The Rain Leaves a Scar [Tegomass]

Lalala ♪ Este es el primer Fic/Oneshot que termino en mi historia~ Yei :D
Lo escribí en mi cochera día que llovía y hacía un frio del demonio ._. Mi padre casi me mata porque dijo que me iba a resfriar XD Y no entre a casa hasta que llego mi hermana por mi :D
Duh, como si esto importara...
Lo que si es importante es esto: Para cuando me di cuenta, el final quedo muy -empalagoso- XD
El principio lo escribí estando de mal humor y no lo había terminado, pero lo termine mucho tiempo despues estando de buen humor y PLOF, quedo así~ Lo siento ._.
[Larga presentación~ asdasd]

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En aquellos tiempos la soledad parecía querer ser mi única compañía. Desde que había decidido vivir por mi cuenta, alejado de mis padres, pensé que día a día tendría que resignarme a que el departamento en el que vivía se viera totalmente desolado…

Generalmente ninguna voz se escuchaba dentro de mis pálidos muros blancos, sin embargo, alguien me salvo de esa tortura, y ese alguien era ni más ni menos que mi mejor amigo: Masuda Takahisa. Mis tiempos libres solía pasarlos enteramente en su casa, haciendo cualquier tontería que se nos ocurriera, pero en ese entonces todo debía cambiar.

En días de lluvia como el de aquel invierno me gustaba pensar mientras veía al cielo que, en ocasiones, adquiere un tono rojizo muy emotivo. Escuchar el sonido tan apacible de las gotas cayendo me llenaba de calma y las calles totalmente vacías por causa del frio me hacían sentir especial. Como si fuera la única persona en el mundo.
Pero mi corazón sabía que no era así, y es que en mi egoísta mente, aun a pesar de la desoladora imagen que veía por mi ventana, seguían estado presentes dos personas:
Por supuesto, yo mismo: Tegoshi Yuya, y él: Masuda Takahisa, el salvador que le daba luz a mi monótona vida.

No podía evitar el preguntarme que estaría haciendo el mientras afuera había un paisaje tan maravilloso, digno de ser observado el día entero. ¿Estaría el también viendo el hermoso cielo mismo que yo adoraba contemplar? El solo imaginar una respuesta lograba que en mi cara se asomara una sonrisa algo nostálgica, ya que de seguro no estaba haciéndolo. Probablemente se encontrara entre las muchas sabanas de su cama, protegiéndose del frio, o viendo televisión a la vez que comía galletas y tomaba un café muy caliente. En verdad me hubiera gustado estar a su lado en ese día tan precioso, pero ahora era imposible.

Y es que en un ataque de sinceridad me había atrevido a ir en contra de las reglas del mismísimo dios por el presentimiento de un “sentimiento compartido”… Definitivamente lo había arruinado todo…

No había forma de cambiar la estupidez que había dicho y que entonces amenazaba con derrumbar por completo la felicidad que difícilmente lograba conseguir… ¿El se alejaría de mi? ¿De alguna manera el podría no odiarme? era imposible…

Cuando me di cuenta, el cielo había comenzado a llorar más fuertemente… ¿Sería que se sentía tan triste como yo? Ver la escena de tan feroz lluvia me pareció una extraña provocación de la madre naturaleza… ¿Querría que llorara junto al aparentemente deprimido cielo?

De solo recordar como la brillante sonrisa de mi amigo cambiaba por una mueca de repugnancia hacía menos de 24 horas me llenaba de una amargura increíble y, sin siquiera notar cuando, un liquido sin color comenzó a invadir la frontera de mis ojos hasta salir de ellos sin parar, sin descanso.

Solo entonces acepte la invitación de la lluvia, me aparté de la ventana y, sin tomar ni siquiera un paraguas o un abrigo, salí de mi departamento solo con las llaves de este en mano y después de cerrar la puerta tras de mi comencé a caminar sin rumbo alguno en mente.

