso y miró por los escaparates por los que pasaba. Dándose cuenta que estaba comenzando diciembre. En quince días saldría de vacaciones hacia el Monte Fuji con sus amigos y… ¿qué haría Yuya? Normalmente el internado planeaba expediciones a diferentes lugares de Japón, pero no le había llegado notificación y su hermano tampoco había mencionado nada sobre alguna actividad.
-Sería buena idea que Yuya-chan nos acompañara si es que no van a hacer nada en la escuela –le emocionaba la idea porque la navidad pasada, el menor le había suplicado que lo dejara ir en Navidad a la ciudad de Kyoto, y como Kame tenía clases particulares, no podía hacer el viaje, por lo que fue la primera navidad lejos de su hermano menor.
Sonrió más emocionado al pensar que quizá no habría expediciones o quién sabe, podría hasta invitar a sus hermanos a las vacaciones y…
“-Vamos a la cama…
-¿Eh?
-No me aguanto… Vamos al cuarto. Ahora. Jinjin, reclámame, hazme tuyo… Por favor…
-Amor…
-Necesito sentirte dentro de mí… Quiero esa gentileza para mí…
-Kazu…
-Jin…
-Ahora mismo vas a saber cuánto te amo… Hoy no regresas a tu casa…
-No quiero regresar…”
Se quedó helado al recordar el momento en que quiso entregarse a Jin sin reparos. Si ambos iban a compartir la habitación en el hotel, entonces…
Su rostro se puso de mil colores y tuvo qué taparse la cara con las manos. Si perdía el control nuevamente, si terminaba entregándose a Jin en la posada de Junno y Yuya o sus hermanos se enteraban, ¡o aún peor!, los escuchaban… no iba a poder dirigirles la palabra de la vergüenza. ¡Vamos, ni siquiera podría mirarlos a la cara!
Y no es como sino quisiera hacer el amor con Jin ahí, sino que… Eran quince días… ¡No iban a aguantarse tanto tiempo sin tocarse o hacer algo más íntimo! Después de todo, aún si aquella noche no habían hecho nada más, Jin ya se mostraba más cariñoso, más atrevido… más decidido a encenderlo para terminar en la cama…
Él no se negaba precisamente pero… cada que se veía desnudo debajo de Jin, no podía soportar la vergüenza y terminaba solo jugueteando, cosa que podía notar que hacía enfadar un poco a su novio. ¡Y qué decir de hacía dos noches! Por fin… Pero había dolido tanto que Kame no pudo evitar dejar escapar unas lágrimas de dolor y Jin, preocupado por verlo con aquella mueca de incomodidad, decidió detenerse y quedarse dormidos, consolando a Kame por la sensación que lo había asustado.
¡¿Qué pasaba con él?! ¡No era como un colegial! ¡Ya había tenido relaciones antes!, pero… no era el que debía ser…
Era difícil. Ueda le había dicho que era normal que doliera mucho la primera vez, pero que con el tiempo se le iría olvidando. Seguiría doliendo de todos modos, pero el cuerpo terminaba acostumbrándose a pesar si causaba daño también.
Sentía mucha vergüenza con Jin por haberlo asustado cuando por fin pudo reclamarlo como suyo… pero… ni siquiera lo había disfrutado porque él de inmediato se había quejado y…
-Soy un desastre… -esbozó un puchero de decepción y continuó sonrojado por el tema-. Me pregunto si sería buena idea que… lo intentara yo… solo… -pensó en practicar en solitario para cuando estuviera con Jin doliera menos… es decir… algo así como, acostumbrarse a sentir.
Pero de solo pensarlo era tan vergonzoso. ¡Claro que quería satisfacer a Jin, pero no quería que se enterara que dolía!
-¿Habrá alguna operación para evitarlo? –se llevó un dedo a la boca, con la cabeza baja y pensando que sería una buena forma de acabar con el problema- ¿Pero qué tal si después no siento nada? –se preocupó alzando una ceja.
Si Jin lo veía hacer esas preguntas y las muecas, de seguro se le echaba encima, besándolo, loco por lo lindo que podía ser siempre.
Suspiró pensando que era mejor pedirle consejo a Ueda. Seguramente él sabría qué hacer para no detenerse y terminar haciendo bien el amor con su novio. Quería complacerlo, pero ese dolor era insoportable. No quería que Jin lo viera haciendo muecas de…
-¿Eh? –se interrumpió en sus meditaciones cuando pasó por un café al aire libre, adornado ya con luces navideñas.
Sin embargo, eso no fue lo que lo desconcertó, sino que vio a una persona familiar ahí, sola en una mesa y llorando amargamente: Uehara Takako. Se preguntó qué le pasaría para estar de ese modo… Quizá alguien más le había roto el corazón o… seguía sufriendo por causa de Jin…
Apretó los labios pensando que sería buena idea preguntarle qué sucedía, consolarla e intentar dejarla tranquila… pero su hermano menor lo esperaba y si se tardaba más, seguramente… Pero ahí estaba Ueda y podía controlar la situación porque conocía muy bien a Yuya.
Se vio entrando al lugar sin dudas pero preocupado y temeroso de que Takako le respondiera mal en caso de no sentirse de humor para verlo. Le dijo al mesero que había llegado a encontrarse con alguien y se encaminó solo al área descubierta del café. Localizó a la chica de inmediato, pues su largo cabello oscuro la hacía resaltar.
Tragó saliva antes de poner una mano en su espalda, pensando que quizá se sobresaltaría, pero no fue así. Takako dejó de gemir tan dolorosamente y volteó lentamente, confundida porque alguien estuviera llamándola (quizá el mesero, para decirle que estaba incomodando a los demás clientes).
Cuando descubrió que era Kame quién estaba detrás de ella, se llevó las manos a los ojos, completamente avergonzada de llamar tanto la atención. Se volteó nuevamente contra la mesa e intentó calmarse para evitar que siguiera sintiendo lástima.
-Takako-san… -la llamó Kame sentándose en la silla de al lado, aún con su mano en su espalda, preocupado.
-Vete, Kazuya –le dijo de inmediato, sacudiéndose la mano del chico.
-Pero…
-¡Vete!
Kame se quedó sin palabras, pero no se movió de su lugar. Le retiró la mano de la espalda, pero no iba a irse. Algo le decía que ella necesitaba a alguien que la escuchara y, no por devolverle la mano por lo de Jin, sino porque ya no merecía sufrir más.
Takako se echó el cabello hacia atrás, pero de inmediato volvió a ver la cara de Kame, esperando quién sabe qué cosa.
-¡¿Qué no me escuchaste?! –le dijo alterada, pero hablando en voz baja para llamar poco la atención de los de alrededor. Después de todo, lo que le faltaba era armar un escándalo en un lugar público.
-No me voy a ir. No pienso dejarte sola –contestó Kame de inmediato, con un tono que a pesar de escucharse lastimero, era seguro.
-… No te atrevas a sentir lástima por mí. Ya suficientemente humillada me siento por ti –replicó la mayor mirando a Kame como si quisiera echarlo a patadas del lugar.
-Sabes que esa tampoco será mi intención.
Ella no pudo evitar desviar la mirada. Odiaba que Kame se portara tan bien con ella porque no tenía cómo despreciarlo. No era que la hiciera sentir mejor el sentir odio por el menor, pero tampoco podía sentirse a gusto teniendo la impresión de que era un chico muy dulce, que no era capaz de hacer sentir mal a alguien a propósito.
Esperó a que hablara, pero no lo hacía. Solo se dedicaba a derramar más lágrimas, impidiéndose sollozar, ya fuera porque él estaba ahí o porque quería dejar atrás el llanto. No estaba seguro.
Sacó de su bolsillo un pañuelo, el cuál le extendió a Takako.
De primeras, ella no lo aceptó, así que Kame se acercó un poco más para limpiarle las lágrimas, cosa que Takako no se negó porque… él no tenía la culpa de que tuviera un novio tan insensible. Kame solo quería ayudarla y hacerla sentir mejor.
Después de limpiarle el rostro, Kame le sonrió y ella no pudo no responderle del mismo modo, agradeciéndole sus atenciones. El menor le dejó el pañuelo para que continuara secándose las lágrimas en caso de que volvieran a salir, y se quedaron callados por unos momentos.
