I am Jin Akanishi. I am Jin "The Ripper"

Bueno la idea era que fuese para Halloween, pero dado que no me dio tiempo, pueden matarme o mejor lo hago yo, je es el primero que hago y creo que el último so aquí va.


Lavaba mis manos en mi habitación, pero aún podía sentir la adrenalina corriendo y el afilado utensilio que sujetaba firmemente mi mano. “No lo hagas ¿Porqué tú?” Su expresión de desconcierto, los gritos que se perdieron en el vacio de esa fría noche. Mi cuchillo se deslizó varias veces por su frágil cuello, luego de tanto aguardar y vigilar, puedo aún recordar el verlo salir por ese esplendoroso umbral, la puerta que algún día cruzaría para poner fin a todo.

Comencé a seguirlo, él noto mi presencia un par de veces, pero lo que sus amigos lo hicieron ir a comprar lo hizo apresurarse, se desvió en un callejón, justo en ese lugar tan desolado. “¿Quién está ahí?” lo escuche decir, luego al verme saludo preguntando “¿Cómo estás?” y fue cuando me extendió su mano gentilmente, allí fue donde desate mi rabia, ese olor lo conocía y me pertenecía solo a mí; extendiendo mi mano para estrechar la suya, sacando lentamente el arma apenas perceptible en mi cinturón.

Tan tonto como siempre lo había visto, ni siquiera forcejeo, falle la primera vez y perfore su torso, provocando un sangrado profuso y parejo, trato de soltarse de mi agarre haciendo que moviese mi mano armada a su delicado cuello. “Fue un gusto conocerte” fueron las últimas palabras que escucho de mi boca, mientras él profería un grito con su último aliento de vida. Debo admitir que me emocione levemente, al cortar por primera vez su cuello, del que salió un gran y delicioso torrente de sangre fresca y de un tono sorprendentemente rojo, este lleno toda la pared frente a nosotros, la segunda vez resulto más fácil ya la vida había abandonado su inservible cuerpo, pero yo deseaba ver más sangre, corte, perfore y abrí con una de mis manos la primer herida para ver el interior, era un niño curioso y siempre había deseado ver sus asquerosas entrañas, no me decepciono, tan repulsivo como debía ser.

Luego de limpiarme sus restos de mis manos camine a mi hotel, una vez dentro lave mis manos y dejé mis ropas en el suelo para recordar lavarlas mañana o volverlas a usar, me tiré en mi cama y descanse pacíficamente esa noche, con los ruidos de sus gritos aun en mis tímpanos, que me arrullaron cual canción de cuna.

Algunos días después seguramente, ese hombre lo encontraría completamente tieso, después de todo había perdido demasiada sangre, seguramente los bichos la beberían, lamerían sus heridas; alguno que otro animal rastrero se alimentaria de su carne, que se yo todo lo imaginable podría pasarle a ese cuerpo a la intemperie.

Señor jefe de policía, hace unos días uno de mis amigos a desaparecido al ir a comprar unas cosas que necesitábamos, él ha salido muy tarde en la noche por ellas, todos estamos muy preocupados por su bienestar, la fecha de su desaparición fue el 29 de agosto y aún no tenemos noticias de su paradero, sería de mucha ayuda que nos dieran noticias principalmente de parte de usted.

Le coloque el punto final y firme, era corta pero era una de las pocas cosas que podía hacer en este momento de angustia, mi amigo no aparecía ya hace varios días y todos estamos muy inquietos por ello; introduje la nota en un pequeño sobre y me dispuse a salir, estaba arriba desde muy temprano tomando la valentía para enfrentarme a los bruscos policías.

Salí y algunos vecinos me saludaron felizmente y preguntaron sobre cosas sin importancia, al parecer nadie sabe de la desaparición, bueno no es como que lo estén gritando por todos lados; miré mi reloj debía apresurarme, así que tomaría un atajo por un callejón cercano.

La fecha de hoy no era muy relevante 31 de agosto, caminaba con mucha prisa por la acera y una vez encontré el atajo que tomaría doble sin pensarlo, cuál sería mi sorpresa en ese lugar tan poco transitado.

