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Amo mi trabajo: Personajes: Jin Akanishi, Nishikido Ryo, Ueda Ttatsuya, Alguien a quien no supe ponerle nombre, lo llamo Xchan!

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Mensaje por Princesa Saranini de Ueda Vie Ene 31, 2014 2:39 am

FanFic: OneShot

Personajes: Jin Akanishi, Nishikido Ryo, Ueda Ttatsuya, Alguien a quien no supe ponerle nombre, lo llamo Xchan!

Sin lemon

N/A: *1Patovica: Acá es una persona que custodia el local. No quiero ser prejuciosa, pero están llenos de anabolicos, por eso son grandes y musculosos.

Estoy aburrido en mi trabajo. No de él, por que es todo lo que necesito. Pero si de ver como mis compañeros se pavonean como si fueran importantes, cuando solo son los peones. Son bobos a decir verdad. No sé como el jefe no los ha echado. Él.

Ahí están, en esa zona poco iluminada, tomando un refrigerio. La pobre chica que pudieron cazar para los cinco no les alcanza y entré ellos se pelean. Los observo sentado en una silla muida de madera, con el cojín colorado. El respaldo esta tallado a la perfección el cráneo de una cabra con una exagerada cornamenta. El olor a mi alrededor no es precisamente a rosas. La chica que sirve de entretenimiento a los demonios esos, lleva ya muerta un par de horas y empezó a emanar un dulzón olor a putrefacción, desde antes de morir ya atraía a las moscas. . . su sangre se mezclada con el azúcar del semen de sus cinco violadores y mutiladores. ¿Qué mal habré hecho para tener un olfato tan desarrollado?

Me levanto y con un gesto, un asqueroso e insípido demonio me invita a unirme al que él cree, es un festín. . . como si eso calmara mi sed. Niego con la cabeza, sin mirar más que lo necesario ese cuerpo femenino que ha pasado a ser carne y hueso. No se en que momento me perdí cuando le quitaron la piel que ahora uno de ellos la lleva como la bufanda más caras mientras obliga a su boca a darle placer.

Tras, por fin salir a la calle, y toparme con un viento caliente y con olor a humo de fábricas, resoplo. ¿Es qué a caso, les es difícil a ellos ser más selectivos con las víctimas? Mis trabajos no constan de prostitutas que ni en meses el cliente más frecuente se va a dar cuenta de su ausencia. Camino por el empedrado, mirando las piedras que forman la calle, ni un alma me acompaña.

Luego de unas cuadras más, con la niebla nívea que hay cerca los adoquines y que se mueve a mis patadas por el suelo, la diviso...Subo a mi moto y aunque no lo crean, me pongo el casco, no por miedo a reventar el cráneo del cuerpo que poseo ahora, sino, por lo bien que se me da sacármelo de forma lenta y sexy. Las chicas aman que lo haga, y yo, no puedo negar la belleza de esta vida que arrebate. Por algo ahora es mío este cuerpo.

Levanto la mirada, y veo el local que he visitando durante dos meses. Este es uno de los tantos lugares donde los famosos y políticos se reúnen para celebrar sus idioteces. Entro haciendo un movimiento de cabeza al patovica*1 de la puerta principal que vestía de negro de pies a cabeza. Sin mirarlo más, paso y me inunda un humo artificial y luces láser del local bailable. Lo primero que noto son esas luces roja, esas que evitan que las tipas bajas en peso, ojerosas, drogadas y golpeadas del prostíbulo clandestino, se vean mal.

El conocimiento en ayuda y rescates, del mal.

Acá, mi trabajo, selectivo y uno de los más especiales. No lo veo, pero "veo" su aura, su presencia y sé que esta con alguien más. Su aroma a vainilla... Uhmmm que delicia y aunque siento que es un aroma que ya conozco, no puedo evitar pensar que en él, es un aroma único. Siento como ambas auras se unen y mi corazón palpita con más rapidez. Sé que se están besando y que eso, a mi, no debe de afectarme en lo más mínimo... lo sé. Pero mi sentir no se une a mi saber. Y en este preciso momento, tomo la mano del primer ser que veo: un hombre, le paso la otra por la nunca, y por más que él no me vea, le beso. No se negó... acá nadie se niega a nada. Separó mis labios de los de ese sujetó, que besa horrible y me dispongo a buscar una bebida fuerte, para borrar su asqueroso sabor, humano.
El siseo constante que hay en mi tímpano, se debe a esta horrenda música. ¿Enserio creen que con esto pueden invocar algo, que no sea la perdida auditiva? Estos humanos son tan graciosos...