-No entiendo cómo es que eres novio de Jin… -dijo de repente Takako limpiándose la nariz.
-¿Eh? –preguntó de repente Kame, desconcertado por aquella pregunta porque ella también había sido novia de Jin. Era rara su pregunta.
-Son muy diferentes, ¿sabes? –le acarició el mentón sonriéndole con agradecimiento, aún con la voz quebrada- Tú muy tierno y considerado. Él muy impulsivo y sobre protector… Supongo que se llevan bien porque son el complemento uno del otro, ¿cierto?
-… No sé si debamos hablar de eso, Takako-san –se sintió un poco preocupado por escucharla hablar de esa manera.
-Descuida. Ya entendí que él se olvidó de mí…
-Él no ha hecho tal cosa, Takako –la corrigió recordando el perfume que hacía poco había sido capaz de tirar-. Eres una persona muy especial para él.
-Me descolocas a veces, Kame-chan –sonrió con ternura-. Si yo fuera tú, no iría a decirle a una de las ex novias de Jin “aún eres especial, así que no te desanimes”.
El menor escondió la mirada y se encogió de hombros, pensando que la había incomodado con aquel comentario.
-Anou… ¿Qué pasó, Takako-san? ¿Qué te tiene tan triste? –preguntó Kame recargándose en la mesa. No quería hablar de Jin si ella iba a comenzar a hablar de esa manera.
-No me preguntes eso, ¿de acuerdo? No quiero cometer otro grave error y que vengan a gritarme –le apretó la mano para impulsarlo a quedarse callado. Si iba a estar ahí, eso era lo mejor que podía hacer.
-¿Eh? No comprendo… ¿Quién te trataría tan feo, Takako-san? –le alarmaba que alguien pudiera estar maltratando a Takako. Si Jin llegaba a enterarse… Lo puso triste al saber la reacción de su novio, así que mejor la borró y prefirió seguir preguntando, a ver si él podía ayudarle de alguna forma.
-¿Sabes, Kame-chan? A veces no conocemos a las personas como creemos –suspiró y miró al cielo, recordando las hirientes palabras de su ex novio-, y es difícil aceptarlo…
Kame ladeó la cabeza sin comprender nuevamente. Paseó la mirada en frente suyo, sin poner demasiada atención a lo que hubiera alrededor. No podía saber a quién se refería, porque estaba claro que era a una persona por sus últimas palabras, pero…
-¿Estás hablando de Jin? –preguntó Kame inocentemente, esperando no dar en el clavo.
-… ¿Cómo has dicho? –Takako casi escupe el agua que estaba tomando, por lo que el menor supo que estaba hablando de su novio.
-… Sí es él, ¿verdad?
-Kame-chan… -se asustó. No quería volver a cometer el mismo error que con Sae. No quería contar todo lo sucedido y que al final, o al día siguiente, Jin llegara a su trabajo gritándole cosas espantosas- ¡N-no, no es él! –movió sus manos para evitar ser descubierta, pero por la mirada de Kame, supo que no había nada qué hacer para convencerlo.
-¿A qué te refieres con eso de que te grite? ¿Lo hizo? ¿Por qué? –era muy despierto para esas cosas. Había entendido bien, o al menos para su criterio, Takako estaba hablando de Jin, y había ocurrido un incidente del cuál no tenía conocimiento.
-¡No, no! Te estoy diciendo que no estoy hablando de Jin –sonrió nerviosa.
-Algo me dice que no me equivoco… -se sentó mejor- ¿Qué pasó?
Takako hizo una mueca de profunda angustia y desesperación. No quería después llegara Jin a echarle en cara que ahora Kame estaba enfadado con él por haberle dicho cosas tan feas. Aunque quién sabe, quizá el menor se pondría de su parte y terminaría diciéndole cosas terribles.
Sintiéndose entre la espada y al pared, se llevó el pañuelo al rostro para llorar nuevamente y pensar, que su día no podía ser peor. Primero su ex novio, y ahora la pareja actual del mismo… ¿qué había hecho para que Dios fuera tan malo con ella?
-¡Cálmate! ¡Ya no llores! –le pidió al verla sollozar con desesperación- ¡Está bien, está bien! Sino quieres, no tienes por qué decirme, pero no llores.
-A veces quisiera odiarte, Kazuya-kun… -dijo Takako entre sollozos.
-¿Por qué?... –el menor ladeó la cabeza, desconcertado.
-Pero no puedo hacerlo… -lo miró de reojo, aún soltando amargas lágrimas y le sonrió- Creo que Jin me odia, ¿sabes?
-¡¿Eh?! ¡¿De qué estás hablando?! Eso sería imposible… ¡No digas esas cosas! –contestó alarmado.
-Sí es posible –lo interrumpió jugueteando nerviosamente con el pañuelo-. Hoy fue a verme a la clínica, y prácticamente me dijo que no quería saber nada de mí. Está enfadado porque le dije a su madre lo que había pasado y…
-Takako-san… -sospechaba que lo había hecho, porque la mujer estaba más de parte de ella que de su propio hijo, así que debía saber la versión de Takako anticipadamente, pero decidió no juzgarla, aunque por dentro sentía la necesidad de decirle que había hecho mal, que eso no le correspondía pero… al parecer, Jin se había encargado de hacerla sentir muy miserable.
-¡Sé que hice mal! –se defendió en seguida, cuando se dio cuenta que las facciones de Kame cambiaron de preocupadas a consternadas- ¡De verdad no lo hice a propósito! ¡Tienes qué creerme, Kazuya-kun!
Él no contestó. La verdad no sabía cómo hacerlo porque Takako estaba tan desesperada, que tenía miedo de que en cualquier momento fuera a hincarse para pedir perdón. Comprendía que había cometido un error pero… tampoco creía que él tuviera el derecho de reclamarle algo.
-De verdad que estoy muy avergonzada… No me di cuenta sino hasta que abrí mi bocota… Soy tan tonta… -dijo llevándose el pañuelo nuevamente a la nariz para apaciguar sus sollozos.
-No digas eso…
-Sae-san siempre ha sido alguien en quién puedo confiar y no la había visto desde hacía mucho tiempo. No quise llamarla de recién que terminamos porque supuse que querría saber todo sobre el asunto y… en esos momentos –le apretó una mano a Kame, como queriendo decirle que la perdonara con ese gesto-, en ese entonces sí habría exagerado las cosas con tal de perjudicarte pero… El otro día llegó de improvisto a mi departamento. No sé cómo obtuvo mi nueva dirección y…
-Entiendo –el perdón que Takako estaba pidiendo con aquel apretón lo comprendía, así como también sus sentimientos de desaprobación hacia Jin y él desde un principio, a pesar de ser ella misma quién fue a hablarle para cambiar de parecer.
-De verdad que todo se me salió… -soltó la mano de Kame y se sostuvo la cabeza con ambas, aún con el pañuelo del menor entre las manos- La madre de Jin es una persona muy comprensiva y sobre todo, si es tu amiga es una gran aliada. Sabe hablarte para hacerte sentir mejor, pero es tan persuasiva que…
-Está bien, Takako-san… Comprendo. Sé que no quisiste hacerlo a propósito y menos para perjudicarnos. Si tú dices que se te salió y que fue sin intención, yo te creo.
-Kazuya-kun… -Takako volteó a mirarlo sorprendida. A pesar de no conocerse tanto como Jin, Kame le daba su voto de confianza y no solo eso, no se enfadaba con ella.
-Además, es comprensible, ¿ne? Cuando uno se encuentra con un amigo y tiene qué contar algo que de verdad le duele, es imposible dejar fuera los detalles. Me ha pasado en muchas ocasiones y por eso, mi mejor amigo odia a Jin. No lo soporta –sonrió apenado mientras alzaba una ceja.
-¿En serio? –preguntó Takako sin evitar una sonrisa divertida.
-Sí –asintió Kame más contento de verla por fin sonreír.
-Kazuya-kun –sintió vergüenza de querer pedirle lo siguiente y el menor solo ladeó la cabeza, esperando a que continuara-, te va a sonar extraño pero… ¿puedo darte un abrazo?
-… ¿Lo dices en serio? –se sorprendió por semejante petición, pues pensaba que ella ni siquiera quería ser tocada por él.