Encontré para mi gran desgracia a mi amigo, le habían hecho dos cortes profundos en su cuello y uno en su torso, además de otros cortes, mi sorpresa fue tan grande que caí al suelo produciendo un ruido sordo, de no ser por un policía que pasaba y que me pregunto qué me sucedía, me hubiera quedado en ese lugar.

- Señor no se resista, acompáñeme a la estación, está usted arrestado.
No opuse resistencia, sabía que si lo hacía sería aún peor, una vez en el lugar me hicieron entrar en la zona de interrogatorios.
- Su nombre.
- Mi amigo…Él era mi amigo. ¿Cómo pudieron hacerle algo así a Nakamaru?
- Señor tranquilícese, dígame lo que sucede.
- Yo venía camino a la estación y se me había hecho tarde.
- ¿A qué venía?
- A entregar esta nota, mi amigo Nakamaru Yuichi desapareció hace dos días y no sabíamos nada de su paradero.
- Ya veo, así que lo ha encontrado por casualidad.
- Así es.

En los ojos del policía podía ver que no me creía nada de lo que le decía, en unos minutos seguramente me culparía de haberlo matado.

- Espere unos minutos.
- Claro.

El hombre salió y pude ver como conversaba con otro uniformado, parecía su jefe. Pasados unos minutos el oficial que me interrogo y su jefe entraron donde me encontraba.

- Tomé beba esto, debió ser un gran shock.
- Gracias.

Solamente eso pude articular me sentía intimidado por ese hombre que había entrado, seguramente me interrogarían de nuevo.

- Señor tranquilícese, habíamos estado investigando a profundidad la desaparición de su amigo, es lamentable que lo hayamos encontrado sin vida. No se preocupe pronto atraparemos a quien lo haya hecho.
- Se lo agradezco, me voy, me temo que tengo que hablar con mis amigos para darles la noticia.

Varios días han pasado desde el entierro de Nakamaru, fue tan dolorosa su muerte y aun peor para mí que fui quien lo encontré n ese estado, los oficiales me informaron que su muerte había sido alrededor de las 3:40 a.m.

Vaya otra víctima más a mi recién iniciada lista, creo hacer esto me está provocando cierta satisfacción. Esta vez fue un hombre aún más ligero y manejable, traía unos zapatos finos que seguramente servirían para identificarlo luego.

Igual que la vez pasada mire de lejos desde un lugar cercano, vi salir uno a uno a todos los que se encontraban en el edificio hasta que él salió, comencé a seguirlo con más precaución que con el anterior, pero tenía ansiedad, deseaba comenzar con mi trabajo lo más pronto posible.

El cuchillo en mi mano estaba inquieto y tan afilado que podría cortar el viento, había poca gente en las calles, después de todo eran altas horas de la noche y ya nadie se encontraba en ellas, justo la hora perfecta para mi nuevo pasatiempo, intercepte al hombre en un callejón no muy lejos del que había usado la vez anterior y lo roce con el cuchillo levemente, este se volvió con sus ojos abiertos de par en par, simplemente le sonreí diciendo “Sabes verdaderamente no lo siento por ti, me da lástima ensuciar a mi nuevo amigo”; le propine una puñalada en su estómago y luego juro que entre en una especie de trance, pude contar aproximadamente 4 apuñaladas más, estaba dispuesto a destrozarlo y todo porque estaba impregnado de ese aroma, ese olor que me pertenecía, finalmente lo degollé cuando ya había esparcido toda su sangre por el callejón.

Al terminar con mi rato de juego, volví a mi hogar esta vez no mire dentro de él, creo que me emocione un poco y lo destroce un poco, esta vez tome la precaución de ocultarlo un poco, pero de todas formas deben encontrarlo sino que gracia tiene, igual a la vez anterior me lavé y repase cada una de las escenas que se grabaron en mi mente y de repente tuve una grandiosa idea. “¿Por qué no?” Salí del baño con mis manos aún sucias, tomé papel y algo con que escribir y comencé mi pequeña broma.

……pronto tendrá noticias mías y de mi gracioso jueguecito” No firme sería imprudente de mi parte, al día siguiente iría a dejarlo junto con unos mechones de cabello que había tomado de ambos, así podría disfrutar más lo que hacía y tendría una especie de confidente; de nuevo dormiría arrullado por los sonidos que recordaba.