Por fin noto que esta sólo. Me dirijo a su barra y me pido una bebida frutal, roja y con poco alcohol. Lo que menos necesito, es estar ebrio y no realizar mi trabajo. No es que sea de esas personas que aman el trabajo por sobre todo: la familia, los amigos y su propia existencia; pero esto es un trabajo que me agrada y llevo tiempo en él, como para que se desperdicie por mi inaptitud y falta de profesionalismo.

Cuando pasa a mi lado, por "error" vuelco la mitad de mi vaso en su camisa negra. Ya lo dije, borracho no puedo hacer bien mi trabajo, y regalarle la mitad de mi bebida es una gran inversión a corto plazo.
"Oopss". El inconciente y subconsciente se ríen de lo que he hecho, apremiantes y aduladores. Lo bueno de poseer esta vez a un humano, es también poseer a ellos y unirlos a mi fiesta privada para tres. En mis otras posesiones, no me a tocada un mondo tan amplio y divertido como la Tierra.

-Gomen nassai~.-Bajo la cabeza, sin apartar de él, mi fuerte mirada negra que se ubica en sus labios carnosos. Siento como se tensa su cuerpo, autocontrolándose para no gritarme unas palabrotas. A una segunda mirada, me descubre y cambia su postura, como asi también el peso de su cuerpo al otro pie.

-Iie~.- Me ayuda a reincorporarme con una de esas sonrisas ganadoras, la que no falla con nadie.- Hace mucho que no se te ve por acá.- Se limpia la camisa con la palma de su mano. Yo muero por reírme de este conejo que callo a la trampa del lobo.-

-Es verdad...- Tomo una de sus manos y le sonrió.-…Trabajo mucho.- Miento descaradamente feliz de ser alguien con un hermoso rostro, atractivo y buen engañador -. Deja que yo limpio esto-. Le empiezo a guiar al baño.

No se niega a seguirme... conejo curioso, ¿Por qué no te vas a casa a hacer tus deberes? Tu padre... que raro que aun no lo hayas visto engañando a tu madre con estas putas. Casi que me da pena, debe de ser por el cuerpo que ocupo. Por suerte y no siento nada de pena... de pena, por que a decir verdad este hombre me pone a mil con tan solo tomarle la mano y saber que esta detrás de mi cuerpo.

Le empujó contra la pared, mirando esa boca carnosa, mi mano a tientas cierra la puerta del baño, sin lograr ponerle seguro, y mis labios su boca. No se me niega en ningún momento. Ahora mi mano pasa a desabotonar la camisa y a quitársela, sin dejar que mi lengua no conozca esa boca. Sus dientes resbaladizos, su lengua venosa y llena de nervios que le envían miles de descarga a la entrepierna. ¿Qué cómo lo sé? Fácil. Su falo se hincho tanto de sangre que su pantalón emana calor. Tengo en una mano su camisa y a regañadientes separó nuestra débil unión, pasando a tener una mas débil aún, cuando mi mano vacía se acuna a su entrepierna, mimando su pene, por un instante. Veo como mis dedos se mueven en ese manoseo lacivo, con una sonrisa de lado. Camino para atrás y hago que me desee. Su aura mortalmente roja de deseo por mi me invade. Me rodea y llana por un momento de una aura.

Me resisto a esa humanidad momentánea, yendo a lavar la camisa del joven hijo del político. Siento como su respiración esta tan agitada, que solo me puede mirar con obvio deseo, pegado a la pared. La limpió asi nomás, no soy su madre ni menos la sirvienta, que sé que se folla, solo por diversión. La refuerzo con menos fuerza que el cuello de mi último trabajo para no dañar la tela.

-Jajaja aún gotea-. Río un poco, llevándola a secarla bajo el secamanos, si prestar, aparentemente, atención al hombre.

- Deja, va a tardar mucho ~-. Intenta tomar la prenda, pero en un movimiento rápido, la quito de su alcance, riendo muy coqueto para él y solo su reflejo en el espejo, el de Jin. El cuerpo de Ryo no tiene más un alma que se refleje, ahora estoy yo-. Dámela, es mía!-. Dice un mohín caprichoso.-

-Solo un poco más...-. Regreso la prenda al aire caliente de la máquina-... Acaso, no te agrada estar con migo?-. Digo con un frunce de labios, esperando que sea un puchero de su agrado. Y sé que lo fue, vanidad a un lado, cuando entre abre sus labios dejando pasar aire hasta sus pulmones que inflan su pecho, y no sale palabra alguna.

