SENSEI (AKAME) cap 27 al 35
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Re: SENSEI (AKAME) cap 27 al 35
oralee!!! si q el ultimo capi me a dejado asi
hace time q no entro al foro ni comento...buuu T_T s k no puedo... =(
bueno me paso un raton para decirte!!
sube pronto pliss..!!!! como lei por ahy que como dice, solo te toma unos minutos actualizar, solo es poner el capi q seran en editarlo unos 10 min? porfass!! y haras feliz a muchas chicas
como jin puede hacerle eso a kame-chn??!!! osea q primero lo consuela, logra calmarlo para luego darle otra estocada y una mas fuerte!!y decirle q es un cobarde?? OMO eso si duele y lo peor decirle q se arrepiente de haberse enamorado de el?? que injusto ta siendo con el u___u, comprendo q kame tenga miedo (como dicen ademas q es mas joven) jin deberia comprender! aprte q esa maldita takako, la odio!!! o-ó por mi q se quede sola y sin nadie! soy muy celosa del akame, espero q jin pronto valla a consolar a kamecito q creo kiere renunciar
ACTUALIZA PORFASS!! no nos dejes asi con la angustia T___T
y como te tas demorando...mmm.. si puedes a la siguiente sube 2 capiss!!
hace time q no entro al foro ni comento...buuu T_T s k no puedo... =(
bueno me paso un raton para decirte!!
sube pronto pliss..!!!! como lei por ahy que como dice, solo te toma unos minutos actualizar, solo es poner el capi q seran en editarlo unos 10 min? porfass!! y haras feliz a muchas chicas
como jin puede hacerle eso a kame-chn??!!! osea q primero lo consuela, logra calmarlo para luego darle otra estocada y una mas fuerte!!y decirle q es un cobarde?? OMO eso si duele y lo peor decirle q se arrepiente de haberse enamorado de el?? que injusto ta siendo con el u___u, comprendo q kame tenga miedo (como dicen ademas q es mas joven) jin deberia comprender! aprte q esa maldita takako, la odio!!! o-ó por mi q se quede sola y sin nadie! soy muy celosa del akame, espero q jin pronto valla a consolar a kamecito q creo kiere renunciar
ACTUALIZA PORFASS!! no nos dejes asi con la angustia T___T
y como te tas demorando...mmm.. si puedes a la siguiente sube 2 capiss!!
azur@801- Mensajes : 92
Fecha de inscripción : 04/04/2011
Re: SENSEI (AKAME) cap 27 al 35
azura q bueno leerte, sip tienes razon el jin es un baka de lo mas baka, dice q lo ama pero no le tiene la paciencia necesaria, el kame tiene miedo y su conciencia no lo deja tranquilo, y viene el bakanishi y le dice esas cosas feas, u.u
xiochermm3- Mensajes : 1355
Fecha de inscripción : 07/01/2011
Localización : abrazando a mi kazu
Re: SENSEI (AKAME) cap 27 al 35
xiochermm3 escribió: azura q bueno leerte, sip tienes razon el jin es un baka de lo mas baka, dice q lo ama pero no le tiene la paciencia necesaria, el kame tiene miedo y su conciencia no lo deja tranquilo, y viene el bakanishi y le dice esas cosas feas, u.u
olaaaaaa xioooooo^^ al menos alguien me habla/conversa again tankiusss n____n
sii.. definitivamente jin es un baka de los mas baka , como le dice esas cosas O.Ó, todavia despues q ya ta con un animo de perros, con esas palabras jin lo sepultoo...pobre tortuga
OMO q pasara despuess?!!!! ojala meiii se apiades y actualize prontoo porque me toy desperandoo *w*
p.d: espero poder entrar mas seguido al foro y comentar los fics q m faltan comentar *.*
saluditos xio-chan y graxias x saludar n.n
azur@801- Mensajes : 92
Fecha de inscripción : 04/04/2011
Re: SENSEI (AKAME) cap 27 al 35
yo siempre te recuerdo azura ^^ y si espero leerte mas seguido x aca, jejejeje tengo algunas foticos chibiakame cuando las encuentre entre el desorden de descargas q tengo te las comparto ok.
xiochermm3- Mensajes : 1355
Fecha de inscripción : 07/01/2011
Localización : abrazando a mi kazu
Re: SENSEI (AKAME) cap 27 al 35
waaaaaaaaaaaaaa no he podido ni leer el fic ni comentar los capis gome u.u prometo que me pondre al tanto d los capis y asi comentar cada capi
jin es un baka y kame tambien para que hacerle de emocion los dos son un para de bakas uno que no tiene la pasiencia para entederlo y el otro miedoso ash si estuviera en la historia ya le hubiera dado unos cuantos madrazos
porfiis pon la conti te lo suplico y te queremos mas que ayer onegai
onegai
conti conti conti conti conti conti conti conti conti conti conti conti
conti conti conti conti conti conti conti conti conti conti conti conti
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jin es un baka y kame tambien para que hacerle de emocion los dos son un para de bakas uno que no tiene la pasiencia para entederlo y el otro miedoso ash si estuviera en la historia ya le hubiera dado unos cuantos madrazos
porfiis pon la conti te lo suplico y te queremos mas que ayer onegai
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eli_akari- Mensajes : 13
Fecha de inscripción : 19/04/2011
Edad : 34
Localización : *en lo Brazos de mi Kazu* XDD
Re: SENSEI (AKAME) cap 27 al 35
xiochermm3 escribió: yo siempre te recuerdo azura ^^ y si espero leerte mas seguido x aca, jejejeje tengo algunas foticos chibiakame cuando las encuentre entre el desorden de descargas q tengo te las comparto ok.
ohh gracias xio^^ yo tmbien n.n
waa aora toy cn unos asuntos pendientes q toy arreglando por eso no puedo entrar muy seguido T_____T y si entro lo hago al flash *w*
waaa... siii mandamelas!!! mas si son chibiakameperverts mucho mejor para mi
no te olvides de mandarmelas ehh. plisss!!*puchero* la ultima esa donde salen kalatitos y making luv me waaa emocionaron mucho, a cada rato veo la foto^w^
salu2 n___n
azur@801- Mensajes : 92
Fecha de inscripción : 04/04/2011
Re: SENSEI (AKAME) cap 27 al 35
wooooo mis niñassss lo sientoo mucho de vddd po todos los problemas que causo este fic pero graxias a nuestra comprensible creadora de este fic podemos seguir disfrutandolo aki les colocare el sgte cap y el resto se los colocare en los proximos dias espero que esten muy bien y bueno aki vaa! :)
meiii.pindy- Mensajes : 77
Fecha de inscripción : 11/03/2011
Edad : 32
Localización : Santiago de Chile
Re: SENSEI (AKAME) cap 27 al 35
CAP 10
KIMI WA… KOKO NI INAI…
(Tú… no estás aquí…)
KIMI WA… KOKO NI INAI…
(Tú… no estás aquí…)
Kame caminó pesadamente a las puertas del edificio. No quería entrar. Se sentía como un tonto. Ya había soportado todo el regaño de Ueda como para encima tener qué aguantar las miradas decepcionadas de su senpai. Sin embargo, no podía renunciar sin antes encontrar un trabajo mejor en otra escuela de lenguas. Si quería irse para no ver más a Jin, tendría qué hacerlo cuando encontrara otro trabajo y aún no podía hacerlo porque, además de tener mucho qué hacer, el Director le había confiado abrir un curso de japonés para extranjeros impartido en inglés… era por eso que el jefe lo llamaba tanto a su oficina. Casi estaba listo el grupo y el cupo estaba lleno para dos clases. No podía simplemente echarse para atrás, porque de todos los profesores en el Instituto, él era el único graduado de lengua japonesa.
Suspiró. Tenía qué ser fuerte, pero no se sentía con las ganas de pelear contra sus emociones. Tenía los nervios destrozados, sentía cómo si las piernas fueran a fallarle en caso de ver a Jin en cualquier momento y… no confiaba en su condición para no salir corriendo y pedirle perdón.
No estaba dispuesto a andar con él, solo quería que continuaran siendo amigos. Aunque quizá eso sería muy difícil considerando que, aparte de decepcionarlo, le rompió el corazón.
Pensando en todo aquello, llegó al piso de las oficinas docentes. Si atravesaba la puerta que estaba hasta el final, posiblemente vería a Jin sentado en su escritorio, anotando cosas en el computador, analizando hojas, calificando exámenes. Lo normal. Lo de siempre… Y nunca pensó que verlo hacer eso le provocaría tanto miedo.
Entró tímidamente y se encontró con la mayoría de los profesores ya sobre su escritorio. De inmediato lo buscó, pero no estaba en su sitio ni tampoco en los alrededores. Sintió paz y casi de inmediato se inquietó. Miró hacia la oficina del Director, pensando que podía estar dentro arreglando algunos detalles.
-Oh, Kamenashi-sensei! Ohayou gozaimasu! –saludó Machiko que se acercó rápidamente a él.
-Ohayou gozaimasu… -contestó Kame con la voz débil. Tanto llorar el día anterior le había dejado la garganta inflamada.
-¿Cómo te sientes hoy? Ayer te veías terrible. ¿Cómo va tu alergia? –lo acompañó hasta su lugar para saber los pormenores de la salud de su compañero de trabajo.
-Me siento un poco mejor hoy, gracias, Hiromiya-sensei –sonrió con tranquilidad, aún con su tono de voz cansado.
-Nos asustaste a todos ayer. Pensábamos que estabas casi muriendo por lo cansado e hinchado que se veía tu rostro –se sentó en una silla cercana para continuar platicando-. Es una alergia muy extraña la que te dio. Mi novio conoce a un buen médico alergólogo, por si gustas, te puedo contactar. Es peligroso que no te trates esa alergia, Kamenashi-sensei –insistió aún muy preocupada al escucharle la voz tan ronca.
-Estoy bien, Hiromiya-sensei –se inclinó para darle las gracias-. Ya estoy en tratamiento, solo que hacía mucho que no se me presentaba. Tiene un nombre muy raro –en realidad no, se llamaba “amor imposible”.
-Mmm… -Machiko frunció la boca esperando que cambiara de opinión- De todos modos, en caso de que quieras una segunda opinión, dime. No será molestia para nosotros darte el dato de Kawashima-sensei.
-Gracias, Hiromiya-sensei –se inclinó nuevamente y la chica le sonrió para después despeinarle un poco el cabello y retirarse a su escritorio.
Por su parte, Kame se sintió un poco culpable de haberles mentido a todos y además, tener qué decirle otra mentira a Machiko, que desde hacía mucho tiempo se había comportado muy linda con él. Aún así, no podía decirle el motivo de su “alergia”. Tenía miedo de que se alejara de él de alguna manera.
Se acomodó en su lugar y sacó sus hojas, sintiendo que las lágrimas regresaban a sus ojos. Se las limpió con el dorso de la mano y tomó las listas para arreglarlas y ver qué clases habían a esa hora: tenía libre hasta las ocho de la mañana, sin embargo, había exámenes a medio revisar para la misma clase, por lo que tenía qué calificar en tiempo récord o los alumnos se quejarían.
Así pues, comenzó a tachar y encerrar respuestas. Un par de veces se equivocó, pensando que en cualquier momento escucharía la voz de Jin saludar a todos e irse directamente a su lugar.
En dos ocasiones le pareció oírlo y levantó la mirada inmediatamente, pero no descubrió a nadie en la puerta principal, ni tampoco en la del Director.
Machiko se dio cuenta que miraba sobresaltado a aquellas dos partes y se preocupó aún más. Algo le decía que lo de Kame no era enfermedad física, sino que algo le aquejaba… Se le notaba en la cara que tenía preocupaciones… pero no se atrevía a preguntarle.
-Ohayou gozaimasu –se escuchó en la puerta principal.
Kame reconoció la voz de Maru y volteó tranquilamente a verlo. Él le devolvió la mirada y se sentó en su lugar para comenzar a trabajar.
Maru y Ueda se habían quedado en el departamento que Kame y el músico compartían. No quisieron dejarlo solo debido a que estaba muy alterado. Intentaron hablar con él, pero solo lograron enojarse entre todos. Incluso Ueda y Maru habían discutido por Kame… La situación estaba fuera de control.
Acordaron llegar a la escuela por separado para que no se viera demasiado sospechoso, pero lo cierto es que ni Maru ni Ueda se hablaban por la mañana. El músico sí le dirigía la palabra a Kame, igual Maru, pero… entre ambos…
Se sintió miserable por pensar que era su culpa. No tenía por qué interferir en la relación de sus amigos. No había sido su intención tampoco pero…
-Nakamaru-sensei… -lo llamó dándose cuenta que había llegado inconscientemente hasta el escritorio del mayor.
Él volteó con Kame y le sonrió como si fuera su propio hijo que estaba enfermo por la mañana.
-¿Qué pasa? –preguntó con un tono que le pareció extrañamente amigable.
-Bueno… -¿qué quería decirle? Se sintió tonto al darse cuenta que no tenía pensado nada en concreto qué preguntarle o comentarle, así que aprovechó para pedirle disculpas- Lo siento mucho… -bajó la cabeza avergonzado. No quiso inclinarse porque sino los demás profesores lo mirarían raro.
-¿Eh? ¿Por qué te disculpas? –alzó la ceja sin dejar de sonreír.
-Por lo de ayer… -contestó sonrojándose. Había ya causado tantos problemas que sentía que sería mejor si desapareciera.
-Ah, no te preocupes. Te despertó la alergia esa planta del jardín, así que no es culpa tuya. ¿Hoy te sientes mejor? –se volteó hacia su escritorio y comenzó a acomodar los papeles que sacó de su portafolio.
-… Sabes que no me refiero a eso –tomó una silla y se sentó al lado del mayor, esbozando un puchero que amenazaba en convertirse en llanto.
-Kame-kun –lo detuvo poniendo su mano en frente de la cara de Kame-, no necesitas pedirme perdón en algo que no tienes qué ver en absoluto.
-Pero… te has peleado con Tat-chan y no quiero eso… -bajó la cabeza avergonzado.
-Sí, nos hemos peleado, pero no es culpa tuya sino… por nuestros puntos de vista sobre la situación. En determinado caso, nosotros somos los tontos por pelearnos sobre algo que no nos concierne completamente. Eso querías decirme, ¿no? –no lo miraba mientras hablaba, sino a las hojas que tenía en frente.
-No lo digas así… -Kame bajó la cabeza muy triste.
-Pero es la verdad. Es cierto que eres el mejor amigo de mi pareja, pero no te preocupes, no pretendo dejarlo. Hablaré con él, te lo prometo –ahora sí se animó a mirarlo mientras hablaba con un tono menos severo.
-Le dije ésta mañana, que sino se reconciliaba contigo no iba a volver a hablarle –hizo un puchero de vergüenza, mirando tímidamente a su superior.
-Kame-kun, no debiste decirle eso –dejó escapar una risita divertida y le alborotó el cabello. Entendía por qué a Jin le gustaba tanto: Kame era muy lindo, pero él ya tenía a Ueda-. No te preocupes, solucionaremos esto. Quédate tranquilo.
-Gracias, Nakamaru-sensei –sonrió un poco más calmado y se puso de pie.
-Ah, espera –tenía qué decirle algo que quizá arruinaría su sonrisa y… se sintió culpable por eso-. Siéntate un momento, necesito decirte algo.
Kame ladeó la cabeza pero se sentó. Normalmente no hablaba con Maru sobre el plano personal u algo en especial. Eran solo compañeros de trabajo aún si él andaba con Ueda, y no es
que no quisiera ser su amigo, sino que últimamente estaba tan ocupado con Jin… o mejor dicho, solo hablaba con Jin, olvidándose por completo de los demás.
-No te preocupes, tendrás mucho tiempo para calmarte –le dijo apoyando su mano en la rodilla de Kame para darle apoyo mientras le sonreía-. Jin va a estar fuera de la escuela por lo menos unos quince días.
-¿Eh?... –preguntó entre la sorpresa, el alivio, pero sobre todo, la desilusión de no poder verlo. Y era cuando se enfadaba consigo mismo porque había decidido ya no pensar en él, pero muy en el fondo, ansiaba verlo.
-Tiene qué ir a unos cursos a los que el Director lo ha enviado, después una capacitación para la aplicación del examen Cambridge en la Toodai, así que posiblemente no lo veamos en unas semanas –le sonrió para tranquilizarlo, pensando que teniendo a Jin lejos iba a sentirse más tranquilo, menos amenazado.
-Ya veo… -no pudo evitar dejar escapar un tono de desilusión y bajó su rostro de inmediato, pensando que era vergonzoso actuar así en frente de Maru.
-¿Qué pasa, Kame-kun? –le preguntó por lo bajo con suavidad, comprendiendo sus sentimientos- ¿Querías verlo a pesar de lo que pasó ayer?
-… No lo sé… -Kame bajó la cabeza sonrojándose discretamente- Quizá… Soy masoquista y torpe, Nakamaru-sensei.
-No lo eres –le apretó la rodilla con suavidad-. Solo estás enamorado… -le susurró intentando no asustarlo, pero resultó todo lo contrario porque Kame se sonrojó aún más y movió la cabeza en forma negativa y con fuerza.
-Pero no debo… Yo respeto la relación de Uehara-san y Senpai –dijo en un tono de voz tan bajo que el otro apenas pudo escucharlo.
Maru no pudo hacer más que sonreír y le acarició la cabeza con ternura. Kame estaba trabajando muy duro para no lastimar a otros, pero lo peor de todo es que se dañaba a sí mismo y también a Jin. No podía estar complaciendo a los demás si estaba tan triste y herido.
-Tatsuya tiene razón –le quitó la mano del cabello y sonrió sintiendo pena por Kame, quien levantó la mirada y ladeó un poco la cabeza al no comprender a qué se refería-: eres peligrosamente bueno, Kame-kun, pero rayas en lo torpe también.
-… Eso no me hace sentir mejor –volvió a bajar la cabeza un poco deprimido al escuchar la palabra “torpe”.
-No te pongas mal. No lo digo en el mal sentido. Se refiere a que siempre quieres proteger a los demás, y en tu intento desesperado, te lastimas a ti mismo y a veces a las personas que quieres. ¿Por qué no piensas por una vez en lo que tú quieres? Te gustaría estar con Jin, ¿cierto?
Kame negó efusivamente mientras se sonrojaba. No quería aceptarlo, porque si lo hacía, entonces crearía un buen lío. ¿Y qué derecho tenía él de arruinar la vida amorosa de su senpai y amiga? ¡Ninguno!
Maru suspiró derrotado. Kame era demasiado terco y tampoco quería presionarlo. Ya había pasado por muchas cosas para continuar moviendo la carga que tenía sobre sus hombros. Sería mejor que descansara del tema por esas dos semanas.
-Está bien, tranquilo –le apretó el hombro-. No hablemos más del asunto. Tienes qué poner tu mejor cara para dar clases, ¿ne?
El menor asintió y se animó a mirar a Maru de nuevo.
-Descansa estos días. Créeme, te van a servir mucho ahora que él no está –Kame volvió a asentir-. Piensa bien las cosas y concéntrate en tu trabajo. Dicen que la mejor cura para la tristeza es el trabajo y los amigos, así que… aprovecha, ¿ne? –volvió a asentir- ¡Y sonríe! – con sus manos intentó dibujar una sonrisa en el rostro de Kame, quién sonrió a duras penas, pero lo logró- A las alumnas les gustas mucho cuando te ríes, al menos eso me han comentado.
-¡Nakamaru-sensei! –se quejó esbozando un puchero de pena.
-¡Es la verdad! –se rió ante aquella linda carita- Anda, a trabajar o nos regañarán.
-Hai –se puso de pie y regresó a su sitio, sintiéndose un poco más tranquilo después de hablar con Maru.
Sin embargo, aquellos días no habían sido fáciles para Kame. A menudo suspiraba cuando estaba solo, pensando en Jin y sus palabras… aquellas últimas que le dolieron tanto…
“Más lo siento yo, por enamorarme de alguien tan cobarde”
Sí… Era un cobarde. Muchas veces se lo reprochó mientras comía, pensaba en su escritorio… Incluso en las mismas clases.
Pasaba por el salón donde Jin a veces daba clases y no podía evitar esbozar un puchero de tristeza. Nunca se imaginó que iba a extrañarlo tanto, y que quince días le parecieran un martirio, una larga vida, una eternidad sin él. Ya había sentido la sensación de vacío cuando estaba en la cafetería, picando su comida porque Jin no estaba en frente suyo, platicándole diversas cosas… Sabía que lo extrañaba cuando no tenía su compañía pero… dolía mucho más después de haberse peleado.
No lo negaba, sí se ponía a llorar cuando ya no lo resistía, pero ya no lo hacía en la escuela. Esperaba a llegar a su casa para desahogarse en su cuarto, y a veces, en las piernas de Ueda, quien comenzaba a odiar a Jin por lastimarlo tanto. No entendía por qué había huido, dejando a Kame con el corazón tan destrozado que no había quién pudiera darle consuelo.
Maru intentaba distraerlo. Lo cuidaba aún si Ueda no se lo había pedido a primera instancia. Lo buscaba e intentaba hacerlo reír. A veces pasaban buenos ratos juntos. Se divertían y comían casi todos los días. Volvían a casa juntos y pasaban las noches viendo TV junto con Ueda, etc. Pero… él mismo sentía que no podía llenar el vacío de amistad que había dejado Jin… simplemente, porque había algo más que Maru no quería, ni debía dar: el amor y los mimos que recibía. Simplemente, Jin era irremplazable.
Ueda le había dicho a Maru, que nunca lo había visto tan triste. Parecía muerto en vida. En sus ojos podía notarse que estaba triste, que había algo que le hacía falta, que aún si reía… parecía como si quisiera llorar. Y por esa razón, él tampoco podía sentirse completamente feliz. Kame siempre había sido un chico animado y… ahora era todo lo contrario.
Jin por su parte, llamaba a Maru de vez en cuando para contarle cómo iban los cursos y la capacitación para el examen, pero todos los días quedaba tan molido que llegaba a casa solo a dormir. Ni siquiera despertaba a Takako para avisarle, simplemente se cambiaba de ropa, se metía a la cama y dormía (su novia se daba cuenta al sentir movimiento y dormían abrazados). No preguntaba por Kame… cosa que alarmaba mucho a Maru. El enfado de Jin era verdadero o quizá… no soportaría escuchar cómo se sentía después de aquel día.
Al décimo día de estar en la escuela, después de que varias de sus alumnas le regalaran dulces y pequeños detalles, esperando que con eso se sintiera mejor, pensó que ya era tiempo de dejar de llorar y ponerse a trabajar sobre sí mismo. Estaba cansado de que todos los días Machiko le preguntara sobre su “alergia”, que Maru intentara por todos los medios de hacerlo sentir mejor, que Ueda preparara sus platillos favoritos solo para verlo sonreír al comer, y también, que sus alumnas le preguntaran si alguien le había hecho daño.
Estaba harto de preocupar a todos, de que le tuvieran lástima, de llorar en cada rincón que le recordara a Jin, que la comida de todos los días le supiera amarga porque no estaba con él. Ya estaba harto. Cansado. Ya era hora de dejar de sentirse derrotado.
Él mismo había decidido dejarlo ir, ¿cierto? ¡Entonces por qué tenía qué estarse lamentando todavía por su decisión! Debía ser fuerte y seguir adelante y, también, dejar a Ueda y Maru hacer su vida como quisieran. No quería ser una carga para ellos.
Cierto día, Kame les dijo a ambos que si querían vivir juntos, podían hacerlo. También le dolía tener qué verlos queriéndose comer a besos, con la mirada o simplemente, impacientes por tener sus noches de intimidad.
¿Hacía cuántas veces Maru no regresaba a su departamento? Prácticamente se había mudado con ellos para cuidarlos de Ryo, quién no había regresado a buscar a Ueda. No era justo… para ninguno de los dos.
Ueda y Maru no aceptaron de primeras, pero debido a la insistencia de Kame y también a que les dijo cómo se sentía al respecto, fue que aceptaron mudarse (y después de mucho discutirlo, porque Ueda se negaba a dejar a su amigo solo en el departamento cuando todavía estaba triste).
Así pues, sintiendo que el corazón se le partía por segunda ocasión, vio partir a Ueda con dificultad. Pero de nuevo se dijo, que era su decisión y ahora no debía echarse para atrás. Tenía
qué comenzar una nueva vida, desde cero… y si significaba ver a Ueda de vez en cuando, olvidarse de Jin y continuar en el mismo lugar dando clases… entonces lo haría. Tenía qué hacerlo más por sí mismo que por los demás.
-Tadaima! –se anunció Maru al llegar a su departamento.
No recibió respuesta pero vio las luces encendidas, así que Ueda debía estar en el lugar. Pasó de largo hasta llegar a la sala donde dejó su portafolio en el sofá largo y miró hacia la ventana que daba a la cocina, donde vio a Ueda preparando la comida, muy absorto en el arte culinario.
Sonrió divertido y se acercó cautelosamente, sin hacer ruido, entrando por el arco que daba a la cocina. Pensó en asustarlo, pero podría ser peligroso debido a que su novio estaba en frente de los fogones. Sería más dulce de su parte una caricia tímida en su espalda, un beso en el cabello, el cuello o…
-¡Yu-Yuichi, me asustaste! –dijo Ueda al sentir los brazos del mayor rodeándole la cintura y sus labios sobre su cuello, besando y olfateando.
-Gomen –susurró dándole otro beso en el cuello y después en la mejilla-, es que no me respondiste.
