~Akuma no Joker~ (One Shot) [KokixTakaki]
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~Akuma no Joker~ (One Shot) [KokixTakaki]
Buenas~~ Ai-chan trae otro fic, está vez un One Shot!! jaja
Tiene bastanta ciencia ficcion ya que trata de angeles y demonios xD y como no, una pareja rara a mi lista de fics (lo tengo desde hace tiempo ya jaja pero bueno *se ríe*)
Espero que os guste y comentéis, para lo que sea, tanto criticas constructivas como lo que penséis del fic o simplemente si os ha gustado ^__^
No me entretengo más~~
Grupos: Hey! Say! JUMP y KAT-TUN
Título: ~Akuma no Joker~
Autora: Ai-chan
Pareja: Tanaka Koki x Takaki Yuuya (KoTaka (??))
Número de capítulos: One Shot
Número de palabras: 2.748
Género: Yaoi, Romance, AU, Ciencia Ficcion, Fantasía...
Advertencias: Lemon, Sadomasoquismo
Gracias a: Iris, que es mi beta tester >_<
No recordaba que hacía en ese oscuro lugar, mi cabeza me estallaba, con cuidado llevé mi mano a la sien. Un doloroso pinchazo atravesó todo mi ser, al mirarme la mano había sangre en ella. Asustado me levanté con tal mala suerte de tambalearme y caer hace la dirección opuesta a la cual me dirigía. Choqué contra una pared, en ese momento un rayo de luz entró, permitiéndome así saber que lo que tenía en frente era un gran espejo.
Lentamente fui acercándome a él, un joven ángel era lo que se reflejaba en el cristal. Ahora lo recuerdo, después de mi repentina muerte yo, el bello Takaki Yuya, me convertí en un aún más precioso ángel. Vestía una larga túnica, tenía pequeñas alas en mi espalda y una aureola sobre la cabeza. Si abrías la túnica llevaba una camisa blanca y unos shorts blancos bastante cortos, que si no llevasen esas correas parecerían la propia ropa interior. Mi cabello anaranjado, corto y liso me hacía tener una apariencia realmente aniñada a pesar de tener ya los 20 años.
Aún con el golpe podía andar sin problemas pero no podía volar, ya lo había intentado sin éxito. Busqué desesperadamente una salida, pero a penas veía. Caí al suelo debido a que tropecé contra algo.
Intenté recordar cómo había llegado allí.
-“Es mi primer día en el cielo, ¡estoy muy emocionado! Debido a mis acciones en la Tierra y a como fue mi muerte, he podido convertirme en un ángel. Sin duda hoy será un día que jamás olvidaré.”- pensaba mientras me entregaban mis pertenencias.
Un fuerte ruido inundó el lugar, rompiendo el armonioso silencio que había. Todos gritaban asustados mientras corrían en todas direcciones buscando una forma de escapar. En cambio yo estaba totalmente quieto, de pie, donde me encontraba antes de que llegasen esos tipos. Unos seis demonios habían entrado en el lugar, el ruido había sido cosa de ellos. Pusieron dinamita y así explotó la pared, permitiéndoles entrar.
Estaban parados disfrutando de los gritos con una amplia sonrisa. Les observaba atentamente, uno a uno, pero solo esa persona llamó mi atención.
Diría que era el líder por su aspecto. Alas negras, pequeños cuernos en la cabeza, ropa totalmente negra, pantalones largos con cadenas y correas. Llevaba una camisa en la cual estaba escrita la palabra “Jσкєя”. Mis pupilas se concentraron en su cara ahora. Sus cejas estaban fruncidas aunque en sus labios, que eran muy carnosos, se dibujaba una sonrisa malévola. Tenía la nariz redondita y unos ojos rojos como la sangre, tan profundos que me cautivaban y me aturdían. Su pelo negro azabache estaba ligeramente mojado y rizado, como si de finas culebras se tratase.
Mi cuerpo se empezó a mover y aun que yo intentaba poner resistencia, era inútil, actuaba en contra de mi voluntad. Era como si sus ojos estuviesen echando un conjuro sobre mí. Con los labios entreabiertos iba acercándome más a él. Sus compañeros se habían dividido y estaban sembrando el caos por el lugar, pero eso a mí no me importaba. Mostró una mayor sonrisa cuando vio que me tenía controlado. Me pareció tan excitante que era como si todo desapareciese y estuviésemos solo nosotros dos.
A menos de cinco pasos de él, uno de sus compañeros me atizó con una tubería de hierro en la cabeza, el dolor fue tan grande que caí al suelo inconsciente. En el poco tiempo que mis ojos estaban abiertos y conscientes mientras caía, pude ver como aquel demonio que me estaba controlando corría hacia donde me encontraba, con una expresión extraña en el rostro.