Regresa en silencio a la pared, pegando su espalda varonil a los azulejos fríos. Utilizó mi poder para secar la prenda por completo, mientras él me ve girar a un lado y otro la tela para que se seque. La extiendo y sé que dársela planchada puede que acabé la diversión del trabajo en un segundo, asi que, dejo de pensar en que bien se vería la ropa sin arrugas y se la extiendo. Él la toma y con sorpresa exclama:

-Podría conseguir que entres a trabajar en casa...-. Se viste lamentablemente, tras su asquerosa broma de servidumbre, quitando su exquisita piel de mis ojos-. Si es que sabes planchar.- Y continua con su numerito cómico.-

Río mientras salgo del baño y sé que el me sigue sin necesidad de tomarle la mano en esta ocasión. Nos ubico en el centro de la pista, comenzando a bailar solo, pero sintiendo sus ojos penetrantes en mi cuerpo. Le doy la espalda todo el tiempo, moviéndome lo más sexy que he aprendido a ser en este mundo humano, con un cuerpo humano. Cuando siento que mis omoplatos chocan con su pecho, una sonrisa de lado, se forma en mi rostro, muy sastifecho y mi nuca reposa en uno de sus hombros. Me giro, rodeando su cintura con las palmas de mi mano, bajando la mirada a nuestras entrepiernas, que se rozan y chocan a adrede. Me muerdo el labio con los ojos cerrados, disfrutando del placer. Lo más lindo que puedo tener, encerrado en esta carne corrompida por mi maldad. Siento su mano en mi barbilla y las yemas de sus dedos descentesar mi labio inferior, del agarre de los dientes. Cerramos los ojos y de nuevo, dejo que su aura de pasión, roja como una llama de fuego danzantes, me rodee y llenen el cuerpo. Se siente tan, pero tan bien, que siento que estoy solo con el, que no hay nadie a mi alrededor, como si los que sé que están fuesen hologramas. Solos~

-¿Porqué no vamos a un lugar más privado?-. Dice con su respiración tomada y sus pupilas extasiadas. Y sé que mi sentir es mío y que él no se va a montar ningún número erótico con migo en plana pista de baile, por más que las cámaras estén prohibidas.

Sin más asiento, triste. ¿Triste? Siento tristeza por que al irnos, sé que acá mi trabajo término. Y no es que me agrade trabajar, pero su presencia me agrada tanto...
Tomo su mano y lo guió a mi moto. Como buen caballero le entrego a él el casco con una sonrisa de winner total, tan amplía y sexy como puedo ser, que no se mota mi pena por que él haya llegado al final de mi trabajo. Nos subimos y lo guió a un granero. Dejo la moto en la puerta. Entramos, y ahora es él quien me acorrala a la pared de madera, basándome, tomándome, llenándome más con su aura, con su vitalidad, deseo y humanidad... tanto asi que se me olvida el amor que tengo por él, mi trabajo, si es que alguien como yo pueda amar. Ahora amo a él, al hombre que se sienta sobre sus talones y me besa el zipper del pantalón, mientras sus manos pasan por debajo de mi camisa y tocan mi Vientre.

Sé que este amor es irreal y que solo es su estúpida aura que me invade, me da calor y humanidad. Algo que este cuerpo extraña. Amor. Y aunque no es real, el lo necesita, por que no sabe vivir solo. Los humanos se necesitan. Y yo.... yo necesito que me libere de esta excitación cuanto antes y que el trabajo se acabe de una vez por todas. Puedo sentir la mirada intensa, cálida e incitante de este hombre sobre este cuerpo que me pertenece. ¿Un cuerpo puede amar? Por que yo no lo amo... pero las manos de Ryo buscan confrontar a Jin y su entrepierna. Su mirada es tan intensa, tan íntima y penetrante que siento la necesidad de apartar la vista. Me avergüenza. ¿De qué? No lo sé, tal vez solo sea reacciones de este cuerpo que tome. Sonríe y una extraña presencia se hace en el lugar.

Al ver a Ueda, una lluvia de emociones me invade el cuerpo. Que asco. Niego con la cabeza y reconozco por fin ese aroma dulce a vainilla. Él estaba impregnado de èl...
Mis ojos arden cuando las lágrimas intentan salir. ¡Y aseguró que es por reacción del cuerpo a perder el aura que le rodea!, al ver como Jin se abraza a Ueda. Mi trabajo y mi jefe se besan. Yo solo observo con las mejillas llenas de ríos bifurcados y salados. Mis labios entre abiertos quieren decir algo, pero ¡no sé qué! Mi pecho se oprime y mi garganta no deja pasar el aire.
Ueda con una mirada fuerte y sostenida hace que mi cabeza vuele, y lo último que veo es el amor de Ueda por Jin. Ryo observó eternamente a su amor endemoniado por Jin y yo busco un cuerpo nuevo y trabajo. ¿Me aceptas? Oroshiku~-. Realizo una reverencia delante de tu cuerpo-.
Princesa Saranini de Ueda
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