-No te escuché llegar –sonrió recargándose en su pecho y continuando con la comida.
-Lo noté. Estás muy concentrado, ¿ne? ¿Tienes hambre? –le quitó los palillos y comenzó a mover él mismo las verduras que su novio freía sobre la sartén.
-No, pero pensé que tú sí. Últimamente llegas con mucha hambre. Son días difíciles, ¿verdad?
-Son parciales, por eso es que me tardo en regresar –apagó el fuego y tapo la comida, dejando los palillos en la encimera.
-Sí, ya me habías dicho –miró a Maru con una sonrisa poco usual en él.
-¿Qué? –preguntó sintiéndose nervioso por eso.
-Nada~ -le dio un cortísimo beso en los labios, que a Maru le supo juguetón y tierno-. Solo me siento afortunado de tener un novio tan responsable.
Maru dejó escapar una risita divertida, pensando que Ueda era tan adorable cuando quería. Era una persona llena de sorpresas y eso solo hacía que lo quisiera cada día más. Era fácil de amar, porque se daba a querer de muchas formas. Sin duda, la persona más interesante de la que se había enamorado.
-Mmm~… -Ueda gimió con reproche mientras hacía un puchero de reclamo- ¿No es ahora cuando me gano un beso de tu parte por ser tan lindo?
El mayor volvió a reírse por tales ocurrencias, pero sobre todo, por su lindo egocentrismo. Le cumplió el capricho, mientras que su novio recibía los besos con una enorme sonrisa y los devolvía juguetonamente, provocando que Maru lo volteara contra la encimera y se sostuviera en la misma para no dejarlo escapar.
Ueda no reprochó, solo se dejó besar y tomó las mejillas de su novio con ambas manos para alargar los besos tanto como quisiera. Disfrutaba tanto de los besos de Maru que poco podía dar crédito a que fueran verdaderos.
-Te quiero… -susurró Ueda rodeándole el cuello cuando sintió las manos de su novio en su cintura.
-Yo también –cuando se comportaba así, para Maru era imposible no sentir la necesidad de besarlo.
-¿Sabes? Quisiera que Kame-chan tuviera ésta misma tranquilidad pero… -se separó mirando a Maru a los ojos, sintiendo que su corazón le reclamaba por separarse- Me preocupa que se haga el que no siente nada… -Maru lo observaba con una expresión preocupada, aquella que tanto amaba por su sensibilidad.
-Solo está intentando hacer algo por sí mismo. Deja que se recupere poco a poco. Él mismo me ha dicho que está cansado de sentirse mal. Quiere volver a ser el que conociste –le dio un beso en la punta de la nariz para reconfortarlo.
-Yuichi… -lo detuvo cuando iba a besarlo en los labios, sintiendo de repente un miedo horrible de perderlo- no quiero perderte…
-¿Eh? ¿Por qué dices eso? No lo harás –le sonrió preocupado, pero entonces las manos de Ueda llegaron a rostro y besó sus palmas para hacerlo sentir que toda su relación era real.
-De alguna forma… -abrazó a Maru por la cintura y apoyó su mejilla contra su pecho, mirando a un punto fijo en la cocina, pero sin poner atención a ello- puedo comprender cómo se siente…
El mayor le devolvió el abrazo por su espalda, besando su cabello y poniendo atención a sus palabras.
-De estar en su lugar, creo que me pondría igual… Sería algo que no podría soportar. Sería tan difícil no verte… -se alejó un poco para poder verlo a los ojos, sintiendo miedo de solo pensar en estar en la misma situación que Kame- Saber que quizá me odias, que te decepcioné… comprender que…
Pero Maru no lo dejó terminar y besó sus labios para hacerlo sentir más protegido, más seguro. No tenía por qué pensar esas cosas. Nada de eso había sucedido y además, no era necesario pensar en un futuro que quizá no era tan cruel. Él tampoco quería pasar por lo mismo que Jin, y sobre todo, tampoco podría perdonarse el hacerle el mismo daño a Ueda, porque no era justo hacerlo sentir como un cobarde. No lo era.
Por su parte, Ueda le respondió el beso sintiendo un apretado nudo en la garganta. Bastó solo imaginarse como Kame, escuchando a Maru decirle las mismas palabras crueles, para que sintiera una profunda desesperación dentro de su pecho. Sería una de sus peores pesadillas, sería terrible para él, que su Maru no quisiera siquiera verlo.
-No pienses eso… No pasará porque… estamos juntos… y ambos sabemos lo que queremos. No nos negamos lo que sentimos… -volvió a besarlo, pero ésta vez fue un beso corto pero muy tierno y lento- No tengas miedo… Aquí estoy. No voy a dejarte.
Ueda asintió y volvió a colgarse a su cuello para darle otro beso igual.
-¿Quieres… cenar? –preguntó apenas abriendo sus ojos al separarse de aquel beso, pero dejando tan poca distancia entre ambos, que Maru volvió a besarlo acariciándole con gentileza la espalda. Después, llevó sus manos a la cintura de Ueda y lo cargó para sentarlo en la encimera y continuar besándose así. Debido a ello, Maru tuvo qué estirarse un poco para alcanzarle mejor los labios a su amante, mientras que Ueda bajaba un poco la cabeza para evitarle tanto trabajo.
-Sí… -fue lo único que contestó Maru al sentir que su novio lo despojaba del saco del traje negro, pasando después a deshacerle la corbata y tirarla en la misma dirección que la prenda anterior.
Mientras Ueda y Maru retozaban apasionadamente en su cocina, Kame caminaba por la ciudad, mirando los escaparates de las tiendas cercanas al apartamento y pensando qué podía comer esa noche. No tenía ganas de preparar algo para cenar.
Caminó varias calles, llegando al parque desierto donde él y Ueda solían salir a platicar cuando hacía mucho calor en verano. Se quedaban hasta altas horas de la noche hablando, riendo, hasta comiendo en las bancas y los juegos infantiles. Eran de aquellas noches que de verdad extrañaba con su amigo, pero… ahora él se encontraba con su novio, feliz y más seguro.
Sonrió con melancolía y se acercó al juego de las barras, recordando que había sido el mismo Ueda quién le había enseñado cómo dar vueltas en ellas. Se sentó en una, sintiendo el incómodo frío del tubo, pero no se bajó. Miró a su alrededor y descubrió que todo estaba igual que antes, incluso el gran árbol donde Ueda había tallado el nombre de Ryo. Se preguntaba si seguiría ahí.
Pensó entonces, que él nunca tallaría el nombre de nadie en algún sitio. Nunca sabías cuándo esa persona podría dejar de amarte, y entonces, ese recuerdo inmortalizado en la corteza de ese árbol (por tomar un ejemplo), se convertiría en un doloroso pasado del cuál, quizá, no querría recordar.
Se bajó de las barras, queriendo saber si continuaba ahí el nombre de Ryo. Buscó el sitio que poco recordaba dónde era, hasta que al fin lo encontró: más o menos a una altura de un metro con veinte centímetros, podía verse el único kanji, parecido al de Norte. Solo que había algo que lo desconcertaba… estaba tachado, como si alguien hubiera llegado y con algo muy filoso, hubiera hecho varias incisiones en la corteza con el único fin de que el kanji quedara irreconocible.
No supo por qué, pero le entró temor al ver aquel nombre con semejantes heridas. Casi podía sentir la cólera de la persona que había hecho eso. De inmediato pensó que pudo haber sido el mismo Ryo pero… él no sabía sobre eso. Ueda dijo que de llegar a saberlo, hasta se llevaría el árbol a casa para ponerlo en su jardín (claro que era broma).
Se retiró rápidamente y se dio media vuelta para ir a la tienda más cercana y comprar algo para comer, pero… Se escondió de inmediato detrás del tronco: dos personas pasaban por el lugar.
Takako jalaba el brazo de Jin con insistencia, mientras que le mayor asintió con la cabeza. La chica se emocionó y tomó sus mejillas para bajarlo a su altura y darle un beso que a Kame le pareció largo.
El menor no pudo hacer más que esbozar una mueca de dolor y sentir que el corazón volvía a dolerle mucho. Se reclamó por sentirse mal porque… ¡porque había decidido olvidarse de él! Movió la cabeza en forma negativa y les dio la espalda, evitando mirarlos más.
Decidió irse a los pocos segundos, si se quedaba más tiempo iba a sentir de verdad que no podía soportarlo, su voluntad se quebraría. Pero… su error fue mirar hacia un lado, donde estaban las barras donde Ueda y él solían platicar, entonces los vio sentados ahí, solo hablando: Takako se recargó en el hombro de Jin y éste sobre su cabeza, abrazándola por los hombros.
Suficiente. Suficiente para él. Debía regresar a casa para cenar y acostarse. Se daría una ducha fría para pensar más que en congelarse que en esa escena que…
Jin buscó el rostro de Takako y le besó los labios largamente, gesto que le pareció tan tierno debido a que los movimientos del mayor eran lentos y delicados, tan suaves que le provocó recordar aquel beso que se dieron en el salón de clases, cuando Jin intentaba calmarlo.
Genial. ¡Todo iba estupendo! Eso ayudaba a que le quedara claro que no quería nada con él, que prefería quedarse con Takako. Mucho mejor, ¿no? Era buena señal, lo que esperaba para no hacerse más ilusiones con Akanishi Jin. Al final, respetaba esa relación, ¿cierto? Así era como quería que las cosas funcionaran, ¿ne? Jin con Takako y él, buscando una nueva chica de quién enamorarse, ¿o no?
Pero eso no quería decir que le doliera menos… Y entonces, de nuevo, sintiendo el mismo dolor que antes… comenzó a derramar lágrimas que se limpiaba rápidamente con el dorso de su brazo. Quiso regresar a casa, de verdad quería hacerlo, pero las piernas no le funcionaban… así que se deslizó por el tronco del árbol y quedó sentado en la tierra, llorando de desesperación, decepción, dolor y sobre todo, enfado consigo mismo de hacerse el fuerte y terminar siendo un niño llorón y débil.
Qué decepción…
meiii.pindy- Mensajes : 77
Fecha de inscripción : 11/03/2011
Edad : 32
Localización : Santiago de Chile
Re: SENSEI (AKAME) cap 27 al 35
enserio? enserio es este fic? creo que voy a llorar de la emocion T.T siiiii es sensei!!!!
lo lei si al fin un nuevo capi kame!! pobrecito que mal lo pasa aaahhh jin es un baka en cualquier fic pero aahh quiero la conti!! no tardes en subirla porfis espere mucho por este capi T.T
lo lei si al fin un nuevo capi kame!! pobrecito que mal lo pasa aaahhh jin es un baka en cualquier fic pero aahh quiero la conti!! no tardes en subirla porfis espere mucho por este capi T.T
Nyaomi- Mensajes : 543
Fecha de inscripción : 02/07/2011
Edad : 33
Localización : Recorriendo la Johnny's ^^
Re: SENSEI (AKAME) cap 27 al 35
WA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
HE ESPERADO ESTE CAPI MAS DE LO K KAME HA ESPERADO QUE VUELVA JIN!!!!!!!!
AUN NO LO LEO, PERO KISE COMENTAR ANTES MI GRAN FELICIDAD!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!1
GRAX X CONTINUARLO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!1
GRAX
GRAX
HE ESPERADO ESTE CAPI MAS DE LO K KAME HA ESPERADO QUE VUELVA JIN!!!!!!!!
AUN NO LO LEO, PERO KISE COMENTAR ANTES MI GRAN FELICIDAD!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!1
GRAX X CONTINUARLO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!1
GRAX
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DANNYKAZU- Mensajes : 627
Fecha de inscripción : 29/06/2011
Edad : 37
Localización : en el caparazon de kazu
Re: SENSEI (AKAME) cap 27 al 35
ayyyyy! me muero, me entierran, resucito y mevuelvo a morir!!! me pase por si acaso por aqui (esto de tener u en paro) y me encuentro con estoooo...que alegria! gracias meiii.pindy y a la creadora del fic!!!! esto lo comenze en España y ahora lo termino en mi pais...GRACIAAS!!!
P.D:meiii.pindy porfavor omite mi mp ^/////^, fui presa de la desolacion xP jajaja.
bye!
P.D:meiii.pindy porfavor omite mi mp ^/////^, fui presa de la desolacion xP jajaja.
bye!
aliz_kasanugi- Mensajes : 14
Fecha de inscripción : 07/01/2011
Re: SENSEI (AKAME) cap 27 al 35
aliz_kasanugi escribió:ayyyyy! me muero, me entierran, resucito y mevuelvo a morir!!! me pase por si acaso por aqui (esto de tener u en paro) y me encuentro con estoooo...que alegria! gracias meiii.pindy y a la creadora del fic!!!! esto lo comenze en España y ahora lo termino en mi pais...GRACIAAS!!!
P.D:meiii.pindy porfavor omite mi mp ^/////^, fui presa de la desolacion xP jajaja.
bye!
kajkaj no tr preocupess te entiendo mucho a mi tambn me ha pasado y bueno me pone muy feliz todos sus comentarios
yo tambn le doy graxias a la creadora por dejarme continuarlo en serio ella es una gran persona
y bueno no keda mas decor k lo disfruten mucho! ^^
meiii.pindy- Mensajes : 77
Fecha de inscripción : 11/03/2011
Edad : 32
Localización : Santiago de Chile
Re: SENSEI (AKAME) cap 27 al 35
Bueno aki les dejo otro
disfrutenlo!! ^^
-Bien, ya que estamos todos aquí… -el Director dejó de hablar en cuanto vio a Kame con tapabocas- ¿Qué le ocurre, Kamenashi-sensei? No me diga que está enfermo de nuevo.
-Lo siento mucho, jefe. Pero no me siento mal, es solo por precaución –contestó el chico avergonzado.
-Debería ir con el médico para que le recete vitaminas. Se enferma usted muy seguido –movió la cabeza negativamente.
-Lo siento –volvió a inclinarse al ver que sus compañeros estaban preocupados.
-Escúchenme bien –miró su reloj y luego hacia su puerta.
-Ohayou gozaimasu! –saludó Jin al momento de entrar en la sala de docentes.
-Ohayou, senpai! ¡Bienvenido de vuelta! –dijo Machiko muy contenta de verlo de nuevo en las instalaciones.
-¿Llego tarde? –preguntó acercándose al grupo reunido de profesores después de arrojar sus cosas a su lugar.
-No, llegas a tiempo –le dijo el Director con una sonrisa.
Kame no se animó a voltear, así que continuó con la mirada baja. Ya había trabajado mucho en no deprimirse en los últimos días como para que su corazón lo traicionara en ese momento.
-Vamos a ver… -el jefe sacó una hoja que tenía en frente, dentro de una carpeta amarilla- Como todos saben, tenemos un nuevo miembro dentro de la institución. Últimamente el número de estudiantes se ha incrementado y no podemos darnos el lujo de cargarnos con trabajo de más o darles más horarios de los que puedan cubrir, así que he contratado a un nuevo maestro.
Los profesores se mantuvieron en silencio y Kame se animó a levantar la cabeza. Miró de reojo a su lado, pues Jin se había quedado de pie ahí no encontrando mejor lugar (para opinión del menor). Se dio cuenta que estaba un poco más delgado y el cabello le había crecido…
Movió la cabeza y enfocó la mirada en el Director, captando la atención de Jin, que lo observó de soslayo pensando que ya esperaba que lo mirara, solo que tampoco se sentía tan a gusto estando a su lado. Continuaba molesto con él aún sino lo aceptaba.
-Kamenashi-sensei –el Director lo llamó y el chico atendió-, las clases de japonés van bastante bien. Los alumnos no se han quejado para nada y así mismo, han entrado más gracias a recomendación de tus alumnos. Buen trabajo.
-Ah, arigatou! –se inclinó emocionado de escuchar eso. Al menos una buena noticia en todo el día.
-Debido a que abriremos más grupos, quizá dos más… no puedo cargarte todas las clases porque ya tienes inglés también, entonces sería demasiado pesado pero… con el nuevo maestro todo se complicará menos –el jefe miró hacia su oficina y los demás profesores esperaron a que volviera a hablar-. Ya puedes pasar.
En ese momento, entró un sujeto con el cabello rapado y un portafolio rojo bajo el brazo. Vestía traje, bastante elegante para ser el primer día de clases.
Kame ladeó la cabeza al parecerle curioso el sujeto, y Machiko se tapó la boca para evitar una risita por la sorpresa, no porque le pareciera ridículo su atuendo.
-Preséntate, por favor –dijo el Director.
-Me llamo Tanaka Koki y soy egresado de la Universidad de Tokio. Hace ya dos años que terminé la carrera y tengo veinticuatro años. Llevo ejerciendo mi carrera de forma particular, pero debido a que el Director Ooshima y yo nos conocemos desde hace tiempo, me pidió que viniera a echarles una mano. Domino cinco idiomas, pero vengo especialmente a ayudar en lengua japonesa –muchos se quedaron con la boca abierta al escuchar su presentación, donde el chico no tomó ni una sola bocanada de aire para dejar todo salir. Era como si tuviera preparado su discurso de presentación-. Yoroshiku onegaishimasu!
Movido por la impresión, Kame fue el primero en aplaudir y los demás lo imitaron después de salir de su estupefacción.
Jin aplaudió de mala gana cuando vio la expresión de todos por recibir a un presumido en el cuerpo de profesores. Algo le decía que no iba a llevarse para nada bien con ese sujeto y más porque… Le caía mal, punto.
-He decidido darle el cargo de Presidencia del Departamento de Lengua Japonesa. Espero no te moleste, Kamenashi-sensei –dijo el Director con suavidad esperando que el menor no fuera a oponerse o a montar algún número.
-Ah… ¿Por qué? –ese cargo era suyo. No entendía qué había hecho mal para que se lo quitara. Aunque… era el único que daba clases de japonés pero…
-He visto que últimamente tienes muchas presiones y no me gustaría que enfermaras más, por eso… por un tiempo creo que sería buena idea –explicó el hombre, ganándose algunas miradas de inconformidad de Machiko y Maru, pero Kame comprendía a qué se refería.
-Ah… Si lo siente así, Director, entonces no objetaré –contestó bajando la cabeza un poco deprimido. Viera del modo en que lo viera y como se lo dijeran, había sido relevado de su cargo. El ascenso que había ganado… ahora…
-Bueno… A sus lugares. ¡A trabajar que ésta escuela no se paga sola! –incitó el Director quién se llevó a Koki dentro de su oficina para hablar de los pormenores de cada salón y para que después, fuera con Kame a tomar las riendas y los papeles del Departamento de Lengua Japonesa.
Jin hubiera dicho algo antes, pero había decidido alejarse de Kame como él lo había pedido. Así que sin decir nada más, se fue a su escritorio y comenzó a ponerse al corriente sobre lo que pasó en las semanas que estuvo ausente. Sonoda-sensei le había dejado un amplio reporte en su escritorio.
-… Kamenashi-sensei… -lo llamó Machiko tomándole el hombro para llamar su atención ya que lo veía ido.
-Ah, ¿hai? –le sonrió intentando fingir que no le dolía el relevo.
-No me parece justo. Has trabajado mucho por tu puesto y ahora… Deberías hablar con el Director. Ese puesto te pertenece porque te lo has ganado –aconsejó haciendo un puchero de inconformidad.
-Usualmente no discuto las decisiones del jefe, pero estoy de acuerdo con Hiromiya-sensei –agregó Maru frunciendo la boca debido a que quería olvidar el trago amargo de las palabras del Director-; Kamenashi-sensei, no debiste quedarte callado.
-… Sería de mala educación quejarse en frente de Tanaka-sensei, ¿no? –cuestionó Kame esbozando una sonrisa triste.
-¡Hey, ustedes! –los llamó Sonoda levantándose de su lugar- ¡A trabajar, ¿no escucharon?!
-¡Pero, Sonoda-sensei! ¡Hasta a ti te parece injusto! –reclamó Hiromiya mirando a la mujer con un dejo de molestia.
-Por más que nos moleste, si él no hace nada las cosas no van a cambiar. Es su problema, no el nuestro –entendía que estaba siendo quizá muy dura, pero era la verdad. Ella apreciaba mucho a Kame, pero no podían estarlo defendiendo todo el tiempo.
-… Sonoda-sensei… -Machiko sintió aquellas palabras muy fuertes. De haber sido ella, quizá ya se habría puesto a llorar pero…
-Estoy bien, después de todo, es solo por un tiempo. Me esforzaré y recuperaré mi puesto –dijo Kame a Machiko y Maru, quienes sonrieron y asintieron.
-¿Con ese ánimo patético quieres recuperarlo? –la voz de Jin apagó los ánimos de los tres profesores.
Kame sintió aquellas palabras como el hielo, encajándose en su corazón, rasgándolo a hiriéndolo tan profundamente que apretó los labios para no decir algo al respecto. Ni siquiera lo saludaba, pero llegaba a echarle en cara que tenía los ánimos por los suelos… ¡Pues sí, era así! ¡Y no era más que culpa suya y de su estúpido orgullo!
Maru y Machiko se sorprendieron al escucharlo. La chica no creía que Jin, el profesor que consentía tanto a Kame, estuviera atacándolo de modo tan… Mientras que Maru sabía perfectamente que actuaba como un idiota despechado.
-Te daré un consejo, Kamenashi-sensei –Jin continuaba arreglando sus cosas-: ¿quieres tu puesto de nuevo?, entonces no le des motivos al Director de quitártelo. En vez de llenarte la boca de palabras, pon manos a la obra.
Nadie dijo una sola palabra debido a que las palabras de Jin eran muy fuertes.
-Con pucheros no arreglas las cosas –se levantó y tomó unas hojas para dirigirse a dar sus clases, dejando la sala de profesores en un profundo ambiente de tensión e incomodo.
-¿Qué le pasa? –dijo el Presidente de Coreano molesto porque su comportamiento había sido demasiado arrogante.
-¡Akanishi-sensei! –lo llamó Sonoda que hasta a ella le parecía excesivo el trato con tan poca misericordia. Sabía que había qué decirle eso a Kame pero… había formas de hacerlo.
Maru estaba harto. Cansado de la actitud petulante de Jin y sobre todo, de ver llorar a Kame. Quizá era su amigo de toda la vida, pero sabía cuándo estaba comportándose como un idiota y lastimando a personas que ya tenían suficiente. Kame estaba dando mucho de sí mismo para recuperarse… el único que sufría no era él, sino también el menor.
-¡Nakamaru-sensei! ¡Los asuntos personales no se arreglan aquí! ¡Regrese! –pero Maru no le hizo caso a Sonoda y fue directamente detrás de Jin. Ya estaba bien de hacerse el fuerte y despechado.
-… Kamenashi-sensei… ¿estás bien? –preguntó Machiko al verlo con los ojos llenos de lágrimas.
-Hai… Lo siento, es que tiene razón pero… -esbozó una sonrisa triste y desvió la mirada- No pasa nada. Trabajaré, ¿ne? Ganbarimasu –y dicho esto, se fue a su lugar.
Machiko lo observó. En los pocos meses que estaba trabajando ahí, no se imaginaba verlo tan deprimido. Casi sentía como si su mismo corazón doliera. Y más que nada… le desconcertaba que Jin, a quién más admiraba, se comportara tan soberbio. ¿Qué rayos le pasaba?
-¡Jin! –detuvo el elevador poniendo su mano de por medio entre las puertas que estaban por cerrarse.
-¿Qué pasa? –preguntó tranquilo, sabiendo perfectamente a qué iba, pero prefería hacerse el tonto.
-Lo mismo quiero preguntarte, ¡¿qué te pasa a ti?! –se adentró en el aparato y dejó que las puertas se cerraran- ¡¿Por qué eres así?! Si vas a ignorarlo, de acuerdo… ¡pero ya basta, ¿quieres?! ¡Mucho ya ha tenido qué llorar estos quince días como para que encima vengas a echarle por la borda todos sus esfuerzos por sentirse mejor!
-Maru… ¿y te has preguntado cómo me siento yo? –cuestionó Jin enojándose en serio por las palabras de su amigo.
-¡Claro que sí! Sé que no te es fácil, pero… Jin, tú mismo lo cortaste, ¿te acuerdas? Lo llamaste cobarde y que sentías haberte enamorado.
-¡El que me cortó fue él! –contestó Jin muy enfadado.
-¡Y ni siquiera sabes lo que le costó! –recordó las veces en que lo había encontrado muy triste en la cafetería, cuando intentaba hacerlo reír sin mencionar o parecerse a Jin. Había sido un trabajo muy duro intentar hacerlo sonreír… cosa que Jin nunca intentó después de irse.
-Maru, ¿de qué lado estás? –Jin no podía creer que su propio mejor amigo estuviera poniéndose del lado del menor. Ni siquiera preguntaba cómo se sentía él.
-Quiero ser neutral, Jin… pero no puedo viendo cómo te portas –intentó recobrar la paciencia que le hacía falta- ¿Qué hay de la bonita amistad que tenían los dos? ¿Ahora te importa cero solo porque te rechazó? ¿Solo lo quieres para comértelo a besos, para tener sexo, para verle su cara bonita cuando te plazca? ¿Que sea solo para ti? ¿Para eso te acercaste a él?
-¡Maru, no te permito que…!
-Jin, entiéndelo… Kame-chan te admiró desde un principio. Quería ser como tú, por eso cuando comenzaste a ser su amigo se ilusionó tanto contigo. Eras como… un ángel para él. Lo cuidabas, le ayudabas, hablabas con él, no lo dejabas solo. ¡Le dijiste que querías que fuera un buen profesor, ¿cierto?! –Jin no pudo contestar a eso. No tenía idea de lo mucho que significaba para Kame- Él estaba solo cuando llegó y tú de inmediato le tendiste la mano aunque lo regañaras el primer día. ¿Sabes lo que significa eso?