Mientras estaba recordando alguien me agarró y levantó de forma brusca del suelo. A pesar de ser más bajito que yo, me incorporó sin problemas. Sin previo aviso el lugar se iluminó debido a una fuerte llamarada alrededor del suelo de donde nos encontrábamos. Solo veía rocas y llamas, sin duda ya sabía dónde estábamos. Eso era el infierno.
Mire a aquél que me había levantado, era sin duda el tipo de antes. No pude evitar morderme el labio ligeramente al mirar de nuevo esos ojos tan cautivadores.
-“Este chico debió ser realmente bastante bello en la tierra… me pregunto cuál será el motivo de que haya acabado aquí…”- Pensaba mientras empezó a tirar de mí sin delicadeza alguna. Le seguía atontado, ahora mis ojos se fijaban en sus alas. Eran tan negras que me parecían preciosas, aun que fuesen un símbolo de maldad.
Era extraño, pero no sentía ningún miedo… aun que no era de extrañar, en la Tierra no había muchas cosas que me asustasen y ese chico no era una excepción.
Cuando quise darme cuenta estaba en una gran habitación, totalmente sádica y siniestra. Colores rojos y negros decoraban todos los complementos que había. Lo que más me llamó la atención fue una gigantesca cama en el centro, con un montón de barrotes alrededor y encima de ella.
Me tiró a la cama con rapidez y tragando saliva me iba alejando de él. Hasta que choqué con el cabecero de esta. Se subió a la cama y lentamente iba acercándose a mí, miraba mi cara con esa sonrisa que tuvo antes de que me diesen el golpe. Agarró mis manos y las subió hasta que mis muñecas rozaron con un barrote que había encima.
En cuestión de segundos, con unas cadenas, esposó mis muñecas al hierro, dejándome totalmente indefenso y de pie sobre la cama, entonces escuché su voz.
-Pequeño… mi nombre es Tanaka Koki y soy el rey del infierno. Has caído en las garras de quien menos te convenía.- se desabrochó el botón del pantalón y bajo en un segundo su bragueta.- ¿sabes lo que ocurrirá ahora?- tragué saliva y mi cuerpo se movió hacia atrás por instinto.- Veo que sabes por dónde van los tiros…-se rió escandalosamente y agarró con una mano mi nuca, cerré los ojos con fuerza, el pinchazo volvió a hacerse notar. Lo siguiente que noté fue su boca contra la mía de forma tan brusca que me hizo hasta daño.
Al sentir sus carnosos labios sobre los míos, una corriente eléctrica paralizó mi cuerpo. Nunca había sentido nada parecido, realmente me gustó tanto que le correspondí el beso.
- Pensé que… una vez muerto…-hablaba contra sus labios- no sentiría dolor…-eso le debió hacer gracia, porque en seguida empezó a reírse bastante alto y mordió mi labio inferior con fuerza, haciéndome dar un leve grito de dolor.
- Vas a sentir mucho dolor… créeme mocoso… me gusta corromper… y no hay mejor forma que con los pecados capitales… adivina cual es el que voy a utilizar contra ti…-volvió a reírse mientras rompía de un solo tirón toda mi túnica, dejándome con la ropa de abajo- ooh, ¿qué es esa ropa? Tus piernas… se ven tan deliciosas así…- se acercó a mis muslos y comenzó a lamerlos lascivamente. Si pretendía que soltase cualquier sonido no lo iba a conseguir… era una persona demasiado indiferente en estos aspectos, aun que… eso era solo por fuera. Por dentro realmente me estaba haciendo disfrutar debido a sus lametones.- Mocoso… ¿eres de piedra?- preguntó molesto y simplemente sonreí, ver su cara enfadada me hacia disfrutar más de lo que podría imaginar.
Pero sonreír después de que se molestase no había sido buena idea, ya que tiró de mi cuerpo hacia abajo haciéndome daño. Di un grito tan fuerte que me soltó y volvió a sonreír satisfecho. En ese momento empezaron sus juegos de tortura, primero lamia una zona de mi cuerpo, la besaba, succionaba dejándome una pequeña marca y después mordía con fuerza. Yo soltaba pequeños jadeos y gritos todo el rato. Después arañaba, me azotaba con un látigo, me ataba con cuerdas las piernas y los brazos… mi ropa blanca empezaba a tornar rosa debido a la sangre. Y lo más sorprendente era que me estaba excitando. Me gustaba sentir ese dolor por mi cuerpo. No sé cuánto tiempo había pasado torturándome, pero cada vez me encendía más.
-“Creo que soy masoquista…”-pensaba mientras notaba como mi pene empezaba a despertarse. Lo notó en seguida y sonrió ampliamente enseñando unos blancos y deslumbrantes dientes. Me bajó de golpe los pantalones haciéndome soltar un grito de nena y los tiró lejos.