A cada paso, las gotas de lluvia caían como espinas sobre mis brazos descubiertos y, al respirar, de mi boca salía un molesto humo blanco que comenzaba a hartarme sin motivo, simplemente mi humor no estaba para nada bien.

Podía sentir como, en mi cara, el cristalino regalo del rojo cielo se mezclaba con mis propias lágrimas que aún no había podido dejar de derramar. Eso me hacia ligeramente feliz, después de todo, si a algún periodista loco se le ocurría salir aun con tan inusual clima, podría confundir mi llanto con el caer de la incesante lluvia que se hacía presente, ¿no es así?

De pronto mis pies dejaron de caminar y me encontré en un parque cercano a mi hogar, el cual, ahora estaba completamente vacío y la imagen que daba no era para nada acogedora.

Mis pies estaban cansados de lo poco que había caminado (raro en mi, que poseía una condición física más que buena…), así que después de observar un rato el parque, divisé a lo lejos un gran árbol que estaba justo en el medio de todo lo demás, sobre un seco pasto que anteriormente había sido el mas verde que había visto en mi vida.

Aquel árbol era más que hermoso y solía adornar fantásticamente la vista de las personas que gustosamente, cada primavera, iban a contemplarle. Sin embargo, ese día, al igual que todos las demás plantas del lugar, el gran árbol estaba totalmente “muerto” por causa del siempre tan insensible cambio de las estaciones, y sus ramas que tan seguras se veían con un sinnúmero de hojas cubriéndolas, entonces parecían estar tan débiles que en cualquier momento se vendrían abajo.

Ese paisaje podría haber puesto triste a cualquier persona que pensara de la misma manera que yo, pero en ese momento, aquella imagen me daba fuerzas. Si el tiempo no perdonaba a seres tan puros como lo son los arboles, ¿Por qué tendría que favorecerme a mí?

Lentamente caminé hacia aquel ser inmóvil y me senté bajo la protección de lo que quedaba de él, sintiendo como si la sensación de aquella dureza en mi espalda pudiera ayudarme a no caer en el oscuro abismo que mi mente comenzaba a formar.
Levante la mirada para contemplar una vez más las ramas que parecían no tener vida y, mientras observaba, una extraña comparación surgió en mi mente.

Quizá mi amor por Massu era tal como las hojas de las ramas. Estas, podían servir una temporada para ayudar al gran árbol a cubrirse, sin embargo, el tiempo se encargaba de hacerlas desaparecer para que así crecieran unas hojas mas nuevas, frescas y bellas… Tal vez era tiempo de que mis sentimientos también se marchitaran para dar paso a unos mejores. Tal vez también era hora de yo conociera a una chica y…
¿Qué demonios? Es obvio que yo no pensaba eso ¡Yo quería seguir a su lado más que nada en el mundo! Pero ahora aquello se veía cada vez más lejano y tan improbable como el deseo de hacer desaparecer el otoño para admirar por siempre la belleza de las flores en los arboles. Simplemente no podía ser.

De pronto, mis pensamientos fueron interrumpidos por una extraña sensación proveniente del bolsillo derecho de mis jeans. Ahhh~ ¡Que mal~! Había olvidado sacar mi móvil de allí y ahora estaba tan empapado como yo…
La lluvia caía sin piedad sobre él y aun así seguía avisando fielmente una llamada entrante.

Aun si hubiera querido ver en el identificador de la pantalla quien me llamaba, mi vista estaba borrosa por causa de mis lágrimas, así que abrí el aparato sin hacerlo. Podría haber apostado que la llamada provendría de Yamapi, quien tal vez quería darme algún aviso sobre futuras actividades con NEWS, por lo que conteste sin tratar ni un poco de esconder lo débil que sabia se encontraba mi voz, pues seguramente podría mentirle diciéndole que estaba resfriado.

-¿Hola? Habla Tegoshi- Por desgracia mi voz había temblado un poco, y lo mismo hizo mi cuerpo entero al escuchar la voz proveniente del otro lado de la línea.