El mayor tuvo ganas de llorar al escuchar todas esas palabras. De repente se sintió como un idiota resentido. Había abandonado a Kame solo por un rechazo, solo porque se negaba a andar con él y botar a Takako, valiéndole todos los sentimientos, lo difícil que había sido tomar esa decisión.
Claro que lo pensó en esos días de ausencia pero… solo lograba llegar a la conclusión de que Kame era un miedoso… cuando ahora se daba cuenta que, era más valiente por querer soportar solo todo ese dolor de tener qué dejarlo ir.
-No tienes ni la menor idea de todo lo que ha tenido qué soportar, Jin –Maru tuvo qué contenerse para no llorar. Había llegado a apreciar a Kame en los pocos días que estuvo cuidándolo y de verdad le dolía verlo todos los días intentando no estar triste. Le enternecía verlo luchar por sí mismo, pero… era doloroso verlo caerse cuando no podía más, intentando levantarse. ¿Era tan difícil comprender eso?-. Está luchando, COMPLETAMENTE SOLO. Se ganó el puesto que acabas de escuchar que le quitaron, aún sintiéndose abatido y sin ganas de continuar, pero luchó por el mismo. Dio clases aguantándose las lágrimas. Caminó por aquí recordando tu sombra… ¡Y tú te fuiste! ¡Tú no tuviste que ver los lugares donde pasaron juntos todo este tiempo, sin ti, Jin! ¡Piensa cómo se siente eso!
-Yucci… -quiso decir algo pero… no se le ocurría qué.
-Le dijiste que sentías conocer a alguien tan cobarde, pero yo te digo una cosa…
El elevador se detuvo y el “DING!” se escuchó. En poco se abrirían las puertas.
-El más cobarde fuiste tú, porque te largaste…
-¡Yo tenía trabajo qué hacer, Yucci!
-Y Kame también, y siguió solo, preguntándose a dónde habías ido porque no sabía sobre que no vendrías éstas semanas. Estuviste fuera de la ciudad, debiste pensar las cosas… pero ni siquiera le diste una llamada…
-Su decisión fue no vernos, ¿cierto? –se defendió Jin al sentir que estaba siendo juzgado muy injustamente por Maru.
Las puertas del ascensor se abrieron, dejando ver el pasillo desierto a los salones.
-¿Por qué iba a buscarlo? Yo le dije que…
-¿Y desde cuándo sigues tus decisiones de “No nos volveremos a ver si es lo que deseas”? ¡Nunca! Acepta entonces que de verdad tienes miedo.
-Estoy molesto, Yucci, y no creo que nosotros tengamos qué discutir este asunto –suspiró saliendo del ascensor.
-Lo tratas así porque ya no quieres que se te acerque, ¿ne? Porque ya no quieres que te haga más daño, por eso te alejas –Maru permaneció dentro del ascensor sintiendo enfado de que las cosas no pudieran ser más sencillas.
-Solo hago lo que él quería –seguía enfadado, por eso lo trataba así y… por lo que decía Maru también. Pero no era fácil, volver a verlo enfermo, más delgado que antes y… con aquella expresión de decepción en el rostro. Tan poco protegido… No iba a decirle que sintió la necesidad de abrazarlo, de regañarlo por descuidarse…
-Jin, te diré algo –Maru puso las manos para que las puertas no se cerraran-: si continúas así, tú sí vas a cometer el error que yo por poco cometo con Suzuki-sensei. Piénsalo bien…
Entonces se asustó. Volteó con Maru cuando las puertas del ascensor se estaban cerrando y quiso decirle que no pasaría nada de eso pero… ¿a quién engañaba? ¡Claro que sucedería! Iba por el mismo camino pero… no quería ver a Kame de nuevo con la misma expresión, con las mismas crisis, sin poder dejar de llorar y…
-Por más que trate… solo le hago daño, Yucci… Es lo que no entiendes –susurró cuando ya no pudo ver a Maru porque las puertas metálicas se cerraron-. Le hago daño estando cerca… le hago daño estando lejos… Queriéndolo y no… ¿Qué se supone que haga entonces?
-¿Y este es el programa del idioma? –preguntó Koki sentado al lado de Kame.
-Sí –asintió Kame sonriendo, esperando que le pareciera bueno.
-Mmm… -se llevó la mano al mentón para verlo y le dio varias hojeadas antes de darle su punto de vista a Kame- Te has equivocado aquí.
-¿Eh? –sintió ganas de llorar por lo sensible que lo había dejado el comentario de Jin.
-Te faltó aquí el punto –le enseñó las hojas al menor.
-¡Ah, es cierto! –se rascó la cabeza un poco apenado y se rió divertido.
-Es una broma, Kamenashi-sensei –le dijo el mayor al ver que se preocupaba por eso-. No te preocupes, es normal.
-Tanaka-sensei… -Kame esbozó un puchero porque no le gustaba que bromearan con él. A excepción de una persona.
-¡Ya, lo siento! No pongas esa cara –volvió a mirar las hojas y después las puso en la carpeta que Kame le había dado-. Tu plan de trabajo está muy bien.
-¡¿En serio?! –preguntó Kame ilusionado, hasta le brillaron los ojos. Eso lo hacía sentir mucho mejor.
-Sí, en serio –contestó el mayor entrelazando sus manos-. Si agregamos un club de conversación los viernes a las siete, me parece que reforzaremos mejor ese horario.
-¡No es mala idea! –se emocionó al pensar cómo sería un club de conversación y era obvio que a los alumnos les gustaría la idea, porque podrían practicar más que en clase.
-Y… -Kame ladeó la cabeza al notar un tono de nerviosismo en la voz de su compañero nuevo- espero que no me odies. No vine a quitarte tu lugar.
-Ah, descuida, Tanaka-sensei –movió la cabeza en forma negativa poniéndose tenso-. No pasa nada. He descuidado un poco mi trabajo, supongo. De todos modos, no pretendo quedarme como tu secretario –bromeó el menor sonriendo.
-¿Secretario? Mmm~… -desvió la mirada hacia el techo y fingió pensar cosas sucias.
-¡Senpai! –Kame frunció la boca muy apenado y Koki comenzó a reírse.
Pero en ese momento…
“-¡Basta, senpai! –dijo Kame quitándole su cámara- ¡Te dije que no vieras las fotos!
-Cuando dijiste que eran tuyas, no pude evitar mirar –Jin se encogió de hombros sin quejarse de que lo despojaran del aparato.
-Eso no se hace –infló las mejillas y Jin se soltó a reír.”
Apagó su sonrisa al recordar eso y se desanimó mucho. ¿Hacía cuánto no jugaba de esa manera con Jin?
Koki se dio cuenta por su expresión y ladeó la cabeza al notar que se había ido a otro mundo.
-Hey –le tronó los dedos en el rostro-, ¿estás bien?
-¡Ah, sí, sí! Es que de repente recordé que pronto tengo clases. Espero no te moleste que te deje aquí con todo lo del japonés sin explicarte más –Kame se levantó y miró el reloj, dentro de cinco minutos tenía clases con los alumnos de nivel dos de básico.
-Ah, no, descuida –dijo Koki moviendo la mano en forma negativa-. Podré sobrevivir solo.
-Hasta luego, sen… sei –no quería volver a decirle a nadie “senpai” porque Jin volvía a su memoria y… ya no quería sentir su corazón destrozado. Al menos por un tiempo.
Salió de la sala de maestros y se encontró con Maru en el pasillo, a quién saludó y se despidió. El mayor lo vio correr hasta el elevador y sintió pena por él. Abajo estaba Jin, dando clases con un humor de los mil demonios. Esperaba que no fuera muy cruel en caso de encontrárselo.
Aki estaa
la cosa se pone cada vez ,mejor jejejej
disfrutenlo!! ^^
CAP 11
IMA KIMI GA IRU KEDO… BOKU WO… MINAI
(Ahora estás aquí pero… no me… miras)
IMA KIMI GA IRU KEDO… BOKU WO… MINAI
(Ahora estás aquí pero… no me… miras)
-Bien, ya que estamos todos aquí… -el Director dejó de hablar en cuanto vio a Kame con tapabocas- ¿Qué le ocurre, Kamenashi-sensei? No me diga que está enfermo de nuevo.
-Lo siento mucho, jefe. Pero no me siento mal, es solo por precaución –contestó el chico avergonzado.
-Debería ir con el médico para que le recete vitaminas. Se enferma usted muy seguido –movió la cabeza negativamente.
-Lo siento –volvió a inclinarse al ver que sus compañeros estaban preocupados.
-Escúchenme bien –miró su reloj y luego hacia su puerta.
-Ohayou gozaimasu! –saludó Jin al momento de entrar en la sala de docentes.
-Ohayou, senpai! ¡Bienvenido de vuelta! –dijo Machiko muy contenta de verlo de nuevo en las instalaciones.
-¿Llego tarde? –preguntó acercándose al grupo reunido de profesores después de arrojar sus cosas a su lugar.
-No, llegas a tiempo –le dijo el Director con una sonrisa.
Kame no se animó a voltear, así que continuó con la mirada baja. Ya había trabajado mucho en no deprimirse en los últimos días como para que su corazón lo traicionara en ese momento.
-Vamos a ver… -el jefe sacó una hoja que tenía en frente, dentro de una carpeta amarilla- Como todos saben, tenemos un nuevo miembro dentro de la institución. Últimamente el número de estudiantes se ha incrementado y no podemos darnos el lujo de cargarnos con trabajo de más o darles más horarios de los que puedan cubrir, así que he contratado a un nuevo maestro.
Los profesores se mantuvieron en silencio y Kame se animó a levantar la cabeza. Miró de reojo a su lado, pues Jin se había quedado de pie ahí no encontrando mejor lugar (para opinión del menor). Se dio cuenta que estaba un poco más delgado y el cabello le había crecido…
Movió la cabeza y enfocó la mirada en el Director, captando la atención de Jin, que lo observó de soslayo pensando que ya esperaba que lo mirara, solo que tampoco se sentía tan a gusto estando a su lado. Continuaba molesto con él aún sino lo aceptaba.
-Kamenashi-sensei –el Director lo llamó y el chico atendió-, las clases de japonés van bastante bien. Los alumnos no se han quejado para nada y así mismo, han entrado más gracias a recomendación de tus alumnos. Buen trabajo.
-Ah, arigatou! –se inclinó emocionado de escuchar eso. Al menos una buena noticia en todo el día.
-Debido a que abriremos más grupos, quizá dos más… no puedo cargarte todas las clases porque ya tienes inglés también, entonces sería demasiado pesado pero… con el nuevo maestro todo se complicará menos –el jefe miró hacia su oficina y los demás profesores esperaron a que volviera a hablar-. Ya puedes pasar.
En ese momento, entró un sujeto con el cabello rapado y un portafolio rojo bajo el brazo. Vestía traje, bastante elegante para ser el primer día de clases.
Kame ladeó la cabeza al parecerle curioso el sujeto, y Machiko se tapó la boca para evitar una risita por la sorpresa, no porque le pareciera ridículo su atuendo.
-Preséntate, por favor –dijo el Director.
-Me llamo Tanaka Koki y soy egresado de la Universidad de Tokio. Hace ya dos años que terminé la carrera y tengo veinticuatro años. Llevo ejerciendo mi carrera de forma particular, pero debido a que el Director Ooshima y yo nos conocemos desde hace tiempo, me pidió que viniera a echarles una mano. Domino cinco idiomas, pero vengo especialmente a ayudar en lengua japonesa –muchos se quedaron con la boca abierta al escuchar su presentación, donde el chico no tomó ni una sola bocanada de aire para dejar todo salir. Era como si tuviera preparado su discurso de presentación-. Yoroshiku onegaishimasu!
Movido por la impresión, Kame fue el primero en aplaudir y los demás lo imitaron después de salir de su estupefacción.
Jin aplaudió de mala gana cuando vio la expresión de todos por recibir a un presumido en el cuerpo de profesores. Algo le decía que no iba a llevarse para nada bien con ese sujeto y más porque… Le caía mal, punto.
-He decidido darle el cargo de Presidencia del Departamento de Lengua Japonesa. Espero no te moleste, Kamenashi-sensei –dijo el Director con suavidad esperando que el menor no fuera a oponerse o a montar algún número.
-Ah… ¿Por qué? –ese cargo era suyo. No entendía qué había hecho mal para que se lo quitara. Aunque… era el único que daba clases de japonés pero…
-He visto que últimamente tienes muchas presiones y no me gustaría que enfermaras más, por eso… por un tiempo creo que sería buena idea –explicó el hombre, ganándose algunas miradas de inconformidad de Machiko y Maru, pero Kame comprendía a qué se refería.
-Ah… Si lo siente así, Director, entonces no objetaré –contestó bajando la cabeza un poco deprimido. Viera del modo en que lo viera y como se lo dijeran, había sido relevado de su cargo. El ascenso que había ganado… ahora…
-Bueno… A sus lugares. ¡A trabajar que ésta escuela no se paga sola! –incitó el Director quién se llevó a Koki dentro de su oficina para hablar de los pormenores de cada salón y para que después, fuera con Kame a tomar las riendas y los papeles del Departamento de Lengua Japonesa.
Jin hubiera dicho algo antes, pero había decidido alejarse de Kame como él lo había pedido. Así que sin decir nada más, se fue a su escritorio y comenzó a ponerse al corriente sobre lo que pasó en las semanas que estuvo ausente. Sonoda-sensei le había dejado un amplio reporte en su escritorio.
-… Kamenashi-sensei… -lo llamó Machiko tomándole el hombro para llamar su atención ya que lo veía ido.
-Ah, ¿hai? –le sonrió intentando fingir que no le dolía el relevo.
-No me parece justo. Has trabajado mucho por tu puesto y ahora… Deberías hablar con el Director. Ese puesto te pertenece porque te lo has ganado –aconsejó haciendo un puchero de inconformidad.
-Usualmente no discuto las decisiones del jefe, pero estoy de acuerdo con Hiromiya-sensei –agregó Maru frunciendo la boca debido a que quería olvidar el trago amargo de las palabras del Director-; Kamenashi-sensei, no debiste quedarte callado.
-… Sería de mala educación quejarse en frente de Tanaka-sensei, ¿no? –cuestionó Kame esbozando una sonrisa triste.
-¡Hey, ustedes! –los llamó Sonoda levantándose de su lugar- ¡A trabajar, ¿no escucharon?!
-¡Pero, Sonoda-sensei! ¡Hasta a ti te parece injusto! –reclamó Hiromiya mirando a la mujer con un dejo de molestia.
-Por más que nos moleste, si él no hace nada las cosas no van a cambiar. Es su problema, no el nuestro –entendía que estaba siendo quizá muy dura, pero era la verdad. Ella apreciaba mucho a Kame, pero no podían estarlo defendiendo todo el tiempo.
-… Sonoda-sensei… -Machiko sintió aquellas palabras muy fuertes. De haber sido ella, quizá ya se habría puesto a llorar pero…
-Estoy bien, después de todo, es solo por un tiempo. Me esforzaré y recuperaré mi puesto –dijo Kame a Machiko y Maru, quienes sonrieron y asintieron.
-¿Con ese ánimo patético quieres recuperarlo? –la voz de Jin apagó los ánimos de los tres profesores.
Kame sintió aquellas palabras como el hielo, encajándose en su corazón, rasgándolo a hiriéndolo tan profundamente que apretó los labios para no decir algo al respecto. Ni siquiera lo saludaba, pero llegaba a echarle en cara que tenía los ánimos por los suelos… ¡Pues sí, era así! ¡Y no era más que culpa suya y de su estúpido orgullo!
Maru y Machiko se sorprendieron al escucharlo. La chica no creía que Jin, el profesor que consentía tanto a Kame, estuviera atacándolo de modo tan… Mientras que Maru sabía perfectamente que actuaba como un idiota despechado.
-Te daré un consejo, Kamenashi-sensei –Jin continuaba arreglando sus cosas-: ¿quieres tu puesto de nuevo?, entonces no le des motivos al Director de quitártelo. En vez de llenarte la boca de palabras, pon manos a la obra.
Nadie dijo una sola palabra debido a que las palabras de Jin eran muy fuertes.
-Con pucheros no arreglas las cosas –se levantó y tomó unas hojas para dirigirse a dar sus clases, dejando la sala de profesores en un profundo ambiente de tensión e incomodo.
-¿Qué le pasa? –dijo el Presidente de Coreano molesto porque su comportamiento había sido demasiado arrogante.
-¡Akanishi-sensei! –lo llamó Sonoda que hasta a ella le parecía excesivo el trato con tan poca misericordia. Sabía que había qué decirle eso a Kame pero… había formas de hacerlo.
Maru estaba harto. Cansado de la actitud petulante de Jin y sobre todo, de ver llorar a Kame. Quizá era su amigo de toda la vida, pero sabía cuándo estaba comportándose como un idiota y lastimando a personas que ya tenían suficiente. Kame estaba dando mucho de sí mismo para recuperarse… el único que sufría no era él, sino también el menor.
-¡Nakamaru-sensei! ¡Los asuntos personales no se arreglan aquí! ¡Regrese! –pero Maru no le hizo caso a Sonoda y fue directamente detrás de Jin. Ya estaba bien de hacerse el fuerte y despechado.
-… Kamenashi-sensei… ¿estás bien? –preguntó Machiko al verlo con los ojos llenos de lágrimas.
-Hai… Lo siento, es que tiene razón pero… -esbozó una sonrisa triste y desvió la mirada- No pasa nada. Trabajaré, ¿ne? Ganbarimasu –y dicho esto, se fue a su lugar.
Machiko lo observó. En los pocos meses que estaba trabajando ahí, no se imaginaba verlo tan deprimido. Casi sentía como si su mismo corazón doliera. Y más que nada… le desconcertaba que Jin, a quién más admiraba, se comportara tan soberbio. ¿Qué rayos le pasaba?
-¡Jin! –detuvo el elevador poniendo su mano de por medio entre las puertas que estaban por cerrarse.
-¿Qué pasa? –preguntó tranquilo, sabiendo perfectamente a qué iba, pero prefería hacerse el tonto.
-Lo mismo quiero preguntarte, ¡¿qué te pasa a ti?! –se adentró en el aparato y dejó que las puertas se cerraran- ¡¿Por qué eres así?! Si vas a ignorarlo, de acuerdo… ¡pero ya basta, ¿quieres?! ¡Mucho ya ha tenido qué llorar estos quince días como para que encima vengas a echarle por la borda todos sus esfuerzos por sentirse mejor!
-Maru… ¿y te has preguntado cómo me siento yo? –cuestionó Jin enojándose en serio por las palabras de su amigo.
-¡Claro que sí! Sé que no te es fácil, pero… Jin, tú mismo lo cortaste, ¿te acuerdas? Lo llamaste cobarde y que sentías haberte enamorado.
-¡El que me cortó fue él! –contestó Jin muy enfadado.
-¡Y ni siquiera sabes lo que le costó! –recordó las veces en que lo había encontrado muy triste en la cafetería, cuando intentaba hacerlo reír sin mencionar o parecerse a Jin. Había sido un trabajo muy duro intentar hacerlo sonreír… cosa que Jin nunca intentó después de irse.
-Maru, ¿de qué lado estás? –Jin no podía creer que su propio mejor amigo estuviera poniéndose del lado del menor. Ni siquiera preguntaba cómo se sentía él.
-Quiero ser neutral, Jin… pero no puedo viendo cómo te portas –intentó recobrar la paciencia que le hacía falta- ¿Qué hay de la bonita amistad que tenían los dos? ¿Ahora te importa cero solo porque te rechazó? ¿Solo lo quieres para comértelo a besos, para tener sexo, para verle su cara bonita cuando te plazca? ¿Que sea solo para ti? ¿Para eso te acercaste a él?
-¡Maru, no te permito que…!
-Jin, entiéndelo… Kame-chan te admiró desde un principio. Quería ser como tú, por eso cuando comenzaste a ser su amigo se ilusionó tanto contigo. Eras como… un ángel para él. Lo cuidabas, le ayudabas, hablabas con él, no lo dejabas solo. ¡Le dijiste que querías que fuera un buen profesor, ¿cierto?! –Jin no pudo contestar a eso. No tenía idea de lo mucho que significaba para Kame- Él estaba solo cuando llegó y tú de inmediato le tendiste la mano aunque lo regañaras el primer día. ¿Sabes lo que significa eso?
El mayor tuvo ganas de llorar al escuchar todas esas palabras. De repente se sintió como un idiota resentido. Había abandonado a Kame solo por un rechazo, solo porque se negaba a andar con él y botar a Takako, valiéndole todos los sentimientos, lo difícil que había sido tomar esa decisión.
Claro que lo pensó en esos días de ausencia pero… solo lograba llegar a la conclusión de que Kame era un miedoso… cuando ahora se daba cuenta que, era más valiente por querer soportar solo todo ese dolor de tener qué dejarlo ir.
-No tienes ni la menor idea de todo lo que ha tenido qué soportar, Jin –Maru tuvo qué contenerse para no llorar. Había llegado a apreciar a Kame en los pocos días que estuvo cuidándolo y de verdad le dolía verlo todos los días intentando no estar triste. Le enternecía verlo luchar por sí mismo, pero… era doloroso verlo caerse cuando no podía más, intentando levantarse. ¿Era tan difícil comprender eso?-. Está luchando, COMPLETAMENTE SOLO. Se ganó el puesto que acabas de escuchar que le quitaron, aún sintiéndose abatido y sin ganas de continuar, pero luchó por el mismo. Dio clases aguantándose las lágrimas. Caminó por aquí recordando tu sombra… ¡Y tú te fuiste! ¡Tú no tuviste que ver los lugares donde pasaron juntos todo este tiempo, sin ti, Jin! ¡Piensa cómo se siente eso!
-Yucci… -quiso decir algo pero… no se le ocurría qué.
-Le dijiste que sentías conocer a alguien tan cobarde, pero yo te digo una cosa…
El elevador se detuvo y el “DING!” se escuchó. En poco se abrirían las puertas.
-El más cobarde fuiste tú, porque te largaste…
-¡Yo tenía trabajo qué hacer, Yucci!
-Y Kame también, y siguió solo, preguntándose a dónde habías ido porque no sabía sobre que no vendrías éstas semanas. Estuviste fuera de la ciudad, debiste pensar las cosas… pero ni siquiera le diste una llamada…
-Su decisión fue no vernos, ¿cierto? –se defendió Jin al sentir que estaba siendo juzgado muy injustamente por Maru.
Las puertas del ascensor se abrieron, dejando ver el pasillo desierto a los salones.
-¿Por qué iba a buscarlo? Yo le dije que…
-¿Y desde cuándo sigues tus decisiones de “No nos volveremos a ver si es lo que deseas”? ¡Nunca! Acepta entonces que de verdad tienes miedo.
-Estoy molesto, Yucci, y no creo que nosotros tengamos qué discutir este asunto –suspiró saliendo del ascensor.
-Lo tratas así porque ya no quieres que se te acerque, ¿ne? Porque ya no quieres que te haga más daño, por eso te alejas –Maru permaneció dentro del ascensor sintiendo enfado de que las cosas no pudieran ser más sencillas.
-Solo hago lo que él quería –seguía enfadado, por eso lo trataba así y… por lo que decía Maru también. Pero no era fácil, volver a verlo enfermo, más delgado que antes y… con aquella expresión de decepción en el rostro. Tan poco protegido… No iba a decirle que sintió la necesidad de abrazarlo, de regañarlo por descuidarse…
-Jin, te diré algo –Maru puso las manos para que las puertas no se cerraran-: si continúas así, tú sí vas a cometer el error que yo por poco cometo con Suzuki-sensei. Piénsalo bien…
Entonces se asustó. Volteó con Maru cuando las puertas del ascensor se estaban cerrando y quiso decirle que no pasaría nada de eso pero… ¿a quién engañaba? ¡Claro que sucedería! Iba por el mismo camino pero… no quería ver a Kame de nuevo con la misma expresión, con las mismas crisis, sin poder dejar de llorar y…
-Por más que trate… solo le hago daño, Yucci… Es lo que no entiendes –susurró cuando ya no pudo ver a Maru porque las puertas metálicas se cerraron-. Le hago daño estando cerca… le hago daño estando lejos… Queriéndolo y no… ¿Qué se supone que haga entonces?
-¿Y este es el programa del idioma? –preguntó Koki sentado al lado de Kame.
-Sí –asintió Kame sonriendo, esperando que le pareciera bueno.
-Mmm… -se llevó la mano al mentón para verlo y le dio varias hojeadas antes de darle su punto de vista a Kame- Te has equivocado aquí.
-¿Eh? –sintió ganas de llorar por lo sensible que lo había dejado el comentario de Jin.
-Te faltó aquí el punto –le enseñó las hojas al menor.
-¡Ah, es cierto! –se rascó la cabeza un poco apenado y se rió divertido.
-Es una broma, Kamenashi-sensei –le dijo el mayor al ver que se preocupaba por eso-. No te preocupes, es normal.
-Tanaka-sensei… -Kame esbozó un puchero porque no le gustaba que bromearan con él. A excepción de una persona.
-¡Ya, lo siento! No pongas esa cara –volvió a mirar las hojas y después las puso en la carpeta que Kame le había dado-. Tu plan de trabajo está muy bien.
-¡¿En serio?! –preguntó Kame ilusionado, hasta le brillaron los ojos. Eso lo hacía sentir mucho mejor.