-Sí –asintió Takako acercando su silla, estirándose para alcanzar a Kame, quién no se opuso y le devolvió el abrazo aún sintiéndola estremecerse debido a los pocos sollozos que liberaba por
sentirse más tranquila-. Mis amigas dicen que debería odiarte… pero es que no te conocen. De verdad eres un chico encantador, Kazuya-kun –acarició su espalda y cerró sus ojos, agradecida de que se hubiera quedado a pesar de correrlo desde el principio. Podía sentir que Kame emanaba una tranquilidad que le gustaba, pero en el sentido de que podía confiar en él, no de que se sintiera atraída por eso-. Entiendo por qué Jin se enamoró de ti, así que por favor, nunca vayas a cambiar, ¿quieres?
-Está bien –asintió y se liberó del abrazo de Takako, porque comenzaba a sentirse incómodo. No sentía que fuera infiel o algo, sino que sabía que ella no necesitaba tanto su consuelo, sino el de Jin-. ¿Quieres que hable con él? No sé qué te habrá dicho, pero conociéndolo, seguro te dijo muchas cosas tontas y que a lo mejor, se arrepiente, pero tiende a ser muy insensible cuando está enfadado.
-Sí, es cierto –sonrió apesadumbrada de darse cuenta que Kame ya lo conocía a ese extremo, el de poder decirle cómo reaccionaba-. No, Kazuya-kun. No quiero que le digas nada, solo empeorarás las cosas y…
-Pero te mereces una disculpa, Takako-san –interrumpió en seguida, preguntándose por qué Jin había tenido qué hacerle más daño a pesar de haberle pedido que no lo hiciera.
-Bueno, de todos modos, el regaño de Jin me servirá para contener mi estúpida depresión en otra ocasión, ¿no crees? Después de todo tiene razón… -suspiró un poco triste, recordando que tenía la hoja de maple en su cartera, junto con la suya- él ya no me ama y no debía permitir que su madre me consolara…
-¡El que no debería de meterse en lo que no le importa es él! –no podía creer que Jin se hubiera comportado tan miserable con Takako, después de todo, ella era una chica muy importante en su vida. No debía tratarla tan feo debido a un error.
-Kazuya-kun, el tema le incumbe porque es sobre su nueva relación y además…
-Quizá, pero… dijiste que Akanishi-san y tú son buenas amigas, ¿cierto? Él no debería de enojarse solo porque hablaste con ella y trató de consolarte…
-Hey, entiende esto –le tomó las manos para hacerlo callar, agradeciéndole que intentara justificarla-, es cierto, ambas somos amigas, pero el tema era Jin y tú. Algo sumamente delicado donde yo no debí decir absolutamente nada, más que mi versión y no entrar en detalles. Sin embargo lo hice. Si te soy honesta, yo también estaría enojada si él hubiera hecho lo mismo, porque es algo tan delicado e importante para Jin, que de haber sido abordado de diferente modo, las cosas habrían sido diferentes. No es tanto por lo que dije, sino que lo hice. Ese es el problema.
-Pero… -sí podía comprenderlo, pero volvía al tema de que Jin no debía tratarla mal- él te trató mal, Takako-san… Tú no mereces eso después de todo lo que has hecho por él. Aún si está enojado, estoy seguro que sigues siendo muy especial…
-No lo sé… Dejemos el tema, ¿quieres? Ya pasó y las cosas terminaron mal. Es mejor así.
-Tú no quieres que terminen así…
-Me tengo qué aguantar –le sonrió ocultando su tristeza. De verdad que ella no quería terminar así con Jin. Le dolía tener qué aceptar, que aquellas dos hojas de maple tendría qué tirarlas porque Jin no la querría de vuelta.
-No te preocupes, yo hablaré con él, y te aseguro, que hasta una disculpa te va a dar –contestó Kame decidido a hacerle saber a Jin lo idiota que se había portado con Takako.
-N-no, Kazuya-kun. ¿Qué tal si las cosas empeoran? –ya la había llamado chismosa por el tema de su madre. Ahora no quería serlo porque su novio lo regañaba por ser un tonto con la ex. Eso se sentía muy… humillante pero…
-No saldrá mal. Puedes confiar en mí, Takako-san. Sé cómo hablarle a Jin para que no se ponga como un loco –asintió sonriéndole con ternura.
Takako suspiró. Sabía que aunque le rogara, el menor haría lo que ya había decidido y francamente… estaba asustada.
Minutos más tarde, después de que Takako se sintió mejor, ambos decidieron salir de aquel café. Ya pasaban de las nueve y ella debía regresar a su casa, tenía hambre y todavía tenía qué llegar a poner unos papeles en regla.
-Siento raro decirte esto pero… -se inclinó- gracias por consolarme, Kazuya-kun.
-Es lo menos que puedo hacer cuando tú has hecho tanto por nosotros –no supo si era apropiado recordárselo, pero era la verdad. Estaba tan agradecido con ella que solo quería volver a verla para agradecerle.
-Cuídate mucho –quiso insistir en que no hablara con Jin del asunto, pero sabía que si había alguien a quién él escucharía, sería a Kame. No quería tener esa impresión de chismosa con su ex novio. Las cosas debían terminar bien entre ambos, y si todo salía con éxito, sería la última vez que lo vería.
-Tú también –Kame la vio dar media vuelta y perderse entre la multitud que había en la zona. Siempre había tanta gente en las calles de Tokio que era difícil saber si ya era tarde o temprano.
De repente se quedó pensando, si podría ser tan fuerte como Takako, es decir… ¿algún día podría pasarle lo mismo? En caso de que así fuera, ¿tendría las fuerzas suficientes para soportarlo y ayudar de la misma forma? Sin duda, para él, la ex novia de Jin merecía un monumento a la paciencia, la nobleza, consideración y sobre todo, al amor. Era capaz de dejar ir a la persona que más quería con tal de que fuera feliz, aún sino fuera a su lado… ¡y no solo eso! ¡No era capaz de odiar a quién le había arrebatado al amor de su vida!
Sonrió pensando, que uno de sus deseos de año nuevo sería pedir por el bienestar de Takako, que encontrara a una persona que la valorara y mereciera. Aquella persona especial que él había encontrado en Jin.
-¡¡Kazu-nii!! –escuchó a lo lejos la dulce voz de Yuya.
Salió de sus cavilaciones y buscó entre la multitud a su pequeño hermano, pero no pudo verlo.
-¿Yuya-chan? –susurró mirando en dirección contraria a donde Takako se había ido.
-¡Kazu-chan! –ahora la voz de Jin. ¿Qué horas eran entonces?
En seguida los vio, saliendo de detrás de un grupo de estudiantes que reía mientras platicaban. Solamente eran Jin y Yuya que se dirigían corriendo hacia él, con una cara de preocupación que lo hizo ladear la cabeza.
-¡Kazu-nii!
-¡Kazu! –Jin lo encerró entre sus brazos al tenerlo cerca, apretándolo con poca fuerza para no lastimarlo. Estaba muy preocupado por él, porque cuando llegó al departamento de Yuichi, él mismo le informó que estaban preocupados por Kame porque no había regresado de comprar los ingredientes para la cena y de eso ya hacía dos horas- Qué bueno que estás bien… -susurró Jin besando su cabello, aliviado de tenerlo entre sus brazos sano y salvo.
-Jin… yo… -sabía que se había tardado mucho y por lo mismo, los había preocupado a todos. Seguramente Ueda estaba mordiéndose las uñas… Sabía que debió haber avisado, pero se olvidó de todo cuando estaba con Takako.
-¡¿Dónde estabas?! –le reclamó Yuya importándole cero que estuviera abrazado a su novio- ¡Nos tenías a todos preocupados! ¡¿Por qué no llamaste?!
-Lo siento, Yuya-chan –dijo Kame soltándose de Jin para ponerle atención a su hermano, podía notar que estaba muy angustiado-. Me entretuve más de lo debido.
-¡¡Eres un tonto, Kazu-nii!! –Yuya se abrazó a Kame sintiendo ganas de llorar, pero no lo hizo porque no quería hacer sentir mal a su hermano. Estaba enfadado y eso era suficiente para que comprendiera que había hecho mal.