Hoy es 8 de septiembre, anoche mis amigos nos reunimos de nuevo para platicar y recordar a nuestro amigo, el último que se fue de mi casa fue Ueda, espero que todos se encuentren bien, ya que aún no atrapan al asesino; por mi parte no he podido dormir tranquilamente desde el día en que lo encontré y mucho menos teniendo conocimiento de que mis amigos trabajan hasta altas horas de la noche.

Debo apresurarme hoy me han citado muy temprano para cerrar un trato, me dirijo a la puerta, salgo y cierro con llave, reviso mi reloj 5:30 a.m.; debo correr, me coloco el saco que llevaba en el brazo y bajo rápidamente, me despido del portero y salgo a la calle.

Vivo en el tercer edificio de un lugar bastante seguro, el portero es muy amigable y siempre se preocupa por nosotros cuando llegamos borrachos, podría considerarlo un gran amigo pero no tanto como a los otros, ellos que prácticamente crecieron conmigo.

Voy corriendo por la acera, si no tomo un atajo llegaré tarde y podría perder el contrato, doblo y corro por un callejón, tropiezo con algo, me agarro a un contenedor de basura cercano y veo que me ha hecho tropezar.
- Esos zapatos los conozco.

Me inclino un poco y tomó la sábana que tapa lo que hay en el lugar, esta vez de mi boca sale un grito de horror, él estaba degollado y tenía muchas cortadas profundas alrededor de su cuerpo, nuevamente me encuentra un policía y me lleva a la comisaría, la hora en que lo encontré fueron las 6 a.m.

- Qué rayos sucede? Por qué ahora le ocurrió esto a Ueda?
- Tranquilo.
- Lo vi ayer, estaba perfectamente cuando dejo mi casa.
- Tranquilícese, lo mejor es que se vaya a su casa.
- Eso hare.

Me dirigí a mi casa una vez que salí de la estación de policías, llame a los otros y les di la noticia, me pregunto qué rayos sucede y además quisiera poder ver a todos mis amigos, por lo menos a los 3 restantes que aún tengo, si tan solo uno de ellos no hubiera tenido ese viaje de negocios antes de la muerte de Nakamaru y ahora Ueda, solo espero que encuentren rápidamente al asesino, pues parece que tiene algo contra nosotros.

Llegue pronto a mi casa, ni siquiera avise al trabajo que no iría, los oficiales me dijeron que se encargarían de eso, entro en mi casa, mi pequeño refugio, me quite el saco y lo tire a un lado, desabroche mi camisa y me recosté en la amplia cama que hacia unos días había comprado, la anterior se había echado a perder por Ueda, no de nuevo él, debo descansar.

Caí dormido varias horas, hasta que escuche que tocaban la puerta, me incorpore y fui a abrir, no había nadie, tal vez mi imaginación me hizo una mala pasada, me disponía a cerrar la puerta cuando noté una carta algo sucia frente a mi puerta, la tomé y cerré; me dirigí al sofá y la mire, estaba dirigida a mí, la abrí y cuál fue mi asombro.
En ella decía:

“Querido Jefe, no soporto a cierto tipo de hombres y no dejaré de destriparlos hasta que haya terminado con ellos. El último es un magnífico trabajo, al hombre en cuestión no le dio tiempo de gritar. Mi cuchillo está tan bien afilado que quiero ponerme manos a la obra ahora mismo. Me gusta mi trabajo y estoy ansioso de empezar de nuevo, pronto tendrá noticias mías y de mi gracioso jueguecito”

Mis manos comenzaron a temblar dentro del sobre había unos mechones de cabello con los nombres de Nakamaru y Ueda, en mis manos estaba la carta de su asesino y además sabia donde vivía, y más importante aún le gustaba lo que estaba haciendo, la carta tenia fecha 7 de setiembre, debió haber llegado ayer.

Esa noche no pude dormir nada, al pensar en posibles personas que nos odiaran tanto como para hacer esa atrocidad, así pasé muchas noches ha pasado mucho tiempo y me han despedido de mi trabajo, mis amigos me vienen a visitar continuamente y siempre me mantienen al tanto de cómo están, estoy tan paranoico; hoy es 29 de setiembre deben de venir pronto a verme, debo preparar café.