-Sí, en serio –contestó el mayor entrelazando sus manos-. Si agregamos un club de conversación los viernes a las siete, me parece que reforzaremos mejor ese horario.
-¡No es mala idea! –se emocionó al pensar cómo sería un club de conversación y era obvio que a los alumnos les gustaría la idea, porque podrían practicar más que en clase.
-Y… -Kame ladeó la cabeza al notar un tono de nerviosismo en la voz de su compañero nuevo- espero que no me odies. No vine a quitarte tu lugar.
-Ah, descuida, Tanaka-sensei –movió la cabeza en forma negativa poniéndose tenso-. No pasa nada. He descuidado un poco mi trabajo, supongo. De todos modos, no pretendo quedarme como tu secretario –bromeó el menor sonriendo.
-¿Secretario? Mmm~… -desvió la mirada hacia el techo y fingió pensar cosas sucias.
-¡Senpai! –Kame frunció la boca muy apenado y Koki comenzó a reírse.
Pero en ese momento…
“-¡Basta, senpai! –dijo Kame quitándole su cámara- ¡Te dije que no vieras las fotos!
-Cuando dijiste que eran tuyas, no pude evitar mirar –Jin se encogió de hombros sin quejarse de que lo despojaran del aparato.
-Eso no se hace –infló las mejillas y Jin se soltó a reír.”
Apagó su sonrisa al recordar eso y se desanimó mucho. ¿Hacía cuánto no jugaba de esa manera con Jin?
Koki se dio cuenta por su expresión y ladeó la cabeza al notar que se había ido a otro mundo.
-Hey –le tronó los dedos en el rostro-, ¿estás bien?
-¡Ah, sí, sí! Es que de repente recordé que pronto tengo clases. Espero no te moleste que te deje aquí con todo lo del japonés sin explicarte más –Kame se levantó y miró el reloj, dentro de cinco minutos tenía clases con los alumnos de nivel dos de básico.
-Ah, no, descuida –dijo Koki moviendo la mano en forma negativa-. Podré sobrevivir solo.
-Hasta luego, sen… sei –no quería volver a decirle a nadie “senpai” porque Jin volvía a su memoria y… ya no quería sentir su corazón destrozado. Al menos por un tiempo.
Salió de la sala de maestros y se encontró con Maru en el pasillo, a quién saludó y se despidió. El mayor lo vio correr hasta el elevador y sintió pena por él. Abajo estaba Jin, dando clases con un humor de los mil demonios. Esperaba que no fuera muy cruel en caso de encontrárselo.
Aki estaa
la cosa se pone cada vez ,mejor jejejej
meiii.pindy- Mensajes : 77
Fecha de inscripción : 11/03/2011
Edad : 32
Localización : Santiago de Chile
Re: SENSEI (AKAME) cap 27 al 35
Waaaaaaaaa.. Estoy en clase y x poco pego un grito en el cielo!!!!!!!
New cap!!!! Hasadaaa yo feliz... U.u y ademas soy la primera..... Considerame fan de tu ficu... Hasaaaadaaa yaaaaa no torturen mi tuga... Si kiere jin... Pues dwnle jin.... Jajajajajajajaja n fin.. Lo leere y volvere a comentar.
Grciaa x la conti
New cap!!!! Hasadaaa yo feliz... U.u y ademas soy la primera..... Considerame fan de tu ficu... Hasaaaadaaa yaaaaa no torturen mi tuga... Si kiere jin... Pues dwnle jin.... Jajajajajajajaja n fin.. Lo leere y volvere a comentar.
Grciaa x la conti
DANNYKAZU- Mensajes : 627
Fecha de inscripción : 29/06/2011
Edad : 37
Localización : en el caparazon de kazu
Re: SENSEI (AKAME) cap 27 al 35
bueno... ahora empezara el suplicio para los dos?? porque no creo que jin tenga intenciones de hablar con kame xDDD
O.o!!!! koki!!!! waaa me huelo kokame ahi... pues no se jin... pero si hay kokame de seguro lo vas a odiar xDD
como viene koki y bajan de cargo a kame!! es injusto!!! solo ha tenido unos dias malos por culpa de cierto bakanishi que no nombrare ¬¬
jin por favor cierra la boca no te metas que ahi si lo vas a deprimir
de verdad jin no te entiendo nunca logro entenderte en ningun fic
eso maru!!!! dale fuerte a ese bakanishi!!! que se entere bien de las cosas fighto!!!!
bien maru bien mas fuerte!!! dejalo K.O aun no esta acabado!!!
great!!!! maru vencio!!! jin quedo plof!! jejeje aun asi parece que no ha sido suficiente tendra que tener lugar una segunda ronda? xDD
koki que considerado pidiendo disculpas a kame ñ_ñ pero kame es bueno ese te perdona fijo no preocupare xDDDD
kyaaaaaaaa quiero mas!! creo que habra kokame!!! siii!!! jin feo siempre te pasa igual kame se va con otro por baka!!!
sube pronto el proximo capi!!!! T.T
O.o!!!! koki!!!! waaa me huelo kokame ahi... pues no se jin... pero si hay kokame de seguro lo vas a odiar xDD
como viene koki y bajan de cargo a kame!! es injusto!!! solo ha tenido unos dias malos por culpa de cierto bakanishi que no nombrare ¬¬
jin por favor cierra la boca no te metas que ahi si lo vas a deprimir
de verdad jin no te entiendo nunca logro entenderte en ningun fic
eso maru!!!! dale fuerte a ese bakanishi!!! que se entere bien de las cosas fighto!!!!
bien maru bien mas fuerte!!! dejalo K.O aun no esta acabado!!!
great!!!! maru vencio!!! jin quedo plof!! jejeje aun asi parece que no ha sido suficiente tendra que tener lugar una segunda ronda? xDD
koki que considerado pidiendo disculpas a kame ñ_ñ pero kame es bueno ese te perdona fijo no preocupare xDDDD
kyaaaaaaaa quiero mas!! creo que habra kokame!!! siii!!! jin feo siempre te pasa igual kame se va con otro por baka!!!
sube pronto el proximo capi!!!! T.T
Nyaomi- Mensajes : 543
Fecha de inscripción : 02/07/2011
Edad : 33
Localización : Recorriendo la Johnny's ^^
Re: SENSEI (AKAME) cap 27 al 35
kyaaaaa!!!! aparecio mi Koki esto se va a poner bueno!!!!
BAKANISHI!!! te odio, no le digas cobarde a mi Kame que más los eres tú.
Pero Maru ya lo puso en su lugar, bravoooo aunque me dio algo de miedo eso de que el nombre de RYo que escribio Ueda en el arbol estaba tachado!!!!
gracias por subir este capi tan pronto!!!
bye!
BAKANISHI!!! te odio, no le digas cobarde a mi Kame que más los eres tú.
Pero Maru ya lo puso en su lugar, bravoooo aunque me dio algo de miedo eso de que el nombre de RYo que escribio Ueda en el arbol estaba tachado!!!!
gracias por subir este capi tan pronto!!!
bye!
aliz_kasanugi- Mensajes : 14
Fecha de inscripción : 07/01/2011
Re: SENSEI (AKAME) cap 27 al 35
quiero conti meii x fis yo crei q no lo podria leer mas pero si muchas gracias de verdad ya quiero saber como sigue, no tardes en subir la conti y gracias a quien corresponda x permitirnos leer este bonito ficu
xiochermm3- Mensajes : 1355
Fecha de inscripción : 07/01/2011
Localización : abrazando a mi kazu
Re: SENSEI (AKAME) cap 27 al 35
Aki va otrooo disfrutenlooo!! y a mas de alguna seguiran mueriendo y reviviendo akjakja
Las horas pasaron y terminó su clase. Cuando un grupo de sus alumnas salió del salón, debido a que las ventanas eran muy delgadas, pudo escuchar su corta conversación…
-Hoy estuvo muy serio, ¿ne? –dijo una chica.
-Sí, como que andaba de mal humor –contestó otra en tono de protesta.
-No tenemos la culpa si tiene problemas. Debería controlar mejor su carácter.
-Tienes razón… -aceptaron las demás.
De haber estado de mejor humor, las detendría y les bromearía con sus propios comentarios, pero lo cierto es que Jin no tenía ni ganas de hablar con los alumnos. Las palabras de Maru lo habían hecho pensar toda la mañana.
Comprendía mucho. Más de lo que su amigo podía entender… es solo que para él era difícil ponerse en el lugar de Kame, porque sí habría luchado por quedarse con la persona que le gustaba, sin importarle si había una mujer de por medio…
Se llevó los libros al brazo y después movió la cabeza. No, no se atrevería.
Salió de su salón y pensó en lo demás que lo hacía sentir culpable a decir verdad. Eso de que Kame se la había pasado casi los quince días llorando por su propia decisión…
Miró las ventanas de los diferentes salones, hasta dar con la cafetería, por donde tenía qué pasar para ir a su siguiente clase. Comenzaba a entender mejor a lo que se refería Maru: ahora que estaba peleado con Kame, pasar por aquellos lugares le traía muchos recuerdos incómodos, sobre todo porque en cada uno de esos pasillos habían hecho algo juntos: alguna sonrisa, comentario, chiste, travesura…
Si al él le dolía tanto el pecho en ese momento, considerándose un poco más fuerte, ¿cómo se sentiría el menor caminando una y otra, y otra vez por los pasillos? Sin duda debía ser doloroso.
Cuando llegó a la puerta de la cafetería, comprendió un poco más aquel dolor. La mesa donde siempre almorzaban estaba vacía y si… se sentaba en ella, creía que se sentiría aún peor… Completamente solo.
Se imaginó dándole un salchipulpo, de esos que le encantaban a Kame, además de comerse las verduras que odiaba. El menor siempre sonreía y se avergonzaba de verlo, pero al mismo tiempo, disfrutaba mucho comiendo a su lado.
¿Cómo habría sido… pasar esos quince días comiendo en el mismo sitio, sabiendo que aquella persona… quizá nunca más quiera volver a vivir la misma experiencia?
-¿Eh? –escuchó la débil voz de quien tenía en mente en ese momento, quizá en el pasillo que estaba doblando el recodo- No importa… Está bien sino vuelve a hablarme, así no destruiré una linda relación…
-Kame-chan, deja de subestimarte, solo te estás haciendo daño –Jin se sorprendió al escuchar la voz de Maru reprendiendo al menor. Primero lo había regañado a él, ahora se dedicaba a hacerlo con Kame, ¿cuál era el punto?-. ¿Sabes lo preocupado que has tenido a Tatsuya? Estoy de acuerdo con él, te estás castigando de un modo muy cruel.
-Quizá lo merezco por haber seducido a Jin… -contestó con debilidad.
El aludido se sonrojó al escuchar aquellas palabras. “Seducción” de la boca de Kame era algo que… provocaba que su corazón latiera rápidamente, y escuchar su nombre sin ningún sufijo le causaba aún más emoción.
-Pero no lo hiciste a propósito, eso es lo que no entiendes. Las cosas entre ustedes se dieron solas, Kame-chan. Jin no buscó quererte y tú tampoco –la voz de Maru se escuchaba tan relajada que a Jin se le antojó maternal.
-Aún así, es mejor si estamos separados, ¿no crees? –cuestionó Kame muy por lo bajo.
Se escuchó un suspiro del mayor y Jin pudo comprenderlo: era desesperante que el menor fuera tan terco con respecto al tema.
-Te haré la misma pregunta que le hice –Jin arrugó el ceño y esperó a escuchar-. ¿Qué esperas de Jin? ¿Qué es lo que quieres de él?
-¿Qué quieres decir? –la voz del menor se escuchó temerosa.
-Solo respóndeme –hubo un pequeño silencio y Maru continuó-: ¿lo quieres como pareja, amigo, compañero de trabajo, conocido, amor platónico…? ¿Cuál, de todas las relaciones humanas que existen, es la que quieres con él?
-… Nakamaru-sensei… -y su voz se escuchó aún más baja, como si le diera vergüenza la misma pregunta.
-No tienes qué responderme a mí… Respóndete a ti mismo: ¿qué quieres de Jin? –insistió con firmeza.
-Me gusta –dijo de inmediato y Jin sintió qué su corazón brincó, sintiéndose feliz pero al mismo tiempo, molesto-, de verdad me gusta mucho. Nunca había conocido a nadie así, que me tratara tan bien y cuidara de mí… Me tendió la mano y me ha ayudado mucho, no solo en el trabajo, sino también como persona.
-… ¿Pero? –preguntó Maru cuando Kame dejó pasar un silencio largo que a Jin le supo a desesperación. Estuvo a punto de interrumpirlos y exigirle a Kame que le explicara qué quería decir con eso.
-No puedo evitar pensar que no merezco estar a su lado… -la voz del menor se quebró y Jin la sintió como si le desgarraran el corazón.
-¿Por qué? –Maru se escuchaba tan desconcertado que no cuidó el volumen de su voz.
-… Porque también estoy destruyéndolo, ¿no te parece?
-¿Qué quieres decir? –Jin murmuró esa pregunta al par que Maru se la hacía a Kame. Ahora no comprendía para nada lo que estaba diciendo.
-Pensaba que solo le hacía daño a Takako-san con mi hipocresía. Sí quiero a mi senpai… Las veces que ha tenido la oportunidad de besarme, he anhelado que lo haga… ¿Eso es ser amigo?... Claro que no. Comencé a sentir remordimientos por mi amistad con Takako-san, pero… en estos días he estado pensando… -suspiró y continuó, dejando a Jin impaciente por acorralarlo contra la pared y besarlo- que no solo estoy destruyendo una parte de la vida de Takako-san, sino también de él.
-¿Destruyendo?
-Sí. Tiene muchos años con Takako-san, si llego yo y me interpongo en su relación… ¿no estaré apagando la vela de una de las épocas más lindas de su vida? Quizá es la velita que dice “felicidad” y es con ella y no conmigo. Tal vez le guste a senpai pero… si ha estado tanto tiempo con Takako-san, es porque son capaces de llevarse bien, vivir juntos… es decir, ser como una pareja normal, ¿no crees? Con sus altibajos pero sumamente felices. Así siempre me lo han parecido –Jin paseó su mirada por el piso y se quedó pensando que, de alguna manera, podía comprender los sentimientos de Kame. Era demasiado noble, tanto que se hacía daño a sí mismo para que los demás estuvieran en paz-. No puedo decirle “Sí, me gustas. Quisiera estar contigo, besarte, abrazarte, decirte todo lo que siento. Deja a Takako-san e intentémoslo. Me muero de miedo, pero sé que estando contigo lo superaré y seré feliz”… No puedo hacer eso, Nakamaru-sensei… porque si todo sale mal… nunca me perdonaré que él la haya perdido solo por intentarlo con… alguien como yo…
-¿Por qué te desprecias así? No te valoras –Maru sintió que estaba tomándolo de ejemplo, pero Kame no era de ese tipo de gente, de modo que ignoró ese dato. Lo que más le molestaba, era el cómo subestimaba sus propios sentimientos… o quizá… pensaba demasiado en el bien de Jin.
-No me desprecio… -el tono de Kame fue más convincente y suspiró- No quiero que senpai dé un paso del cuál después se pueda arrepentir.
-¿Por qué piensas que Jin puede arrepentirse de estar contigo?
-… Porque soy un cobarde… y porque él mismo lamentó enamorarse de mí.
-Kame-chan…
-Con permiso… Debo mostrarle a Tanaka-sensei el resto del programa de Japonés.
Jin se quedó inmóvil, pensando en las palabras de Kame. Sabía que no pasaría por ahí, porque las oficinas docentes estaban en dirección contraria… y aún si el menor tuviera qué caminar por donde él estaba, tampoco se habría movido, porque simplemente se quedó sin palabras.
¿Destruir su vida? De algún modo, lo había pensado antes. Tantas cosas que superó al lado de Takako… No podía hacerle daño a ella después todo lo que vivieron en el pasado. Lo ayudó a controlar sus celos… cuando buscó trabajo y luchó por quedarse en el mismo. Al momento de
salirse de su casa y no seguir estudiando lo que sus padres querían para él… incluso las mismas riñas con Reio.
Podía comprender el punto de vista de Kame. La relación con Takako no había sido sencilla pero… había otra cosa que no analizó al momento de decirla: La palabra época. Era cierto que su novia era una de las cosas más hermosas que tenía en la vida, que adoraba verla por las mañanas, despertar a su lado y mimarla cada que podía… celarla a veces era divertido y más cuando ella hacía pucheros pero… todos esos sentimientos estaban pasando a un plano donde…
“¡La quiero, Jin! ¡Pero no la amo! ¡Nosotros no somos como Takako y tú! ¡No congeniamos tan bien! ¡No la amaba! ¡Lo intenté, de verdad que sí! Pero cada que… Jin, ni siquiera podía hacerle el amor. ¡Besarla me remordía la consciencia! Yo la quiero… pero de forma diferente, Jin. No la amo… No podía casarme con ella y hacerla infeliz.”
Y ahora comprendía mucho mejor aquellas palabras de Maru…
-¿Jin? –lo llamó la voz del profesor de francés que lo había descubierto.
-Yucci…
-¿Estabas escuchando? –apretó los labios, preocupado por lo que Jin pudo sentir.
El mayor asintió aún perdido en sus propios pensamientos, preocupado por cómo debía tomar las cosas de ahora en adelante. Lo peor de todo es que su cerebro ya había asimilado tal “rechazo” de parte de Kame. Comprendía qué tipo de relación quería el menor pero… el problema era que él no estaba muy dispuesto a respetar su petición.
-Lo siento, Jin… Sé que me dijiste que me mantuviera al margen para no pelearnos más por esto pero… odio verlos separados, ¿sabes? También estimo y respeto lo que sientes por Takako-san… pero no nos hagamos tontos. Tú…
-Lo sé, Yucci –sonrió con ironía mientras caminó hacia el salón donde le tocaba la próxima clase-. Yo ya no la amo como antes…
-¿Qué harás? –eso no era nuevo para él, pero sí quería saber qué pasaría de ahora en adelante.
-Trabajar –contestó con una sonrisa desanimada.
-Hablo en serio, Jin –dijo Maru sintiendo un poco de molestia porque Jin no tomaba las cosas en serio.
-Es la verdad –se volteó para hablarle frente a frente y caminar de espaldas-. Si te digo la verdad, por lo que acabo de escuchar, no sé qué hacer. Ahora que veo las cosas desde el punto de vista de Kame… Puedo comprenderlo de alguna manera y por eso me da rabia porque yo busco lo mismo para él –Maru ladeó la cabeza intentando entenderlo-: protegerlo. No quiero lastimarlo, no quiero que mi egoísmo se convierta en su látigo de castigo. Quiero verlo sonreír como antes y hablar como amigos. Si eso le sienta bien, entonces me convertiré en lo que él quiera.
-Pero…
-Incluso si quiere que seamos amantes, estoy dispuesto a decirle que sí –alzó las manos a la altura de sus hombros y después las dejó caer como si estuviera derrotado.
-¿De qué estás hablando? Hace unos días estabas…
-Sí, muy enojado con él –y aún lo estaba pero, se sentía tan confundido que ahora no sabía ni cómo reaccionar, cómo tratarlo o saludarlo…- Tú dime, Yucci, ¿qué debo hacer?
-Para empezar, deberías decirle cómo te sientes. Tú sabes cómo es que ve las cosas, pero él no tiene ni la menor idea –Maru no sabía con quién estaba hablando: si con Jin, o con un sujeto completamente extraño. No era usual ver ese comportamiento en su amigo… Nunca antes se lo había visto.
-Ya no quiero complicarlo. Suficiente ha tenido, me lo dijiste el otro día.
-Jin… -ahora se arrepentía por haberlo regañado tan durante, poniendo a Kame como un angelito que no hacía más que llorar porque lo lastimaban.
-En pocas palabras quiere que las cosas sean como antes, ¿cierto? Entonces seré solo su amigo –sonrió de manera forzada.
-Pero…
-Quién sabe y a lo mejor nos pase como a ti y a Ueda-san. Al final… no pudieron contenerse y terminaron juntos, ¿cierto? –se detuvo en el umbral del salón, donde varios alumnos ya lo esperaban.
-Jin, no metas mi relación en esto. No me parece justo que busques salidas de esa manera –últimamente Jin parecía envidiar su amor con Ueda, es decir, la forma en que los dos se llevaban porque eran muy unidos y cada día se conocían mejor. No le gustaba que utilizara de ejemplo su vida… que tuviera problemas con Kame no quería decir que hablando sobre ello fuera a suceder igual.
-Lo siento –se disculpó sonriendo con pena-. No quise incomodarte… Es solo que…
-Lo entiendo, pero mejor habla con él. Creo que algo mejorará si lo haces –Maru se calmó un poco más. Lo que menos necesitaba Jin era que ahora se enojaran de nuevo.
-Lo tomaré en cuenta pero… dudo mucho hacerlo.
-Piénsalo bien, Jin –insistió Maru y después miró su reloj-. Trabaja si es lo que tienes pensado hacer.
-Hai. Nos vemos después, Maru –el menor respondió con una sonrisa y asintió.
Sin embargo, cuando Jin lo vio partir, volvió a sentir envidia de la relación tan estable que tenía con una persona que había dejado años de relación con su anterior pareja… Se arriesgó y ahora parecía que todo marchaba sobre ruedas. Maru parecía estar complacido a diario y andaba de buen humor siempre… De vez en cuando peleaban, era obvio, pero… en definitiva… Ueda había tomado una decisión muy peligrosa y… todo había salido bien.
Se remangó el suéter y miró su reloj. Ya pasaban diez minutos después de la hora indicada. Se recargó en la palma de su mano y miró por la ventana mientras le daba otro sorbo a su café.
Cuando recibió la llamada, pensó en no hacer caso de la misma porque estaba comenzando a odiarlo, pero debido a que el tema de conversación era su mejor amigo… no pudo negarse.
-¡Ueda-san! Lo siento, se me hizo muy tarde, pero gracias por venir –Jin llegó casi corriendo a la mesa y el menor ni siquiera se levantó para recibirlo.
-Siéntate –fue lo único que le dijo después de suspirar.
Jin tampoco se hizo mucho del rogar y lo hizo de inmediato, después de todo, no tenía mucho tiempo para conversar porque debía regresar al trabajo en poco tiempo. Tendrían qué hablar del problema lo más amenamente posible, aunque por la mirada del menor… dudaba que fuera a ser rápido y sobre todo, agradable.
-¿Qué querías decirme de Kame-chan? –cuestionó Ueda recargándose en la mesa.
-Hace unos días estuve platicando con Maru –Jin había notado que cuando lo llamaba “Yucci”, en frente de Ueda, se ganaba una mirada de recelo, así que prefería llamarlo de otro modo en su presencia- … No quiero que pienses que soy un entrometido… Hay algo que… quiero saber y sé que tú me podrías ayudar.
-¿De qué se trata? –no entendía cómo eso tenía qué ver con Kame.
-Kazu… -pero cortó rápidamente el apodo porque pensó que a Ueda le molestaría que lo llamara de un modo tan familiar después de todo lo que había pasado entre ambos- Kame me contó una vez… que también estuviste al lado de tu ex novio por muchos años.
-Más de los tú tienes con tu novia. Te dijo bien –estaba molesto, y ahora aún más después de descubrir que su amigo había contado detalles de su relación con Ryo. Después tendría qué hablar con él.
-Conociste a Maru… y ese mismo día…
-Al grano, Akanishi –lo interrumpió Ueda muy enojado. Estaba harto que tanto él como Kame le echaran en cara lo rápido que se había desencantado de Ryo. Quizá podían decirle prostituta o fácil, pero estaba enamorado de Maru y lo había fascinado con una sola plática… ¡Y qué!
-Discúlpame. No es mi intención juzgarte ni nada, por favor, no te pongas a la defensiva –supo que no iba a ser fácil abordar el tema y mas porque sabía que Ueda no lo tenía en la mejor de las impresiones, pues Maru le había comentado que a veces, cuando hablaban de él, se portaba frío y desinteresado.
-Dilo de una vez –se cruzó de brazos y piernas para escucharlo.
-Bien… -se aclaró la garganta y miró fijamente al menor… entonces descubrió un moretón en su cuello: quizá una mordida o… una marca hecha a propósito en alguna noche. Supo que
estaba hablando con la persona correcta. Era absurdo que un simple chupetón le diera la respuesta, pero así lo sentía- ¿Cómo es que decidiste dejar todo para comenzar de nuevo con Maru? –preguntó esperando que Ueda no fuera a tomarlo a mal.
-Akanishi, tu caso y el mío son completamente diferentes –frunció la boca al descubrir el rumbo de la conversación…
-No, no lo son del todo –lo interrumpió sintiendo un poco de desesperación porque no se fuera-. Tú tenías pareja, conociste a Maru y te gustó. Decidiste dejar todo por él, aún sabiendo que ambos corrían peligro, pero decidiste intentarlo… aún si no funcionaba y… -Ueda levantó la mano para que dejara de hablar.