-Yuya-chan… Perdón… Lamento haberte preocupado –le acarició la cabeza mientras el menor movía la cabeza negativamente, escondido en el pecho de su hermano.
-¿Por qué te demoraste tanto, Kazu? Yucci me dijo que no ibas a tardar –quiso hablarle más duramente, pero no quería asustar más a Yuya-. Cuando llegué y me dijeron que no habías llegado… temía lo peor…
-No me pasó nada. Perdónenme –dijo Kame evitando mirar a Jin a los ojos, enfocándose en el cabello de su hermano menor. Aún recordaba lo que Takako le había contado y… sinceramente, no estaba de humor para Jin-. Me encontré con un viejo amigo y se nos fue el tiempo volando.
-Hubieras avisado, Kazu –le acarició una mejilla, dándole un beso en la sien.
-Lo siento…
-Vámonos ya. Ueda-san y Yucci nos están esperando todavía.
Subiendo las escaleras del apartamento de Yuichi y Ueda, Yuya iba un poco más contento, cargando la bolsa de comida que Kame había comprado. Cuando el menor llegó a la puerta, la abrió y entró anunciando que la comida ya estaba en casa y también Kame.
De inmediato se dejó escuchar la voz de Ueda muy enfadado, mientras que Yuichi intentaba calmarlo.
-Oye… -Jin detuvo a Kame después de que terminaron de subir los escalones y lo puso contra la pared, colocando ambas manos a la altura del rostro de Kame- de verdad nos tenías a todos preocupados…
-Lo siento… -bajó la mirada apenado. Comprendía el sentimiento y no iba a justificarse.
-No vuelvas a hacerlo, ¿quieres? Me asusté mucho… -le habló con delicadeza, sumamente aliviado de tenerlo ahí en frente, con aquel puchero de vergüenza que conocía bien en él.
-Estoy bien. Tranquilo… -cerró los ojos cuando Jin comenzó a acariciarle el rostro con su nariz.
-Tenía miedo de que algo malo te hubiera pasado… No lo habría soportado, Kazu… -besó sus labios delicadamente y después dejó su frente junto a la de Kame.
-No me pasó nada… Estoy bien, Jin…
-Te amo…
-Jin… -de repente, el ligero incomodo que sentía por tener a Jin casi encima de él, desapareció al escucharlo decirle esas dos sencillas palabras. Era la primera vez que lo escuchaba decírselo y… no creyó que fuera tan rápido. Ansiaba que se las dijera, pero… nunca creyó que pudiera sentir tanto dentro de su cuerpo con solo oírlas.
-Te amo, Kazu... Por eso… sentí que hoy pude perderte y… Maldición, Kazuya… No vuelvas a hacer esto… -lo atrajo para rodearlo por la cintura y poder besarlo más cómodamente. No sabía si estaba enfadado, preocupado… Había tantos sentimientos en su pecho que apenas podía controlarse y saber qué era lo que deseaba hacer con Kame, si besarlo, reprenderlo, abrazarlo…
-Lo siento… -susurró entre besos mientras le rodeaba el cuello con sus brazos, queriendo transmitirle seguridad para que se tranquilizara.
-Por este susto me has quitado como diez años de mi vida… -dijo Jin sonriendo después de separarse de aquel beso.
-Puedes recuperarlos si subes muchos escalones o te ríes como un loco –contestó Kame sonriendo con ternura-. Te prometo que la próxima vez te avisaré. Aún si me demoro cinco minutos, te llamaré, ¿ne?
-Ni hablar… Iré contigo a todas partes. No puedo estar seguro de que no van a robarte…
-¿De qué hablas, baka? –soltó una risita adorable que Jin atrapó con un corto beso.
-No te rías, no sabes la gente mañosa que hay por las calles –coló las manos por el saco de Kame y acarició su espalda para hacerlo sentir que era suyo-. Alguien podría hacerte algo… sobre todo porque eres tan lindo~…
-Entonces caminaré por las calles con una bolsa de papel en la cabeza, ¿mmm? –propuso sonriendo con picardía.
-Eso no es tan mala idea…
-¡No voy a hacerlo!~ -reclamó esbozando un puchero que Jin besó prolongadamente mientras Kame se aferraba más a su cuello.
-Kazu… de verdad te amo… -continuó besándolo a medida que sentía las manos de Kame acariciarle la nuca, jugueteando con su cabello.
-Yo también… También te amo, Jinjin –se separó con dificultad, sonriendo debido a al puchero de reclamo de su novio-. Perdón, pero… mi hermano menor está aquí y él no sabe nada de…
-Entiendo… -retiró sus manos del cuerpo de Kame, asegurándose tocar y acariciar por última vez sus caderas.
-No quiero asustarlo en caso de que la noticia le caiga de forma… -no supo cómo expresar el que no quería que los viera besándose. Le daba pena.
-¿Se lo dirás? ¿O seré el novio secreto? –preguntó Jin con miedo de que Kame dijera lo segundo.
-Con Yuya-chan tengo mucha confianza pero… con mis hermanos mayores habrá qué hablar un poco sobre esto, Jin –sabía de ante mano que quizá Koji no se opondría, después de todo, él siempre había sido muy comprensivo, quizá se asustaría pero no dudaba que le permitiera estar con Jin. Mientras que Yuichiro… quizá con él sí habría problemas porque era de carácter fuerte.
-Bueno… desde un principio sabía que no sería fácil, sobre todo con tu familia porque quizá lleguen a pesar que… -no quiso decirlo literalmente porque luego podría hacer enfadar a Kame.
-¿Qué? –preguntó el menor sonriendo de manera comprensiva- ¿Que me sedujiste? ¿Que por ser el menor quizá no sé lo que quiero? ¿O porque eres cinco años mayor tienes malas intenciones conmigo?
-No tanto eso –lo corrigió sintiendo que Kame hiciera ese tipo de preguntas, lo hacía escucharse tan sensual…
-¿O que me hiciste algo para volverme… gay? –insistió sin enfadarse lo más mínimo.
-¿A-a-a qué te refieres con… “algo”? –preguntó nervioso por el tono usado por Kame, que le pareció muy sugerente- No te digas así… Eres Kazu-chan para mí, fin de la discusión.
-Bueno… puedo decirles que de verdad me hiciste algo –sonrió alzando las cejas, haciendo su tono más sugestivo mientras se acercaba a Jin, haciéndolo retroceder unos pasos.
-Si lo haces, dudo mucho que me dejen con vida… -susurró recordando las tantas noches donde se la pasaban jugueteando e intentando hacer el amor. Él deseaba de verdad el cuerpo de Kame pero… estaba siendo un poco difícil porque al menor le dolía mucho cuando comenzaban.
-Quizá…
-Kazu-nii –escuchó la voz de Yuya desde la puerta del apartamento.
Ambos adultos se separaron al instante y Kame sonrió a su hermano, aún sonrojado, el cuál estaba asomándose como si fuera un pequeño que acababa de descubrir a sus padres besándose.
-¿Qué-qué pasa, Yuya-chan? –preguntó Kame sonriendo como tonto.
-Tatsuya-kun dice que qué demonios hacen afuera. Dice que entren de inmediato.
-¡Yuya! ¡No digas…! –pero el chico cerró la puerta de inmediato, evitando que Kame lo reprendiera por usar la palabra “demonios”.
-Ya no es un niño, Kazu –dijo Jin soltando una risita divertida.
-De todos modos, se escucha muy feo cuando es tan lindo –se cruzó de brazos, haciendo un puchero porque su hermano le restaba autoridad.
-Viene de familia, entonces –dijo Jin metiéndose las manos en los bolsillos de su pantalón-. Oye… -lo llamó tomándole una mano con suma delicadeza- ¿con qué amigo te encontraste?
-Ah… Sobre eso quería hablarte, Jin –recordó de inmediato el incidente de Takako. Ya no estaba molesto por eso, pero sentía mucha pena al recordar lo triste que estaba ella y, podía casi jurar, que Jin también debía sentirse triste por eso-. Hay algo que…
-¡Hey, los dos! ¡Dejen de dar espectáculos a los vecinos y entren! –Ueda abrió la puerta y se acercó a ambos, muy enfadado todavía por la desaparición de Kame.
-Tat-chan, ahora vamos es que… -pero el mayor no lo dejó terminar porque lo tomó de la mano y lo llevó casi a rastras al departamento- ¡Tat-chan, espera!
-Tengo qué hablar contigo –le dijo tan serio que Kame volteó con Jin para que lo salvara, haciendo un puchero de súplica, pero… Jin no quería tener roces con Ueda, además, sabía que le daría el regaño que él no pudo.