-Estas dotado pequeño…-decía mientras miraba mi hombría relamiéndose los labios.- además… ¿qué ha sido ese grito de niña?- se reía más mientras pasaba su palma de la mano por él. Me mordí el labio debido a que la corriente eléctrica volvió a recorrer todo mi cuerpo.
Se incorporó y presionó su lengua contra mis labios, pidiendo paso para entrar. Entreabrí mi boca y la introdujo tan rápido como pudo, mientras examinaba cada parte de ella, con ganas y desesperación. Yo le iba correspondiendo poco a poco, sus manos rodearon mi pequeña cintura haciendo que me pegase más a él mientras sus labios arrasaban los míos, primero lentamente y después mucho más rápido. Nuestros besos no paraban, aún con la necesidad de coger aire, seguíamos besándonos. Mis labios acabaron totalmente rojos e hinchados cuando se apartó debido al tiempo que estuvimos.
Me quitó la camisa lentamente mientras observaba mi cuerpo, estaba hecho polvo, tenía sangre y algún que otro moratón. Pero eso le debía gustar, ya que no dejaba de sonreír. La tiró al lado de los pantalones y comenzó a jugar con mis pezones. Repitió las mismas acciones hasta que los tenía rojos y levemente con sangre. Mis gritos seguían saliendo de mis labios traicionándome. De vez en cuando soltaba un suspiro de placer o jadeaba, cosa que provocaba que Koki se luciese más con sus actos.
Ahora sus manos estaban en mi espalda y bajaban lentamente hasta agarrar una parte que aún no había ni siquiera rozado, mi culo. Cuando lo apretó con fuerza, de mi boca salió un gemido tan notable que le hizo parpadear varias veces, después de procesarlo entendió que ese era mi punto débil. Por su cabeza debieron pasar mil y una ideas, y podría asegurar que ninguna de ellas era que me dejase ir.
-Creo que me voy a divertir~~ El trasero de Yuya-kun va a romperse una y otra vez~~-dijo canturreando mientras volvía a apretar mi trasero con fuerza, haciéndome temblar del escalofrió que me dio. Pero su siguiente movimiento me dejó anonadado. Metió su mano entre mi ropa interior y, agarrando mi miembro, empezó a agitarlo con fuerza. Tuvo que bajar levemente mi bóxer ya que le molestaba. La masturbación era tan bruta que jadeaba y gritaba a la vez que aumentaba el ritmo y la presión. Al poco rato mi expresión cambió drásticamente y me corrí manchándole la cara y parte del cuerpo- …- se llevó la mano a la cara y recogió parte de mis fluidos para después lamerlo lascivamente.- ¿sabes que esto conlleva más castigo, mocoso?
-No por favor… más no…-negaba con todas mis fuerzas aun que lo que realmente deseaba era que me castigase más. Me hizo girar sobre mí mismo, recolocó mis brazos de nuevo y me dio un azote en el trasero. Me moví bruscamente y de mis labios salió otro gemido alto y claro.
-Cuanto más te niegues, más habrá- y cogiendo el látigo de nuevo empezó a darme con él, esta vez en mi punto débil, con lo cual todo lo hacía más excitante, mientras me dolían los brazos debido a la postura y gemía con fuerza, él disfrutaba. Al poco rato se cansó y clavó sus colmillos en una de mis nalgas, apreté mis labios consiguiendo que el sonido no saliese de ellos. Eso le enfureció y empezó a azotarme con la mano hasta que no pude más y lo solté- creo que deberíamos dejar ya los preliminares…- me soltó las manos y caí de lleno en la cama, agarrándome del pelo me atrajo a sus piernas. Él aún estaba completamente vestido, con lo cual me molesté un poco.
Le quité los pantalones en un descuido, aun que me dolían las muñecas, mis manos me respondían sin problemas. Le tumbé y le quité también la camisa. Aun llevando levemente el control yo, él seguía sin quitar esa sonrisa. Arrimó mi cara a su bóxer y con los dientes se lo bajé hasta las rodillas.
Su miembro se veía tan apetitoso que cual perro hambriento me tiré a por él para empezar a degustarlo. Algo había cambiado en mi… creo que estaba consiguiendo que me corrompiese poco a poco. Pero ahora lo único que me preocupaba era saborear aquella delicia. Mi lengua lo recorría entero, de arriba abajo, en círculos, lamiendo la punta… mientras que con la mano empecé a masturbarle. No llevaba ni dos minutos masturbándole cuando se corrió en mi boca sin ningún tipo de aviso.
Intenté escupirlo ya que me ahogaba, pero agarró mi barbilla y dándome un húmedo beso, me obligó a tragármelo todo.