-¿Tegoshi? ¿Pasa algo? No te escuchas para nada bien…- Cuando mi cerebro por fin proceso que justo Masuda Takahisa era quien me llamaba, mi corazón dio un brinco enrome y las lagrimas que por un momento habían parado al pensar en lo fiel que era mi celular por soportar incluso la caída de la lluvia volvieron a mi rostro, esta vez trayendo consigo una gran confusión.

¿La llamada seria acaso para burlarse de mí? ¡Claro que no! Eso no estaba en su naturaleza… Entonces, ¿Y si quería mostrarme su molestia por lo que le había dicho el día anterior? Fuera lo que fuera no quería saberlo, así que durante unos pocos segundos que a mí me parecieron una eternidad, mi mente se lleno con los recuerdos de lo que anteriormente había sucedido.

-FLASHBACK MODE ON-
La vista del cielo nocturno era fabulosa ese día. Las estrellas tenían un brillo único y combinando eso con las luces provenientes de la gran ciudad frente a nosotros creaba un ambiente único en el balcón de la habitación de Masuda.

-Nee, Massu, la noche está muy linda hoy, ¿no? Las estrellas están alineadas tan perfectamente que la imagen parece paranormal, como en las películas…- Ver el hermoso espectáculo que el cielo me dejaba ver me causaba una enorme y repentina felicidad, la cual, quise compartir con mi compañero, quien solo hiso un ademan afirmativo con la cabeza mientras veía concentrado hacia el cielo.

Sus ojos reflejaban el brillo de las estrellas y su rostro lucía más que bello teniendo como fondo la noche tan oscura, que era solo iluminada naturalmente por la luna.
Ver su cara tan llena de tranquilidad e inocencia, por alguna razón, hizo que la delgada línea de lo que está bien y lo que está mal (que por cierto cada día se hacía más invisible para mí) desapareciera completamente y después de llamar su atención tocando su hombro, no pude medir mis palabras; esas palabras de las que más tarde me arrepentiría…

-¿Sabes que pienso cuando veo hacia la luna? Pienso que su belleza y pureza son solo comparables con personas como tú…- Mientras pronunciaba estas palabras mi amigo me dedico una mirada de extrañeza y después de soltar una de sus risas nerviosas me respondió haciendo ver lo que dije como el más malo de los chistes…

-Pero, ¿Qué estás diciendo? Has estado leyendo muchos mangas románticos otra vez, ¿verdad?- Poco a poco su voz fue cambiando hasta llegar a un tono tan frio que mas que parecer una pregunta, pareció un tipo de afirmación, por lo que estuve a punto de ponerme a llorar ahí mismo.

-¡No es así! Simplemente, me he dado cuenta de que hace tiempo que no solo te veo como un amigo, sino como algo incluso más importante… Me gusta más de lo normal esa sonrisa tuya y… Creo que… En verdad me… Enamore de ti…- A la vez que hablaba, mantenía mi cabeza baja pues me daba miedo ver cualquier expresión que se asomara en su rostro, pero al decidirme a voltear a verle, su cara me llenó de una tristeza inigualable cuando note como parecía tener un letrero enorme en la frente que decía “asco”. Por supuesto, esto fue un invento de mi imaginación, pero en realidad sus gestos claro que mostraban su sorpresa, su confusión, y más que nada su decepción.

No pude soportar más tiempo su mirada y salí corriendo de aquel lugar… Apenas crucé la puerta y el reflejo de mi desilusión cayó en forma de lágrimas mientras conducía impaciente por llegar a casa y hundirme en mi tristeza lo que restaba de la noche… Solo… Tan solo como debía haber estado desde un principio.
-FLASHBACK MODE OFF-

No podía articular ninguna palabra sabiendo que era él quien me había llamado, sin embargo, de pronto salí de la especie de trance al que había entrado y un sollozo salió de mi garganta, seguido por un silencio que nadie parecía quería romper.
Conforme los minutos pasaban, mi corazón también se calmaba un poco, y todo iba bien hasta que escuche su voz una vez más, logrando que el esfuerzo que puse en tranquilizarme se fuera simplemente a la basura.