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SENSEI (AKAME) cap 27 al 35 - Página 7 Empty Re: SENSEI (AKAME) cap 27 al 35

Mensaje por meiii.pindy Miér Ene 18, 2012 1:38 pm

“I WANT TO MAKE LOVE WITH YOU SO BADLY…”
(Deseo tanto hacer el amor contigo…)

-¡¿En qué estabas pensando?! –dijo Ueda muy molesto después de que se encerraron en el cuarto de huéspedes.
-Lo siento… -contestó Kame que estaba sentado en el piso, con las manos en sus rodillas y la cabeza baja.
-¡Pudiste habernos avisado, Kame-chan!
-Lo siento…
-Yuya se puso tan inquieto que ya no sabía cómo retenerlo en casa. Sino hubiera sido por Akanishi-san, no sé qué habría pasado.
-De verdad lo siento, Tat-chan… -comprendía la preocupación de su hermano menor y la de todos, pues estuvo afuera casi por dos horas y sin avisarles. Hasta él estaría enfadado en caso de que fuera cualquiera de sus amigos.
-Solo no vuelvas a hacerlo, Kame-chan… Avísanos la próxima vez –suspiró derrotado ante la cara de pena de Kame.
-Hai.
-Anda. Vamos con los demás. Ya es tarde y todos deben tener hambre –Ueda se puso de pie pero Kame le tomó la muñeca para detenerlo, lo cual le extrañó, pues lo miraba como si le suplicara que se quedara más tiempo-. ¿Qué pasa?
-Quisiera hablar contigo sobre algo… -dijo Kame sintiéndose un poco nervioso.
-Está bien… Dime –se sentó de nuevo.
-¿Te-te acuerdas cuando te pregunté si… dolía? –preguntó sonrojándose sin poder esconderlo. Él se acordaba perfectamente de las palabras de Ueda, pero no le había dicho todavía que ya tenía relaciones con Jin… o al menos lo intentaban.
-¿Si dolía? ¿El qué? –Ueda ladeó la cabeza sin entender a qué se refería.
-Ya sabes… -se aclaró la garganta y tuvo qué ser más claro porque podía referirse a muchas cosas- Ha-hacer el amor…
-Ah, sí lo recuerdo –asintió tranquilamente, sintiendo el tema muy normal porque tenía más experiencia que Kame en aquel campo y además, tampoco era algo malo-. ¿Qué hay con eso?
-Tat-chan… ¿tú cómo haces para… que no te duela… tanto? –se acercó un poco más, en espera de una respuesta y poder poner toda la atención posible a eso.
-… ¿Cómo dices? –hizo una mueca de desconcierto. ¿Era su imaginación o Kame…?
-Sí, es que… -bajó la cabeza muy avergonzado, sonrojándose completamente. No pudo evitar continuar con un hilo de voz- cu-cuando Jin… Bueno… a mí me duele muchísimo y…
-¡Espera, espera un segundo! –lo detuvo Ueda sorprendido, pero sobre todo, asustado porque su pequeño Kame ya no era inocente- ¿Estás diciéndome que… ya lo…? ¿Ya duermen… juntos?
-Ah… Tanto como dormir, sí, pero… -era la verdad. Había días que se quedaba a dormir con Jin y se iba temprano por la mañana para llegar a su departamento y arreglarse para el trabajo. Si a eso se refería, sí, ya muchas veces había dormido con Jin pero… por la mueca de Ueda, parecía que estaba preguntándoselo en otro sentido.
-… ¡Voy a castrarlo! –se puso de pie sumamente conmocionado por la noticia, pero Kame logró sujetarlo por la muñeca y lo obligó a sentarse de nuevo.
-¡No, no, Tat-chan! –pidió muy preocupado- ¡No le hagas nada! ¡Yo fui el que le dijo la primera vez y…! –se tapó la boca al ver que Ueda se sorprendía tanto que se llevaba una mano a la cara para evitar imaginar a su amigo ofreciéndosele a Jin- No hagas esas caras, Tat-chan… Tú mismo dijiste que era normal hacer el amor entre pareja, ¿ne?
Sí, era cierto. Ueda se lo había explicado hacía años, cuando tuvo su primera relación sexual con su primera novia. En ese entonces eran unos adolescentes, pero las preguntas de Kame en ese entonces eran muy diferentes, tales como: “Tat-chan, ¿es malo besar a mi novia?... ¿Por qué todos se me quedan viendo cuando lo hago?... Tat-chan, ¿es cierto que acostarse con tu novia es malo? ¿Por qué?... ¿Qué es eso de que a los gays les sangra? ¿Acaso se golpean?... Tat-chan, ¿a qué se refiere Mika-chan cuando me dice que lo intentemos más lejos?... Tat-chan, quiero saber qué es sexo oral…”
-Sí, pero… no creí que fueran tan… rápido… -contestó Ueda intentando olvidar esa serie de preguntas entre inocentes y fuertes que solía hacer Kame.
-Habla por ti, ¿quieres?... –el menor desvió la mirada, recordando que a la segunda cita, Maru y él ya se habían acostado y no solo eso, Ueda había decidido dejar a Ryo por el profesor de francés. Además, no lo habían hecho una, ¡¡sino DOS veces!! No estaba en posición de decirle que comenzaron muy temprano a tener una vida sexual.
-No uses mi vida como ejemplo –contestó Ueda haciendo un puchero, recordando perfectamente bien cómo había sido todo con Maru.
-Y nunca hemos llegado al final… –agregó el menor ahora sintiéndose como un tonto. Le enfadaba recordar que era por su causa que Jin no quería continuar.
-¿Eh? –Ueda lo miró fijamente- ¿Cómo es eso?
-Hai… Te dije que a mí me duele muchísimo… -contestó Kame aún con la mirada baja, sonrojándose por ser tan sensible- Debido a eso… Jin nunca quiere continuar. Dice que no le gusta verme sufrir y que con eso no puede siquiera pensar en seguir. No quiere hacerme daño…
-Mmm… -se quedó pensando que Jin no era tan bruto después de todo y cuidaba mucho a Kame, pero…- Dile que no sea idiota. Para complacerte tiene qué lastimarte –contestó Ueda suspirando.
-¿Eh? –ladeó la cabeza, desconcertado.
-Tú no le pides que se detenga, ¿o sí? –se cruzó de brazos.
-… La primera vez le dije que se detuviera… Me dolía mucho, Tat-chan… Ansiaba sentirlo dentro de mí. Sabía que dolería porque ya antes me habías dicho eso pero… cuando pasó… Fui un tonto, Tat-chan… -bajó la cabeza sumamente deprimido. Aún sentía mucho remordimiento por aquella noche, y no olvidaría la cara de decepción, tristeza y preocupación de Jin…
-¿Qué pasó? –se colocó a su lado para rodearle los hombros y escuchar atentamente. Parecía que para ellos, el asunto de tener relaciones era más difícil de lo que temía.
-Le grité que dolía… que se moviera… que no quería… -suspiró y desvió la mirada, sintiendo el recuerdo muy tangible- Creo que no lo amo como le acabo de decir…
-¿Eh? –Ueda se sorprendió de escucharlo y le tomó el rostro para mirarse- ¿Qué acabas de decir?
-Es la verdad, Tat-chan… Dicen que cuando amas a tu pareja, te entregas aún si duele, ¿ne? Yo no lo hice porque me dolió mucho y… aparte le dije que se quitara… Seguramente lo lastimé más que él a mí con esas palabras… –cerró los ojos recordando el rostro dolido de Jin, regañándose por ser tan niño y miedoso. Quizá, no estaba dispuesto a sentir mucho dolor con tal de ser suyo… Era difícil decirlo.
-Kame-chan… -Ueda le tomó la mano para tranquilizarlo- comprendo que haya sido difícil y que te sientas mal por haberle dicho eso. Creo que cualquiera se quedaría consternado pero… eso no quiere decir que no lo quieras…
-¿Entonces? –ladeó la cabeza, esperando que Ueda tuviera una respuesta a su tonto comportamiento.
-Nunca antes has estado con un hombre –le sonrió con ternura-. Es mucho más difícil que hacerlo con una mujer, principalmente porque eres uke –Kame comprendía bien ese concepto, pues Ueda hacía tiempo que le había explicado sobre las relaciones entre hombres-. Somos más estrechos que la mujer, tú mismo has tenido la oportunidad de darte cuenta, no solo sintiéndolo sino porque lo has visto…
-¡Tat-chan!~ -se quejó Kame volteando el rostro, tremendamente sonrojado por sus palabras.
-No te avergüences. No seas un niño con éstas cosas –lo reprendió haciéndolo voltear de nuevo-. No puedes serlo si es que quieres satisfacer a Akanishi-san.
-Pero… -hizo un puchero de preocupación. ¿Entonces cómo debía comportarse?
-Puedes ser tan infantil, inocente, tierno… todo lo que quieres, en la cama, pero hay un gran trecho entre el comportamiento y el sentirse de verdad como un niño, ¿entiendes?
-Sí –asintió comprendiendo las palabras de su amigo: podía provocarlo comportándose con inocencia, pero no debía hacerlo tímidamente porque solo iba a crear problemas en el plano sexual.
-Es por eso que te duele… -volvió al tema del físico- La cavidad es más estrecha. Al sentir tanto dolor la primera vez, te has asustado tanto que no has podido evitar pedir que se detenga. A