-Todo lo resumo en una cosa –dijo de inmediato con mucha seriedad-: soy determinado. También soy egoísta y quería a Yuichi para mí, por eso no me negué a nada con él. Lo quería y viceversa. Siendo así… ¿por qué habría de ignorar lo que sentía? –Jin quiso preguntar y Ueda no lo dejó- Estando con mi novio las cosas eran diferentes. Me enamoré de Yuichi porque siempre ha valorado cada una de las palabras que digo –se acercó para enfatizar algo y no ser escuchado- “fuera y dentro de la cama”. A veces creo que me escucha más fuera de ella que cuando… En fin, no necesitas detalles. Si quieres preguntar cuál fue el motivo, lo que me movió… -Jin no lo interrumpió- Tuve mucho miedo por él, porque pudiera hacerle daño pero quería protegerme y yo complacerlo… Esa es la razón. Solo quería estar a su lado y si sentía lo mismo, si era correspondido… ¿por qué iba a decirle que no? Es cierto que pasé muchas cosas al lado de Ryo pero… ¿para qué engañarme? Yo ya no lo amaba. La última vez que… - de inmediato se detuvo cuando se dio cuenta que iba a contarle algo demasiado íntimo- Confórmate con eso. Si de verdad quieres a Kame-chan contigo, entonces deja de hacerle daño y decídete de una vez. ¿Quieres aceptar sus sentimientos o no? Si deseas complacerlo, entonces toma una decisión…
-Solo no quiero lastimarlo, Ueda-san… Es todo lo que temo –ya estaba cansado de verlo llorar por los alrededores. De verse en los pasillos y que bajara la cabeza. Que comiera solo… Estaba harto de no poder hablar con él como antes.
-La mejor forma sería que lo dejaras en paz, que te alejaras –si Kame lo escuchara, sabía que se enojaría mucho, pero estaba harto de verlo llorar y por eso metía las manos hasta donde no lo llamaban con tal de que fuera el mismo de antes-. Kame-chan está tan confundido que no puedo decirte cómo es que se siente. Quiere y no quiere estar contigo.
-Yo…
-Siento que sería mejor que no te hubiera conocido –sacó su billetera y dejó el dinero del café, retirándose del lugar para dejar a Jin ahí, sin palabras.
La frase de Ueda papaloteaba en su cabeza, clara y fuerte. Se repetía una y otra vez y su consciencia le decía lo mismo. Quizá habría sido mejor despedirlo cuando creyó que no tenía habilidades de enseñanza, o cuando comenzó a necesitar verlo y comer con él… Todos aquellos momentos tan tiernos… se habían vuelto difíciles, oscuros y fríos desde que… comenzó a cortejarlo, a querer hacerle saber más profundamente sus sentimientos…
Después de exhalar un suspiro, se puso de pie y dejó una propina. Quizá no había sido buena idea hablar con Ueda, porque al final, quedó como un adolescente que no sabía qué hacer con su novia enfadada…
Qué ironía…
Miró de reojo el escritorio de Jin y lo vio ahí con la mirada perdida en el monitor. Algo le decía que no estaba pensando precisamente en trabajo, sino en el problema que tenían ambos. Quería acercarse e invitarlo a cenar, como él lo había hecho hacía mucho tiempo, pero no se armó de valor… No podía evitar sentirse como una colegiala que le preguntaba a su novio si podían ir en una cita… Era vergonzoso y además, su consciencia le gritaba que dejara de pensar en Jin de esa manera.
Algunos profesores se habían dado cuenta del conflicto que había entre los dos maestros. Sonoda le dijo a Kame que si tenía algún problema con Jin, lo hablaran de frente y no solo se quedara observándolo, mientras que Machiko se ofreció a ser intermediaria en caso de que no pudiera hablarle por alguna razón.
Maru ya se había metido mucho en el problema y no pensaba hacerlo más. Quería a ambos, pero no podía resolverles la vida y… además… tenía otras cosas en qué pensar. Desde hacía días, algo le revoloteaba en la cabeza y no lo dejaba tranquilo.
-Hey, Little Teacher-Kame –lo llamó Koki mientras palmeaba su hombro para llamar su atención.
-¿Eh? –volteó con su superior quién le sonreía.
Jin sintió que algo le corría por la espina dorsal y chocaba contra su corazón. ¿Había escuchado bien? ¿Ese maestrucho nuevo lo había llamado como él solía hacerlo? ¿Y de qué privilegios gozaba para llamarlo de esa manera?
-Vamos a cenar. Te invito –dijo guiñándole un ojo para darle seguridad.
-… ¿Ah? –Kame se sorprendió porque justamente tenía mucha hambre y pensó que sería buena excusa para pedirle a Jin que hablaran en privado. Ya estaba cansándose mucho de la situación y quería pedirle siquiera que fueran amigos. No soportaba tenerlo lejos pero… la petición de Koki lo descolocó.
-¡Sí, anda vamos! –le tomó la muñeca y prácticamente lo arrastró por el pasillo para salir de las oficinas.
-Ah, ¡e-espera! ¡Tanaka-sensei! –Kame se quejaba pero no se soltaba del otro.
Cuando ambos se hubieron perdido de la vista de los demás maestros que miraron inconformes que se fueran tan temprano, el profesor de coreano no pudo evitar decir:
-Ese niño es como el consentido de todos, ¿se dan cuenta? –comentó muy serio.
-¿Qué quieres decir? –preguntó Yamanaka ladeando la cabeza.
-Bueno… todo el mundo lo mima, ¿no es cierto? Hiromiya, Sonoda, el Director, Nakamaru, Akanishi… y ahora Tanaka –dijo el coreano anotando más cosas en su computadora-. Tiene mucho carisma el chico.
De inmediato, Jin le dirigió una mirada asesina, listo para preguntar qué quería decir con eso. Y Maru, anticipándose a la mente mal enfocada de su amigo, fue el primero en hablar.
-Es una persona que inspira cuidado, es decir, lo ves y sientes ese deseo, ¿no? –volteó con Machiko para obtener ayuda, quien asintió rápidamente.
-Es muy lindo. A mí me cae muy bien.
-No es que lo mimemos, Kim Soon-sensei –dijo Sonoda muy tranquila-. Siendo novato, necesita los consejos de todos y el apoyo, es por eso que nos enfocamos mucho en él.
-Mmm… -fue lo único que dijo.
-¿Pero saben una cosa? –Machiko comentó mirando de reojo a Jin- Si yo fuera senpai, no dejaría que Tanaka-sensei me quitara la atención de Kame-kun. Apenas lleva aquí dos semanas y parece que quisiera llevarse al cien porciento bien, ¿ne?
-Quizá le da remordimientos el que le quitaran a Kamenashi-sensei su lugar –comentó Yamanaka.
-Posiblemente –apoyó Sonoda-. De todos modos, no es un crimen, además, ambos deben llevarse bien porque están en el mismo Departamento y es mejor si en la escuela no existen las riñas o envidias entre los maestros, ¿ne, Akanishi-sensei?
-… Sí –pero Jin continuaba mirando hacia la pantalla de su monitor.
Tuvo qué concentrarse mucho en su brillo para no saltarle encima a Koki cuando lo escuchó invitar a Kame a cenar. ¿Qué tanto se habían creído esos dos para andarse luciendo por todos lados, como los dos profesores que se llevaban mejor?
Sabía de los rumores de los alumnos. Estaba enterado que ahora las chicas se reían cuando veían a Kame y Koki juntos, y no cuando estaba con él… Y es que el tiempo reducido para convivir era casi de cero. Ni siquiera se hablaban como antes.
Por su parte, no era que no quisiera, sino que ya no quería hacerle daño y ponerlo triste. Quería darle un poco de aire… algo con qué respirar. Estaba cansado de verle la carita deprimida, esperando una mirada suya pero… si lo hacía… no iban a detenerse y volver a ser los de antes… aquellos que coqueteaban y se compartían la comida, que se hacían cumplidos y… Dios… cómo anhelaba un beso suyo…
-Jin… -lo llamó la suave voz de Maru, quién ya llevaba su portafolio bajo el hombro.
-¿Mmm? –contestó aún mirando el monitor.
-Me voy ya.
-Que te vaya bien –de repente a su mente llegó la imagen de Kame besando a Koki, diciéndole las cosas que con él se negaba y… Tuvo qué llevarse las manos a los ojos para fingir mirada cansada.
-Hey… -Maru dejó sus cosas en el escritorio y se inclinó para hablarle- no pasa nada entre esos dos. Cálmate…
-… Yucci… quisiera…
-Lo sé… -apoyó su mano en la rodilla de Jin para hacerlo sentir más apoyado y cuidó ser más cuidadoso con lo que quería decirle- Pero tú decidiste esto… tú quisiste que fuera así y…
-Sí… No quise y no quiero hablarle, porque cada que lo tengo en frente, quisiera…
-Jin… -prefería que no terminara de hablar, porque sino iba a decir todo como lo sentía y saldría disparado a perseguir a Kame.
-Ya… Estoy bien –se retiró las manos de los ojos y le sonrió con resignación-. Anda, vete ya. Ueda-san te espera, ¿ne? Aniversario, ¿cierto? Tres meses. Qué bonito se escucha.
-Si nece…
-Nah, no necesito nada –suspiró y volvió a sus quehaceres-. Y lo que necesito… Nos vemos después, Yucci. Disfruta tu noche y… le mandaría saludos a Ueda-san pero solo amargaría el momento. Así que tú recíbelos.
-Ay, Jin… -Maru se incorporó y tomó sus cosas- a veces pienso que debo obligarte a hacer algo al respecto.
-No. Nosotros no funcionamos como ustedes. Somos demasiado tontos y ustedes muy maduros. Deja a la gente tonta resolver sus problemas de igual forma y… verás cómo todos somos felices después.
-… Jin…
-Anda, anda. Vete ya o Ueda-san me odiará más –le sonrió un poco más tranquilo y Maru asintió dándose la media vuelta, sintiéndose muy triste por la posición que estaba tomando su amigo.
-Espero que te guste, no soy de lo mejor cocinando –dijo Koki dejando en frente un gran plato de vegetales fritos con algunos trozos de carne alrededor, además de una sopa que era muy parecida a la misou.
-No, no te preocupes, Tanaka-sensei –contestó Kame moviendo la cabeza negativamente.
Sin decirle nada, Koki lo encaminó a su departamento para cenar después de darse cuenta que el dinero se le había ido esa semana y no tendría hasta la próxima quincena. Kame se ofreció a pagar la cena pero Koki dijo que mejor cocinaría en su casa… así que no tuvo otra opción que aceptar.
-Te ha de parecer extraño que te invite, ¿ne? –preguntó el otro tomando asiento después de que Kame esperara a que lo hiciera.
-Un poco, sí –asintió sintiendo pena de tomar los palillos que estaban a su lado.
-Bueno, es que hay algo de lo que quisiera hablarte –respondió comiendo un poco de la sopa.
-¿De qué se trata? –Kame ladeó la cabeza sin siquiera prestar atención a la comida.
-Puedes negarte a hablar sobre ello y discúlpame de ante mano por ser tan entrometido –tragó la comida y se armó de valor para preguntar.
El menor no respondió y esperó a que le hiciera la pregunta.
-Tú no quieres ser mi amigo de alguna manera, ¿verdad? –fue directo al grano- No me mires mal, lo pregunto porque así lo siento. Tú no quieres acercarte mucho a mí y… Hiromiya-sensei me dijo que posiblemente tuviste algún problema anteriormente porque eras más… sociable… Según ella.
-… ¿Hiromiya-sensei te dijo eso? –comenzaba a pensar que esa chica parecía ser tan tierna y comprensiva, pero rayaba en la indiscreción.
-Está preocupada por ti. Dice que desde que te enfermaste de la alergia, comenzaste a compórtate extraño –probó el terreno para dar el siguiente paso y al ver que Kame solo bajaba la cabeza, se animó a continuar-. Me doy cuenta que prefieres llamarme “sensei” a “senpai”. Akanishi te trata tan frío que hasta a mí me duele… y las alumnas me comentan que has perdido… mmm… Ellas lo llaman “tu brillo”. ¿Qué ocurre, Kamenash-sensei? Sonoda-sensei
dice que eras más animado antes… que parecías un niño corriendo por todos lados, emocionado por aprender y enseñar, que eras tan lindo que hasta sonreía con solo verte y ahora…
-Lo siento, pero no es algo que deba decirte a ti –dijo Kame para que se detuviera. No estaba soportando que le hablara de ese modo y mucho menos, que cuestionara su carácter. Si continuaba así, iba a echarse a llorar, revelando la verdad.
-Tienes razón. Lo siento –y se apresuró a tomar las riendas nuevamente, porque no era específicamente el grano que quería abordar-. Solo quiero que sepas, que si pretendes retomar el cargo que te quitaron, tendrás qué mostrar más emoción. No estoy diciéndote esto para criticarte, sino para advertirte. Cuando un profesor se ve desanimado, es propenso a que lo despidan.
-¿Cómo? ¿El Director está…? –se preocupó más al pensar en esa posibilidad.
-¡No, no! Él no me ha comentado nada, pero creo que te has dado cuenta que es muy espontáneo en las decisiones que toma… Mejor dicho, no consulta con nadie ni da a conocer lo que está pensando, pero estoy seguro que también ha notado que te has… Que estás deprimido.
Kame bajó la cabeza y su mirada se entristeció. Ya era bastante difícil ver a Jin todos los días, ignorándolo y concentrándose solo en su trabajo, mientras que lo hacía a un lado. No era justo porque todo el amor que sentía se convertía en un arma de doble filo, que cortaba cada vena de su ser provocando que se desangrara y agonizara por una mirada de Jin.
-¿Puedo ayudarte? –preguntó Koki alarmado al verlo tan triste.
-Tanaka-sensei… -las lágrimas se le vinieron y pestañeó variadas ocasiones para hacerlas retroceder- ¿has estado enamorado?
-… Claro que sí –contestó prefiriendo olvidar esa parte de su vida.
-Hace poco… quise casarme con alguien… -pensó que revolver la historia de Yoko con la de Jin sería buena idea para distraer a su superior de la verdad- Esa persona era mi superior en mi trabajo… pero me rechazó…
-Ya veo… -cuando escuchó la palabra “casamiento” de la mano con “rechazo”, no pudo hacer más que ponerse en sus zapatos y escucharlo hasta el final.
-Ella tenía un novio muy lindo, una persona que la ayudó desde que se conocieron. Ha cambiado mucho gracias a él y… bueno, de alguna manera se dio que nos conociéramos y terminamos siendo amigos –sonrió apenado, pidiéndole perdón a Takako por negar su existencia de alguna manera-. Imaginarás cómo me sentí cuando comencé a darme cuenta que sentía algo por… “ella” –definitivamente la imagen de mujer de Jin no cabía en su cabeza.
-Sí… imagino lo complicado que debió ser.
-Pero… comenzó a darme señas de que le gustaba y… bueno… el sentimiento terminó siendo tan fuerte que ninguno de los dos lo soportaba… Me daban… unas crisis muy feas. Quería y no quería verla… y cuando nos besamos fue… horrible.
-¿Horrible…? ¿Por…?
-Por remordimiento… Miento si te digo que nunca tuve la intención de besarla… -recordó lo suaves labios de Jin, masajeando los suyos para tranquilizarlo aquella vez en el salón de clases- pero ya no pude más y le dije que no quería ser más que su amigo porque… Es muy complicado…
-… Entonces tú la rechazaste, no ella a ti –aclaró Koki un poco confundido.
-Sí, al principio así fue –suspiró y continuó-. Me remuerde más el hecho de que estuvo a punto… dispuesta de dejar a su pareja por mí y…
-… Porque eres su amigo, ¿cierto?
-Sí…
-Pero si ella te quería y tú… Bueno… es que el asunto es demasiado complicado… -se mordió el labio inferior y prefirió no seguir hablando. Sin duda era una situación muy estresante.
-Pensé que seguir siendo amigos sería mejor pero… no quiso. Me dijo que lamentaba enamorarse de una persona tan cobarde y… no la vi durante un tiempo… Cuando… nos encontramos de nuevo… simplemente…
“Con pucheros no arreglas nada”
-¿Te ignora? –preguntó Koki pensando que las mujeres podían ser tan poco sensibles. Además, nadie les daba en el gusto, primero querían una cosa y sino las consentías, querían otra. Él no podía entenderlas a veces.
Kame asintió al instante y recordó cómo las últimas semanas habían sido prácticamente de no verlo… o ver su fantasma por todos lados, de pasar a su lado y que estuviera distraído con hojas o… Era doloroso no poder tener su mirada como antes.
-… Pero… ¿sabes?... No debió ser fácil decidir dejar a su novio por ti –le aclaró intentando hacerlo ver el otro lado de la moneda.
-No lo dejó…
-¡¿Eh?! ¡¿Y todavía se hace la digna contigo después de…?! ¡No puedo creerlo! –eso no se lo esperaba. Creía que la chica estaba dispuesta desde un principio, dejando a su pareja cuando estaba coqueteándole.
-Tanaka-sensei… -lo llamó pensando que era mejor idea dejar las cosas como estaban- Está bien. Ya pasó de todos modos y… no me hace caso. Se la pasa ignorándome y…
-Deberías olvidarte de esa persona. Solo te has deprimido mientras ella sigue con su vida, quizá haciendo el amor todas las noches con su novio –imaginó lo asquerosa que era situación y no pudo evitar sentir mucha pena por el chico. Prácticamente habían jugado con sus sentimientos y él, estúpidamente, continuaba esperando que fueran amigos-. Si yo estuviera en tu lugar, me sentiría humillado y la odiaría.
-¿Por qué? –preguntó inocentemente, como un niño.
-¿Cómo que por qué? –se armó de paciencia e intentó explicarle- ¡Jugó contigo, Kamenashi-sensei! Le dijiste que no, porque consideraste muchas cosas, mientras que, con las manos en la cintura te dijo que dabas pena por ser un “cobarde”, cuando ni siquiera dejó a su novio antes de comenzar a cortejarte a ti, a comenzar a buscarte. ¡Eso no se hace!
Kame no hizo otra cosa más que bajar la cabeza y pensar, que quizá las palabras de Koki eran muy ciertas. Jin se la pasó buscándolo, coqueteándole de alguna manera y… al final… ¿qué le había dado? Una bofetada solo por decirle que NO.
-Y lo peor de todo… es que ahora que buscas recuperar esa amistad, simplemente te voltea la cara porque la rechazaste…. ¿Crees que eso…? ¡Por favor, Kamenashi-sensei! Es ridículo.
-No es tan simple… Ella no es ese tipo de persona. Es amable, cuidadosa, alegre y muy graciosa. Le gusta cuidar de la gente que aprecia y… creo que también tiene miedo porque seguimos viéndonos… -se sorprendió escuchándose defender a Jin, pero era la verdad, no podía decir que su superior fuera un desgraciado solo por estar herido también.
-… ¿Es Hiromiya-sensei? –pensó en las pistas que había dado Kame y no se le ocurría nadie más que ella, porque a parte de Sonoda, era la única profesora que había entre tantos hombres.
-¿Qué? ¡No! –contestó de inmediato meneando fuertemente la cabeza- Somos amigos.
-Ah, ya veo… Entonces fue una profesora que se fue antes de que yo llegara, ¿cierto?
-Mmm… Digamos que es como un amor a distancia –contestó para no hacer las cosas tan específicas.
-Bueno… como sea. Mi consejo es que te alejes de ella. Deberías ignorarla cada que te llame o busque la próxima vez. Verás que poco a poco, si dejas de pensarla, vas a lograr sacártela de la cabeza.
-¿Tú crees? –preguntó de nuevo como un niño, cosa que hizo enternecer a Koki.
-¡Claro que sí! Nadie es inolvidable –le aseguró tomando un poco de agua.
-No sé si pueda lograrlo… Yo la quiero mucho… -se imaginó la cara de Jin si lo escuchara decirle aquello y se puso feliz por un momento, sabiendo que él lo besaría de inmediato, susurrándole que también lo quería… entre otras cosas cursis.
-A veces… por más que quieras a una persona, sino eres correspondido de igual modo… las cosas no funcionan y terminan así, como tu historia: uno egoísta porque no obtuvo lo que quiso y el otro, con el corazón hecho pedazos –apretó los labios al ver la expresión soñadora de Kame desmoronarse-. A mí me pasó eso. Al igual que tú, iba a casarme y al final, mi novia me dijo que lo había pensado mejor y que no estaba segura. Poco después me enteré que se fue a Corea por una propuesta de trabajo, por eso no quiso casarse y no fue capaz de decirme la verdad.
-Quizá tiene miedo a lastimarte –comentó Kame frotándose las rodillas.
-¿Lastimarme? Largándose sin decir nada no lastima, te destruye –tomó un poco más de agua y sonrió contrariado-. Es curioso… porque cuando quieres cuidar de las personas, cuando quieres protegerlas de algo que pueda hacerles daño… es cuando prácticamente las matas.
Kame prestó especial atención a esas palabras… Jin… había dicho…
“Si esto te hace sentir mejor, si crees que distanciándonos te haré sentir menos culpable y además, que tendrás menos de éstas crisis que tanto me preocupan… entonces accederé, pero que quede claro que será solo por ti… porque no quiero verte triste”.
¿Sería posible que Jin estuviera alejándose de él, que estuviera rechazándolo, evitándolo… con tal de cumplir lo que le había pedido antes? Era verdad que él quería el distanciamiento, pero también le dolía. Era como decía Koki: pedía una cosa para proteger a Jin y al mismo tiempo, lo dañaba…
Podría ser de igual forma con Jin, que estuviera evitándolo por lo mismo, para que no sucediera lo de antes… Sentir la necesidad de estar juntos, de hablarse, de comer, jugar, etc. Solo estar juntos y… podía estarle causando el mismo daño, podía costarle el mismo trabajo porque ambos no eran de piedra.
¿Pero por qué sentía felicidad de saber eso?...
-No me odia… -dijo sonriendo muy emocionado, sintiendo la necesidad de ir en busca de su senpai y abrazarlo con fuerza, agradeciéndole que tuviera esa atención con él pero… de inmediato se borró su sonrisa, porque de cualquier manera, de qué servía saberlo si tenían qué estar separados y además…
-¿Kamenashi-sensei? –lo llamó Koki al verlo tan sonriente.
Además… Jin continuaba con Takako y si la relación iba a ser así… entonces no tenía mucho sentido alegrarse.
El querer estar juntos y no poder era… horrible...
-Yuichi… -lo llamó con un dejo de melosidad mientras acariciaba su mejilla con su nariz.
-¿Mmm? –preguntó apenas emitiendo el sonido de pregunta mientras volteaba.
-Apaga la televisión~ -le pidió colocándose sobre sus piernas, comenzando a besar la mejilla a su disposición, guiándose hasta los labios con los ojos cerrados-. Es aburrido mirarla cuando estamos de aniversario, ¿no crees? Hay cosas más… interesantes qué hacer~
El mayor obedeció al instante, ya con los ojos cerrados por los besos insistentes de Ueda. Él sí sabía cómo guiar la situación hasta el punto que quisiera. Sin duda, estaba malcriado y a Maru le encantaba cumplirle todos los caprichos que quisiera tener, mientras lo hiciera feliz, no iba a protestar.
-Yuichi… -susurró besándolo sin darle oportunidad de hablar o respirar.
Ueda prácticamente se estaba comiendo a su novio a besos. Pero eso no tenía nada de malo, ¿cierto? Después de todo, eran pareja y podía reclamarlo cuantas veces quisiera, siempre y cuando él estuviera de acuerdo.
-Te quiero, Yuichi… Te quiero tanto… -susurró mientras se colgaba de su cuello para continuar besándolo, sin pensar siquiera en soltarse aún si sus labios ardían.
Le fascinaba besarlo de aquel modo, entre la ternura y la provocación, porque así sentía que Maru sacaba un poco más de ese instinto que pocas veces podía verle gracias a su timidez.
-Tat-chan… -susurró Maru cuando pudo liberarse de los labios de Ueda, quién dejó escapar un gemido de reclamo al sentirlo lejos.
Sin embargo, el mayor no regresó a besarlo sino que continuó haciéndolo por toda la cara y sobre todo, masajeando sus mejillas, cuello y hombros. Se paseó por su cuello, acariciando con la nariz y también con la boca, cerrando los ojos y exhalando para hacer sentir más impaciente a Ueda.
-Yuichi~ -se recargó contra la falda del sofá, sentado como estaba en el piso.
Maru no le respondió. Estaba muy absorto en satisfacerlo que olvidaba en donde estaban.
-Ne… -lo llamó al darse cuenta que estaba muy ido, como si pensara en otras cosas además de besarlo- ¿Yuichi? ¿Me estás escuchando? –abrió los ojos, aún sintiendo las caricias delicadas de su novio en su piel.
No era que no le gustara, sino que… no era usual que Maru estuviera tan concentrado en su cuerpo… Comenzaba a sentirse mal atendido a pesar de todas las caricias tiernas pero… era extraño que no lo mirara a la cara. ¿Por qué?
-Yuichi –lo llamó con más firmeza deteniéndole el rostro, tomándolo entre sus manos y dirigiéndolo a la altura del suyo.
-¿Qué pasa? –preguntó desconcertado. Pensaba que de ese modo podría complacerlo más pero… parecía que se había equivocado.
-Es lo mismo que quiero preguntarte, ¿qué pasa? –se acomodó mejor en el piso, provocando que la atmósfera romántica y pasional se perdiera.
-Dijiste que… -se sintió confundido. ¿Lo estaba haciendo mal?
-Lo dije, pero… -esbozó un puchero y dibujó una cara adorable para enternecer a Maru- siempre me miras… ¿por qué ahora no?
El mayor exhaló un suspiro de alivio y se sentó al lado de Ueda. Sonrió tranquilo al darse cuenta que era algo poco grave… porque…
-¿De qué te ríes? –preguntó Ueda ladeando la cabeza, un poco enfadado.
-Pensé que era otra cosa… Me asustaste –le rodeó los hombros y lo atrajo a su pecho para darle un beso en la frente.