-Tegoshi Yuya, ¿Dónde demonios estás? ¿Todo está bien?- Al escucharlo traté de responderle, pero un maldito nudo se había formado en mi garganta, tal vez fruto de el tiempo que había estado llorando. –Demonios… ¡Responde!- Esta vez su voz se escuchaba intranquila. Ese tipo de voz que te hace imaginar a alguna persona tratando de arrancarse los cabellos de lo desesperada que esta, así que con un poco mas de esfuerzo por fin las palabras salieron. No quería preocuparlo más, tal vez solo se sentía culpable…

-¿Yo? ¡Estoy en casa! ¿Dónde más?- Trate de fingir una risa, de esas terriblemente falsas que tratan de disimular que “todo está bien” y al tragar saliva al fin pude continuar hablando. –Claro que estoy bien, Massu.-

-No intentes mentirme. Estoy tocando tu puerta desde hace más de 10 minutos… Además escucho la lluvia de fondo en la llamada… ¡Dime donde estas!- Y si había pensado durante sus palabras anteriores que su voz era seria, ninguna frase se comparo a esta última. Nunca lo había escuchado de esa manera… Solo entonces supe que no podía seguir engañándolo, después de todo, el me conocía a la perfección.

Después de darle indicaciones de cómo llegar al parque volví a guardar mi móvil en el bolsillo y en los siguientes minutos me dedique a hacer todo lo posible por terminar de una vez con el molesto goteo de mis ojos, y lo logré. Agradezco haberlo hecho, ya que así pude ver claramente la figura de quien esperaba corriendo frenéticamente, volteando hacia todos lados, buscándome.

En cuanto nuestras miradas se cruzaron, todas mis emociones, tanto la felicidad de verlo llegar, como la tristeza que me consumía aun en el fondo de mi se convirtieron en un tremendo miedo. Miedo a ser aún más rechazado (si se podía), miedo a ser humillado, miedo a perderlo totalmente…

Mientas la distancia entre ambos se acortaba me di cuenta de que sus ojos se veían algo tristes y al ver que estaba totalmente empapado me sentí mal por él. ¿Por qué habría de venir hacia mi después de todo, aun con tal mal clima?

Cuando estuvo frente a mi ni siquiera pregunto la razón de que mis ojos estuvieran tan rojos, ni del porque estaba en ese lugar mientras la lluvia caía sin piedad sobre mí. De seguro él lo entendía todo… Definitivamente no podía haber nada más que culpa en el… Comenzaba a odiar el hecho de que él lo supiera todo sobre mí…

Sin palabra alguna alzó su mano, la tomé y me ayudo a levantarme.

-Debemos irnos de aquí. Si estas más tiempo bajo este frio terminaras resfriado. –Al terminar sus palabras me dedico una sonrisa tan tierna que le regresaba la calidez que le faltaba a mi corazón, y me tomo de la muñeca con fuerza, haciéndome caminar el camino hasta mi departamento.

Yo ya no sabía que pensar… Su mano también era tan cálida… No quería que me soltara jamás…

El camino a casa fue completamente silencioso y Massu no mostró deseos de soltar mi mano hasta llegar a la puerta de nuestro destino, donde obviamente tuve que romper el contacto que habíamos compartido. Introduje la llave en la cerradura y después de abrirla entre encaminándome hacia la sala siendo seguido por mi amigo quien cerró la puerta tras de sí.

Al escuchar el sonido que evidenciaba la acción de quien me ofrecía su compañía, mis oídos notaron también como unos rápidos pasos se acercaban hacia mí, que me había quedado de pie en medio de la sala, y al cesar la melodía producida por sus pasos, tras de mí, sentí unos brazos rodear mi cintura y el peso de una cabeza sobre mi hombro derecho.
Sin saber qué hacer, solo atiné a preguntar el porqué de su acción, posiblemente teniendo mis facciones totalmente sorprendidas.