veces es así, Kame-chan. La primera vez duele tanto que uno no quiere continuar –Kame ladeó la cabeza comprendiendo un poco más, pero aún mostraba esa mueca de preocupación, de inseguridad por ser tan miedoso-. Estoy seguro que él te entiende, por eso se detuvo cuando se lo pediste.
-Hai… Dijo que no quería lastimarme… que habría más ocasiones –también recordó que Jin le limpió las lágrimas y besó su frente, pidiéndole que dejara de llorar.
-Pero por lo que me cuentas, deduzco Akanishi-san no intentó moverse, ¿cierto?
-Te digo que no lo dejé… -contestó en un susurró sintiendo pena.
-¿Y solo lo han intentado una sola vez? –Kame negó con la cabeza sin poder mirar a Ueda- ¿Entonces? ¿Qué ha pasado con las demás ocasiones?
-Hay veces que solo nos quedamos jugueteando en la cama… Otras sigue doliendo mucho y ambos nos asustamos… Cada que siento el valor para dejarlo continuar, Jin dice que mejor lo dejemos para después –suspiró cansado y sintiéndose culpable de no poder complacerlo-. Sé que hay ocasiones donde se enfada. Yo lo quiero y él a mí… Creía que era suficiente para estar juntos y…
-Pasa que ambos son unos miedosos… -contestó con ternura mientras le acariciaba una mejilla para reconfortarlo.
-¿Eh? ¿Qué quieres decir? –Kame ladeó la cabeza desconcertado.
-Estoy seguro de que Akanishi-san no se enfada contigo, sino consigo mismo porque te hace sentir mucho dolor. Así como Yucci, no quiere eso, Kame-chan. Ha de pensar que es él quién tiene el problema.
-… ¿Crees? –no se le había ocurrido que podría ser eso.
-Sí –asintió-. Ellos son así, Kame-chan –recogió sus rodillas contra su pecho y las abrazó recordando lo preocupado que había estado Maru la primera vez que durmieron juntos-, les preocupa todo, desde que te están besando, hasta el clímax cuando te hacen el amor –sonrió sonrojándose, sintiéndose afortunado de tener a una persona tan comprensiva a su lado-. En tu caso, debes poner más de tu parte para que Akanishi-san no decida terminar sin siquiera comenzar. Quizá tú sientas mucho dolor en un principio, pero no sabes lo bien que lo pasas después de que dejas de sentirte incómodo… Te lo aseguro… el dolor se borra después de unos minutos –le guiñó el ojo, sonriéndole con seguridad.
-¿En serio? –preguntó sumamente interesado en eso.
-Sí, Kame-chan. Aguanta si te duele demasiado. Hazlo por él y por ti. Quieres complacerlo, ¿cierto? –cuestionó Ueda asintiendo. Kame lo imitó, aún observándolo como si fuera un sabio en eso del acto sexual- Entonces demuéstrale que por amor, puedes soportar lo que sea con tal de pertenecerle. Al final, eso es lo que quieres, ¿verdad? –Kame volvió a asentir, sonrojándose sin importarle- Dudo mucho que se comporte con rudeza por lo que me cuentas, así que por eso dejaré que lo hagan.
-Tat-chan~ -se quejó el menor sonriendo con pena.
-¡Pero eso sí! ¡Tendrás qué contarme cómo fue todo, ¿eh?! Si es bueno… Los detalles, Kame-chan. Así como yo te cuento –contestó sonriendo pícaramente.
-De-demo~…
-¡Nada de “demo~”! –deshizo el puchero de Kame en seguida para convencerlo de olvidar esa petición, estirándole las mejillas con sus manos- Tendremos una reunión uke después, cuando por fin hayan podido hacerlo, ¿ne? –alzó su dedo meñique para hacer la promesa, y Kame, muy a su pesar, lo estrechó porque sabía que era un trato justo.
-¿Mmm? ¿Qué pasa? –preguntó Maru al ver que Jin entraba en la cocina, con un dejo de preocupación en el rostro.
Jin había terminado de arreglar las cosas para el shabu shabu, dejado a Yuya viendo la televisión después de platicar un poco con él, de manera superficial porque sorprendentemente, sentía muchos nervios estando solo con su cuñado. Era como si sintiera que en cualquier momento comenzaría a interrogarlo y… no se sentía listo para responder a las preguntas de un adolescente.
-Nada –contestó Jin fingiendo una sonrisa de tranquilidad.
-Creí que estarías con Yuya-kun –sonrió Maru sabiendo cuál era el problema-, supuse que querrías conocerlo y si Kame no está presente es un poco más fácil, ¿no?
-Habla por ti –contestó Jin recargándose en la encimera, mirando al menor que estaba a varios metros de distancia, viendo el canal de música.
-¿De verdad te sientes nervioso? Es solo su hermano menor. De quienes deberías preocuparte son de los mayores –Maru dejó de lavar la loza que estaba sucia y se secó las manos en un trapo cercano-. Tat-chan me ha contado que son muy posesivos con los menores, o sea, con Kame-chan y Yuya-kun, así que creo que vas a tener qué hacer muchos méritos con ambos.
-Gracias por ponerme más nervioso de lo que ya me siento… -susurró Jin peinándose el cabello.
-Hablo en serio –se recargó en la encimera, de espaldas, observando su expresión temerosa-. Ellos no saben que está contigo, Jin… y sabes que no son relaciones fáciles, ¿ne? Mis padres todavía se rehúsan a pensar que no les daré nietos. Mi madre ya se ha hecho a la idea de que amo a Tat-chan pero papá… No sé si algún día podrá comprender lo que siento –sonrió apesadumbrado, creyendo que sus padres comprenderían su situación, pero solo su madre había logrado aceptarlo-. Kame-chan tiene veintitrés años, tú veintiocho… No será fácil para ellos no pensar que tú lo sedujiste de alguna forma…
-Lo sé… -estaba mentalizándose para eso, pero no podía evitar que cada que pensaba en eso, sentía que se quedaba sin guardia. Quería proteger el amor que sentía por Kame, pero era difícil si las personas se la pasaban poniéndoles obstáculos y oponiéndose.
-Los padres de Tat-chan son diferentes por qué él tuvo una relación larga con Nishikido-san, por lo que hace tiempo que aceptaron sus preferencias. Me dijo que es más difícil para los padres el aceptar que su hijo pues… que no le gustan las mujeres. Sienten una especie de traición a la hombría –frunció la boca pensando que comprendía el sentimiento, pero no podían controlar el amor que sentía mutuamente-. Su madre me adora. Dice que respetaba la relación que tenía con Nishikido-san, pero que no le gustaba. Su padre simplemente me dijo que cuidara a Tat-chan.
-Ya veo… -sintió un poco de envidia por la situación de Maru, al menos tenía el consentimiento de sus suegros pero…- En mi caso es más difícil, ¿sabes? Tengo qué convencer a los hermanos, y a los padres pues… -Maru lo miró incitándolo a continuar- Hoy me contó que… es huérfano. Sus padres murieron hace cinco años.
-Ah, sí. Tat-chan me lo dijo, y también que por eso está aquí Yuya-kun. Sus hermanos creo que llegan mañana –contestó Maru sintiendo pena por la familia Kamenashi. Al menos Yuya era muy joven para continuar la vida sin una guía materna.
-¿Lo sabías y no me dijiste nada? –se sorprendió mucho, pero no se enfadó porque sabía que era un tema delicado. Maru no podía ir por ahí contando la historia de Kame.
-Lo siento, Jin…
-Está bien, comprendo –sonrió recargándose en la encimera igual que el otro, y puso sus codos en la misma, mirando el piso-. Ahora que sé eso, quiero protegerlo y cuidarlo más que nunca. Tú no viste lo triste que se puso cuando me dijo que el aniversario de sus padres estaba cerca. Sé que no quiere estar solo, por eso me pidió que lo acompañara.
-Es obvio, Jin –dijo Maru con seriedad-. Kame-chan es una persona muy sensible. Tat-chan me dijo que para él, la familia es muy importante… Así que supongo que recordar que ya no tiene a sus padres es… muy duro…
-Sí… Algo me había dicho antes sobre eso también…
Se quedaron callados por unos momentos, escuchando solo el ligero murmullo de la televisión.
Jin no podía quitarse de la cabeza aquella expresión triste de Kame al momento de pedirle que lo acompañara. Y ahora que veía mejor a Yuya, se parecían tanto que… no se imaginaba al pequeño llorando por sus padres. Le parecía demasiado animado, como si la fecha no estuviera cerca.
-Jin –Maru lo llamó al verlo tan ido.
El aludido le respondió con un gemido, aún pensando.
-¿Puedo hacerte una pregunta indiscreta?
-¿Pregunta indiscreta? –Jin volteó con su amigo, curioso por lo que quisiera decirle.