-Buen chico…-atusó mi pelo y una sonrisa dulce salió de mis labios. Me estaba enamorando de mi acosador. Aun que fuese el mismísimo rey del infierno, lo estaba empezando a amar. Rodeé con mis brazos su cuello y lo besé por iniciativa propia, un largo y profundo beso.
Cuando de repente sentí como elevaba mis caderas, sin dejar de besarme, y colocaba su miembro en mi entrada. Me alarmé. Ni siquiera había introducido un dedo en él, no me había preparado. De repente noté como hacia presión con su pene. No entraba por más que lo intentase, pero creo que logró meterla levemente, ya que un dolor subió desde la entrada hasta mi cabeza, a través de mi columna vertebral.
Un grito de dolor mezclado con un sonoro gemido rompió mi garganta dejándome instantes después sin voz. Sentía tal dolor que me quedé rígido, quieto, pero con la mirada me recomendó que no lo hiciese. Intenté relajarme y con mucho esfuerzo fue entrando en mí. Notaba como mis paredes se desgarraban, no paraba de gritar y arañarle la espalda, coger sus alas y apretarlas con fuerza mientras sentía sangre salir de mi cuerpo. Era un dolor insufrible, mi primera vez estaba resultando realmente dolorosa. Pero eso lo hacía más excitante. Al cabo de un rato logró entrar por completo y se quedó quieto mientras mi gemido de placer aun se escuchaba.
-Me gusta tu voz… gime más, Yuya-kun- empezó a jadear debido al placer que debía sentir y sin más pausas comencé a moverme yo, necesitaba sentir las puñaladas que me causaba su miembro en mi interior. Lamió mi garganta mientras yo intentaba subir y bajar sin dejar de jadear o gemir.
Empezó a morder mi nuez y a besarla, dejándome un chupetón en ella. Cuando acabó me tumbó contra la cama con una dulce sonrisa. El pelo lo tenía completamente empapado de sudor y sus ojos rojos clavados en los míos. Comenzó a penetrarme con fuerza, rapidez y desesperación. Ahora sí que gemía de placer, gritaba de dolor y babeaba debido a la sensación.
Sacó su lengua y lamió mi baba poniendo cara de gusto, y embistiéndome sin descanso, haciéndome sangrar demasiado. Agarrando mi miembro comenzó a masturbarme de nuevo y al poco rato me corrí entre ambos vientres. Segundos después noté como su líquido inundó mi interior, se había corrido llegando al orgasmo.
Dejó caer su cuerpo sobre el mío y le abracé dulcemente. Me dolía un montón el cuerpo, y seguro que había manchado bastante las sabanas de sangre. Pero estaba sonriendo, de verdadera felicidad.
- Te quiero… Koki…-susurre acariciando su cabello, me miró extrañado, creo que no se esperaba eso jamás. Pero segundos después sonrió dulcemente, me volvía loco esa sonrisa.
Me dormí y no pude escuchar lo que respondió… quizás algún día lo sepa. Sin duda no me había equivocado, ese fue un día que jamás olvidaré.
Después de eso jamás regresé al cielo, me quedé viviendo en el infierno con el demonio al que amaba. Conocí a sus cinco amigos, las iniciales de sus apellidos juntos formaban un nombre realmente curioso, KAT-TUN, se pronunciaba como Cartoon. Ahora era un ángel caído.
-Te quiero…Koki…-dijo después de abrazarme. “¿Este niño está loco? Realmente le acabo de maltratar, corromper y "violar" ¿¿y me dice que me quiere??” pensé. Jamás había conocido a nadie como él… Sonreí y después se durmió. Estaba precioso cuando dormía, y que pena, nunca llegó a escuchar las palabras que dije.
-Yo también a ti, Yuya-kun- quizás algún día me apiade de él y mientras lo estemos haciendo se lo diga. Quién sabe.
Tiene bastanta ciencia ficcion ya que trata de angeles y demonios xD y como no, una pareja rara a mi lista de fics (lo tengo desde hace tiempo ya jaja pero bueno *se ríe*)
Espero que os guste y comentéis, para lo que sea, tanto criticas constructivas como lo que penséis del fic o simplemente si os ha gustado ^__^
No me entretengo más~~
Grupos: Hey! Say! JUMP y KAT-TUN
Título: ~Akuma no Joker~
Autora: Ai-chan
Pareja: Tanaka Koki x Takaki Yuuya (KoTaka (??))
Número de capítulos: One Shot
Número de palabras: 2.748
Género: Yaoi, Romance, AU, Ciencia Ficcion, Fantasía...