-¿Qué… Haces?- Creí no poder estar más nervioso, pero mis niveles de nerviosismo subieron más cuando de pronto sentí como pegaba mas mi cuerpo al suyo, acción seguida por unas palabras que me herían aun si iban con una intención totalmente opuesta. ¡No quería su lástima!

-Estabas llorando por mi culpa, ¿No es así?, Perdóname…- La sensación de tenerlo tan cerca, hablándome al oído, era única pero… Aún ahora no entiendo porque de pronto comencé a llorar una vez más… Me separe de su cálido cuerpo y voltee a verlo. Su mirada era tan profunda que no pude mantener mis ojos en los suyos y mejor me dedique a ver al suelo, buscando algo de fuerza, para luego contestarle.

-No quiero que te sientas culpable de nada… Acá el idiota que se enamoró fui yo, así que…- Esta vez ni siquiera pude terminar mi frase ya que él acortó la distancia entre ambos y puso sus manos sobre mis hombros para después sacudirme infantilmente, haciendo que finalmente mi mirada se encontrara una vez más con la suya. En ese momento pareció notar (y como no) las lagrimas que caían con fuerza por mis mejillas y las aparto con sus pulgares; Me sorprendió tanto que el liquido cristalino que me había acompañado durante gran parte de la mañana dejo de caer inmediatamente y, luego, de sus labios salieron unas palabras que encendieron una vela en la dominante oscuridad que inundaba mi corazón.


-¿Crees que por eso eres un idiota? Entonces, habemos dos idiotas en esta habitación…- Mis ojos se abrieron totalmente y mi corazón comenzó a latir ferozmente. ¿Eran verdad las suposiciones de que creaba mi cerebro? Había querido decir que… ¿El también se había enamorado de mí? No, debía haber algún error…

-¿Qué quieres decir?- Mi voz temblaba y sentí como si mis piernas hicieran lo mismo. Pero parecía ser que yo no era el único que se moría de la pena, ya que su rostro había adquirido un tono carmesí que se veía más que tierno en el.

-Quiero decir que… Creo que soy incluso más idiota que tú porque estuve a punto de dejarte ir… Sinceramente… desde hace tiempo…- Massu bajo su mirada y, tan rápido que no pude ver la escena con claridad, tomo una de mis manos entre las suyas para llevarla hasta su pecho, dejándome sentir los latidos de su corazón, que estaban igual o más alterados que los míos. –Desde hace tiempo mi corazón hace “doki doki” tan agresivamente cuando estoy a tu lado y… me siento furioso cuando haces fan service con cualquier otra persona y… cada vez que te veo me pongo feliz y… justo ahora me siento la persona más horrible del mundo por hacerte llorar… Esto no puede ser otra cosa más que… ¿amor?- Conforme sus palabras avanzaban su corazón latía con más fuerza al igual que la velocidad con la que hablaba aumentaba, y sus manos comenzaban a temblar. No pude más y lo abracé con fuerza. Mi mente se quedo en blanco sabiendo que lo tenía frente a mí, solo para mí, y llenando el silencio que se había formado el continuó hablando teniendo su cabeza escondida entre mi cuello. -Ayer, cuando dijiste que… bueno, cuando lo dijiste yo no sabía qué hacer… y cuando te fuiste quise ir tras de ti pero mis pies no se movían… No te miento al decir que estuve más de media hora allí, sin hacer nada… ¿Sabes? Puede sonar egoísta pero, no puedo negar que te vez bien incluso con una cara como esta, pero ese no es el Tegoshi que quiero ver… A partir de ahora, si me lo permites, hare todo lo que esté en mis manos para que nunca vuelvas a llorar y menos por mi forma tan inmadura de actuar y… Creo que he hablado demasiado… Ah~ ¡perdón!-