-Más que indiscreta, es demasiado personal –al ver que Jin no respondía, insistió-. ¿Puedo?
-Seguro, Yucci. Eres mi mejor amigo. Adelante –asintió poniéndole toda la atención.
-Bien… -se corrigió la garganta y lo miró seriamente- ¿Tú y Kame-chan ya…? –Maru no quería ser tan textual, así que dejó lo demás al aire.
-Oh… -Jin comprendió en seguida y suspiró pensando en cómo explicarlo- ¿Cómo puedo decírtelo?... Mmm…
-Está bien, sino quieres…
-No es eso –dijo moviendo la mano para calmar a Maru, y se puso a mirar el piso de nuevo, recordando las palabras de Kame…
“¡No, Jin! ¡No quiero! ¡Duele mucho! ¡¡Levántate!!”
-Creo que lo hago mal… -dijo después de suspirar.
-¿A qué te refieres? –preguntó Maru sin entender.
-Lo lastimo mucho, Yucci… No sé si es porque me equivoco, o quizá soy muy brusco… -se quedó pensando en cuál sería su problema. Quizá era la forma en que entraba pero… siempre lo hacía como si pudiera romperlo. Sino era así, ¿entonces cómo podía?
-¿Te refieres al momento de…?
-Sí.
-Entiendo –Ueda nunca había dado señales de que le doliera tanto, y ahora que Jin se lo preguntaba, ¿él no sería muy brusco a veces?
-¿Cómo lo haces tú? –preguntó Jin de inmediato, recordando que no era el único que tenía por pareja a un chico.
-¿Eh? –salió de sus cavilaciones y miró a Jin un poco sorprendido.
-Sí, es decir, tienes algún método para que no lastimar a Ueda-san, o…
-En realidad… -ladeó la cabeza pensando. Siempre lo hacía de formas diferentes, incluso, una vez fue un poco brusco y Ueda soltó un ligero grito de dolor… Aunque después se la pasó disculpándose por hacerlo así. La ansiedad lo había traicionado.
Jin esperaba la respuesta de Maru, que a juzgar por su rostro, parecía estar maquilando un buen consejo.
-Lo siento, Jin. No tengo ningún método. Simplemente… lo hago y ya –se encogió de hombros, pensando que eso se escuchaba tan… vago…
-¿En serio? –preguntó alzando la ceja y haciendo una mueca de decepción, intentando sonreír para que Maru no se sintiera inútil- Bueno… es que he estado buscando en diferentes partes y… Una sexóloga me aconsejó usar lubricante pero… Kame-chan no quiere –sonrió sonrojado y rascándose la nuca.
-¿Por qué? Quizá si lo usan sea menos doloroso, ¿no crees? –preguntó Maru también sabiendo que ese líquido era más cómodo para las personas que eran más estrechas que otras. Hay quiénes lo usaban para sentir más, le habían dicho.
-Dice que porque quiere sentir todo al natural –se sonrojó al recordar exactamente las palabras del menor: “Yo quiero sentirte a ti, Jin… Aún si duele mucho y si después quieres que lo usemos, no me opondré pero… quiero que la primera vez sea sintiéndonos libres… Como sino hubiéramos tenido relaciones antes y… No sé si me entiendes…” En ese momento había besado a Kame profundamente. Claro que entendía el concepto, y quizá Maru diría que era muy caprichoso de parte del menor pero… a él le parecía tan lindo que quería complacerlo.
-Ya entiendo… -Maru se quedó pensando en un buen consejo.
-Siempre tengo mucho cuidado, Yucci –contestó Jin suspirando-. La verdad, ya no sé cómo hacerlo para que no le duela… No quiero lastimarlo. Ver su carita con esa expresión… Sé que no lo disfruta, Yucci…
-¿No disfruta nada? ¿No pasa el dolor? –preguntó Maru preocupado.
-Bueno… -apretó los labios y se quedó pensando un momento. No era que no desapareciera sino… que no intentaba hacerlo desaparecer.
Maru podía comprender la preocupación de Jin. Seguramente estaría igual si Ueda no podía dejar de quejarse en todo el rato que estuvieran en la cama pero… no era así. A su novio seguía doliéndole siempre, pero en poco tiempo ambos se abandonaban al placer que se daban juntos. El menor siempre terminaba diciéndole que cada vez se volvía más bueno para disminuir el incomodo.
-No hemos llegado al final –se volteó para mirar a Yuya, que continuaba mirando la televisión y podían escuchar un ligero canto de su parte.
-¿Eh? ¿Por qué? –Maru se quedó en la misma posición y esperó la pregunta de Jin, preocupado porque las cosas en la vida sexual de ambos no marchaban bien y… parecían una pareja tan estable.
-¡Porque sé que le duele mucho! No me gusta eso –susurró para no llamar la atención de Yuya, mirando la encimera como si la misma tuviera la culpa-. Quiero hacerle sentir cuánto lo quiero pero… la primera vez que lo intentamos… le dolió tanto que me dijo que no quería hacerlo…
-Auch… -dijo Maru mordiéndose el labio inferior. Si Ueda le dijera eso… se sentiría deprimido por algunos días y no querría siquiera tocarlo por infringirle tanto daño.
-Me siento como un idiota –sonrió apesadumbrado-. No pensé que reclamarlo como mío sería tan difícil. Con las mujeres es más sencillo…
-Que no te escuche decir eso o creo que se pondría muy triste.
-No estoy diciendo que prefiero a una mujer. Yo lo quiero a él y quisiera complacerlo, hacerle sentir cuánto lo amo pero… -suspiró cansado y un poco triste- Se me están acabando las ideas, Yucci…
-¿Por qué no intentas “preparándolo”? –se refería a dilatar la cavidad de Kame con el dedo. No era algo que hacía normalmente con Ueda porque al menor no le gustaba mucho y estaba de acuerdo, pero… podía ser una forma.
-No quiero asustarlo y… francamente la idea no me agrada.
-Cuando entras en él, ¿qué haces antes de eso? –preguntó llevándose una mano al mentón.
-Mmm… Se lo digo. Le aviso que voy a intentarlo nuevamente pero…
-Creo que no deberías advertirle, Jin –lo interrumpió de inmediato, pensando que la forma siguiente sería mejor.
-¿Eh? –Jin volteó con Maru, sumamente interesado en aquella idea.
-Sí… La mayor parte de las veces que hago el amor con Tat-chan, no le aviso que voy a comenzar… A veces nos ponemos a hablar un poco mientras nos besamos, nos tocamos, etc. –se corrigió la voz, recordando las risitas de Ueda debido a las cosquillas por sus caricias- Pero muy pocas veces le digo algo como “aquí voy” o “¿Estás listo?”. Creo que ni siquiera la primera vez se lo dije… Le pregunté si estaba seguro de querer hacerlo pero…
-¿Entonces? ¿Me aconsejas tomarlo desprevenido? –Jin pensó que la idea no era del todo mala y hasta se escuchaba juguetona y atractiva pero… ¿y si Kame se asustaba?
-No tan desprevenido porque sino serás muy brusco y de verdad lo asustarás –sonrió recordando la vez en que Ueda le dijo que lo había tomado por sorpresa, pero que había sido lindo-. Al parecer, Kame-chan le tiene miedo al dolor que siente y posiblemente esté preocupado por no saber qué hacer con eso. Tú puedes ayudarlo. Creo que más que nada, parte del dolor que siente, es porque está tenso al momento, y que le digas que vas a comenzar no hace que se relaje.
-Ajá… -Jin escuchaba atentamente, sin perderse una mínima palabra.
-Dale una señal. Una mirada, una frase disfrazada, una caricia. Lo que se te ocurra que lo haga sentir relajado y tranquilo para que te reciba así, sin temores –Jin asintió y sonrió un poco más aliviado, pensando en qué podía hacer para tener a Kame distraído-. Pero no le digas que vas a hacerlo. Eso déjalo para cuando ya tengan más experiencia. Kame-chan no estará tan tenso y tendrán éxito. Tat-chan me dijo que es muy mimoso… si te la pasas dándole cariños, estoy seguro que se sentirá muy bien. Supongo que podría ser todo más sencillo.
-Suena muy lógico…
-Y lo es –asintió Maru sonriendo-. En mi caso, Tat-chan no se asusta porque él ya tiene experiencia pero, creo que debes pensar en ti y en Kame como una pareja que es virgen, en cierto sentido.
-De hecho lo somos. Ninguno de los dos ha estado antes con un hombre –contestó Jin más tranquilo.
-Así es… Entonces, ¿por qué no lo intentan así? Pensar que es la primera vez de ambos, olvidándose de las veces que lo hayan intentado ya. Sabes a lo que me refiero.
-Sí, entiendo –era cierto, era la primera vez de ambos, pero Maru se refería a pensar que ambos hacían el amor por primera vez-. Gracias, Yucci. Espero que funcione.
-Yo también, Jin –le apretó el hombro para darle más apoyo moral.
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Mensaje por Ecatheriina Miér Ene 18, 2012 6:51 pm