-Ne… Has estado muy raro estos últimos días, ¿qué pasa, Yuichi? –se alejó un poco de su pecho y ladeó la cabeza, sintiéndose nervioso por lo que pudiera decir.
-No ha pasado nada –le sonrió acariciándole las mejillas con el dedo índice de una de sus manos-. Mucho trabajo solamente.
-¿Ha pasado algo con Kame-chan? ¿Estás preocupado de nuevo por él? –por primera vez, se sintió idiota porque comenzó a sentir celos de Kame. Demasiada atención para su amigo tortuga.
-Ya te dije que está como siempre, Tat-chan –contestó Maru arqueando la ceja al darse cuenta que Ueda esbozaba un puchero muy conocido…- ¿Estás celoso?
-¡No, no lo estoy! –se puso de pie y se cruzó de brazos.
-Lo estás –también se levantó y lo abrazó por la cintura para comenzar a besarle el hombro y dejar ahí apoyado su mentón.
-¡No es cierto!~ -contestó Ueda sin liberarse del abrazo.
-Tranquilo. Te quiero solo a ti, Tat-chan –le besó la mejilla para hacerlo sentir más seguro y que no continuara preguntando.
-Pero, Yuichi… -volteó un poco sonrojado, aún dentro del abrazo y puso sus manos a la altura de su pecho- de verdad te noto raro… como si estuvieras preocupado. En serio, dime qué pasa.
-Tat-chan…
-Si me dices que no es nada, me voy a la habitación y puedes pasar el resto de la noche solo porque no pretendo escuchar más –lo dijo con una seriedad que a Maru le dio miedo, y a partir de eso, el temor que tenía dentro de su pecho se avivó.
-Está bien pero… antes quiero preguntarte algo –le acarició la mejilla delicadamente con su dedo, sintiendo la suavidad característica de su piel.
-No te responderé sino me prometes contarme todo –condicionó el menor cruzándose de brazos, deshaciendo el abrazo de Maru.
-Te lo contaré. No me hables así… -lo atrajo hacia él para sentarse juntos en el sofá y el menor obedeció, pero haciéndolo como siempre, sobre sus piernas pero en ésta ocasión, negándose a abrazarlo por el cuello- Siento que te he hecho enfadar de verdad.
-Lo conseguirás si me sigues ocultando las cosas, Yuichi… -su tono cambió a uno de preocupación y ésta vez sí lo abrazó, recargando su frente en la mejilla de Maru.
-Está bien pero… prométeme que me serás totalmente sincero, ¿de acuerdo? –entrelazó su mano con la que Ueda tenía sobre sus piernas y lo estrechó gentilmente contra sí mismo.
El menor solo asintió y cerró los ojos para escuchar lo que quería preguntar.
-¿Alguna vez, te has arrepentido de… estar conmigo? –preguntó sabiendo que Ueda iba a molestarse.
De inmediato el menor se alejó y lo miró con sumo desconcierto. No esperaba que le llegara a preguntar eso, y mucho menos en pleno aniversario. ¿Es que acaso Yuichi estaba…? ¿O él había dado señales de…?
-¿De qué hablas?
-Solo contéstame.
-No. Ni siquiera cuando nos peleamos –movió negativamente la cabeza arqueando las cejas. Comenzó a preocuparse por la pregunta, porque no era usual que Yuichi fuera tan negativo-. Mi amor, ¿estás bien? ¿Por qué me preguntas eso?
-Es que los años que pasaste al lado de Ryo… y yo apenas te conozco hace poco más de tres meses y… Bue-bueno… -comenzó a explicarse pero no sabía cómo decir lo que tenía en mente, lo que había sentido cuando Kame le había dicho que no podía hacer como ellos dos, simplemente aceptar sus sentimientos y botar a las terceras o segundas personas que interferían para poder estar juntos.
-Yu-i-chi~ -lo llamó melodiosamente mientras se sentaba abriendo las piernas sobre sus muslos.
Maru se sintió nervioso de verlo sobre él, colocando sus brazos sobre sus hombros y juntando su frente.
-Es cierto que pasé mucho tiempo con Ryo y quizá… me conozca más que tú pero… -le alcanzó los labios, lo cuales besó con tranquilidad, sintiendo que esa última frase lo lastimó un poco, pero era la verdad- ¿Pero sabes qué?
-¿Qué? –preguntó Maru queriendo volver a besarlo, pero se sentía muy nervioso debido a la cercanía de Ueda y… sobre todo… su posición sobre su cuerpo.
-Quiero que tú me conozcas mucho mejor que él –comenzó a besarlo tranquilamente, mientras que invitaba a Maru, con sus manos, a rodearle la cintura y acercarlo más contra su cuerpo.
-Tat-chan… -suspiró cuando sintió cómo el menor comenzaba a besarle el cuello, buscando un lugar donde dejar una marca para que sus compañeros de trabajo no la vieran… aunque después se dijo que sería mejor marcar el territorio, pues no quería que nadie pensara en quitárselo.
-Yuichi… -lo llamó volviendo a mirarlo a los ojos, juntando su frente y observándolo con aquella coquetería innata, formando un ligero puchero para verse aún más lindo.
-Dime –sonrió mordiéndose el labio inferior para calmar las ansias de echársele encima.
-No te atrevas a compararte con Ryo o que yo piense alguna vez en hacerlo porque… no puedo –comenzó a jugar con los botones de la camisa para despojarlo de ella, aún observándolo con aquella mirada provocativa.
-¿Qué quieres decir? –no comprendía bien qué quería decir.
-Quizá haya pasado mucho tiempo a su lado pero… que llegaras tú no quiere decir que tengamos desventaja sobre ese pasado… -rozó sus labios y automáticamente Maru lo atrajo más contra su cuerpo. De algún modo, el mayor quería hacerle saber que tendría qué hacer muchos esfuerzos para poder escapar- Ve el lado positivo, mi Yucci… -era la primera vez que lo llamaba así, y le daba miedo que rechazara el apodo que solo usaba Jin- tenemos mucho qué recorrer juntos y… quiero que tú me enseñes a amarte y yo estoy trazándote un camino, que has seguido con una facilidad increíble…
-¿Un camino para qué? –acarició la nariz de su novio con la propia y lo sentó más adecuadamente para quedar a exactas alturas.
-Para amarme, tontito… -sonrió divertido y Maru lo miró con fingida indignación- Para enamorarme cada día más de ti… He llegado a sentir… ¡que…! -se sorprendió un poco cuando Maru lo tomó de la cintura y lo recostó sobre el sofá, cambiando posiciones. Soltó un suspiro de miedo cuando se vio debajo de su novio y sonrió- Yucci… me asustaste… -le acarició ambas mejillas y el mayor solo pudo sonreír y aproximarse a besarlo.
-¿Qué has llegado a sentir? –le besó la mejilla, comenzando a trazar un camino hacia el oído de Ueda, quién ladeó la cabeza para dejarle más fácil la trayectoria.
-Que en verdad… tú eres mi velita de la felicidad.
En ese momento, Maru se detuvo y lo miró a los ojos, sorprendido. Ueda se desconcertó por eso, pensó que quizá no le gustó el comentario.
-¿Qué?...
-No, es que… Kame-chan dijo algo parecido sobre… Bueno, usó esa frase hace poco –contestó Maru sonrojándose. Sabía que eso de la “velita de la felicidad” era bueno, porque Kame estaba terco en que Takako era la de Jin… En pocas palabras era algo sumamente especial y que Ueda lo llamara de ese modo…
-Entiendo –le sonrió y extendió su mano para acariciarle la mejilla-. Yuichi… yo… nunca le dije eso a Ryo…
-¿En serio? –sonrió más emocionado, sintiendo unas ganas enormes de consentir a Ueda en todo lo que quisiera, besarlo, abrazarlo… o si solo quería que se quedaran ahí, viéndose el uno al otro, entonces lo haría.
-Te lo puedo jurar –asintió sonrojándose también. Algo estaba sintiendo dentro de su pecho, además de la sensación agradable de su corazón palpitando rápidamente-. Yo no… me arrepiento de nada… Ni cuando te besé en el bar, aunque después me haya disculpado, ni cuando tuvimos la primera cita y… mucho menos… de haberte permitido hacerme el amor esa misma noche…
-Tat-chan… -estaba conmovido por la entrega que estaba presentando Ueda en ese momento. No se imaginaba qué hacía él para tenerlo ahí, diciéndole aquellas cosas tan lindas.
-Yucci… -lo abrazó por cuello para atraerlo más a su rostro- quiero amarte… como a nadie en el mundo. Quiero hacerlo con todo el corazón… Quiero… -pero de solo observar la expresión de Maru, supo de inmediato que era correspondido de forma especial- Mi Yucci… quiero ser tuyo siempre… No quiero que se termine lo nuestro… Aunque sea poco el tiempo que llevamos… yo…
-Para mí no es poco… -le dio un corto beso en los labios- y si tú quieres que sea mucho más… no tienes qué hacer más que ser tú mismo, ¿ne?
-Yuichi… -se sonrojó mientras asentía y lo acercó más para darle un beso mucho más largo que el anterior- Te quiero tanto… Mi Yucci… Mi Yucci…
-Yo también te quiero mucho –respondió cuando pudo y quiso levantarlo del sofá para llevarlo a la cama pero…
-Ya basta de la cama, ¿no crees? –apretó los labios emocionado.
-¿Quieres quedarte aquí?... –le susurró dándole un beso cerca del ojo.
-Mmm… -miró de reojo hacia el rincón de la sala, donde se encontraba el piano.
-¡Ah, pe-per-pero…! ¡¿N-no se de-de-de-desafi… na?! –preguntó muy nervioso.
-Lo puedo afinar después –se mordió el labio inferior y se incorporó, tomando de la mano a Yuichi y llevándolo hacia el piano negro de cola.
-Pe-pero… podríamos… ro-ro-rro-mperle algo, ¿ne? –sintió cómo Ueda lo sentaba en el banquillo y volvía a desabotonar la camisa.
-Mmm… Depende de las veces y cómo lo hagamos pero… No seas presumido además, no podemos porque lo necesito para mis clases… Pero si algún día quieres que rompamos uno pues…
-¡¡No, no, Tat-chan!! ¡No digas esas cosas! –pidió Maru sorprendido de ver la veracidad de sus palabras en sus ojos.
-Yuichi… no grites –le susurró al oído mientras deslizaba su camisa por los hombros-. Los vecinos van a pensar que ahora cambiamos lugares…
-Oh, Dios mío…
Ueda podía ser tan… divertido y provocador al mismo tiempo. Además de sus cambios de humor antes, durante y después de hacer el amor a veces lo descolocaban. Podía ser increíblemente provocador al principio y al final, comportarse como un gatito meloso que pedía ser mimado después de tanto ajetreo. Era una caja de sorpresas a todas horas, no solamente cuando se entregaban. Y eso le fascinaba de él.
Por su parte, el menor adoraba la timidez de Yuichi al momento de comenzar con el acto sexual. Le gustaba mucho jugar con las palabras y las situaciones para ponerlo nervioso. Sabía que podía conseguir mucho con solo comportarse de diferente manera para que su novio le hiciera el amor donde quisiera o como quisiera… pero no solo eso, Maru era tan dulce en cualquier situación que… no podía evitarlo, se derretía cuando le hablaba bonito. Por eso le daba terror que alguien más descubriera la calidad de persona que era.
-Yuichi… -lo llamó mientas se besaban, acomodándose en el banquillo aún con la mayor cantidad de ropa puesta.
-¿Mmm? –preguntó besándole el cuello, acariciando la piel debajo de la ropa de su novio.
-No dudes… que si estoy aquí, es porque quiero estar contigo…
-Hai –acarició tanto como pudo, moviéndose de un modo que a Ueda le provocó cosquillas.
-Mi amor –lo abrazó con sus piernas y sentía el leve subir y bajar de su cuerpo.
-Dime –le besó el mentón y se abrazó a él, para sentirlo un poco más.
-… Aún tenemos la ropa puesta –se rió por lo bajo y entonces Maru se detuvo y se observó a sí mismo y a su novio también.
-Ah…
Ueda continuaba riéndose discretamente y Maru se rascó la nuca pensando que había sido vergonzoso aquel lapso de tiempo donde creyó estar haciéndolo suyo…
-Eres tan lindo…
-No es cierto… -se quejó Maru suspirando.
-Sí que sí~ -canturreó Ueda para volver a aprisionar sus labios y acariciar la espalda de su novio.
muajajajaj las cosas se ponene cada vez mejores
CAP 12
NANI WO SURU KA?…
(¿Qué haré?...)
NANI WO SURU KA?…
(¿Qué haré?...)
Las horas pasaron y terminó su clase. Cuando un grupo de sus alumnas salió del salón, debido a que las ventanas eran muy delgadas, pudo escuchar su corta conversación…
-Hoy estuvo muy serio, ¿ne? –dijo una chica.
-Sí, como que andaba de mal humor –contestó otra en tono de protesta.
-No tenemos la culpa si tiene problemas. Debería controlar mejor su carácter.
-Tienes razón… -aceptaron las demás.
De haber estado de mejor humor, las detendría y les bromearía con sus propios comentarios, pero lo cierto es que Jin no tenía ni ganas de hablar con los alumnos. Las palabras de Maru lo habían hecho pensar toda la mañana.
Comprendía mucho. Más de lo que su amigo podía entender… es solo que para él era difícil ponerse en el lugar de Kame, porque sí habría luchado por quedarse con la persona que le gustaba, sin importarle si había una mujer de por medio…
Se llevó los libros al brazo y después movió la cabeza. No, no se atrevería.
Salió de su salón y pensó en lo demás que lo hacía sentir culpable a decir verdad. Eso de que Kame se la había pasado casi los quince días llorando por su propia decisión…
Miró las ventanas de los diferentes salones, hasta dar con la cafetería, por donde tenía qué pasar para ir a su siguiente clase. Comenzaba a entender mejor a lo que se refería Maru: ahora que estaba peleado con Kame, pasar por aquellos lugares le traía muchos recuerdos incómodos, sobre todo porque en cada uno de esos pasillos habían hecho algo juntos: alguna sonrisa, comentario, chiste, travesura…
Si al él le dolía tanto el pecho en ese momento, considerándose un poco más fuerte, ¿cómo se sentiría el menor caminando una y otra, y otra vez por los pasillos? Sin duda debía ser doloroso.
Cuando llegó a la puerta de la cafetería, comprendió un poco más aquel dolor. La mesa donde siempre almorzaban estaba vacía y si… se sentaba en ella, creía que se sentiría aún peor… Completamente solo.
Se imaginó dándole un salchipulpo, de esos que le encantaban a Kame, además de comerse las verduras que odiaba. El menor siempre sonreía y se avergonzaba de verlo, pero al mismo tiempo, disfrutaba mucho comiendo a su lado.
¿Cómo habría sido… pasar esos quince días comiendo en el mismo sitio, sabiendo que aquella persona… quizá nunca más quiera volver a vivir la misma experiencia?
-¿Eh? –escuchó la débil voz de quien tenía en mente en ese momento, quizá en el pasillo que estaba doblando el recodo- No importa… Está bien sino vuelve a hablarme, así no destruiré una linda relación…
-Kame-chan, deja de subestimarte, solo te estás haciendo daño –Jin se sorprendió al escuchar la voz de Maru reprendiendo al menor. Primero lo había regañado a él, ahora se dedicaba a hacerlo con Kame, ¿cuál era el punto?-. ¿Sabes lo preocupado que has tenido a Tatsuya? Estoy de acuerdo con él, te estás castigando de un modo muy cruel.
-Quizá lo merezco por haber seducido a Jin… -contestó con debilidad.
El aludido se sonrojó al escuchar aquellas palabras. “Seducción” de la boca de Kame era algo que… provocaba que su corazón latiera rápidamente, y escuchar su nombre sin ningún sufijo le causaba aún más emoción.
-Pero no lo hiciste a propósito, eso es lo que no entiendes. Las cosas entre ustedes se dieron solas, Kame-chan. Jin no buscó quererte y tú tampoco –la voz de Maru se escuchaba tan relajada que a Jin se le antojó maternal.
-Aún así, es mejor si estamos separados, ¿no crees? –cuestionó Kame muy por lo bajo.
Se escuchó un suspiro del mayor y Jin pudo comprenderlo: era desesperante que el menor fuera tan terco con respecto al tema.
-Te haré la misma pregunta que le hice –Jin arrugó el ceño y esperó a escuchar-. ¿Qué esperas de Jin? ¿Qué es lo que quieres de él?
-¿Qué quieres decir? –la voz del menor se escuchó temerosa.
-Solo respóndeme –hubo un pequeño silencio y Maru continuó-: ¿lo quieres como pareja, amigo, compañero de trabajo, conocido, amor platónico…? ¿Cuál, de todas las relaciones humanas que existen, es la que quieres con él?
-… Nakamaru-sensei… -y su voz se escuchó aún más baja, como si le diera vergüenza la misma pregunta.
-No tienes qué responderme a mí… Respóndete a ti mismo: ¿qué quieres de Jin? –insistió con firmeza.
-Me gusta –dijo de inmediato y Jin sintió qué su corazón brincó, sintiéndose feliz pero al mismo tiempo, molesto-, de verdad me gusta mucho. Nunca había conocido a nadie así, que me tratara tan bien y cuidara de mí… Me tendió la mano y me ha ayudado mucho, no solo en el trabajo, sino también como persona.
-… ¿Pero? –preguntó Maru cuando Kame dejó pasar un silencio largo que a Jin le supo a desesperación. Estuvo a punto de interrumpirlos y exigirle a Kame que le explicara qué quería decir con eso.
-No puedo evitar pensar que no merezco estar a su lado… -la voz del menor se quebró y Jin la sintió como si le desgarraran el corazón.
-¿Por qué? –Maru se escuchaba tan desconcertado que no cuidó el volumen de su voz.
-… Porque también estoy destruyéndolo, ¿no te parece?
-¿Qué quieres decir? –Jin murmuró esa pregunta al par que Maru se la hacía a Kame. Ahora no comprendía para nada lo que estaba diciendo.
-Pensaba que solo le hacía daño a Takako-san con mi hipocresía. Sí quiero a mi senpai… Las veces que ha tenido la oportunidad de besarme, he anhelado que lo haga… ¿Eso es ser amigo?... Claro que no. Comencé a sentir remordimientos por mi amistad con Takako-san, pero… en estos días he estado pensando… -suspiró y continuó, dejando a Jin impaciente por acorralarlo contra la pared y besarlo- que no solo estoy destruyendo una parte de la vida de Takako-san, sino también de él.
-¿Destruyendo?
-Sí. Tiene muchos años con Takako-san, si llego yo y me interpongo en su relación… ¿no estaré apagando la vela de una de las épocas más lindas de su vida? Quizá es la velita que dice “felicidad” y es con ella y no conmigo. Tal vez le guste a senpai pero… si ha estado tanto tiempo con Takako-san, es porque son capaces de llevarse bien, vivir juntos… es decir, ser como una pareja normal, ¿no crees? Con sus altibajos pero sumamente felices. Así siempre me lo han parecido –Jin paseó su mirada por el piso y se quedó pensando que, de alguna manera, podía comprender los sentimientos de Kame. Era demasiado noble, tanto que se hacía daño a sí mismo para que los demás estuvieran en paz-. No puedo decirle “Sí, me gustas. Quisiera estar contigo, besarte, abrazarte, decirte todo lo que siento. Deja a Takako-san e intentémoslo. Me muero de miedo, pero sé que estando contigo lo superaré y seré feliz”… No puedo hacer eso, Nakamaru-sensei… porque si todo sale mal… nunca me perdonaré que él la haya perdido solo por intentarlo con… alguien como yo…
-¿Por qué te desprecias así? No te valoras –Maru sintió que estaba tomándolo de ejemplo, pero Kame no era de ese tipo de gente, de modo que ignoró ese dato. Lo que más le molestaba, era el cómo subestimaba sus propios sentimientos… o quizá… pensaba demasiado en el bien de Jin.
-No me desprecio… -el tono de Kame fue más convincente y suspiró- No quiero que senpai dé un paso del cuál después se pueda arrepentir.
-¿Por qué piensas que Jin puede arrepentirse de estar contigo?
-… Porque soy un cobarde… y porque él mismo lamentó enamorarse de mí.
-Kame-chan…
-Con permiso… Debo mostrarle a Tanaka-sensei el resto del programa de Japonés.
Jin se quedó inmóvil, pensando en las palabras de Kame. Sabía que no pasaría por ahí, porque las oficinas docentes estaban en dirección contraria… y aún si el menor tuviera qué caminar por donde él estaba, tampoco se habría movido, porque simplemente se quedó sin palabras.
¿Destruir su vida? De algún modo, lo había pensado antes. Tantas cosas que superó al lado de Takako… No podía hacerle daño a ella después todo lo que vivieron en el pasado. Lo ayudó a controlar sus celos… cuando buscó trabajo y luchó por quedarse en el mismo. Al momento de
salirse de su casa y no seguir estudiando lo que sus padres querían para él… incluso las mismas riñas con Reio.
Podía comprender el punto de vista de Kame. La relación con Takako no había sido sencilla pero… había otra cosa que no analizó al momento de decirla: La palabra época. Era cierto que su novia era una de las cosas más hermosas que tenía en la vida, que adoraba verla por las mañanas, despertar a su lado y mimarla cada que podía… celarla a veces era divertido y más cuando ella hacía pucheros pero… todos esos sentimientos estaban pasando a un plano donde…
“¡La quiero, Jin! ¡Pero no la amo! ¡Nosotros no somos como Takako y tú! ¡No congeniamos tan bien! ¡No la amaba! ¡Lo intenté, de verdad que sí! Pero cada que… Jin, ni siquiera podía hacerle el amor. ¡Besarla me remordía la consciencia! Yo la quiero… pero de forma diferente, Jin. No la amo… No podía casarme con ella y hacerla infeliz.”
Y ahora comprendía mucho mejor aquellas palabras de Maru…
-¿Jin? –lo llamó la voz del profesor de francés que lo había descubierto.
-Yucci…
-¿Estabas escuchando? –apretó los labios, preocupado por lo que Jin pudo sentir.
El mayor asintió aún perdido en sus propios pensamientos, preocupado por cómo debía tomar las cosas de ahora en adelante. Lo peor de todo es que su cerebro ya había asimilado tal “rechazo” de parte de Kame. Comprendía qué tipo de relación quería el menor pero… el problema era que él no estaba muy dispuesto a respetar su petición.
-Lo siento, Jin… Sé que me dijiste que me mantuviera al margen para no pelearnos más por esto pero… odio verlos separados, ¿sabes? También estimo y respeto lo que sientes por Takako-san… pero no nos hagamos tontos. Tú…
-Lo sé, Yucci –sonrió con ironía mientras caminó hacia el salón donde le tocaba la próxima clase-. Yo ya no la amo como antes…
-¿Qué harás? –eso no era nuevo para él, pero sí quería saber qué pasaría de ahora en adelante.
-Trabajar –contestó con una sonrisa desanimada.
-Hablo en serio, Jin –dijo Maru sintiendo un poco de molestia porque Jin no tomaba las cosas en serio.
-Es la verdad –se volteó para hablarle frente a frente y caminar de espaldas-. Si te digo la verdad, por lo que acabo de escuchar, no sé qué hacer. Ahora que veo las cosas desde el punto de vista de Kame… Puedo comprenderlo de alguna manera y por eso me da rabia porque yo busco lo mismo para él –Maru ladeó la cabeza intentando entenderlo-: protegerlo. No quiero lastimarlo, no quiero que mi egoísmo se convierta en su látigo de castigo. Quiero verlo sonreír como antes y hablar como amigos. Si eso le sienta bien, entonces me convertiré en lo que él quiera.
-Pero…
-Incluso si quiere que seamos amantes, estoy dispuesto a decirle que sí –alzó las manos a la altura de sus hombros y después las dejó caer como si estuviera derrotado.
-¿De qué estás hablando? Hace unos días estabas…
-Sí, muy enojado con él –y aún lo estaba pero, se sentía tan confundido que ahora no sabía ni cómo reaccionar, cómo tratarlo o saludarlo…- Tú dime, Yucci, ¿qué debo hacer?
-Para empezar, deberías decirle cómo te sientes. Tú sabes cómo es que ve las cosas, pero él no tiene ni la menor idea –Maru no sabía con quién estaba hablando: si con Jin, o con un sujeto completamente extraño. No era usual ver ese comportamiento en su amigo… Nunca antes se lo había visto.
-Ya no quiero complicarlo. Suficiente ha tenido, me lo dijiste el otro día.
-Jin… -ahora se arrepentía por haberlo regañado tan durante, poniendo a Kame como un angelito que no hacía más que llorar porque lo lastimaban.
-En pocas palabras quiere que las cosas sean como antes, ¿cierto? Entonces seré solo su amigo –sonrió de manera forzada.
-Pero…
-Quién sabe y a lo mejor nos pase como a ti y a Ueda-san. Al final… no pudieron contenerse y terminaron juntos, ¿cierto? –se detuvo en el umbral del salón, donde varios alumnos ya lo esperaban.
-Jin, no metas mi relación en esto. No me parece justo que busques salidas de esa manera –últimamente Jin parecía envidiar su amor con Ueda, es decir, la forma en que los dos se llevaban porque eran muy unidos y cada día se conocían mejor. No le gustaba que utilizara de ejemplo su vida… que tuviera problemas con Kame no quería decir que hablando sobre ello fuera a suceder igual.