Esta vez ha sido más difícil aún, dos en una sola noche, mi juego pronto llegará a su final, solo falta el mejor. Los hombres de esta vez apenas pudieron reaccionar, me he vuelto muy ágil con estos utensilios.

El primero apenas y pudo gritar, trato de golpearme pero fui más rápido que él, mi cuchillo se introdujo tan profundamente en su cuerpo, se deslizo tan deliciosamente por su cuello y nuevamente unas 3 veces en su torso, si hubiese querido hubiera podido vender su carne en algún mercado cercano, pero eso no tendría propósito alguno.

El segundo no se percato de mi presencia y cuando lo hizo ya era muy tarde, su vida ya había terminado, pero de igual forma me gusto apuñalarlo una y otra vez hasta dejarlo como coladero, esta noche mi querido amigo estaba tan afilado que casi lo sentí parte de mi.

Hoy es casi 30 de setiembre no he podido dormir desde que mis amigos se fueron hace un par de horas, solo espero que se encuentren bien y que tal vez se les haya olvidado. Son casi las 7 a.m. y aún no sé nada de mis amigos, tuve que salir rápidamente de la ducha pues alguien tocaba la puerta de mi departamento.

- Buenos días, tenemos algo que mostrarle.
- Eh! Qué ocurre señor oficial? Pase.
- Gracias, me temo que le tengo noticias nuevas.
- Sí que sería.

El oficial se sentó en uno de los sofás y me miró muy serio, pasados unos minutos me extendió una carta cubierta de sangre; la misma estaba dirigida a mi persona y decía:

“No bromeaba querido jefe cuando le di el aviso. Esta vez, la cosa es doble; la primera chilló un poco y no pude rematarla, la segunda no fue problema. Pronto tendrá noticias de mí.”

Ninguna de las cartas tenía firma, pero me parecía una mala imitación de Jack “El Destripador”, miré tembloroso al oficial y este me trato de calmar con su mirada.

- Lo siento muchísimo. A la 1 a.m encontramos el cuerpo de Tanaka Koki y 45 minutos después fue localizado unas cuadras después el cuerpo de Taguchi Junnosuke.
- Qué!! No… eso no puede ser. ¿Quién demonios está haciendo esto? y ustedes que hacen?
- Lo sentimos pero no podemos hacer ya nada más, solo decirle que tenga cuidado, quien sea tiene algo en contra de ustedes y el único que continua con vida es usted, le ofrezco protección.
- Gracias, espero que pronto lo encuentren, tendré cuidado.
- Cualquier cosa estamos a su disposición.
- Gracias de nuevo.

Ya ha pasado casi un mes desde que mis amigos han muerto, me mantuvieron vigilado todo el tiempo y el asesino parece se ha esfumado, aun tengo temor de que me encuentre y me ocurra lo mismo que a los demás.

Este día terminará todo, estoy listo y mi amigo fiel me acompañara hasta lo último, ha llegado la hora de cruzar esa puerta tan anhelada y dar fin a mi pequeño, pero divertido jueguecito, esta será la última vez que lo vea y después me podré liberar completamente. Un día antes de lo que ha planeado tanto, que sirva de fin para él en esa fecha tan relevante.

Hoy es 30 de octubre, desde inicios de año había estado planeando una fiesta para Halloween con mis amigos, ahora el único que se encuentra con vida es él, esa persona que me abandono tanto tiempo, no sé nada de él desde que decidió irse y en estos momentos realmente deseo verlo, es el único amigo que me queda y deseo que esté a mi lado.

- Eh! Alguien toca a mi puerta, quien podrá ser, ya nadie sabe donde vivo, me cambie de lugar hace mucho.
Me dirigí a la puerta miré por la pequeña mira de la puerta y para mi sorpresa quien estaba del otro lado era él, como me había encontrado era lo que menos me importaba, le quite el cerrojo a la puerta y lo dejé entrar.
- Tiempo sin verte.
- Es cierto, demasiado.

En ese instante no pude contenerme y la abracé, no opuso resistencia y en vez de eso me devolvió el abrazo, además me pareció escuchar un pequeño suspiro.

- Tan inocente como siempre.
- ¿A qué te refieres?
- Ah pobre, ya no la vas a contar querido jefe.
- Que!!!!!!!!!!!!!!!!!