Advertencias: Lemon, Sadomasoquismo
Gracias a: Iris, que es mi beta tester >_<
No recordaba que hacía en ese oscuro lugar, mi cabeza me estallaba, con cuidado llevé mi mano a la sien. Un doloroso pinchazo atravesó todo mi ser, al mirarme la mano había sangre en ella. Asustado me levanté con tal mala suerte de tambalearme y caer hace la dirección opuesta a la cual me dirigía. Choqué contra una pared, en ese momento un rayo de luz entró, permitiéndome así saber que lo que tenía en frente era un gran espejo.
Lentamente fui acercándome a él, un joven ángel era lo que se reflejaba en el cristal. Ahora lo recuerdo, después de mi repentina muerte yo, el bello Takaki Yuya, me convertí en un aún más precioso ángel. Vestía una larga túnica, tenía pequeñas alas en mi espalda y una aureola sobre la cabeza. Si abrías la túnica llevaba una camisa blanca y unos shorts blancos bastante cortos, que si no llevasen esas correas parecerían la propia ropa interior. Mi cabello anaranjado, corto y liso me hacía tener una apariencia realmente aniñada a pesar de tener ya los 20 años.
Aún con el golpe podía andar sin problemas pero no podía volar, ya lo había intentado sin éxito. Busqué desesperadamente una salida, pero a penas veía. Caí al suelo debido a que tropecé contra algo.
Intenté recordar cómo había llegado allí.
-Flash back-
-“Es mi primer día en el cielo, ¡estoy muy emocionado! Debido a mis acciones en la Tierra y a como fue mi muerte, he podido convertirme en un ángel. Sin duda hoy será un día que jamás olvidaré.”- pensaba mientras me entregaban mis pertenencias.
Un fuerte ruido inundó el lugar, rompiendo el armonioso silencio que había. Todos gritaban asustados mientras corrían en todas direcciones buscando una forma de escapar. En cambio yo estaba totalmente quieto, de pie, donde me encontraba antes de que llegasen esos tipos. Unos seis demonios habían entrado en el lugar, el ruido había sido cosa de ellos. Pusieron dinamita y así explotó la pared, permitiéndoles entrar.
Estaban parados disfrutando de los gritos con una amplia sonrisa. Les observaba atentamente, uno a uno, pero solo esa persona llamó mi atención.
Diría que era el líder por su aspecto. Alas negras, pequeños cuernos en la cabeza, ropa totalmente negra, pantalones largos con cadenas y correas. Llevaba una camisa en la cual estaba escrita la palabra “Jσкєя”. Mis pupilas se concentraron en su cara ahora. Sus cejas estaban fruncidas aunque en sus labios, que eran muy carnosos, se dibujaba una sonrisa malévola. Tenía la nariz redondita y unos ojos rojos como la sangre, tan profundos que me cautivaban y me aturdían. Su pelo negro azabache estaba ligeramente mojado y rizado, como si de finas culebras se tratase.
Mi cuerpo se empezó a mover y aun que yo intentaba poner resistencia, era inútil, actuaba en contra de mi voluntad. Era como si sus ojos estuviesen echando un conjuro sobre mí. Con los labios entreabiertos iba acercándome más a él. Sus compañeros se habían dividido y estaban sembrando el caos por el lugar, pero eso a mí no me importaba. Mostró una mayor sonrisa cuando vio que me tenía controlado. Me pareció tan excitante que era como si todo desapareciese y estuviésemos solo nosotros dos.
A menos de cinco pasos de él, uno de sus compañeros me atizó con una tubería de hierro en la cabeza, el dolor fue tan grande que caí al suelo inconsciente. En el poco tiempo que mis ojos estaban abiertos y conscientes mientras caía, pude ver como aquel demonio que me estaba controlando corría hacia donde me encontraba, con una expresión extraña en el rostro.
-Fin del Flash back-
Mientras estaba recordando alguien me agarró y levantó de forma brusca del suelo. A pesar de ser más bajito que yo, me incorporó sin problemas. Sin previo aviso el lugar se iluminó debido a una fuerte llamarada alrededor del suelo de donde nos encontrábamos. Solo veía rocas y llamas, sin duda ya sabía dónde estábamos. Eso era el infierno.
Mire a aquél que me había levantado, era sin duda el tipo de antes. No pude evitar morderme el labio ligeramente al mirar de nuevo esos ojos tan cautivadores.
-“Este chico debió ser realmente bastante bello en la tierra… me pregunto cuál será el motivo de que haya acabado aquí…”- Pensaba mientras empezó a tirar de mí sin delicadeza alguna. Le seguía atontado, ahora mis ojos se fijaban en sus alas. Eran tan negras que me parecían preciosas, aun que fuesen un símbolo de maldad.
Era extraño, pero no sentía ningún miedo… aun que no era de extrañar, en la Tierra no había muchas cosas que me asustasen y ese chico no era una excepción.