-Lo siento –se disculpó sonriendo con pena-. No quise incomodarte… Es solo que…
-Lo entiendo, pero mejor habla con él. Creo que algo mejorará si lo haces –Maru se calmó un poco más. Lo que menos necesitaba Jin era que ahora se enojaran de nuevo.
-Lo tomaré en cuenta pero… dudo mucho hacerlo.
-Piénsalo bien, Jin –insistió Maru y después miró su reloj-. Trabaja si es lo que tienes pensado hacer.
-Hai. Nos vemos después, Maru –el menor respondió con una sonrisa y asintió.
Sin embargo, cuando Jin lo vio partir, volvió a sentir envidia de la relación tan estable que tenía con una persona que había dejado años de relación con su anterior pareja… Se arriesgó y ahora parecía que todo marchaba sobre ruedas. Maru parecía estar complacido a diario y andaba de buen humor siempre… De vez en cuando peleaban, era obvio, pero… en definitiva… Ueda había tomado una decisión muy peligrosa y… todo había salido bien.
Se remangó el suéter y miró su reloj. Ya pasaban diez minutos después de la hora indicada. Se recargó en la palma de su mano y miró por la ventana mientras le daba otro sorbo a su café.
Cuando recibió la llamada, pensó en no hacer caso de la misma porque estaba comenzando a odiarlo, pero debido a que el tema de conversación era su mejor amigo… no pudo negarse.
-¡Ueda-san! Lo siento, se me hizo muy tarde, pero gracias por venir –Jin llegó casi corriendo a la mesa y el menor ni siquiera se levantó para recibirlo.
-Siéntate –fue lo único que le dijo después de suspirar.
Jin tampoco se hizo mucho del rogar y lo hizo de inmediato, después de todo, no tenía mucho tiempo para conversar porque debía regresar al trabajo en poco tiempo. Tendrían qué hablar del problema lo más amenamente posible, aunque por la mirada del menor… dudaba que fuera a ser rápido y sobre todo, agradable.
-¿Qué querías decirme de Kame-chan? –cuestionó Ueda recargándose en la mesa.
-Hace unos días estuve platicando con Maru –Jin había notado que cuando lo llamaba “Yucci”, en frente de Ueda, se ganaba una mirada de recelo, así que prefería llamarlo de otro modo en su presencia- … No quiero que pienses que soy un entrometido… Hay algo que… quiero saber y sé que tú me podrías ayudar.
-¿De qué se trata? –no entendía cómo eso tenía qué ver con Kame.
-Kazu… -pero cortó rápidamente el apodo porque pensó que a Ueda le molestaría que lo llamara de un modo tan familiar después de todo lo que había pasado entre ambos- Kame me contó una vez… que también estuviste al lado de tu ex novio por muchos años.
-Más de los tú tienes con tu novia. Te dijo bien –estaba molesto, y ahora aún más después de descubrir que su amigo había contado detalles de su relación con Ryo. Después tendría qué hablar con él.
-Conociste a Maru… y ese mismo día…
-Al grano, Akanishi –lo interrumpió Ueda muy enojado. Estaba harto que tanto él como Kame le echaran en cara lo rápido que se había desencantado de Ryo. Quizá podían decirle prostituta o fácil, pero estaba enamorado de Maru y lo había fascinado con una sola plática… ¡Y qué!
-Discúlpame. No es mi intención juzgarte ni nada, por favor, no te pongas a la defensiva –supo que no iba a ser fácil abordar el tema y mas porque sabía que Ueda no lo tenía en la mejor de las impresiones, pues Maru le había comentado que a veces, cuando hablaban de él, se portaba frío y desinteresado.
-Dilo de una vez –se cruzó de brazos y piernas para escucharlo.
-Bien… -se aclaró la garganta y miró fijamente al menor… entonces descubrió un moretón en su cuello: quizá una mordida o… una marca hecha a propósito en alguna noche. Supo que
estaba hablando con la persona correcta. Era absurdo que un simple chupetón le diera la respuesta, pero así lo sentía- ¿Cómo es que decidiste dejar todo para comenzar de nuevo con Maru? –preguntó esperando que Ueda no fuera a tomarlo a mal.
-Akanishi, tu caso y el mío son completamente diferentes –frunció la boca al descubrir el rumbo de la conversación…
-No, no lo son del todo –lo interrumpió sintiendo un poco de desesperación porque no se fuera-. Tú tenías pareja, conociste a Maru y te gustó. Decidiste dejar todo por él, aún sabiendo que ambos corrían peligro, pero decidiste intentarlo… aún si no funcionaba y… -Ueda levantó la mano para que dejara de hablar.
-Todo lo resumo en una cosa –dijo de inmediato con mucha seriedad-: soy determinado. También soy egoísta y quería a Yuichi para mí, por eso no me negué a nada con él. Lo quería y viceversa. Siendo así… ¿por qué habría de ignorar lo que sentía? –Jin quiso preguntar y Ueda no lo dejó- Estando con mi novio las cosas eran diferentes. Me enamoré de Yuichi porque siempre ha valorado cada una de las palabras que digo –se acercó para enfatizar algo y no ser escuchado- “fuera y dentro de la cama”. A veces creo que me escucha más fuera de ella que cuando… En fin, no necesitas detalles. Si quieres preguntar cuál fue el motivo, lo que me movió… -Jin no lo interrumpió- Tuve mucho miedo por él, porque pudiera hacerle daño pero quería protegerme y yo complacerlo… Esa es la razón. Solo quería estar a su lado y si sentía lo mismo, si era correspondido… ¿por qué iba a decirle que no? Es cierto que pasé muchas cosas al lado de Ryo pero… ¿para qué engañarme? Yo ya no lo amaba. La última vez que… - de inmediato se detuvo cuando se dio cuenta que iba a contarle algo demasiado íntimo- Confórmate con eso. Si de verdad quieres a Kame-chan contigo, entonces deja de hacerle daño y decídete de una vez. ¿Quieres aceptar sus sentimientos o no? Si deseas complacerlo, entonces toma una decisión…
-Solo no quiero lastimarlo, Ueda-san… Es todo lo que temo –ya estaba cansado de verlo llorar por los alrededores. De verse en los pasillos y que bajara la cabeza. Que comiera solo… Estaba harto de no poder hablar con él como antes.
-La mejor forma sería que lo dejaras en paz, que te alejaras –si Kame lo escuchara, sabía que se enojaría mucho, pero estaba harto de verlo llorar y por eso metía las manos hasta donde no lo llamaban con tal de que fuera el mismo de antes-. Kame-chan está tan confundido que no puedo decirte cómo es que se siente. Quiere y no quiere estar contigo.
-Yo…
-Siento que sería mejor que no te hubiera conocido –sacó su billetera y dejó el dinero del café, retirándose del lugar para dejar a Jin ahí, sin palabras.
La frase de Ueda papaloteaba en su cabeza, clara y fuerte. Se repetía una y otra vez y su consciencia le decía lo mismo. Quizá habría sido mejor despedirlo cuando creyó que no tenía habilidades de enseñanza, o cuando comenzó a necesitar verlo y comer con él… Todos aquellos momentos tan tiernos… se habían vuelto difíciles, oscuros y fríos desde que… comenzó a cortejarlo, a querer hacerle saber más profundamente sus sentimientos…
Después de exhalar un suspiro, se puso de pie y dejó una propina. Quizá no había sido buena idea hablar con Ueda, porque al final, quedó como un adolescente que no sabía qué hacer con su novia enfadada…
Qué ironía…
Miró de reojo el escritorio de Jin y lo vio ahí con la mirada perdida en el monitor. Algo le decía que no estaba pensando precisamente en trabajo, sino en el problema que tenían ambos. Quería acercarse e invitarlo a cenar, como él lo había hecho hacía mucho tiempo, pero no se armó de valor… No podía evitar sentirse como una colegiala que le preguntaba a su novio si podían ir en una cita… Era vergonzoso y además, su consciencia le gritaba que dejara de pensar en Jin de esa manera.
Algunos profesores se habían dado cuenta del conflicto que había entre los dos maestros. Sonoda le dijo a Kame que si tenía algún problema con Jin, lo hablaran de frente y no solo se quedara observándolo, mientras que Machiko se ofreció a ser intermediaria en caso de que no pudiera hablarle por alguna razón.
Maru ya se había metido mucho en el problema y no pensaba hacerlo más. Quería a ambos, pero no podía resolverles la vida y… además… tenía otras cosas en qué pensar. Desde hacía días, algo le revoloteaba en la cabeza y no lo dejaba tranquilo.
-Hey, Little Teacher-Kame –lo llamó Koki mientras palmeaba su hombro para llamar su atención.
-¿Eh? –volteó con su superior quién le sonreía.
Jin sintió que algo le corría por la espina dorsal y chocaba contra su corazón. ¿Había escuchado bien? ¿Ese maestrucho nuevo lo había llamado como él solía hacerlo? ¿Y de qué privilegios gozaba para llamarlo de esa manera?
-Vamos a cenar. Te invito –dijo guiñándole un ojo para darle seguridad.
-… ¿Ah? –Kame se sorprendió porque justamente tenía mucha hambre y pensó que sería buena excusa para pedirle a Jin que hablaran en privado. Ya estaba cansándose mucho de la situación y quería pedirle siquiera que fueran amigos. No soportaba tenerlo lejos pero… la petición de Koki lo descolocó.
-¡Sí, anda vamos! –le tomó la muñeca y prácticamente lo arrastró por el pasillo para salir de las oficinas.
-Ah, ¡e-espera! ¡Tanaka-sensei! –Kame se quejaba pero no se soltaba del otro.
Cuando ambos se hubieron perdido de la vista de los demás maestros que miraron inconformes que se fueran tan temprano, el profesor de coreano no pudo evitar decir:
-Ese niño es como el consentido de todos, ¿se dan cuenta? –comentó muy serio.
-¿Qué quieres decir? –preguntó Yamanaka ladeando la cabeza.
-Bueno… todo el mundo lo mima, ¿no es cierto? Hiromiya, Sonoda, el Director, Nakamaru, Akanishi… y ahora Tanaka –dijo el coreano anotando más cosas en su computadora-. Tiene mucho carisma el chico.
De inmediato, Jin le dirigió una mirada asesina, listo para preguntar qué quería decir con eso. Y Maru, anticipándose a la mente mal enfocada de su amigo, fue el primero en hablar.
-Es una persona que inspira cuidado, es decir, lo ves y sientes ese deseo, ¿no? –volteó con Machiko para obtener ayuda, quien asintió rápidamente.
-Es muy lindo. A mí me cae muy bien.
-No es que lo mimemos, Kim Soon-sensei –dijo Sonoda muy tranquila-. Siendo novato, necesita los consejos de todos y el apoyo, es por eso que nos enfocamos mucho en él.
-Mmm… -fue lo único que dijo.
-¿Pero saben una cosa? –Machiko comentó mirando de reojo a Jin- Si yo fuera senpai, no dejaría que Tanaka-sensei me quitara la atención de Kame-kun. Apenas lleva aquí dos semanas y parece que quisiera llevarse al cien porciento bien, ¿ne?
-Quizá le da remordimientos el que le quitaran a Kamenashi-sensei su lugar –comentó Yamanaka.
-Posiblemente –apoyó Sonoda-. De todos modos, no es un crimen, además, ambos deben llevarse bien porque están en el mismo Departamento y es mejor si en la escuela no existen las riñas o envidias entre los maestros, ¿ne, Akanishi-sensei?
-… Sí –pero Jin continuaba mirando hacia la pantalla de su monitor.
Tuvo qué concentrarse mucho en su brillo para no saltarle encima a Koki cuando lo escuchó invitar a Kame a cenar. ¿Qué tanto se habían creído esos dos para andarse luciendo por todos lados, como los dos profesores que se llevaban mejor?
Sabía de los rumores de los alumnos. Estaba enterado que ahora las chicas se reían cuando veían a Kame y Koki juntos, y no cuando estaba con él… Y es que el tiempo reducido para convivir era casi de cero. Ni siquiera se hablaban como antes.
Por su parte, no era que no quisiera, sino que ya no quería hacerle daño y ponerlo triste. Quería darle un poco de aire… algo con qué respirar. Estaba cansado de verle la carita deprimida, esperando una mirada suya pero… si lo hacía… no iban a detenerse y volver a ser los de antes… aquellos que coqueteaban y se compartían la comida, que se hacían cumplidos y… Dios… cómo anhelaba un beso suyo…
-Jin… -lo llamó la suave voz de Maru, quién ya llevaba su portafolio bajo el hombro.
-¿Mmm? –contestó aún mirando el monitor.
-Me voy ya.
-Que te vaya bien –de repente a su mente llegó la imagen de Kame besando a Koki, diciéndole las cosas que con él se negaba y… Tuvo qué llevarse las manos a los ojos para fingir mirada cansada.
-Hey… -Maru dejó sus cosas en el escritorio y se inclinó para hablarle- no pasa nada entre esos dos. Cálmate…
-… Yucci… quisiera…
-Lo sé… -apoyó su mano en la rodilla de Jin para hacerlo sentir más apoyado y cuidó ser más cuidadoso con lo que quería decirle- Pero tú decidiste esto… tú quisiste que fuera así y…
-Sí… No quise y no quiero hablarle, porque cada que lo tengo en frente, quisiera…
-Jin… -prefería que no terminara de hablar, porque sino iba a decir todo como lo sentía y saldría disparado a perseguir a Kame.
-Ya… Estoy bien –se retiró las manos de los ojos y le sonrió con resignación-. Anda, vete ya. Ueda-san te espera, ¿ne? Aniversario, ¿cierto? Tres meses. Qué bonito se escucha.
-Si nece…
-Nah, no necesito nada –suspiró y volvió a sus quehaceres-. Y lo que necesito… Nos vemos después, Yucci. Disfruta tu noche y… le mandaría saludos a Ueda-san pero solo amargaría el momento. Así que tú recíbelos.
-Ay, Jin… -Maru se incorporó y tomó sus cosas- a veces pienso que debo obligarte a hacer algo al respecto.
-No. Nosotros no funcionamos como ustedes. Somos demasiado tontos y ustedes muy maduros. Deja a la gente tonta resolver sus problemas de igual forma y… verás cómo todos somos felices después.
-… Jin…
-Anda, anda. Vete ya o Ueda-san me odiará más –le sonrió un poco más tranquilo y Maru asintió dándose la media vuelta, sintiéndose muy triste por la posición que estaba tomando su amigo.
-Espero que te guste, no soy de lo mejor cocinando –dijo Koki dejando en frente un gran plato de vegetales fritos con algunos trozos de carne alrededor, además de una sopa que era muy parecida a la misou.
-No, no te preocupes, Tanaka-sensei –contestó Kame moviendo la cabeza negativamente.
Sin decirle nada, Koki lo encaminó a su departamento para cenar después de darse cuenta que el dinero se le había ido esa semana y no tendría hasta la próxima quincena. Kame se ofreció a pagar la cena pero Koki dijo que mejor cocinaría en su casa… así que no tuvo otra opción que aceptar.
-Te ha de parecer extraño que te invite, ¿ne? –preguntó el otro tomando asiento después de que Kame esperara a que lo hiciera.
-Un poco, sí –asintió sintiendo pena de tomar los palillos que estaban a su lado.
-Bueno, es que hay algo de lo que quisiera hablarte –respondió comiendo un poco de la sopa.
-¿De qué se trata? –Kame ladeó la cabeza sin siquiera prestar atención a la comida.
-Puedes negarte a hablar sobre ello y discúlpame de ante mano por ser tan entrometido –tragó la comida y se armó de valor para preguntar.
El menor no respondió y esperó a que le hiciera la pregunta.
-Tú no quieres ser mi amigo de alguna manera, ¿verdad? –fue directo al grano- No me mires mal, lo pregunto porque así lo siento. Tú no quieres acercarte mucho a mí y… Hiromiya-sensei me dijo que posiblemente tuviste algún problema anteriormente porque eras más… sociable… Según ella.
-… ¿Hiromiya-sensei te dijo eso? –comenzaba a pensar que esa chica parecía ser tan tierna y comprensiva, pero rayaba en la indiscreción.
-Está preocupada por ti. Dice que desde que te enfermaste de la alergia, comenzaste a compórtate extraño –probó el terreno para dar el siguiente paso y al ver que Kame solo bajaba la cabeza, se animó a continuar-. Me doy cuenta que prefieres llamarme “sensei” a “senpai”. Akanishi te trata tan frío que hasta a mí me duele… y las alumnas me comentan que has perdido… mmm… Ellas lo llaman “tu brillo”. ¿Qué ocurre, Kamenash-sensei? Sonoda-sensei
dice que eras más animado antes… que parecías un niño corriendo por todos lados, emocionado por aprender y enseñar, que eras tan lindo que hasta sonreía con solo verte y ahora…
-Lo siento, pero no es algo que deba decirte a ti –dijo Kame para que se detuviera. No estaba soportando que le hablara de ese modo y mucho menos, que cuestionara su carácter. Si continuaba así, iba a echarse a llorar, revelando la verdad.
-Tienes razón. Lo siento –y se apresuró a tomar las riendas nuevamente, porque no era específicamente el grano que quería abordar-. Solo quiero que sepas, que si pretendes retomar el cargo que te quitaron, tendrás qué mostrar más emoción. No estoy diciéndote esto para criticarte, sino para advertirte. Cuando un profesor se ve desanimado, es propenso a que lo despidan.
-¿Cómo? ¿El Director está…? –se preocupó más al pensar en esa posibilidad.
-¡No, no! Él no me ha comentado nada, pero creo que te has dado cuenta que es muy espontáneo en las decisiones que toma… Mejor dicho, no consulta con nadie ni da a conocer lo que está pensando, pero estoy seguro que también ha notado que te has… Que estás deprimido.
Kame bajó la cabeza y su mirada se entristeció. Ya era bastante difícil ver a Jin todos los días, ignorándolo y concentrándose solo en su trabajo, mientras que lo hacía a un lado. No era justo porque todo el amor que sentía se convertía en un arma de doble filo, que cortaba cada vena de su ser provocando que se desangrara y agonizara por una mirada de Jin.
-¿Puedo ayudarte? –preguntó Koki alarmado al verlo tan triste.
-Tanaka-sensei… -las lágrimas se le vinieron y pestañeó variadas ocasiones para hacerlas retroceder- ¿has estado enamorado?
-… Claro que sí –contestó prefiriendo olvidar esa parte de su vida.
-Hace poco… quise casarme con alguien… -pensó que revolver la historia de Yoko con la de Jin sería buena idea para distraer a su superior de la verdad- Esa persona era mi superior en mi trabajo… pero me rechazó…
-Ya veo… -cuando escuchó la palabra “casamiento” de la mano con “rechazo”, no pudo hacer más que ponerse en sus zapatos y escucharlo hasta el final.
-Ella tenía un novio muy lindo, una persona que la ayudó desde que se conocieron. Ha cambiado mucho gracias a él y… bueno, de alguna manera se dio que nos conociéramos y terminamos siendo amigos –sonrió apenado, pidiéndole perdón a Takako por negar su existencia de alguna manera-. Imaginarás cómo me sentí cuando comencé a darme cuenta que sentía algo por… “ella” –definitivamente la imagen de mujer de Jin no cabía en su cabeza.
-Sí… imagino lo complicado que debió ser.
-Pero… comenzó a darme señas de que le gustaba y… bueno… el sentimiento terminó siendo tan fuerte que ninguno de los dos lo soportaba… Me daban… unas crisis muy feas. Quería y no quería verla… y cuando nos besamos fue… horrible.
-¿Horrible…? ¿Por…?
-Por remordimiento… Miento si te digo que nunca tuve la intención de besarla… -recordó lo suaves labios de Jin, masajeando los suyos para tranquilizarlo aquella vez en el salón de clases- pero ya no pude más y le dije que no quería ser más que su amigo porque… Es muy complicado…
-… Entonces tú la rechazaste, no ella a ti –aclaró Koki un poco confundido.
-Sí, al principio así fue –suspiró y continuó-. Me remuerde más el hecho de que estuvo a punto… dispuesta de dejar a su pareja por mí y…
-… Porque eres su amigo, ¿cierto?
-Sí…
-Pero si ella te quería y tú… Bueno… es que el asunto es demasiado complicado… -se mordió el labio inferior y prefirió no seguir hablando. Sin duda era una situación muy estresante.
-Pensé que seguir siendo amigos sería mejor pero… no quiso. Me dijo que lamentaba enamorarse de una persona tan cobarde y… no la vi durante un tiempo… Cuando… nos encontramos de nuevo… simplemente…
“Con pucheros no arreglas nada”
-¿Te ignora? –preguntó Koki pensando que las mujeres podían ser tan poco sensibles. Además, nadie les daba en el gusto, primero querían una cosa y sino las consentías, querían otra. Él no podía entenderlas a veces.
Kame asintió al instante y recordó cómo las últimas semanas habían sido prácticamente de no verlo… o ver su fantasma por todos lados, de pasar a su lado y que estuviera distraído con hojas o… Era doloroso no poder tener su mirada como antes.
-… Pero… ¿sabes?... No debió ser fácil decidir dejar a su novio por ti –le aclaró intentando hacerlo ver el otro lado de la moneda.
-No lo dejó…
-¡¿Eh?! ¡¿Y todavía se hace la digna contigo después de…?! ¡No puedo creerlo! –eso no se lo esperaba. Creía que la chica estaba dispuesta desde un principio, dejando a su pareja cuando estaba coqueteándole.
-Tanaka-sensei… -lo llamó pensando que era mejor idea dejar las cosas como estaban- Está bien. Ya pasó de todos modos y… no me hace caso. Se la pasa ignorándome y…
-Deberías olvidarte de esa persona. Solo te has deprimido mientras ella sigue con su vida, quizá haciendo el amor todas las noches con su novio –imaginó lo asquerosa que era situación y no pudo evitar sentir mucha pena por el chico. Prácticamente habían jugado con sus sentimientos y él, estúpidamente, continuaba esperando que fueran amigos-. Si yo estuviera en tu lugar, me sentiría humillado y la odiaría.
-¿Por qué? –preguntó inocentemente, como un niño.
-¿Cómo que por qué? –se armó de paciencia e intentó explicarle- ¡Jugó contigo, Kamenashi-sensei! Le dijiste que no, porque consideraste muchas cosas, mientras que, con las manos en la cintura te dijo que dabas pena por ser un “cobarde”, cuando ni siquiera dejó a su novio antes de comenzar a cortejarte a ti, a comenzar a buscarte. ¡Eso no se hace!
Kame no hizo otra cosa más que bajar la cabeza y pensar, que quizá las palabras de Koki eran muy ciertas. Jin se la pasó buscándolo, coqueteándole de alguna manera y… al final… ¿qué le había dado? Una bofetada solo por decirle que NO.
-Y lo peor de todo… es que ahora que buscas recuperar esa amistad, simplemente te voltea la cara porque la rechazaste…. ¿Crees que eso…? ¡Por favor, Kamenashi-sensei! Es ridículo.
-No es tan simple… Ella no es ese tipo de persona. Es amable, cuidadosa, alegre y muy graciosa. Le gusta cuidar de la gente que aprecia y… creo que también tiene miedo porque seguimos viéndonos… -se sorprendió escuchándose defender a Jin, pero era la verdad, no podía decir que su superior fuera un desgraciado solo por estar herido también.
-… ¿Es Hiromiya-sensei? –pensó en las pistas que había dado Kame y no se le ocurría nadie más que ella, porque a parte de Sonoda, era la única profesora que había entre tantos hombres.
-¿Qué? ¡No! –contestó de inmediato meneando fuertemente la cabeza- Somos amigos.
-Ah, ya veo… Entonces fue una profesora que se fue antes de que yo llegara, ¿cierto?
-Mmm… Digamos que es como un amor a distancia –contestó para no hacer las cosas tan específicas.
-Bueno… como sea. Mi consejo es que te alejes de ella. Deberías ignorarla cada que te llame o busque la próxima vez. Verás que poco a poco, si dejas de pensarla, vas a lograr sacártela de la cabeza.
-¿Tú crees? –preguntó de nuevo como un niño, cosa que hizo enternecer a Koki.
-¡Claro que sí! Nadie es inolvidable –le aseguró tomando un poco de agua.
-No sé si pueda lograrlo… Yo la quiero mucho… -se imaginó la cara de Jin si lo escuchara decirle aquello y se puso feliz por un momento, sabiendo que él lo besaría de inmediato, susurrándole que también lo quería… entre otras cosas cursis.
-A veces… por más que quieras a una persona, sino eres correspondido de igual modo… las cosas no funcionan y terminan así, como tu historia: uno egoísta porque no obtuvo lo que quiso y el otro, con el corazón hecho pedazos –apretó los labios al ver la expresión soñadora de Kame desmoronarse-. A mí me pasó eso. Al igual que tú, iba a casarme y al final, mi novia me dijo que lo había pensado mejor y que no estaba segura. Poco después me enteré que se fue a Corea por una propuesta de trabajo, por eso no quiso casarse y no fue capaz de decirme la verdad.
-Quizá tiene miedo a lastimarte –comentó Kame frotándose las rodillas.
-¿Lastimarme? Largándose sin decir nada no lastima, te destruye –tomó un poco más de agua y sonrió contrariado-. Es curioso… porque cuando quieres cuidar de las personas, cuando quieres protegerlas de algo que pueda hacerles daño… es cuando prácticamente las matas.