Escucharlo me hacía sentir como si mi pecho por fin fuera a estallar; levanté su rostro con mis manos y me encontré con esos ojos tan brillantes como siempre, pero ahora parecía que de ellos saldrían lágrimas en cualquier momento… Una ansiedad grandísima se apoderó de mi y lentamente acerque mis labios a los suyos a la vez que cerraba mis ojos automáticamente, sin embargo, al estar a punto de devorar aquella boca que tenia frente a mí, abrí un poco los ojos para darme cuenta que Massu cerraba los suyos tan fuertemente que me dejaba ver el que probablemente sentía miedo. Quizá esa vergüenza tan típica de él necesitaba tiempo para ser derribada y, para no presionarlo solo dirigí mis labios a su mejilla, la cual bese levemente.


Él abrió los ojos y yo solo le dedique una sonrisa, la cual el regreso con una pureza increíble… Cada segundo me enamoraba más de él…

-Ya no necesitas preocuparte por nada… Quiero caminar contigo el largo camino que la vida nos tra…- De nuevo mis palabras fueron interrumpidas, pero esta vez por sus labios que con dulzura se posaron sobre los míos tan tímidamente que solo rozaron un poco y después se alejaron. Parpadee incrédulo y vi la cara rojísima de quien a partir de entonces se convertiría en lo más sagrado para mí y, de nuevo, sonreí. Aquel acto había sido la respuesta a todo lo que la necesitara.

-Massu, no necesitas forzarte~ todo vendrá a su tiempo- Después de esta frase tome sus manos y tan solo con eso sentí como si ambos fuéramos uno solo, sin tener que llegar a cosas más intimas; solo tenerlo a mi lado era todo lo que necesitaba e, incluso ahora, cada vez me convenzo mas de que daría incluso mi vida por conservar esa sonrisa tan inocente... (Aunque ahora que lo pienso… ¿El sería feliz si yo diera mi vida por él? Creo que no, al menos eso dice, y por supuesto que le creo…)
Por mas obstáculos que puedan venir en el futuro, buscare incansablemente alguna luz para que ilumine nuestro camino y cuan feliz seria si puedo lograrlo y hacer que se quede a mi lado hasta el final de nuestros días, para siempre…

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-Yuya, ¿Qué tanto escribes?- El de cabello rizado se sorprendió al escuchar la voz del otro acercándose cada vez más, y cerro el cuaderno en el que segundos antes había estado escribiendo. Volteo hacia el reloj que había en una esquina del televisor, parte del noticiero que se transmitía, y sonrió para sí mismo al ver que llevaba toda la mañana escribiendo. El tiempo volaba cuando escribía sobre él, sobre su buta, sobre su amor.
Se levantó del sillón, dejo su cuaderno dentro de un cajón de un mueble cercano y se dirigió hacia su pareja para darle un dulce beso en la nariz y contestar lo que le había preguntado.

-Digamos que estaba escribiendo sobre algo que no quiero olvidar.-

Dicho esto, el más alto supo que no había nada más que decir. La sonrisa que ponía el otro le decía todo. Y no podía negar que se moría de ganas por leer lo que había escrito en aquel cuaderno que había estado en manos de Tegoshi por tanto tiempo, pero sabía que tenía mucho tiempo para poder leerlo… Tendría toda una vida para esperar el momento en que su pareja se descuidara y tomar ese cuaderno. O también tendría toda una vida para pedírselo, ya que de seguro Yuya aceptaría prestárselo después de hacer un berrinche, pero más importante aún, tenía toda una vida para compensar las lágrimas que le había hecho derramar a su persona más importante, incluso más importante para el que esos tazones de gyoza que tanto amaba…

FIN (:
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Esto fue lo que salio, el final no me convence pero ya que... Cualquier critica haganmelo saber, que quiero mejorar XD Lo cual no es fácil cuando mi maestra de lectura-escritura en la escuela solo me enseña a hacer fichas bibliográficas, diferencian partes del periódico, etc XD Gracias por leer :3