Todo había sido un horrible sueño, una simple pesadilla que había provocado que me despertara, de seguro se debía a que hoy es 31 de octubre, justamente me encuentro deliciosamente acompañado por él, mi Bakanishi.

- ¿Qué sucede?
- No no es…. Nada
- Claro que es algo, ya se está despertando, pensé que nunca lo haría.
- J…jin.
- Mmmm como me gusta que me llames con esa voz.

Él siempre ha sabido dónde y cómo tocarme, sus manos se deslizaban lentamente crispando cada centímetro de mi piel, el calor de su cuerpo junto al mío, su aliento, todo me había hecho adicto a él.

Su tersa piel siendo recorrida por mis manos, que provocaba temblores en él, lentamente se fue despertando, coloqué una de mis manos en su miembro, acariciándolo lentamente, haciendo que comenzara a suspirar, baje lentamente recorriendo con mi lengua su abdomen hasta llegar a su despierto amigo y comencé a lamerlo lentamente, cuando hubo despertado completamente abrí mi boca y lo introduje dentro, succione una vez y lo saque de mi boca para ver su reacción, estaba sonrojado y me miraba suplicante, mi dulce tortuga.

No pude creer que sonriera y se me quedara mirando, no podía dejarme así, moví una de mis piernas y roce su entrepierna, se mordió los labios y continuo mirándome, la moví nuevamente pero no reacciono para nada, se estaba conteniendo, yo quería más, quería sus labios sobre los míos, sentirlo más, simplemente quería más de él.

Es tan susceptible, sabe justamente como enloquecerme, deje de mirarlo y le dedique atención nuevamente a su amigo, daba pequeñas succiones y lamidas intercaladas, él suspiraba exquisitamente con cada uno de mis movimientos; pero no solo estaba disfrutando también me proveía de caricias en mi miembro con los movimientos leves de sus piernas, continué aumentando un poco la velocidad para escuchar sus gemidos elevarse e introduje una de mis dedos en su entrada, esto aumento aún más sus gemidos, una vez que lo preparé solo quedaba una cosa.

Se veía agitado, mis gemidos emanaban de mi boca sin control alguno, no solo mi miembro en su boca, sino sus dedos dentro de mi provocaban pequeñas oleadas de placer que me descontrolaban, en un instante me dejo de estimular, se colocó en medio de mis piernas abiertas y se introdujo por completo dentro de mí. Me sentí lleno de golpe pero una vez que comenzó con su vaivén el dolor que puede sentir fue reemplazado por un éxtasis casi inexplicable.

Sé que lo lastime un poco pero que importa, comencé mi movimiento lentamente, aumentando y disminuyendo de vez en cuando, sus gemidos aumentaban y yo no podía evitar dejar escapar uno que otro de mi boca, se sentía grandioso estar dentro de él, mi mirada era completamente de lujuria, podría hacerlo con él en cualquier lugar, son una de mis manos libres tocaba levemente su miembro y provocaba que se volviera más estrecho, seguramente estaba cerca y yo no estaba lejos.

Aumento sus movimientos, podía sentir que sus estocadas me penetraban tan profundamente y el sentimiento que producía era grandioso, mis gemidos inundaban la habitación por completo, no supe cuando comencé a pedirle más, lo quería sentir más dentro de mí y claro él lo intento, se sentía grandioso, su rostro se suavizo un poco y comenzó a penetrarme aún más rápido.

Me sentí cerca y sin pensarlo comencé a mover mi mano en su miembro lo más rápido que podía, sentí como se estrechaba más y me producía gran placer, mis estocadas eran lo más rápidas que me permitía mi cuerpo y en un par más ambos llegamos juntos.Ambos estábamos agitados pero había sido grandioso.

- Dime que te molesta, se que algo sucede.
- Está bien, pero no hagas esos pucheros.

Los pucheros siempre funcionan, le conté con detalles todo lo que había soñado había procurado no olvidar ni un solo detalle, recordaba todo muy bien. Cuando acabe de contarle se levanto dejando ver su hermoso cuerpo desnudo, con un leve brillo a causa del sudor y se dirigió a la puerta, cerrando con seguro me dijo sin volverme a ver.

- Sabes los sueños a veces son muy reales.

Akanishi terminó de pronunciar la frase y se rió maliciosamente.