Cuando quise darme cuenta estaba en una gran habitación, totalmente sádica y siniestra. Colores rojos y negros decoraban todos los complementos que había. Lo que más me llamó la atención fue una gigantesca cama en el centro, con un montón de barrotes alrededor y encima de ella.
Me tiró a la cama con rapidez y tragando saliva me iba alejando de él. Hasta que choqué con el cabecero de esta. Se subió a la cama y lentamente iba acercándose a mí, miraba mi cara con esa sonrisa que tuvo antes de que me diesen el golpe. Agarró mis manos y las subió hasta que mis muñecas rozaron con un barrote que había encima.
En cuestión de segundos, con unas cadenas, esposó mis muñecas al hierro, dejándome totalmente indefenso y de pie sobre la cama, entonces escuché su voz.
-Pequeño… mi nombre es Tanaka Koki y soy el rey del infierno. Has caído en las garras de quien menos te convenía.- se desabrochó el botón del pantalón y bajo en un segundo su bragueta.- ¿sabes lo que ocurrirá ahora?- tragué saliva y mi cuerpo se movió hacia atrás por instinto.- Veo que sabes por dónde van los tiros…-se rió escandalosamente y agarró con una mano mi nuca, cerré los ojos con fuerza, el pinchazo volvió a hacerse notar. Lo siguiente que noté fue su boca contra la mía de forma tan brusca que me hizo hasta daño.
Al sentir sus carnosos labios sobre los míos, una corriente eléctrica paralizó mi cuerpo. Nunca había sentido nada parecido, realmente me gustó tanto que le correspondí el beso.
- Pensé que… una vez muerto…-hablaba contra sus labios- no sentiría dolor…-eso le debió hacer gracia, porque en seguida empezó a reírse bastante alto y mordió mi labio inferior con fuerza, haciéndome dar un leve grito de dolor.
- Vas a sentir mucho dolor… créeme mocoso… me gusta corromper… y no hay mejor forma que con los pecados capitales… adivina cual es el que voy a utilizar contra ti…-volvió a reírse mientras rompía de un solo tirón toda mi túnica, dejándome con la ropa de abajo- ooh, ¿qué es esa ropa? Tus piernas… se ven tan deliciosas así…- se acercó a mis muslos y comenzó a lamerlos lascivamente. Si pretendía que soltase cualquier sonido no lo iba a conseguir… era una persona demasiado indiferente en estos aspectos, aun que… eso era solo por fuera. Por dentro realmente me estaba haciendo disfrutar debido a sus lametones.- Mocoso… ¿eres de piedra?- preguntó molesto y simplemente sonreí, ver su cara enfadada me hacia disfrutar más de lo que podría imaginar.
Pero sonreír después de que se molestase no había sido buena idea, ya que tiró de mi cuerpo hacia abajo haciéndome daño. Di un grito tan fuerte que me soltó y volvió a sonreír satisfecho. En ese momento empezaron sus juegos de tortura, primero lamia una zona de mi cuerpo, la besaba, succionaba dejándome una pequeña marca y después mordía con fuerza. Yo soltaba pequeños jadeos y gritos todo el rato. Después arañaba, me azotaba con un látigo, me ataba con cuerdas las piernas y los brazos… mi ropa blanca empezaba a tornar rosa debido a la sangre. Y lo más sorprendente era que me estaba excitando. Me gustaba sentir ese dolor por mi cuerpo. No sé cuánto tiempo había pasado torturándome, pero cada vez me encendía más.
-“Creo que soy masoquista…”-pensaba mientras notaba como mi pene empezaba a despertarse. Lo notó en seguida y sonrió ampliamente enseñando unos blancos y deslumbrantes dientes. Me bajó de golpe los pantalones haciéndome soltar un grito de nena y los tiró lejos.
-Estas dotado pequeño…-decía mientras miraba mi hombría relamiéndose los labios.- además… ¿qué ha sido ese grito de niña?- se reía más mientras pasaba su palma de la mano por él. Me mordí el labio debido a que la corriente eléctrica volvió a recorrer todo mi cuerpo.
Se incorporó y presionó su lengua contra mis labios, pidiendo paso para entrar. Entreabrí mi boca y la introdujo tan rápido como pudo, mientras examinaba cada parte de ella, con ganas y desesperación. Yo le iba correspondiendo poco a poco, sus manos rodearon mi pequeña cintura haciendo que me pegase más a él mientras sus labios arrasaban los míos, primero lentamente y después mucho más rápido. Nuestros besos no paraban, aún con la necesidad de coger aire, seguíamos besándonos. Mis labios acabaron totalmente rojos e hinchados cuando se apartó debido al tiempo que estuvimos.