Kame prestó especial atención a esas palabras… Jin… había dicho…
“Si esto te hace sentir mejor, si crees que distanciándonos te haré sentir menos culpable y además, que tendrás menos de éstas crisis que tanto me preocupan… entonces accederé, pero que quede claro que será solo por ti… porque no quiero verte triste”.
¿Sería posible que Jin estuviera alejándose de él, que estuviera rechazándolo, evitándolo… con tal de cumplir lo que le había pedido antes? Era verdad que él quería el distanciamiento, pero también le dolía. Era como decía Koki: pedía una cosa para proteger a Jin y al mismo tiempo, lo dañaba…
Podría ser de igual forma con Jin, que estuviera evitándolo por lo mismo, para que no sucediera lo de antes… Sentir la necesidad de estar juntos, de hablarse, de comer, jugar, etc. Solo estar juntos y… podía estarle causando el mismo daño, podía costarle el mismo trabajo porque ambos no eran de piedra.
¿Pero por qué sentía felicidad de saber eso?...
-No me odia… -dijo sonriendo muy emocionado, sintiendo la necesidad de ir en busca de su senpai y abrazarlo con fuerza, agradeciéndole que tuviera esa atención con él pero… de inmediato se borró su sonrisa, porque de cualquier manera, de qué servía saberlo si tenían qué estar separados y además…
-¿Kamenashi-sensei? –lo llamó Koki al verlo tan sonriente.
Además… Jin continuaba con Takako y si la relación iba a ser así… entonces no tenía mucho sentido alegrarse.
El querer estar juntos y no poder era… horrible...
-Yuichi… -lo llamó con un dejo de melosidad mientras acariciaba su mejilla con su nariz.
-¿Mmm? –preguntó apenas emitiendo el sonido de pregunta mientras volteaba.
-Apaga la televisión~ -le pidió colocándose sobre sus piernas, comenzando a besar la mejilla a su disposición, guiándose hasta los labios con los ojos cerrados-. Es aburrido mirarla cuando estamos de aniversario, ¿no crees? Hay cosas más… interesantes qué hacer~
El mayor obedeció al instante, ya con los ojos cerrados por los besos insistentes de Ueda. Él sí sabía cómo guiar la situación hasta el punto que quisiera. Sin duda, estaba malcriado y a Maru le encantaba cumplirle todos los caprichos que quisiera tener, mientras lo hiciera feliz, no iba a protestar.
-Yuichi… -susurró besándolo sin darle oportunidad de hablar o respirar.
Ueda prácticamente se estaba comiendo a su novio a besos. Pero eso no tenía nada de malo, ¿cierto? Después de todo, eran pareja y podía reclamarlo cuantas veces quisiera, siempre y cuando él estuviera de acuerdo.
-Te quiero, Yuichi… Te quiero tanto… -susurró mientras se colgaba de su cuello para continuar besándolo, sin pensar siquiera en soltarse aún si sus labios ardían.
Le fascinaba besarlo de aquel modo, entre la ternura y la provocación, porque así sentía que Maru sacaba un poco más de ese instinto que pocas veces podía verle gracias a su timidez.
-Tat-chan… -susurró Maru cuando pudo liberarse de los labios de Ueda, quién dejó escapar un gemido de reclamo al sentirlo lejos.
Sin embargo, el mayor no regresó a besarlo sino que continuó haciéndolo por toda la cara y sobre todo, masajeando sus mejillas, cuello y hombros. Se paseó por su cuello, acariciando con la nariz y también con la boca, cerrando los ojos y exhalando para hacer sentir más impaciente a Ueda.
-Yuichi~ -se recargó contra la falda del sofá, sentado como estaba en el piso.
Maru no le respondió. Estaba muy absorto en satisfacerlo que olvidaba en donde estaban.
-Ne… -lo llamó al darse cuenta que estaba muy ido, como si pensara en otras cosas además de besarlo- ¿Yuichi? ¿Me estás escuchando? –abrió los ojos, aún sintiendo las caricias delicadas de su novio en su piel.
No era que no le gustara, sino que… no era usual que Maru estuviera tan concentrado en su cuerpo… Comenzaba a sentirse mal atendido a pesar de todas las caricias tiernas pero… era extraño que no lo mirara a la cara. ¿Por qué?
-Yuichi –lo llamó con más firmeza deteniéndole el rostro, tomándolo entre sus manos y dirigiéndolo a la altura del suyo.
-¿Qué pasa? –preguntó desconcertado. Pensaba que de ese modo podría complacerlo más pero… parecía que se había equivocado.
-Es lo mismo que quiero preguntarte, ¿qué pasa? –se acomodó mejor en el piso, provocando que la atmósfera romántica y pasional se perdiera.
-Dijiste que… -se sintió confundido. ¿Lo estaba haciendo mal?
-Lo dije, pero… -esbozó un puchero y dibujó una cara adorable para enternecer a Maru- siempre me miras… ¿por qué ahora no?
El mayor exhaló un suspiro de alivio y se sentó al lado de Ueda. Sonrió tranquilo al darse cuenta que era algo poco grave… porque…
-¿De qué te ríes? –preguntó Ueda ladeando la cabeza, un poco enfadado.
-Pensé que era otra cosa… Me asustaste –le rodeó los hombros y lo atrajo a su pecho para darle un beso en la frente.
-Ne… Has estado muy raro estos últimos días, ¿qué pasa, Yuichi? –se alejó un poco de su pecho y ladeó la cabeza, sintiéndose nervioso por lo que pudiera decir.
-No ha pasado nada –le sonrió acariciándole las mejillas con el dedo índice de una de sus manos-. Mucho trabajo solamente.
-¿Ha pasado algo con Kame-chan? ¿Estás preocupado de nuevo por él? –por primera vez, se sintió idiota porque comenzó a sentir celos de Kame. Demasiada atención para su amigo tortuga.
-Ya te dije que está como siempre, Tat-chan –contestó Maru arqueando la ceja al darse cuenta que Ueda esbozaba un puchero muy conocido…- ¿Estás celoso?
-¡No, no lo estoy! –se puso de pie y se cruzó de brazos.
-Lo estás –también se levantó y lo abrazó por la cintura para comenzar a besarle el hombro y dejar ahí apoyado su mentón.
-¡No es cierto!~ -contestó Ueda sin liberarse del abrazo.
-Tranquilo. Te quiero solo a ti, Tat-chan –le besó la mejilla para hacerlo sentir más seguro y que no continuara preguntando.
-Pero, Yuichi… -volteó un poco sonrojado, aún dentro del abrazo y puso sus manos a la altura de su pecho- de verdad te noto raro… como si estuvieras preocupado. En serio, dime qué pasa.
-Tat-chan…
-Si me dices que no es nada, me voy a la habitación y puedes pasar el resto de la noche solo porque no pretendo escuchar más –lo dijo con una seriedad que a Maru le dio miedo, y a partir de eso, el temor que tenía dentro de su pecho se avivó.
-Está bien pero… antes quiero preguntarte algo –le acarició la mejilla delicadamente con su dedo, sintiendo la suavidad característica de su piel.
-No te responderé sino me prometes contarme todo –condicionó el menor cruzándose de brazos, deshaciendo el abrazo de Maru.
-Te lo contaré. No me hables así… -lo atrajo hacia él para sentarse juntos en el sofá y el menor obedeció, pero haciéndolo como siempre, sobre sus piernas pero en ésta ocasión, negándose a abrazarlo por el cuello- Siento que te he hecho enfadar de verdad.
-Lo conseguirás si me sigues ocultando las cosas, Yuichi… -su tono cambió a uno de preocupación y ésta vez sí lo abrazó, recargando su frente en la mejilla de Maru.
-Está bien pero… prométeme que me serás totalmente sincero, ¿de acuerdo? –entrelazó su mano con la que Ueda tenía sobre sus piernas y lo estrechó gentilmente contra sí mismo.
El menor solo asintió y cerró los ojos para escuchar lo que quería preguntar.
-¿Alguna vez, te has arrepentido de… estar conmigo? –preguntó sabiendo que Ueda iba a molestarse.
De inmediato el menor se alejó y lo miró con sumo desconcierto. No esperaba que le llegara a preguntar eso, y mucho menos en pleno aniversario. ¿Es que acaso Yuichi estaba…? ¿O él había dado señales de…?
-¿De qué hablas?
-Solo contéstame.
-No. Ni siquiera cuando nos peleamos –movió negativamente la cabeza arqueando las cejas. Comenzó a preocuparse por la pregunta, porque no era usual que Yuichi fuera tan negativo-. Mi amor, ¿estás bien? ¿Por qué me preguntas eso?
-Es que los años que pasaste al lado de Ryo… y yo apenas te conozco hace poco más de tres meses y… Bue-bueno… -comenzó a explicarse pero no sabía cómo decir lo que tenía en mente, lo que había sentido cuando Kame le había dicho que no podía hacer como ellos dos, simplemente aceptar sus sentimientos y botar a las terceras o segundas personas que interferían para poder estar juntos.
-Yu-i-chi~ -lo llamó melodiosamente mientras se sentaba abriendo las piernas sobre sus muslos.
Maru se sintió nervioso de verlo sobre él, colocando sus brazos sobre sus hombros y juntando su frente.
-Es cierto que pasé mucho tiempo con Ryo y quizá… me conozca más que tú pero… -le alcanzó los labios, lo cuales besó con tranquilidad, sintiendo que esa última frase lo lastimó un poco, pero era la verdad- ¿Pero sabes qué?
-¿Qué? –preguntó Maru queriendo volver a besarlo, pero se sentía muy nervioso debido a la cercanía de Ueda y… sobre todo… su posición sobre su cuerpo.
-Quiero que tú me conozcas mucho mejor que él –comenzó a besarlo tranquilamente, mientras que invitaba a Maru, con sus manos, a rodearle la cintura y acercarlo más contra su cuerpo.
-Tat-chan… -suspiró cuando sintió cómo el menor comenzaba a besarle el cuello, buscando un lugar donde dejar una marca para que sus compañeros de trabajo no la vieran… aunque después se dijo que sería mejor marcar el territorio, pues no quería que nadie pensara en quitárselo.
-Yuichi… -lo llamó volviendo a mirarlo a los ojos, juntando su frente y observándolo con aquella coquetería innata, formando un ligero puchero para verse aún más lindo.
-Dime –sonrió mordiéndose el labio inferior para calmar las ansias de echársele encima.
-No te atrevas a compararte con Ryo o que yo piense alguna vez en hacerlo porque… no puedo –comenzó a jugar con los botones de la camisa para despojarlo de ella, aún observándolo con aquella mirada provocativa.
-¿Qué quieres decir? –no comprendía bien qué quería decir.
-Quizá haya pasado mucho tiempo a su lado pero… que llegaras tú no quiere decir que tengamos desventaja sobre ese pasado… -rozó sus labios y automáticamente Maru lo atrajo más contra su cuerpo. De algún modo, el mayor quería hacerle saber que tendría qué hacer muchos esfuerzos para poder escapar- Ve el lado positivo, mi Yucci… -era la primera vez que lo llamaba así, y le daba miedo que rechazara el apodo que solo usaba Jin- tenemos mucho qué recorrer juntos y… quiero que tú me enseñes a amarte y yo estoy trazándote un camino, que has seguido con una facilidad increíble…
-¿Un camino para qué? –acarició la nariz de su novio con la propia y lo sentó más adecuadamente para quedar a exactas alturas.
-Para amarme, tontito… -sonrió divertido y Maru lo miró con fingida indignación- Para enamorarme cada día más de ti… He llegado a sentir… ¡que…! -se sorprendió un poco cuando Maru lo tomó de la cintura y lo recostó sobre el sofá, cambiando posiciones. Soltó un suspiro de miedo cuando se vio debajo de su novio y sonrió- Yucci… me asustaste… -le acarició ambas mejillas y el mayor solo pudo sonreír y aproximarse a besarlo.
-¿Qué has llegado a sentir? –le besó la mejilla, comenzando a trazar un camino hacia el oído de Ueda, quién ladeó la cabeza para dejarle más fácil la trayectoria.
-Que en verdad… tú eres mi velita de la felicidad.
En ese momento, Maru se detuvo y lo miró a los ojos, sorprendido. Ueda se desconcertó por eso, pensó que quizá no le gustó el comentario.
-¿Qué?...
-No, es que… Kame-chan dijo algo parecido sobre… Bueno, usó esa frase hace poco –contestó Maru sonrojándose. Sabía que eso de la “velita de la felicidad” era bueno, porque Kame estaba terco en que Takako era la de Jin… En pocas palabras era algo sumamente especial y que Ueda lo llamara de ese modo…
-Entiendo –le sonrió y extendió su mano para acariciarle la mejilla-. Yuichi… yo… nunca le dije eso a Ryo…
-¿En serio? –sonrió más emocionado, sintiendo unas ganas enormes de consentir a Ueda en todo lo que quisiera, besarlo, abrazarlo… o si solo quería que se quedaran ahí, viéndose el uno al otro, entonces lo haría.
-Te lo puedo jurar –asintió sonrojándose también. Algo estaba sintiendo dentro de su pecho, además de la sensación agradable de su corazón palpitando rápidamente-. Yo no… me arrepiento de nada… Ni cuando te besé en el bar, aunque después me haya disculpado, ni cuando tuvimos la primera cita y… mucho menos… de haberte permitido hacerme el amor esa misma noche…
-Tat-chan… -estaba conmovido por la entrega que estaba presentando Ueda en ese momento. No se imaginaba qué hacía él para tenerlo ahí, diciéndole aquellas cosas tan lindas.
-Yucci… -lo abrazó por cuello para atraerlo más a su rostro- quiero amarte… como a nadie en el mundo. Quiero hacerlo con todo el corazón… Quiero… -pero de solo observar la expresión de Maru, supo de inmediato que era correspondido de forma especial- Mi Yucci… quiero ser tuyo siempre… No quiero que se termine lo nuestro… Aunque sea poco el tiempo que llevamos… yo…
-Para mí no es poco… -le dio un corto beso en los labios- y si tú quieres que sea mucho más… no tienes qué hacer más que ser tú mismo, ¿ne?
-Yuichi… -se sonrojó mientras asentía y lo acercó más para darle un beso mucho más largo que el anterior- Te quiero tanto… Mi Yucci… Mi Yucci…
-Yo también te quiero mucho –respondió cuando pudo y quiso levantarlo del sofá para llevarlo a la cama pero…
-Ya basta de la cama, ¿no crees? –apretó los labios emocionado.
-¿Quieres quedarte aquí?... –le susurró dándole un beso cerca del ojo.
-Mmm… -miró de reojo hacia el rincón de la sala, donde se encontraba el piano.
-¡Ah, pe-per-pero…! ¡¿N-no se de-de-de-desafi… na?! –preguntó muy nervioso.
-Lo puedo afinar después –se mordió el labio inferior y se incorporó, tomando de la mano a Yuichi y llevándolo hacia el piano negro de cola.
-Pe-pero… podríamos… ro-ro-rro-mperle algo, ¿ne? –sintió cómo Ueda lo sentaba en el banquillo y volvía a desabotonar la camisa.
-Mmm… Depende de las veces y cómo lo hagamos pero… No seas presumido además, no podemos porque lo necesito para mis clases… Pero si algún día quieres que rompamos uno pues…
-¡¡No, no, Tat-chan!! ¡No digas esas cosas! –pidió Maru sorprendido de ver la veracidad de sus palabras en sus ojos.
-Yuichi… no grites –le susurró al oído mientras deslizaba su camisa por los hombros-. Los vecinos van a pensar que ahora cambiamos lugares…
-Oh, Dios mío…
Ueda podía ser tan… divertido y provocador al mismo tiempo. Además de sus cambios de humor antes, durante y después de hacer el amor a veces lo descolocaban. Podía ser increíblemente provocador al principio y al final, comportarse como un gatito meloso que pedía ser mimado después de tanto ajetreo. Era una caja de sorpresas a todas horas, no solamente cuando se entregaban. Y eso le fascinaba de él.
Por su parte, el menor adoraba la timidez de Yuichi al momento de comenzar con el acto sexual. Le gustaba mucho jugar con las palabras y las situaciones para ponerlo nervioso. Sabía que podía conseguir mucho con solo comportarse de diferente manera para que su novio le hiciera el amor donde quisiera o como quisiera… pero no solo eso, Maru era tan dulce en cualquier situación que… no podía evitarlo, se derretía cuando le hablaba bonito. Por eso le daba terror que alguien más descubriera la calidad de persona que era.
-Yuichi… -lo llamó mientas se besaban, acomodándose en el banquillo aún con la mayor cantidad de ropa puesta.
-¿Mmm? –preguntó besándole el cuello, acariciando la piel debajo de la ropa de su novio.
-No dudes… que si estoy aquí, es porque quiero estar contigo…
-Hai –acarició tanto como pudo, moviéndose de un modo que a Ueda le provocó cosquillas.
-Mi amor –lo abrazó con sus piernas y sentía el leve subir y bajar de su cuerpo.
-Dime –le besó el mentón y se abrazó a él, para sentirlo un poco más.
-… Aún tenemos la ropa puesta –se rió por lo bajo y entonces Maru se detuvo y se observó a sí mismo y a su novio también.
-Ah…
Ueda continuaba riéndose discretamente y Maru se rascó la nuca pensando que había sido vergonzoso aquel lapso de tiempo donde creyó estar haciéndolo suyo…
-Eres tan lindo…
-No es cierto… -se quejó Maru suspirando.
-Sí que sí~ -canturreó Ueda para volver a aprisionar sus labios y acariciar la espalda de su novio.
muajajajaj las cosas se ponene cada vez mejores
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Re: SENSEI (AKAME) cap 27 al 35
no quiero seguir muriendo y reviviendo... T.T si sigo asi se estropeara el mecanismo y capaz que muero y ya no puedo resucitar T.T
jin esta hecho un lio pobre... pero no me gusta como trato a kame antes U.u y los golpes de maru fueron muy buenos quiero una segunda ronda!!
si maru dio una segunda ronda asi se hace!!! kame no le puede decir todo eso a jin pero ya se lo esta diciendo pasaran muchas cosas pero esos dos bakas se aman y bueno pase lo que pase con takako si jin ya no la ama a ella no se puede hacer anda asi que no te des mal kame!!!!
jojo jin derrotado ya... no pedire una tercera ronda porque entoinces ya jin si que muere pero es bueno que haya entendido a kame eso me alivia pero... YO NO QUIERO QUE SOLO SEAN AMIGOS!!!
no quiero kokame jin esta celoso >.< pero por que son tan bakas los dos?
ains... bueno maru y ueda ya llevan 3 meses? y ryo-chan no aparecio? aunque aun sigo un poco mosqueada por lo del arbol... >.<
waaaa koki esta hechando mucha leña al fuego!! seguramente habra kokame aqui... bueno... igualmente lo que dice koki... algo de razon le doy jeje... jin aun no ha dejado a takako y eso lo veo algo feo >.< no por kame sino por takako
exacto kame el no te odia
este ueda me encanta que de cosas le dice a maru ya puedes estar feliz y consentirlo mucho es un amor!!
jajajajaj ueda!!! "Depende de las veces y cómo lo hagamos pero… No seas presumido además, no podemos porque lo necesito para mis clases… Pero si algún día quieres que rompamos uno pues…" ame esa frase ajajaja como me he reido xDDD
jajaj maru que despistado y ueda que lindo todo lo contrario que esos dos bakas que no saben que hacer con sus vidas
pon la conti ya quiero otro capi~~!!! donde los escondes!! xDD
jin esta hecho un lio pobre... pero no me gusta como trato a kame antes U.u y los golpes de maru fueron muy buenos quiero una segunda ronda!!
si maru dio una segunda ronda asi se hace!!! kame no le puede decir todo eso a jin pero ya se lo esta diciendo pasaran muchas cosas pero esos dos bakas se aman y bueno pase lo que pase con takako si jin ya no la ama a ella no se puede hacer anda asi que no te des mal kame!!!!
jojo jin derrotado ya... no pedire una tercera ronda porque entoinces ya jin si que muere pero es bueno que haya entendido a kame eso me alivia pero... YO NO QUIERO QUE SOLO SEAN AMIGOS!!!
no quiero kokame jin esta celoso >.< pero por que son tan bakas los dos?
ains... bueno maru y ueda ya llevan 3 meses? y ryo-chan no aparecio? aunque aun sigo un poco mosqueada por lo del arbol... >.<
waaaa koki esta hechando mucha leña al fuego!! seguramente habra kokame aqui... bueno... igualmente lo que dice koki... algo de razon le doy jeje... jin aun no ha dejado a takako y eso lo veo algo feo >.< no por kame sino por takako
exacto kame el no te odia
este ueda me encanta que de cosas le dice a maru ya puedes estar feliz y consentirlo mucho es un amor!!
jajajajaj ueda!!! "Depende de las veces y cómo lo hagamos pero… No seas presumido además, no podemos porque lo necesito para mis clases… Pero si algún día quieres que rompamos uno pues…" ame esa frase ajajaja como me he reido xDDD
jajaj maru que despistado y ueda que lindo todo lo contrario que esos dos bakas que no saben que hacer con sus vidas
pon la conti ya quiero otro capi~~!!! donde los escondes!! xDD
Nyaomi- Mensajes : 543
Fecha de inscripción : 02/07/2011
Edad : 33
Localización : Recorriendo la Johnny's ^^
Re: SENSEI (AKAME) cap 27 al 35
SI!!!!!!!!!1 POR FIN!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
JIN ACEPTA QUE KIERE A KAZU....
KAZU ACEPTA KE KIERE A JIN!!!!!!!!!!!
HASHHH.. POBRES...
NO PUEDEN ESTAR JUNTOS X K TIENEN MIEDO DE LASTIMAR A OTROS.... WAAAAAAAA NO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
POR FAAAAAA... NECESITO AKAME FOREVER...
SISISIS
HAAAAA AHORA EXIJO CONTI!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
KIERO SABER QUE PASARA CON JIN Y CON KAZU.. HAA Y ESE KOKI...
DANNYKAZU- Mensajes : 627
Fecha de inscripción : 29/06/2011
Edad : 37
Localización : en el caparazon de kazu
Re: SENSEI (AKAME) cap 27 al 35
voy a llorar x las palabras de kame xDDDDDD llore llore llore buuuuuuuuuuu snifffffffffff q bonito lo q dice kame aunch!!! quiero seguir llorando ahhhhhhhhh kamezuin yo te consuelo buuuuuuuuuuu pobre jin tambien como sea el sufre las desiciones de kame uffa ese tat-chan si q esta enojado, ueda no le digas a jin q se aleje de kame entonces si me muere toditita wuaaaaaaa???!!!! tenia q salir koki con eso de litle teacher hoy si se desato el kokame jejejeje al maestro de coreano hay q decirle q no sea metiche esa machiko es mi heroina jejejejeje si denle piquetes de celos a jin para q no se deje quitar a su kazuin hasta sonoda le tiro al jin!!! lo zapearon mentalmente ahora jin esta celoso muajajajajaja ya me entro la culpa x q me gusta el kokame pero mi delirio es el akame y jinjin esta sufriendo dema noooooooooo q no le haga caso a koki esto ya se puso peor el maruda se lleva genial espero q puedan ayudarle al akame a no ser tan bakas.
meii otro capi por fis mira q muero x saber q pasa.
meii otro capi por fis mira q muero x saber q pasa.
xiochermm3- Mensajes : 1355
Fecha de inscripción : 07/01/2011
Localización : abrazando a mi kazu
Re: SENSEI (AKAME) cap 27 al 35
waaaaa que capi! muy sentimental! Kamecito no sufras más, tirate a los brazos de koki!! *cof cof* sorry, ese fue mi momento kokame...xP
Jin, que hace??? tiene q buscar a Kame, secuestrarselo y tirarsele encima!!!
Es un capi algo melancolico, espero que las cosas mejoren de aqui al proximo capi.
Gracias meii.pindy por traerlo!!!
Y AUTORA DEL FICSI ESTAS POR AHI UN MENSAJE: ESCRIBES HERMOSO ES UNA PENA QUE LO HAYAS DEJADO.
P.D: MI QUERER MAAAAAAAS!!! quiero el proximo capi ya!!!
Jin, que hace??? tiene q buscar a Kame, secuestrarselo y tirarsele encima!!!
Es un capi algo melancolico, espero que las cosas mejoren de aqui al proximo capi.
Gracias meii.pindy por traerlo!!!
Y AUTORA DEL FICSI ESTAS POR AHI UN MENSAJE: ESCRIBES HERMOSO ES UNA PENA QUE LO HAYAS DEJADO.
P.D: MI QUERER MAAAAAAAS!!! quiero el proximo capi ya!!!
aliz_kasanugi- Mensajes : 14
Fecha de inscripción : 07/01/2011
Re: SENSEI (AKAME) cap 27 al 35
Kyaaaaaaaaaaa!!~ ♥__________________________♥ kyaaaaaa!~ & más kyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!~ osea... de todo me haces pasar mujer!!~
continualo pronto, pronto TTwTT si??
continualo pronto, pronto TTwTT si??
QWRT- Mensajes : 211
Fecha de inscripción : 06/01/2011
Re: SENSEI (AKAME) cap 27 al 35
mi querer capi 13!!!! ya no quiero que kame sufraa!! XP
aliz_kasanugi- Mensajes : 14
Fecha de inscripción : 07/01/2011
Re: SENSEI (AKAME) cap 27 al 35
meiii.pindy!!!!! NO NOS HAGAS SUFRIR MAAAAS!!!!! QUEREMOS EL 13!!! sino el monito se colgara jajaja!
aliz_kasanugi- Mensajes : 14
Fecha de inscripción : 07/01/2011
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