*HACE ESPACIOO !!!
Primera *-* !!

Waaaaa, pero como me dejas asi?! Tanto que comienzan a hablar de la vida sexual (cosa q creo lo describiste muy bien, me encanto ^^) para q al final, no pase nada T____T ! Y yo que me moria por.... bueno... esperare TwT <3

Por un momento, cuando Kame pensaba, crei que ya lo habian hecho, me puse a llorar T____T Estaba gritando: NOOOO, no me hagas esto! Yo quiero saber como fue la primera vez!!

Pero luego poco a poco se fue tejiendo la red, y entendi q lo intentaron pero al final Jin no entro -.- !

Me asuste mucho cuando Kame le dijo a Tatchu que tal vez no lo amaba lo suficiente T____T !!

Hehe, Yuya es una amor >//< ! Ya quiero q esten todos los hermanos reunidos xD ! Quiero ver q le haran o como Yuichiro lo interrogara o sabra Kami ( ya la autora) q otras cosas le haran a Jin xD !!

Pobre Takako.. Jin no debio, pero.. en parte, yo estoy de acuerdo con Jin.. Ella no debio de~

Y Kame es tan lindo >//< !! Pero tan baka DDx !! Que hare con mi nene -.- !

En mi barriguita aun se estan revolviendo muchos sentmientos por como me dejaste el final del fic >///< !!! Quiero saber q pasa !! Onegai, se q recien has puesto conti~ demo~ nene, y si las pones de tres en tres? TwT <3 Soy adicta a este AKame >//< ! Todos los dias lo reviso TwT !

Te dijeee >< ! Que este es el unico AKame q me gusta >//< ! (No es mi pairing favorita, pero tu fic *-* !)

En fin..... gomen por mis comentarios muy largos >< ! ES LA EMOCION TwT <3

Conti si *puppy eyes !

Arigatou <3


Última edición por Ecatheriina el Miér Ene 18, 2012 8:55 pm, editado 1 vez
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Mensaje por Arioka_shinku Miér Ene 18, 2012 8:07 pm

asdfadsfd.. *O*!! lo estoy guardando en mi reproductor
ya lei los primeros capitulos y me encantaron
uno de los mejores akame que eh leido
me enganche completamente con la historia
Jin es realmente irresistible y kame demasiado adorable~
cuando termine de leer los ultimos vuelvo a comentar.. *O*!!
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Mensaje por DANNYKAZU Miér Ene 18, 2012 9:53 pm

Oh!! Amo tus contis y mas cuando vienen en par!!! Haaaa!!! Lo adoro... Es tan real... Nada de a la primera nos salio bien.. Justo como lo exprese en mi anterior coment... Es un fic muy real... Obvio a kame le duele!!! Mi tortuguita y el graaan zjin jin... Noo pues si debe doler... Hahahaha.
Conti oneeeegau!!!!
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Mensaje por shion kamenashi Miér Ene 18, 2012 11:10 pm

Waaa no sabes lo feliz q me pongo al ver q hay contii >v< de verdad q se sienten los sentimientos q transmiten ellos
como lo q paso de jin y takako si me dio penita ya q no lo kiso hacer con mala intención ya ke si no no hubiera ayudado a kazu y jin a estar juntitos
mi vida amo a yuya es tan lindooooo >\\v\\< como se nota q es su hemanito xD jajaja ya Kiero q los otros heemanos de mi kazu ellegue kelo ver como se pondra jin con ellos xD
me enkato q les pidieran a ayuda al maruda xD tat-chan me enknto su reaccion cuado kazu le dijo q ya lo habian intentado Jajaja parecia como si fuera su papá xD pero me enkanto como lo intruyo para q lo volvierAn a intentar xD
waaa por fis onegai!!!! te lo pido no tardes en poner la contiii q en verdad amooooo este fic!!! Esta hermoso!!!!
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Mensaje por meiii.pindy Jue Ene 19, 2012 10:02 am

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WUAJAKJAKJAK MORIRANNNN ,RESUCITARAN Y VOVLERAN A MORIR CUANDO VEAN QUE PASA CON LA LLEGADA DE LOS HERMANOS

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Mensaje por Suna-chan Jue Ene 19, 2012 12:42 pm

Hahaha estaras todaaa tu vidaaaa poniendo el fic ahhahaa aunque ya me lo leiii y realmentee direeee mueroooooooooooooooo con este fic v *O*
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Mensaje por shion kamenashi Jue Ene 19, 2012 1:05 pm

Waaaaa no me intrigue maas >v< waaa pon lo q sigue lo mas rapido q puedas onegaiiiiiii *muero de curiosidad*
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