Me quitó la camisa lentamente mientras observaba mi cuerpo, estaba hecho polvo, tenía sangre y algún que otro moratón. Pero eso le debía gustar, ya que no dejaba de sonreír. La tiró al lado de los pantalones y comenzó a jugar con mis pezones. Repitió las mismas acciones hasta que los tenía rojos y levemente con sangre. Mis gritos seguían saliendo de mis labios traicionándome. De vez en cuando soltaba un suspiro de placer o jadeaba, cosa que provocaba que Koki se luciese más con sus actos.
Ahora sus manos estaban en mi espalda y bajaban lentamente hasta agarrar una parte que aún no había ni siquiera rozado, mi culo. Cuando lo apretó con fuerza, de mi boca salió un gemido tan notable que le hizo parpadear varias veces, después de procesarlo entendió que ese era mi punto débil. Por su cabeza debieron pasar mil y una ideas, y podría asegurar que ninguna de ellas era que me dejase ir.
-Creo que me voy a divertir~~ El trasero de Yuya-kun va a romperse una y otra vez~~-dijo canturreando mientras volvía a apretar mi trasero con fuerza, haciéndome temblar del escalofrió que me dio. Pero su siguiente movimiento me dejó anonadado. Metió su mano entre mi ropa interior y, agarrando mi miembro, empezó a agitarlo con fuerza. Tuvo que bajar levemente mi bóxer ya que le molestaba. La masturbación era tan bruta que jadeaba y gritaba a la vez que aumentaba el ritmo y la presión. Al poco rato mi expresión cambió drásticamente y me corrí manchándole la cara y parte del cuerpo- …- se llevó la mano a la cara y recogió parte de mis fluidos para después lamerlo lascivamente.- ¿sabes que esto conlleva más castigo, mocoso?
-No por favor… más no…-negaba con todas mis fuerzas aun que lo que realmente deseaba era que me castigase más. Me hizo girar sobre mí mismo, recolocó mis brazos de nuevo y me dio un azote en el trasero. Me moví bruscamente y de mis labios salió otro gemido alto y claro.
-Cuanto más te niegues, más habrá- y cogiendo el látigo de nuevo empezó a darme con él, esta vez en mi punto débil, con lo cual todo lo hacía más excitante, mientras me dolían los brazos debido a la postura y gemía con fuerza, él disfrutaba. Al poco rato se cansó y clavó sus colmillos en una de mis nalgas, apreté mis labios consiguiendo que el sonido no saliese de ellos. Eso le enfureció y empezó a azotarme con la mano hasta que no pude más y lo solté- creo que deberíamos dejar ya los preliminares…- me soltó las manos y caí de lleno en la cama, agarrándome del pelo me atrajo a sus piernas. Él aún estaba completamente vestido, con lo cual me molesté un poco.
Le quité los pantalones en un descuido, aun que me dolían las muñecas, mis manos me respondían sin problemas. Le tumbé y le quité también la camisa. Aun llevando levemente el control yo, él seguía sin quitar esa sonrisa. Arrimó mi cara a su bóxer y con los dientes se lo bajé hasta las rodillas.
Su miembro se veía tan apetitoso que cual perro hambriento me tiré a por él para empezar a degustarlo. Algo había cambiado en mi… creo que estaba consiguiendo que me corrompiese poco a poco. Pero ahora lo único que me preocupaba era saborear aquella delicia. Mi lengua lo recorría entero, de arriba abajo, en círculos, lamiendo la punta… mientras que con la mano empecé a masturbarle. No llevaba ni dos minutos masturbándole cuando se corrió en mi boca sin ningún tipo de aviso.
Intenté escupirlo ya que me ahogaba, pero agarró mi barbilla y dándome un húmedo beso, me obligó a tragármelo todo.
-Buen chico…-atusó mi pelo y una sonrisa dulce salió de mis labios. Me estaba enamorando de mi acosador. Aun que fuese el mismísimo rey del infierno, lo estaba empezando a amar. Rodeé con mis brazos su cuello y lo besé por iniciativa propia, un largo y profundo beso.
Cuando de repente sentí como elevaba mis caderas, sin dejar de besarme, y colocaba su miembro en mi entrada. Me alarmé. Ni siquiera había introducido un dedo en él, no me había preparado. De repente noté como hacia presión con su pene. No entraba por más que lo intentase, pero creo que logró meterla levemente, ya que un dolor subió desde la entrada hasta mi cabeza, a través de mi columna vertebral.
Un grito de dolor mezclado con un sonoro gemido rompió mi garganta dejándome instantes después sin voz. Sentía tal dolor que me quedé rígido, quieto, pero con la mirada me recomendó que no lo hiciese. Intenté relajarme y con mucho esfuerzo fue entrando en mí. Notaba como mis paredes se desgarraban, no paraba de gritar y arañarle la espalda, coger sus alas y apretarlas con fuerza mientras sentía sangre salir de mi cuerpo. Era un dolor insufrible, mi primera vez estaba resultando realmente dolorosa. Pero eso lo hacía más excitante. Al cabo de un rato logró entrar por completo y se quedó quieto mientras mi gemido de placer aun se escuchaba.
-Me gusta tu voz… gime más, Yuya-kun- empezó a jadear debido al placer que debía sentir y sin más pausas comencé a moverme yo, necesitaba sentir las puñaladas que me causaba su miembro en mi interior. Lamió mi garganta mientras yo intentaba subir y bajar sin dejar de jadear o gemir.
Empezó a morder mi nuez y a besarla, dejándome un chupetón en ella. Cuando acabó me tumbó contra la cama con una dulce sonrisa. El pelo lo tenía completamente empapado de sudor y sus ojos rojos clavados en los míos. Comenzó a penetrarme con fuerza, rapidez y desesperación. Ahora sí que gemía de placer, gritaba de dolor y babeaba debido a la sensación.
Sacó su lengua y lamió mi baba poniendo cara de gusto, y embistiéndome sin descanso, haciéndome sangrar demasiado. Agarrando mi miembro comenzó a masturbarme de nuevo y al poco rato me corrí entre ambos vientres. Segundos después noté como su líquido inundó mi interior, se había corrido llegando al orgasmo.
Dejó caer su cuerpo sobre el mío y le abracé dulcemente. Me dolía un montón el cuerpo, y seguro que había manchado bastante las sabanas de sangre. Pero estaba sonriendo, de verdadera felicidad.
- Te quiero… Koki…-susurre acariciando su cabello, me miró extrañado, creo que no se esperaba eso jamás. Pero segundos después sonrió dulcemente, me volvía loco esa sonrisa.
Me dormí y no pude escuchar lo que respondió… quizás algún día lo sepa. Sin duda no me había equivocado, ese fue un día que jamás olvidaré.
Después de eso jamás regresé al cielo, me quedé viviendo en el infierno con el demonio al que amaba. Conocí a sus cinco amigos, las iniciales de sus apellidos juntos formaban un nombre realmente curioso, KAT-TUN, se pronunciaba como Cartoon. Ahora era un ángel caído.
EXTRA:
-Te quiero…Koki…-dijo después de abrazarme. “¿Este niño está loco? Realmente le acabo de maltratar, corromper y "violar" ¿¿y me dice que me quiere??” pensé. Jamás había conocido a nadie como él… Sonreí y después se durmió. Estaba precioso cuando dormía, y que pena, nunca llegó a escuchar las palabras que dije.
-Yo también a ti, Yuya-kun- quizás algún día me apiade de él y mientras lo estemos haciendo se lo diga. Quién sabe.
Owari~~
Re: ~Akuma no Joker~ (One Shot) [KokixTakaki]
ME HA FASCINADO!!!! la pareja es mega extraña pero te ha quedado espectacular! (aunque aún no puedo con Takaki, a mi ese muchacho se me hace un resultado de un cruce entre las cejas de Kame y el cabello de Jin -claro cuando bakanishi se peinaba, ahora ni por el carrizo-)
Koki lo has corrompido!!! y que sadomasoquista es el otro tambien! ¿Ya te dije que me gusto? jojojo y lo de los amigos al final me termino de matar!
Koki lo has corrompido!!! y que sadomasoquista es el otro tambien! ¿Ya te dije que me gusto? jojojo y lo de los amigos al final me termino de matar!
Musashi_Ushinaru- Mensajes : 69
Fecha de inscripción : 05/07/2011
Edad : 32
Localización : Venezuela
Re: ~Akuma no Joker~ (One Shot) [KokixTakaki]
Arigatou ne!!! *-* Es extraña lo sé jaja pero siempre junto a dos que me encantan y aunque Yuuyan antes no me caía así de bien, viendo cosas de los JUMPs me dí cuenta de que es muy muy baka, y es amor jaja
Si, es que me parece el tipico senpai que corrompe a los jrs (es amor <3) si si, le va todo lo duro jejeje *se rie*
jajaja es que no me pude resistir >_<
Gracias por comentarlo jaja Chuu!
Si, es que me parece el tipico senpai que corrompe a los jrs (es amor <3) si si, le va todo lo duro jejeje *se rie*
jajaja es que no me pude resistir >_<
Gracias por comentarlo jaja Chuu!
Re: ~Akuma no Joker~ (One Shot) [KokixTakaki]
O.O lo ultimo q me imaginaria seria esa pareja pero valla woo enserio ya soy tu fan dasdasad me encanto tu fic ya me imagino a koki demonio *muere* asda te doy mil puntos x el fic de verdad esta increible
kame-chan23- Mensajes : 45
Fecha de inscripción : 23/05/2011
Edad : 37
Localización : con mis amados asiaticos *_*
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